LA DOCTRINA DEL HIJO DE
PERDICIÓN Parte B
APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS
DE JESÚS MIRANDA JESUCRISTO HOMBRE
10 de febrero de 2013
Continuación… Tema: “La Doctrina del
Hijo de Perdición Parte B”.
Porque te dejas llevar de eso y te van
a lastimar. Yo no quiero que te lastimen, yo quiero que tú camines en
victoria, que camines con una mente limpia, clara, conforme a la ciencia
de Dios y no conforme a la ciencia de los judíos, ni del hombre, ni de
los parasicólogos, que eso no te va a ayudar a ti. Tú no ves que eso no
tiene base bíblica. Lo que estamos hablando tiene base bíblica.
Entonces, qué pasa, bueno, mira, si
acabando la reunión, ya en el verso 11, mira léelo.
Gálatas 2:11.
“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara,
porque era de condenar.”
En otras palabras, pasaron dos meses
de la reunión y ya Pablo le dice: -Mira, tú eres un hipócrita, Pedro.
Mira, Pedro… Es más, a mí me está, que tú no eres ni salvo. A mí me
está, que tú eres un hijo de perdición, porque tú estás de condenar-.
Usted no ve que el hijo de perdición
son los que han dañado el mundo. No estamos hablando de dos o tres
iglesitas, hermano, estamos hablando del mundo. Mire, el terrorismo de
ahora tiene que ver con estas cositas que estamos hablando.
Tú sabes que ahora mismo en Miami
todos esos programas radiales –mire, gracias a Dios que yo no soy
terrorista-, pero yo ya le hubiera metido una bomba a todos esos
programas radiales. Sí. Yo soy otro tipo de terrorista. Yo soy
terrorista de información en contra de la mentira. (Aplausos)
Pero, mira, cuando yo escucho un
evangélico, un ignorante de estos en las radios diciendo: -Miren, tengan
cuidado con el arbolito de navidad, que eso
viene del Rey Tiro, que le dijo, que eso es paganismo, que las
bombillitas, que se le meten los demonios a los niños...
Escuchar estupideces así, pues
entonces, a uno le da celo.
Y de eso está lleno en Miami. No, y lo
grande es que se les llenan las iglesias así: -que si la rosa bendecida,
que si el aceitico, que si la semillas de olivos de allá, de Jerusalén-.
De Jerusalén nada bueno ha salido. Lo único que salió fue Jesucristo y
lo mataron, imagínate. Salió de allí corriendo.
-Que si la Tierra Santa-. Eso no tiene
nada de santo, hermano. Qué santo ni santo.
Es más, si tú quieres ver lo que tiene
de santo, ahí mismo en Gálatas te lo dice.
Gálatas 4:25.
“Porque Agar es el monte
Sinaí en Arabia,…”
¡Hello!
Árabe. ¡Hum! Atta, el de las torrecitas gemelas, mira. Esos son hijos,
son familia de Agar, esos niños, sabes.
“Porque Agar es el monte Sinaí
en Arabia,
y corresponde a la Jerusalén,
qué,
actual,
pues ésta, junto con sus
hijos, está en,
qué,
en esclavitud.
Mas la Jerusalén de arriba,…”
Símbolo,
porque hay una sola Jerusalén. Si hay una más arriba será aquí en Miami.
“Más la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros,
es
qué, es
libre.”
¿Pero, la actual cómo está? En
esclavitud.
Allí no hay que ir a nada. Y estos
grupos evangélicos, que se pasan haciendo excursiones para allá,
cobrando 1,500 dólares, y que para que vayas allá a bendecirte y a
bautizarte.
Estas cosas hay que decirlas, porque
esos son parte de la doctrina del hijo de perdición. Judaísmo.
Mira, el bautismo en agua es parte de
la doctrina del hijo de perdición, bautizarte en agua.
–¿Ay, Pastor, el bautismo? Si eso fue
lo que se salvó a mi hijo de que cuando se muera no vaya a dónde, al
limbo.
Eso es judaísmo, esos son lavamientos,
esas son fiestas judías.
¿Eso de la santa cena, del pancito y
del vinito? Esas son todas fiestas judías, eso es pascua judía, esos son
símbolos. Y, las iglesias evangélicas están llenas de todo eso.
Eso de lavar los pies, ahora hay una
cosa aquí, que se metió por aquí al norte de Florida, de lavar los pies.
Entonces, todo el mundo pasa, si tú quieres ser humilde, -déjame lavarte
los pies a ti-, imagínate. Y yo lavándote los pies a ti, expuesto a que
tú vengas del trabajo sin bañarte.
¿Para mostrar humildad? La humildad no
se muestra lavándole los pies a nadie. Eso no es humildad.
Todo eso es judaísmo. Todo eso es
doctrina del hijo de perdición.
Eso de que te unjan con aceite. Cuando
el cura empieza con la cosita esa, óleo y todo eso, todo eso es doctrina
del hijo de perdición, hermano.
-¿Pastor, y usted se atreve a hablar así, expuesto a que esté
equivocado?
Cómo yo voy a estar equivocado, si te
estoy leyendo el evangelio. Eso está ahí, eso está claro y los que me
conocen por años saben lo que yo estoy hablando. Hablo así por causa del
internet.
Fíjate, vamos a buscar en
Segunda carta a los Corintios capítulo 11, verso 13.
“Porque estos son falsos apóstoles,…”
Hablando de Pedro, Juan y Santiago, el
contexto, hermano. Yo no estoy sacando aquí palabras del contexto para
hacer un pretexto. Yo estoy hablando con el texto.
“Porque estos son falsos
apóstoles…”
¿Tú sabes por qué ellos son falsos
apóstoles, los 11 apóstoles del Señor Jesucristo, en los días de la
carne? Porque cuando Cristo murió y resucitó, caducó, esos apóstoles
dejaron de ser apóstoles. Ellos no estaban supuestos a predicar más. O
sea, hasta allí. Ellos eran apóstoles hasta que Cristo muriera en la
cruz. Al ponerle fin a la ley, entonces los 11 se quedaron sin trabajo,
cerraron la fábrica de la circuncisión.
Pero, en cambio, ellos hicieron una
huelga y mataron a Pablo, y siguieron con la fábrica de la circuncisión
y se metieron en Roma, y de Roma pasaron a España y nos fastidiaron a
todos los gentiles.
Ese es el misterio de la iniquidad.
Eso es lo que sucedió. Y nos han engañado; los católicos, los
evangélicos, todos los protestantes, los mormones, los Testigos de
Jehová. Todos nos engañaron con circuncisión.
Mire, si huele a ley, salga de ahí. Si
huele a prohibiciones y a rudimentos doctrinales, no se meta ahí, que
tarde o temprano le van a dar un rasguño. Coma gracia, el evangelio
revelado al apóstol Pablo.
Dice,
verso
13.
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos,
que se disfrazan como apóstoles de Cristo.”
Mira. ¿Cómo ellos se disfrazan como
apóstoles de Cristo? Pues, hablándote de Jesús de Nazaret, hablándote de
las doctrinas de Jesús de Nazaret, mientras estaba aquí en la tierra.
Ellos te hablan de Jesús de Nazaret: Jesús de Nazaret lavó pies, vamos a
lavar pies; Jesús de Nazaret te dijo que te dé aquí, pon la otra
mejilla, pues ellos hacen eso –hipócritamente- y se disfrazan. Jesús de
Nazaret lo bautizaron, pues entonces, ellos bautizan. Jesús de Nazaret
fue a la última cena, pero ellos dijeron – no, no es la última, vamos a
seguir cenando-.
¿No le llaman la última? Pues, cuando
Cristo cenó allí dijo: –¡Basta!, hasta aquí. Ya la pascua es
sacrificada. Yo soy el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,
quito el pecado, lo eché fuera. Vamos a comenzar un pacto nuevo.
(Aplausos)
Oye, mira lo que dice el
verso 14, peligroso éste:
“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de
luz.
Así que, no es extraño si también sus… ministros se disfrazan como
ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco…”
Tú sabes que yo tengo que decir lo
mismo hoy, -que nadie me tenga por loco-, porque es que yo parezco un
loco. Tú no vez que yo estoy en contra de la corriente. En este
ministerio parecemos locos. Tú no ves que nosotros estamos en contra de
todo lo que está establecido como religión. Porque si tiene
circuncisión, no lo podemos aceptar.
Dice:
“Otra vez os digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera,
recibidme como a loco, para que yo también me gloríe un poquito.
Lo que hablo, no lo hablo
según el Señor, sino como en locura,
con esta confianza de gloriarme.
Puesto que muchos se glorían
según la carne, también yo me gloriaré;
porque de buena gana toleráis a los necios…”
¿A quiénes?
Él le llamó necios a los apóstoles.
Bueno, le dijo a Pedro que estaba de condenar, ahora le llama necio. Ah,
y Jesús dice “a nadie llaméis
necio”. En los días de su carne, él dijo no le llames necio a nadie,
porque esa es la palabra más fea que tú le puedes decir a un ser humano,
“necio”.
No le llames necio a un hijo tuyo,
porque tú le estás llamando fraudulento, le estás diciendo que no es ni
hijo tuyo. Por eso es que él le llamó necioa a los apóstoles.
Dice:
“…necios, siendo vosotros cuerdos.
“Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora,
si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de
bofetadas.
Para vergüenza mía lo digo, para eso fuimos demasiado débiles.
Pero en lo que otro tengo osadía (hablo con locura), también yo tengo
osadía.
¿Son hebreos? Yo también.
¿Son Israelitas? Yo también.
¿Son descendientes de Abraham? También yo.
¿Son ministros de Cristo? (como si estuviera loco hablo)
Yo más;
en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más;
en peligro de muertes muchas veces.
De los judíos…”
¡Hello!
¿De quién? ¿De los demonios?
“De los judíos…, cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
Tres veces hemos sido azotados
con varas; una vez apedreado;
tres veces he padecido naufragio;
una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;
en caminos muchas veces; en
peligros de ríos, peligro de ladrones,
peligro de los de mi nación, peligro de los gentiles, peligros en la
ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar…”
No estaba American Airlines, él tenía que irse… y no había esos
trasatlánticos. Él tenía que cruzar para predicar gracia, para predicar
la gracia, este mensaje que ha sido escondido por dos mil años, que tú y
yo hoy lo representamos. Que tú y yo lo representamos.
Qué importa lo que digan de ti -que
estás loco-, mira a nosotros nos llaman que somos herejes. La gente
piensa que estamos hasta equivocados. A mí una muchacha hoy me dijo:
-¿Pero, tú eres de la nueva era?
Y yo le dije: -Qué nueva era, si yo
soy de hace dos mil años .
-Es que tú hablas diferente.
-Seguro que hablo diferente.
Tú no ves que ella también ha sido
engañada, de una Iglesia Bautista. Me da tanta pena, porque yo fui
bautista, imagínate, siete años, si conoceré yo a los bautistas.
Dice: –No, es que yo voy a una de las
mejores religiones, Bautistas.
Y, yo le dije: -Ahí trabajé yo, siete
años.
-Sí, pero yo no soy de esos
pentecostales que dicen –aleluya-.
-Ahí estuve yo catorce años.
Yo a veces me pregunto: Señor, ¿y por
qué tú me permitiste estar ahí, estar allá?
Católico, desde pequeño. Imagínate,
pues yo sé de lo que yo estoy hablando.
Dice,
2 Corintios 11:27.
“En trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed,
en muchos ayunos…”
Y estos no son ayunos de esos, esto es
que no había comida.
“…en frío y en desnudez.”
Porque está hablando de sufrimiento,
no está hablando de ayunos de esos de que hay comida, pero voy a ayunar.
No, no es que no había.
Ahora, este es el detalle más
importante, mira.
“Y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día,
la preocupación por,
qué, por todas las iglesias.”
¿Por cuantas? Todas.
Dice:
“¿Quién enferma y yo no enfermo?
¿A quién se le hace tropezar y yo no me indigno?
Si es necesario gloriarse, me
gloriaré en lo que es de mi debilidad.
El Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.
En Damasco, el gobernador de
la provincia del Rey Aretas guardaba
la ciudad de los damascenos
para prenderme;
y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana
y escapé de sus manos.”
Oye, ese Pablo sí que sufrió. Yo no, a
mí no me ha pasado nada, y yo predico lo mismo que él. Ese sí que
sufrió.
Y, mira cómo sufrió. Esto sí que se
llama sufrimiento. Hechos
capítulo 20, verso 24. Aquí registrando ya el fin de los viajes de
Pablo.
“Pero de ninguna cosa hago
caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi
carrera con gozo
y el ministerio que recibí del Señor Jesús,
para dar testimonio del evangelio,…”
¿De la circuncisión?
¡Hello! ¿De qué?
“…de la gracia de Dios.”
¿Cuál es el evangelio que se predica
aquí? La gracia de Dios.
Dice,
verso 25.
“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros,
entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi
rostro.”
Ya él sabe que va a morir. Dice
-ninguno de ustedes me va a ver más-.
Dice:
“Por tanto, yo os protesto en
el día de hoy,
que estoy limpio de la sangre de todos;
porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
Por tanto, mirad por vosotros,
y por todo el rebaño
en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos,
para apacentar la iglesia
del Señor,
la cual él ganó por su propia sangre.
Porque yo sé…”
Esto es una profecía. Él la sabía.
“…yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros
lobos rapaces, que no
perdonarán al rebaño.”
¿Tú sabes quiénes eran los jefes de
los lobitos rapaces?
Pedro, Jacobo y Juan, tres apóstoles
de Jesucristo, en los días de su carne. Oye, esto suena tan
contradictorio.
–Apóstol, en qué cabeza cabe que son
apóstoles de Jesucristo y ahora, él resucita y ahora se convierten en
enemigos de él mismo.
Eso está bien raro. ¿Verdad que sí? ¿Ah?
Por eso es que a nosotros nos
confunden, porque dicen: -¿Pero, cómo ellos van a decir eso?
Pero, si te acabo de demostrar que le
dieron señal de compañerismo a Pablo y al ratito tenían a Bernabé al
otro lado. Y, te acabo de demostrar, que siendo las autoridades y
columnas, Pablo dijo: -Pedro, tú estás de condenar-. Te lo acabé de
demostrar.
Entonces dice, que entrarán lobos rapaces, y qué dice,
verso 29.
“Porque yo
sé que después de mi partida
entrarán en medio de vosotros lobos
rapaces, que no perdonarán al rebaño.
Y de vosotros mismos,
los que estaban ya dentro de la llamada iglesia,
se levantarán hombres que
hablen cosas perversas
para arrastrar tras sí a los discípulos.
Por tanto, velad, acordándoos
que por tres años, de noche y de día,
no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
Y ahora, hermanos, os
encomiendo a Dios,
y a la palabra,
no de la
circuncisión, no de la ley,
la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros
y daros herencias con todos los santificados.”
Triste, ¿verdad que sí?
-Pastor, apóstol, ¿por qué razón los
mismos apóstoles de él se fueron en contra de él, después que él
resucitó?
Romanos 15, verso 7.
Para que entiendan por qué los
apóstoles del Señor Jesucristo, en los días de su carne, se convirtieron
en los peores enemigos de la causa de Jesucristo. ¿Por qué? Por esta
simple razón, la vas a ver en el evangelio. Verso 7.
“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos
recibió,
para gloria de Dios.
Pues os digo, que Cristo
Jesús…”
No,
Jesucristo. Ahora estamos hablando de Cristo Jesús, porque Pablo, si te
habla de la carne, te pone Cristo Jesús; si te habla después de que
resucitó es Jesucristo.
¡Hello! ¿Tú me escuchaste, bendecido?
Dice:
“Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo...”
¿De la incircuncisión?
Del judaísmo.
“…siervo de la
circuncisión,
para mostrar la verdad de Dios,
para confirmar las promesas hechas a los padres,
y para que los gentiles
glorifiquen a Dios por su misericordia,
como está escrito…”
En otras palabras, Cristo Jesús vivió
siervo de la ley, pero cuando resucita, el cuadro cambia y los apóstoles
no entienden. Porque ellos imitaban a quién, a Jesús, en los días de su
carne, porque él fue siervo de la circuncisión, porque él -en carne-
nació judío y él tenía que comportarse como judío, para mostrar la
verdad de Dios, tenía que cumplirle a la ley. Cuando muere, el fin de la
ley es qué, Cristo. Entonces, comienza otra etapa y los once se quedan
con la mentalidad del judaísmo.
Por eso, ahí mismo en
Romanos 7:4, por si hay alguna visita y -naturalmente hay
miles de visitas a
través del internet-, que no han entendido a Romanos 7:4, que yo nunca
me canso de leerlo, porque tiene que ver con este tema.
Romanos 7:4.
“Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley
mediante el cuerpo de Cristo.”
¿Jesucristo ó Cristo
Jesús?
Aquí evitó el Jesús, pero cuando dice
Cristo primero, Cristo Jesús, está hablando en los días de su carne,
porque él vino a cumplir la ley.
¿Lo estás viendo ahí escrito? Esto es
un misterio. Tienes que escucharme con detenimiento, bendecido que me
oyes por el internet, porque si no nunca vas a entender la ciencia de
Dios y te vas a ir en contra de Dios, amando a Dios.
Para eso estamos nosotros, para
mostrar la verdad de Dios.
¿No es para eso que estamos nosotros
aquí en Miami con una inversión? Mire, meter esa cámara al mundo entero
ahora mismo, eso es una clase de inversión. ¿Usted sabe lo que cuesta
meter eso todos los miércoles al mundo entero? Cada uno de ustedes tiene
que sembrar aquí mil dólares, por lo menos, para poder cubrir los
gastos. Así que, si sembraste menos de mil dólares, imagínatelo.
Dios hace esto, porque estamos en la
trompeta final.
Pablo dijo –mira, esto va a ser así
por un tiempo, pero al final, se tocará la trompeta-, y entonces, yo
estoy tocando esa trompeta, con sonido cierto, que se vea.
Y, mira lo que dice
Romanos 7:4. Este es el
misterio más lindo que yo he explicado, mira, 7:4.
“Así también vosotros, hermanos míos,
romanos,
habéis muerto a la ley mediante el cuerpo Cristo...”
¿Cómo se llamó al cuerpo de Cristo?
Jesús de Nazaret.
“…para que seáis…”
¿Del mismo?
“…de otro…”
¿Del mismo? ¿De Jesús de Nazaret?
No. De otro.
¿Y, quién es el otro?
“Del que resucitó de los muertos, a fin de que llevéis fruto para
Dios”
Oye. (Aplausos)
La pregunta que yo le hago a miles de
personas que me están escuchando a través del internet: ¿Eres tú ya del
otro? ¿O, todavía tú guardas la semana santa, todavía bautizas, todavía
tomas la santa cena, todavía estás en obras, todavía estás reprendiendo
demonios, todavía estás ungiendo? ¿Todavía tú no eres del otro?
¿Todavía? ¿O sea, tú imitas a Jesús de Nazaret? ¿Eres tú de esas
iglesias evangélicas que dicen -en el nombre de Jesús de Nazaret-?
Ya no se puede orar así. Ahora es en
el nombre del otro, del que resucitó de los muertos.
Mire, le digo esto, porque usted va a
ver programas radiales, va a ver televisión, y si usted es –yo no quiero
que tú seas lo que yo voy a decir ahora-, pero si tú eres, cómo se
llaman esas personas que son
naïve, ingenuos, si tú eres ingenuo, tú eres de los miles y miles,
pedazos de carne, de esta
tierra que dicen –ay, qué bonito predicó-, sin entender el espíritu que
hay debajo de esa predicación.
-Ay, qué lindo, mira, ese reverendo,
me gusta cómo habla. Oye, qué linda quedó la misa del padre tal.
A mí me da coraje, porque, oye es que
no hay celo por la verdad de Dios. Me duele eso. Y, cómo engañan a
miles.
Mire, esos de la rosa bendecida, la
falsedad esa que vino de Brasil. Y, los pobrecitos por ahí buscando una
sanidad del cuerpo físico, en vez de sanarse de la cabeza, lo que buscan
es sanarse, y con la rosita bendecida.
Y, tú los vez todos diciendo –desde
que yo llegué a la Iglesia Universal, yo me sané de esto, yo me sané de
aquello, y yo…- Pero, ¿están dando fruto para Dios? ¿Eres del otro ó
estás todavía con Jesús de Nazaret? Bebiéndote una copa de agua y que
una rosa bendecida.
Esto se dijo en Roma –hermanos-, de
Roma es que sale la falsedad, porque Pablo le advirtió esto a Roma.
Pero, Pedro siguió con Jesús de Nazaret, siguieron las procesiones
católicas, siguió el rosario con el crucifijo, con el Cristo guindado
ahí, muerto todavía. De ahí es que sale el engaño, de Roma, de El
Vaticano. Esa es la enseñanza más diabólica, que comenzó hace 2,000 años
atrás. Y, la comenzó Pedro, el primer mentiroso, el primer inicuo, que
menciona la Biblia. Y luego, el apóstol del amor, Juan, el que se
recostaba de Jesús.
Perdone, que yo hable así. Por eso es
que yo me busco problemas, ¿verdad que sí? Pues, yo quiero que tú te
busques también, porque yo estoy cansado de buscármelos yo solo.
(Aplausos)
Mira, yo quiero que cuando tú te
mueras, se diga algo de ti, que no te vayan a enterrar por ahí, que te
dio un ataque al corazón y digan: -¿Quién se murió?
-Fulano
de tal.
- ¿De dónde vino?
-De tal lado.
-¿Qué hizo?
-Pues, tuvo tantos hijos y una esposa
ó dos.
-¿Y, qué más hizo?
-Bebió ron, bailó, después se
convirtió, fue a la iglesia y dejó de beber ron y dejó de bailar y de
pachanguear.
-Pero, ¿qué más hizo?
-No, no, no, no hizo nada.
¿Tú sabes lo que es que tú te mueras y
que no haya nada bueno que decir de ti? Oye, que digan: -Él
logró explicarle el evangelio a
un bendecido. Oye, y lo guió y lo siguió hasta que lo entendió y lo hizo
pertenecer al Otro.
Yo me puedo morir esta noche
tranquilito. No quiero, no lo recibo. Pero, yo sé que se puede decir ya
algo de mí. Ya, si me muere, pueden decir –mira, el hombre hizo ruido-.
Pues, yo quiero que digan algo de ti,
bueno –celoso, celoso por la verdad-. Oye, que los hijos tuyos digan
–muchacho, mi papá, con todo, no ganaba mucho o ganaba bastante, pero
celoso por la verdad del evangelio, combatió contra la mentira-.
¿Tú sabes cuál es el tema de hoy? La
Doctrina del Hijo de Perdición, que es judaísmo. ¿Por qué judaísmo?
Porque los judíos todavía están esperando a Cristo, por lo tanto -para
ellos- Cristo murió hace 2,000 años en vano. Por eso es que tienen
problemas, por eso es que han estado expatriados por todas partes.
Mira, ¿tú sabes cuándo Jerusalén vino
a tener una alcaldía? En el 1948. Por eso los palestinos están molestos
con ellos, porque llegaron los otros días y ya se quieren quedar con
todo, porque ellos se creen que ellos son la última coca cola del
desierto.
No, Dios los expatrió por todas
partes, han sufrido, por negar que Jesucristo murió y llevó el pecado de
ellos, y ellos lo han negado hasta este día. Y eso hay que pagarlo, se
paga. Eso es menospreciar a Dios. (Aplausos)
Oye, bendecido, yo no tengo que
coraje, yo lo que tengo es celo por la verdad de Dios. Yo lo que quiero
es que esta palabra corra. Se está tocando la trompeta hace quince años,
tenemos veintidós naciones alcanzadas. Necesitamos alcanzar el resto y
lo vamos a hacer, porque la palabra de Dios no está presa. Bendecidos.
(Aplausos) |