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LA DOCTRINA DEL HIJO DE PERDICIÓN - Parte B

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LA DOCTRINA DEL HIJO DE PERDICIÓN Parte B

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA JESUCRISTO HOMBRE

 

10 de febrero de 2013

 

 

Continuación… Tema: “La Doctrina del Hijo de Perdición Parte B”.

 

Porque te dejas llevar de eso y te van a lastimar. Yo no quiero que te lastimen, yo quiero que tú camines en victoria, que camines con una mente limpia, clara, conforme a la ciencia de Dios y no conforme a la ciencia de los judíos, ni del hombre, ni de los parasicólogos, que eso no te va a ayudar a ti. Tú no ves que eso no tiene base bíblica. Lo que estamos hablando tiene base bíblica.

 

Entonces, qué pasa, bueno, mira, si acabando la reunión, ya en el verso 11, mira léelo. Gálatas 2:11.

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara,

porque era de condenar.”

 

En otras palabras, pasaron dos meses de la reunión y ya Pablo le dice: -Mira, tú eres un hipócrita, Pedro. Mira, Pedro… Es más, a mí me está, que tú no eres ni salvo. A mí me está, que tú eres un hijo de perdición, porque tú estás de condenar-.

 

Usted no ve que el hijo de perdición son los que han dañado el mundo. No estamos hablando de dos o tres iglesitas, hermano, estamos hablando del mundo. Mire, el terrorismo de ahora tiene que ver con estas cositas que estamos hablando.

 

Tú sabes que ahora mismo en Miami todos esos programas radiales –mire, gracias a Dios que yo no soy terrorista-, pero yo ya le hubiera metido una bomba a todos esos programas radiales. Sí. Yo soy otro tipo de terrorista. Yo soy terrorista de información en contra de la mentira. (Aplausos)

 

Pero, mira, cuando yo escucho un evangélico, un ignorante de estos en las radios diciendo: -Miren, tengan cuidado con el arbolito de navidad, que eso viene del Rey Tiro, que le dijo, que eso es paganismo, que las bombillitas, que se le meten los demonios a los niños...

 

Escuchar estupideces así, pues entonces, a uno le da celo.

 

Y de eso está lleno en Miami. No, y lo grande es que se les llenan las iglesias así: -que si la rosa bendecida, que si el aceitico, que si la semillas de olivos de allá, de Jerusalén-. De Jerusalén nada bueno ha salido. Lo único que salió fue Jesucristo y lo mataron, imagínate. Salió de allí corriendo.

 

-Que si la Tierra Santa-. Eso no tiene nada de santo, hermano. Qué santo ni santo.

 

Es más, si tú quieres ver lo que tiene de santo, ahí mismo en Gálatas te lo dice. Gálatas 4:25.

 

“Porque Agar es  el monte Sinaí en Arabia,…”

 

 ¡Hello! Árabe. ¡Hum! Atta, el de las torrecitas gemelas, mira. Esos son hijos, son familia de Agar, esos niños, sabes.

 

“Porque Agar es  el monte Sinaí en Arabia,

y corresponde a la Jerusalén, qué, actual,

 pues ésta, junto con sus hijos, está en, qué, en esclavitud.

 

Mas la Jerusalén de arriba,…”

 

 Símbolo, porque hay una sola Jerusalén. Si hay una más arriba será aquí en Miami.

 

“Más la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros,

es qué, es libre.”

 

¿Pero, la actual cómo está? En esclavitud.

 

Allí no hay que ir a nada. Y estos grupos evangélicos, que se pasan haciendo excursiones para allá, cobrando 1,500 dólares, y que para que vayas allá a bendecirte y a bautizarte.

 

Estas cosas hay que decirlas, porque esos son parte de la doctrina del hijo de perdición. Judaísmo.

 

Mira, el bautismo en agua es parte de la doctrina del hijo de perdición, bautizarte en agua.

–¿Ay, Pastor, el bautismo? Si eso fue lo que se salvó a mi hijo de que cuando se muera no vaya a dónde, al limbo.

 

Eso es judaísmo, esos son lavamientos, esas son fiestas judías.

 

¿Eso de la santa cena, del pancito y del vinito? Esas son todas fiestas judías, eso es pascua judía, esos son símbolos. Y, las iglesias evangélicas están llenas de todo eso.

 

Eso de lavar los pies, ahora hay una cosa aquí, que se metió por aquí al norte de Florida, de lavar los pies. Entonces, todo el mundo pasa, si tú quieres ser humilde, -déjame lavarte los pies a ti-, imagínate. Y yo lavándote los pies a ti, expuesto a que tú vengas del trabajo sin bañarte.

 

¿Para mostrar humildad? La humildad no se muestra lavándole los pies a nadie. Eso no es humildad.

 

Todo eso es judaísmo. Todo eso es doctrina del hijo de perdición.

 

Eso de que te unjan con aceite. Cuando el cura empieza con la cosita esa, óleo y todo eso, todo eso es doctrina del hijo de perdición, hermano.

 

-¿Pastor, y usted se atreve a hablar así, expuesto a que esté equivocado?

 

Cómo yo voy a estar equivocado, si te estoy leyendo el evangelio. Eso está ahí, eso está claro y los que me conocen por años saben lo que yo estoy hablando. Hablo así por causa del internet.

 

Fíjate, vamos a buscar en Segunda carta a los Corintios capítulo 11, verso 13.

 

“Porque estos son falsos apóstoles,…”

 

Hablando de Pedro, Juan y Santiago, el contexto, hermano. Yo no estoy sacando aquí palabras del contexto para hacer un pretexto. Yo estoy hablando con el texto.

 

“Porque  estos son falsos apóstoles…”

 

¿Tú sabes por qué ellos son falsos apóstoles, los 11 apóstoles del Señor Jesucristo, en los días de la carne? Porque cuando Cristo murió y resucitó, caducó, esos apóstoles dejaron de ser apóstoles. Ellos no estaban supuestos a predicar más. O sea, hasta allí. Ellos eran apóstoles hasta que Cristo muriera en la cruz. Al ponerle fin a la ley, entonces los 11 se quedaron sin trabajo, cerraron la fábrica de la circuncisión.

 

Pero, en cambio, ellos hicieron una huelga y mataron a Pablo, y siguieron con la fábrica de la circuncisión y se metieron en Roma, y de Roma pasaron a España y nos fastidiaron a todos los gentiles.

 

Ese es el misterio de la iniquidad. Eso es lo que sucedió. Y nos han engañado; los católicos, los evangélicos, todos los protestantes, los mormones, los Testigos de Jehová. Todos nos engañaron con circuncisión.

 

Mire, si huele a ley, salga de ahí. Si huele a prohibiciones y a rudimentos doctrinales, no se meta ahí, que tarde o temprano le van a dar un rasguño. Coma gracia, el evangelio revelado al apóstol Pablo.

 

Dice, verso  13.

  

“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos,

que se disfrazan como apóstoles de Cristo.”

 

Mira. ¿Cómo ellos se disfrazan como apóstoles de Cristo? Pues, hablándote de Jesús de Nazaret, hablándote de las doctrinas de Jesús de Nazaret, mientras estaba aquí en la tierra. Ellos te hablan de Jesús de Nazaret: Jesús de Nazaret lavó pies, vamos a lavar pies; Jesús de Nazaret te dijo que te dé aquí, pon la otra mejilla, pues ellos hacen eso –hipócritamente- y se disfrazan. Jesús de Nazaret lo bautizaron, pues entonces, ellos bautizan. Jesús de Nazaret fue a la última cena, pero ellos dijeron – no, no es la última, vamos a seguir cenando-.

 

¿No le llaman la última? Pues, cuando Cristo cenó allí dijo: –¡Basta!, hasta aquí. Ya la pascua es sacrificada. Yo soy el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, quito el pecado, lo eché fuera. Vamos a comenzar un pacto nuevo. (Aplausos)

 

Oye, mira lo que dice el verso 14, peligroso éste:

 

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

 

Así que, no es extraño si también sus… ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

 

Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco…”

 

Tú sabes que yo tengo que decir lo mismo hoy, -que nadie me tenga por loco-, porque es que yo parezco un loco. Tú no vez que yo estoy en contra de la corriente. En este ministerio parecemos locos. Tú no ves que nosotros estamos en contra de todo lo que está establecido como religión. Porque si tiene circuncisión, no lo podemos aceptar.

 

 

Dice:      

 

“Otra vez os digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera,

recibidme como a loco, para que yo también me gloríe un poquito.

 

 Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura,

con esta confianza de gloriarme.

 

 Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré;

 

porque de buena gana toleráis a los necios…”

 

¿A quiénes?

 

Él le llamó necios a los apóstoles. Bueno, le dijo a Pedro que estaba de condenar, ahora le llama necio. Ah, y Jesús dice “a nadie llaméis necio”. En los días de su carne, él dijo no le llames necio a nadie, porque esa es la palabra más fea que tú le puedes decir a un ser humano, “necio”. 

 

No le llames necio a un hijo tuyo, porque tú le estás llamando fraudulento, le estás diciendo que no es ni hijo tuyo. Por eso es que él le llamó necioa a los apóstoles.

 

Dice:

 

“…necios, siendo vosotros cuerdos.

 

“Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora,

si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas.

 

Para vergüenza mía lo digo, para eso fuimos demasiado débiles.

 

Pero en lo que otro tengo osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.

 

¿Son hebreos? Yo también.

¿Son Israelitas? Yo también.

¿Son descendientes de Abraham? También yo.

 

¿Son ministros de Cristo? (como si estuviera loco hablo)

Yo más;

en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más;

en peligro de muertes muchas veces.

   

 De los judíos…”

 

 ¡Hello! ¿De quién? ¿De los demonios?

 

“De los judíos…, cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

 

 Tres veces hemos sido azotados con varas; una vez apedreado;

tres veces he padecido naufragio;

una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;

 

 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligro de ladrones,

peligro de los de mi nación, peligro de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar…”

 

No estaba American Airlines, él tenía que irse… y no había esos trasatlánticos. Él tenía que cruzar para predicar gracia, para predicar la gracia, este mensaje que ha sido escondido por dos mil años, que tú y yo hoy lo representamos. Que tú y yo lo representamos.

 

Qué importa lo que digan de ti -que estás loco-, mira a nosotros nos llaman que somos herejes. La gente piensa que estamos hasta equivocados. A mí una muchacha hoy me dijo: -¿Pero, tú eres de la nueva era?

 

Y yo le dije: -Qué nueva era, si yo soy de hace dos mil años .

-Es que tú hablas diferente.

-Seguro que hablo diferente.

 

Tú no ves que ella también ha sido engañada, de una Iglesia Bautista. Me da tanta pena, porque yo fui bautista, imagínate, siete años, si conoceré yo a los bautistas.

 

Dice: –No, es que yo voy a una de las mejores religiones, Bautistas.

Y, yo le dije: -Ahí trabajé yo, siete años.

-Sí, pero yo no soy de esos pentecostales que dicen –aleluya-.

-Ahí estuve yo catorce años.

 

Yo a veces me pregunto: Señor, ¿y por qué tú me permitiste estar ahí, estar allá?

 

Católico, desde pequeño. Imagínate, pues yo sé de lo que yo estoy hablando.

 

Dice, 2 Corintios 11:27.

 

“En trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed,

en muchos ayunos…”

 

Y estos no son ayunos de esos, esto es que no había comida.

 

“…en frío y en desnudez.”

 

Porque está hablando de sufrimiento, no está hablando de ayunos de esos de que hay comida, pero voy a ayunar. No, no es que  no había.

 

Ahora, este es el detalle más importante, mira.

 

“Y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día,

la preocupación por, qué, por todas las iglesias.”

 

¿Por cuantas? Todas.

 

Dice:

 

“¿Quién enferma y yo no enfermo?

¿A quién se le hace tropezar y yo no me indigno?

 

 Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.

  

 El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.

 

 En Damasco, el gobernador de la provincia del Rey Aretas guardaba

 la ciudad de los damascenos para prenderme;

 

y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana

y escapé de sus manos.”

 

Oye, ese Pablo sí que sufrió. Yo no, a mí no me ha pasado nada, y yo predico lo mismo que él. Ese sí que sufrió.

 

Y, mira cómo sufrió. Esto sí que se llama sufrimiento. Hechos capítulo 20, verso 24. Aquí registrando ya el fin de los viajes de Pablo.

 

 “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo

y el ministerio que recibí del Señor Jesús,

para dar testimonio del evangelio,…”

 

¿De la circuncisión?

 

¡Hello! ¿De qué?

 

“…de la gracia de Dios.”

 

¿Cuál es el evangelio que se predica aquí? La gracia de Dios.

 

Dice, verso 25.

 

“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros,

entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.”

 

Ya él sabe que va a morir. Dice -ninguno de ustedes me va a ver más-.

 

Dice:

 

 “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy,

que estoy limpio de la sangre de todos; 

porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.

 

 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño

en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos,

para apacentar la iglesia  del Señor,

la cual él ganó por su propia sangre.

   

 Porque yo sé…”

 

Esto es una profecía. Él la sabía.

 

“…yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros

lobos  rapaces, que no perdonarán al rebaño.”

 

¿Tú sabes quiénes eran los jefes de los lobitos rapaces?

 

Pedro, Jacobo y Juan, tres apóstoles de Jesucristo, en los días de su carne. Oye, esto suena tan contradictorio.

 

–Apóstol, en qué cabeza cabe que son apóstoles de Jesucristo y ahora, él resucita y ahora se convierten en enemigos de él mismo.

 

Eso está bien raro. ¿Verdad que sí? ¿Ah?

 

Por eso es que a nosotros nos confunden, porque dicen: -¿Pero, cómo ellos van a decir eso?

 

Pero, si te acabo de demostrar que le dieron señal de compañerismo a Pablo y al ratito tenían a Bernabé al otro lado. Y, te acabo de demostrar, que siendo las autoridades y columnas, Pablo dijo: -Pedro, tú estás de condenar-. Te lo acabé de demostrar.

 

Entonces dice, que entrarán lobos rapaces, y qué dice, verso 29.

 

  “Porque yo sé  que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos  rapaces, que no perdonarán al rebaño.

 

 Y de vosotros mismos, los que estaban ya dentro de la llamada iglesia,

se levantarán hombres que hablen cosas perversas

para arrastrar tras sí a los discípulos.

 

 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día,

no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

 

 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios,

y a la palabra, no de la circuncisión, no de la ley,

la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros

y daros herencias con todos los santificados.”

 

Triste, ¿verdad que sí?

 

-Pastor, apóstol, ¿por qué razón los mismos apóstoles de él se fueron en contra de él, después que él resucitó? 

 

Romanos 15, verso 7.

 

Para que entiendan por qué los apóstoles del Señor Jesucristo, en los días de su carne, se convirtieron en los peores enemigos de la causa de Jesucristo. ¿Por qué? Por esta simple razón, la vas a ver en el evangelio. Verso 7.

 

“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió,

para gloria de Dios.

 

 Pues os digo, que Cristo Jesús…”

 

 No, Jesucristo. Ahora estamos hablando de Cristo Jesús, porque Pablo, si te habla de la carne, te pone Cristo Jesús; si te habla después de que resucitó es Jesucristo.

 

¡Hello! ¿Tú me escuchaste, bendecido?

 

Dice:

 

“Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo...”

 

¿De la incircuncisión?

 

Del judaísmo.

 

“…siervo de la  circuncisión, para mostrar la verdad de Dios,

para confirmar las promesas hechas a los padres,

 

 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia,

como está escrito…”

 

En otras palabras, Cristo Jesús vivió siervo de la ley, pero cuando resucita, el cuadro cambia y los apóstoles no entienden. Porque ellos imitaban a quién, a Jesús, en los días de su carne, porque él fue siervo de la circuncisión, porque él -en carne- nació judío y él tenía que comportarse como judío, para mostrar la verdad de Dios, tenía que cumplirle a la ley. Cuando muere, el fin de la ley es qué, Cristo. Entonces, comienza otra etapa y los once se quedan con la mentalidad del judaísmo.

 

Por eso, ahí mismo en Romanos 7:4, por si hay alguna visita y -naturalmente hay  miles  de visitas a través del internet-, que no han entendido a Romanos 7:4, que yo nunca me canso de leerlo, porque tiene que ver con este tema.  Romanos 7:4.

 

“Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley

mediante el cuerpo de Cristo.”

 

¿Jesucristo ó Cristo Jesús?

 

Aquí evitó el Jesús, pero cuando dice Cristo primero, Cristo Jesús, está hablando en los días de su carne, porque él vino a cumplir la ley.

 

¿Lo estás viendo ahí escrito? Esto es un misterio. Tienes que escucharme con detenimiento, bendecido que me oyes por el internet, porque si no nunca vas a entender la ciencia de Dios y te vas a ir en contra de Dios, amando a Dios.

 

Para eso estamos nosotros, para mostrar la verdad de Dios.

 

¿No es para eso que estamos nosotros aquí en Miami con una inversión? Mire, meter esa cámara al mundo entero ahora mismo, eso es una clase de inversión. ¿Usted sabe lo que cuesta meter eso todos los miércoles al mundo entero? Cada uno de ustedes tiene que sembrar aquí mil dólares, por lo menos, para poder cubrir los gastos. Así que, si sembraste menos de mil dólares, imagínatelo.

 

Dios hace esto, porque estamos en la trompeta final.

 

Pablo dijo –mira, esto va a ser así por un tiempo, pero al final, se tocará la trompeta-, y entonces, yo estoy tocando esa trompeta, con sonido cierto, que se vea.

 

Y, mira lo que dice Romanos 7:4. Este es el misterio más lindo que yo he explicado, mira, 7:4.

        

“Así también vosotros, hermanos míos, romanos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo Cristo...”

 

¿Cómo se llamó al cuerpo de Cristo? Jesús de Nazaret.

     

“…para que seáis…”

 

¿Del mismo?

 

“…de otro…”

 

¿Del mismo? ¿De Jesús de Nazaret?

 

No. De otro.  

 

¿Y, quién es el otro?

 

“Del que resucitó de los muertos, a fin de que llevéis fruto para Dios”

 

Oye. (Aplausos)

 

La pregunta que yo le hago a miles de personas que me están escuchando a través del internet: ¿Eres tú ya del otro? ¿O, todavía tú guardas la semana santa, todavía bautizas, todavía tomas la santa cena, todavía estás en obras, todavía estás reprendiendo demonios, todavía estás ungiendo? ¿Todavía tú no eres del otro? ¿Todavía? ¿O sea, tú imitas a Jesús de Nazaret? ¿Eres tú de esas iglesias evangélicas que dicen -en el nombre de Jesús de Nazaret-?

 

Ya no se puede orar así. Ahora es en el nombre del otro, del que resucitó de los muertos.

 

Mire, le digo esto, porque usted va a ver programas radiales, va a ver televisión, y si usted es –yo no quiero que tú seas lo que yo voy a decir ahora-, pero si tú eres, cómo se llaman esas personas que  son naïve, ingenuos, si tú eres ingenuo, tú eres de los miles y miles, pedazos de carne, de esta  tierra que dicen –ay, qué bonito predicó-, sin entender el espíritu que hay debajo de esa predicación.

 

-Ay, qué lindo, mira, ese reverendo, me gusta cómo habla. Oye, qué linda quedó la misa del padre tal.

 

A mí me da coraje, porque, oye es que no hay celo por la verdad de Dios. Me duele eso. Y, cómo engañan a miles.

 

Mire, esos de la rosa bendecida, la falsedad esa que vino de Brasil. Y, los pobrecitos por ahí buscando una sanidad del cuerpo físico, en vez de sanarse de la cabeza, lo que buscan es sanarse, y con la rosita bendecida.

 

Y, tú los vez todos diciendo –desde que yo llegué a la Iglesia Universal, yo me sané de esto, yo me sané de aquello, y yo…- Pero, ¿están dando fruto para Dios? ¿Eres del otro ó estás todavía con Jesús de Nazaret? Bebiéndote una copa de agua y que una rosa bendecida.

 

Esto se dijo en Roma –hermanos-, de Roma es que sale la falsedad, porque Pablo le advirtió esto a Roma. Pero, Pedro siguió con Jesús de Nazaret, siguieron las procesiones católicas, siguió el rosario con el crucifijo, con el Cristo guindado ahí, muerto todavía. De ahí es que sale el engaño, de Roma, de El Vaticano. Esa es la enseñanza más diabólica, que comenzó hace 2,000 años atrás. Y, la comenzó Pedro, el primer mentiroso, el primer inicuo, que menciona la Biblia. Y luego, el apóstol del amor, Juan, el que se recostaba de Jesús.

 

Perdone, que yo hable así. Por eso es que yo me busco problemas, ¿verdad que sí? Pues, yo quiero que tú te busques también, porque yo estoy cansado de buscármelos yo solo. (Aplausos)

 

Mira, yo quiero que cuando tú te mueras, se diga algo de ti, que no te vayan a enterrar por ahí, que te dio un ataque al corazón y digan: -¿Quién se murió?

-Fulano de tal.

- ¿De dónde vino?

-De tal lado.

-¿Qué hizo?

-Pues, tuvo tantos hijos y una esposa ó dos.

-¿Y, qué más hizo?

-Bebió ron, bailó, después se convirtió, fue a la iglesia y dejó de beber ron y dejó de bailar y de pachanguear.

-Pero, ¿qué más hizo? 

-No, no, no, no hizo nada.

 

¿Tú sabes lo que es que tú te mueras y que no haya nada bueno que decir de ti? Oye, que digan: -Él  logró explicarle el evangelio a un bendecido. Oye, y lo guió y lo siguió hasta que lo entendió y lo hizo pertenecer al Otro.

 

Yo me puedo morir esta noche tranquilito. No quiero, no lo recibo. Pero, yo sé que se puede decir ya algo de mí. Ya, si me muere, pueden decir –mira, el hombre hizo ruido-.

 

Pues, yo quiero que digan algo de ti, bueno –celoso, celoso por la verdad-. Oye, que los hijos tuyos digan –muchacho, mi papá, con todo, no ganaba mucho o ganaba bastante, pero celoso por la verdad del evangelio, combatió contra la mentira-.

 

¿Tú sabes cuál es el tema de hoy? La Doctrina del Hijo de Perdición, que es judaísmo. ¿Por qué judaísmo? Porque los judíos todavía están esperando a Cristo, por lo tanto -para ellos- Cristo murió hace 2,000 años en vano. Por eso es que tienen problemas, por eso es que han estado expatriados por todas partes.

 

Mira, ¿tú sabes cuándo Jerusalén vino a tener una alcaldía? En el 1948. Por eso los palestinos están molestos con ellos, porque llegaron los otros días y ya se quieren quedar con todo, porque ellos se creen que ellos son la última coca cola del desierto.

 

No, Dios los expatrió por todas partes, han sufrido, por negar que Jesucristo murió y llevó el pecado de ellos, y ellos lo han negado hasta este día. Y eso hay que pagarlo, se paga. Eso es menospreciar a Dios. (Aplausos)

 

Oye, bendecido, yo no tengo que coraje, yo lo que tengo es celo por la verdad de Dios. Yo lo que quiero es que esta palabra corra. Se está tocando la trompeta hace quince años, tenemos veintidós naciones alcanzadas. Necesitamos alcanzar el resto y lo vamos a hacer, porque la palabra de Dios no está presa. Bendecidos.  (Aplausos)


LA DESTRUCCIÓN DE LA GRAN RAMERA Y EL VATICANO

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LA DESTRUCCIÓN DE LA GRAN RAMERA

Y EL VATICANO

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

13 de febrero de 2013

 

 

 

Dime una cosa, ¿cuántos ángeles fueron arrastrados? Dice que la cola de Satanás se llevó una tercera parte de los ángeles. ¿Ah? ¿Una tercera parte? ¿Sí?

 

Apocalipsis 12: 4. ¿Qué dice?

 

“Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo,

y las arrojó sobre la tierra.”

 

Estrellas, para tirarlas sobre la tierra -en este caso- está hablando de ángeles.

 

“Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba…” y bueno por ahí.

 

Pero, una tercera parte. ¿Verdad que sí? ¿Ah? Una tercera parte.

 

Y si una tercera parte las arrojó, ¿qué sobraron? Bueno, si es una tercera, quiere decir que sobraron dos terceras, para ser un número fijo, como 100. Entonces, una tercera parte de 100, ¿cuánto es? 33.3 Entonces, si sobran 33.3 + 33.3. ¿Cuánto es?     66.6 (Ovación).

 

Oye, con razón Papá Dios se goza con ese número. 66.6 ¡Qué lindo es ese número! ¿Verdad que sí?  

 

Pero yo todavía tengo, donde yo vivo, todo está lleno, todas las casas están llenas, pero la de al lado derecho nuestro y la de la izquierda están vacías. ¿Nos estamos preguntando por qué estarán vacías? Es que llegan y el automóvil dice: 666, todo dice: 666. Entonces, el que llega allí se lo pierde, porque no tiene sabiduría. Si usted tuviera sabiduría el 666, mire, le cae como anillo al dedo.

 

El tema de hoy es:

LA DESTRUCCIÓN DE LA GRAN RAMERA Y EL VATICANO”

 

Eso es un buen tema.

 

Cuando yo digo algo es porque se va a cumplir. Yo no juego con esto. Pero, ¿cómo que yo digo? Es que eso está escrito. 

 

-No, pero nadie habla de eso.

-Seguro, porque todos estos pastores son ecuménicos.     

 

¿Tú sabes lo que es ecuménico? No, que Dios es amor y uno no puede pensar en muerte y no puede pensar nada. Ellos son ecuménicos. Lo que significa es que ellos dicen ‘amén’ a cualquier cosa.

 

Pero, yo no dije que El Vaticano, que esa ciudad grande, donde vive ese montón de gente, de sacerdotes, culpables y no culpables y todos los pedófilos que hay allí, yo no dije, es que la biblia lo dice.

 

Lo que yo me imagino que un buen entendedor tiene que entender que para que eso suceda, no es un edificio, no, no, es una ciudad; pues para una ciudad coger fuego, imagínate, tienen que caer muchos aviones con combustible. Porque yo no puedo entender cómo se le metan allí con un manguera llena de gasolina a quemar todo aquello allí a regarlo poco a poco.

 

¿De dónde uno aprende? Uno aprende de la gente que está profetizada para destruir eso.

 

Mira, Abraham tuvo dos mujeres: Una esclava, Agar; y otra, la escogida, Sara. Pero que ella, Agar, tuvo un hijo que se llamó Ismael. Entonces, Ismael nació de la esclava, de la árabe y entonces cuando llegó, se estaba acercando el de Sara, -que esos dos niños-, pues cuando llegó el de Sara, ella se enfureció y le dijo a Abraham: -Bótame a esa mujer de aquí y su hijo también, porque se está burlando del mío y éste es el de la promesa y ése no.    

 

Entonces a Abraham le dolió mucho botar ese niño de allí. Pero, entonces, la mamá le dijo: -Oye, no nos dejes así.

-Pues, mira, yo voy a hacer una cosa, yo le voy a pedir a Papá Dios que haga una gran nación de ese niñito, Ismael-, y la hizo. Y esa nación tuvo primitos y se multiplicó, los ismaeles. Hay muchos Ismaelitas.

 

Por ejemplo, dos o tres de ellos fueron los que atacaron las dos torres (gemelas).

 

 

Yo lo que hago es leyendo y como yo soy un conocedor de la Biblia, yo uso la mente, no como esta gente que me critica a mí de la prensa. Que son un montón de ignorantes y se insultan conmigo, porque no conocen un bledo de Biblia.

 

¡Coño! y cuando yo hablo aquí, en seguida empiezan a juzgarme sin saber lo que están hablando. No estoy bravo, eso es un ‘toño de Miami’.

 

Porque eso va a ser destruido. Es más, vayan mudándose de allí. Yo siendo ustedes, si yo viviera en esa ciudad, comienzo a buscarme otro lugar.

 

LO DIJO: JESUCRISTO HOMBRE. (Aplausos).

 

Es más, yo les recomiendo que ni viajen más para allá. Aunque turismo me ponga un “complaint” (una queja) -oye, se nos cayó la venta de turismo-.

¡No viajen para allá más! Porque esa ciudad va a ser quemada. Lo dice la palabra. Está escrito.

 

Yo lo que hago es, que yo tengo los pantalones y el coraje para decir lo que está escrito.

 

Pero estos pastores por ahí, como se pasan, tú sabes, con los curas y con todos, “congraciándose”, tirándole flores al sistema religioso, ellos hablan de pecado -les encanta-, ellos hablan del diablo, pórtate bien, no fumes, no bebas, no vayas aquí y eso es todo lo que hablan estos pastores.

 

Yo no, yo hablo lo que está escrito. Y entonces, tengo que hablarlo. Se moleste quien se moleste.  Aunque tú cojas miedo. Usted tiene ángeles que le cuidan. Usted no tiene que tener miedo. ¿Usted no tiene ángeles? (Aplausos).

 

Si alguien debiera tener miedo soy yo. Pero mire, para yo tener los pantalones que yo tengo, ¿sabe por qué los tengo bien puestos? Porque yo no sabía quién yo era. Yo predicaba gracia, doctrina y doctrina, pero en el 2 mil, comenzó a enderezarse, y yo descubrí poco a poco quién era yo. Y cuando yo me di cuenta de que era Jesucristo Hombre, enseguida los cañones se fueron para El Vaticano.

 

Porque sólo Jesucristo puede profetizar la destrucción, y yo soy un instrumento para que todo ese sistema católico romano se caiga. (Aplausos).

 

Porque es imposible, es imposible que todos estos ‘maricas’ que hay allí de sacerdotes y de cardenales -y yo no tengo nada contra los maricas-, pero que se me escondan bajo la sotana, se las subo. (Aplausos).

 

Y que sigan violando niños, como están violando. ¡OYE ES DEMASIADO!   

 

Y entonces, la Iglesia Católica que tiene embobados a los presidentes, los tiene así mira, como que los tiene mareados, los tiene hipnotizados; y a la gente, la tiene embobada, que están así con la cruz y santa María, madre…, y como que no piensan. Y hasta los niñitos, les salen así como medio, como el que sale en Telegracia. Ese que dice -¿cómo tú le llamas a la niña?

¿Cómo es que le llaman?

-Sally…

 

Imagínate. Y con eso engañan a los niños y destruyen. ¿Y nos vamos a quedar callados nosotros? ¡Noooooo!

 

SON UNOS ABUSADORES. ¡LA IGLESIA CATÓLICA TIENE QUE CERRAR! ¡NO ES QUE DEBE!  ¡ES QUE TIENE QUE CERRAR!  ¡TIENE QUE CERRAR! (Aplausos).

 

Porque eso es falso. Y no sólo ellos, los demás también por ahí van a cerrar.

 

ES MÁS, SI NO CIERRAN, ME QUITO EL TÍTULO DE JESUCRISTO HOMBRE.

 

Y yo, todo lo que he dicho aquí se cumple, todo hasta ahora, en 20 años que llevo aquí hablando. Un día les dije -que un día íbamos a estar en el mundo entero a través del satélite- y estamos ahora. ¿No se los dije? (Ovación de pie).

 

Bueno, pues vamos a comenzar, pueden sentarse.

 

Segunda carta a Tesalónica capítulo 2, verso 1 al 3, y después leemos el verso 8 también.

 

“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo,

Pablo hablando 2 mil años atrás.

 

y nuestra reunión con él…”

 

Él pensaba que iba a poder tener cuerpo y cara para poder reunirse con él, se incluyó él, porque ustedes saben que él es Dios de vivos y de muertos, y allí se incluyó en eso. Aunque sea de la nube de testigos, él pensaba reunirse conmigo.

 

“…os rogamos, hermanos,

que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,

ni os conturbéis, ni por espíritu, actitudes ó palabras, ni por palabra,

ni por carta como si fuera nuestra,

sabiendo que los demás apóstoles iban a escribir como Juan, Santiago.

 

“…en el sentido de que el día del Señor está cerca”.

 

Y cerca -cuando lo escribió- fueron 2 mil años. Pero cerca para él en ese momento eran 2 mil años.

 

“Nadie os engañe en ninguna manera;

porque no vendrá sin que antes venga, qué, la apostasía.”

 

Que eso es apartarse de la fe.

 

Por eso es que usted no ve un pueblo de fe. Usted le dice a la gente: -¿Cómo está?

-Pues ahí…

-¡Ah!, ¿usted está ahí?

-Sí, sí, ahí…

 

-Y ¿cómo le va?

-¡Regular!

O sea, que él no llama -como no está en fe- no te puede decir -no, todo está bien, hermano, llamando las cosas que no son como si fueran-, porque el de fe habla así.

 

Pero hasta que este ministerio no se manifestó nadie hablaba así. Todo mundo decía: -Pues, ahí, como cuando tú eras pobre.

Mira, así hablan: -Ahí en la lucha.

-Ah, está luchando.

-Sí, muchacho.

 

Todo el mundo está en lucha y todo el mundo está en prueba. Así era antes de este ministerio, nadie hablaba en fe. Y todo el mundo decía: -¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Así hablaba la gente: -Y, Dios le bendiga y Dios le guarde y Dios le cuide, y bendiciones.

 

Pero nadie decía: Bendecido-, nadie. Porque esos son códigos que estaban escondidos. Ah, y nadie le llamaba a la iglesia -mi amada-. No, no, no, la llamaban la sinagoga, la pecadora, los hipócritas, los planchados, los estrujados. Todo el mundo tenía nombre para ellos, pero no la amada. No, nunca.

 

Entonces, dice 2da. a Tesalónica 2:3. Dice:

 

“…no vendrá sin que antes venga la apostasía,

y se manifieste, qué, el hombre de pecado,

¿qué dice, además? el hijo de perdición,..”      

 

Quiere decir, que la apostasía es apartarse de la fe. Y el hombre de pecado es toda persona que predica que hay pecado todavía, que Dios te pueda hallar en pecado. Entonces, no vendría.

 

Quiere decir, que eso tomó lugar hasta estos días.

 

Ahora, mira lo que dice el capítulo 2, verso 8:

 

“Y entonces se manifestará aquel inicuo,

a quién el Señor matará con el espíritu de su boca,

y destruirá con, qué, con el resplandor de su venida…”

 

¿Y qué yo soy? El resplandor de su venida.

 

Entonces, yo como resplandor, resplandor es algo que va alumbrando y que va diciendo. Y entonces, en esa manifestación de Jesucristo Hombre es que iban a destruir a ese inicuo y ese inicuo es el papado romano. Y, no sólo de ahí, porque eso viene aun desde el viejo testamento. Aún Jeremías hablaba de la gran Babilonia. Pero ese espíritu iba corriendo hasta estos días, donde se manifestará esa gran destrucción.

 

Entonces dice, vamos a ver Jeremías 51, versos 13 y 14

 

“Tú, la que moras entre muchas aguas,

está probado que Roma está alrededor de muchas aguas.

 

rica en tesoros, tienen muchos tesoros allí encerraditos,.

 

ha venido tu fin,

la medida de tu codicia. El Señor de los ejércitos juró por si mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de la langostas, y levantarán contra ti gritería.”

 

Diga: YO SOY EL CUMPLIMIENTO DE ESA PROFECÍA.

 

Alguien tiene que gritar. Alguien tiene que comenzar a gritar. Hay diferentes formas de gritar: Con pancartas, yo, predicando, cuando yo predique. La idea es que hay que gritar allí.

 

Hay que decir algo, porque se está cumpliendo el momento, hermano. Ahora sí que está bien cerca el momento.

 

Yo les dije a ustedes los otros días, que yo estoy encerrado, y no estoy activo como estaba antes, estoy activo más que nunca, pensando, pero no como estaba antes viajando tanto. Hoy los viajes menguaron, y estoy en un proceso de espera que no es fácil, es doloroso, porque yo siempre he estado tan activo. En el momento de detenerme, pues la mente va a millón, pensando en todas estas cosas.

 

Pero la fecha está llegando, una buena fecha. No es para que te asustes, es para que te goces.

 

Mira lo que dice Apocalipsis capítulo 17 verso 16.

 

“Y los diez cuernos que viste en la bestia,

éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada, y desnuda;

y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;…”

 

Los diez cuernos son 10 presidentes, de diferentes naciones que son amigos de la bestia, de Jesucristo Hombre. O sea, no que sean amigos, pero que creen en él. Y se van a manifestar unos presidentes que la van a desolar.

 

Yo no sé si son familias de Agar o de Ismael. Yo no sé si son de Irak, o de Arabia, de esa área de allá, que no soportan el catolicismo. Ellos se van a encargar.

 

¿Qué dice que ellos harán? Dice: ¿Y quemarán con qué? ¿Cómo dice el verso, verso 16?

 

“…éstos aborrecerán a la ramera,…”

 

¿Quién es la ramera? La Iglesia Católica.

 

“…y la dejarán, qué,

desolada y desnuda; y devorarán sus carnes,

y la quemarán con,  qué, con fuego.”

 

Eso está escrito. ¿No está escrito eso? Diga: ESTÁ ESCRITO.

 

Entonces, yo no sé, porque ellos se tienen que enojar conmigo, si está escrito.

 

Dice, Apocalipsis 18: 8.

 

“Por lo cual en un solo día vendrán sus plagas;

muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego;

porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.”  

 

¿Que, qué? Que la juzga.

 

“Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella,

y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio.”

 

¿Cuándo vean qué? ¿Y donde hay humo, qué hay? FUEGO.

 

“…parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo:

¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte;

porque en una hora vino tu juicio!”

 

Entonces, hoy estamos profetizando de lo que va a suceder.

 

El trabajo de las dos bestias pronto termina. La primera bestia fue Jesús de Nazaret; Juan la vio como una bestia. Él no era ninguna bestia, lo que pasa que tenía carne y toda carne es como bestia. Pero esa bestia, la primera, hizo su trabajo.

 

Y entonces, el trabajo de la segunda bestia, porque en las tres manifestaciones: La primera bestia resucitó y con cuerpo glorificado se fue a morar en luz inaccesible. Pero, entonces bajó en segunda bestia, Jesucristo Hombre, y su segundo trabajo de esa bestia es cuando esto se cumpla.

 

Así que, el fin está llegando. Entonces va a desaparecer la manifestación bestia, hijo, hija.

 

Vamos a ver a Primera carta a los Corintios, capítulo 15 verso 24.

 

Ojalá yo desaparezca y venga en cuerpo glorificado. (Aplausos).

 

Muchacho, no tengo que orar más por las arruguitas, el ejercicio se detiene, las calorías. Todas esas luchas que todos tenemos, ¿verdad que sí, para lucir bien? Digo, los que quieren lucir bien. Hay gente que no les importa y comen como les da la gana y viven como les da la gana y siempre están todos tirados. Pero al que les gusta lucir bien, pues la transformación es lo mejor que puede venir a ellos.

 

“Luego el fin,…”

 

Diga: EL FIN.

 

“…cuando entregue el reino al Dios y Padre,

cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

Porque preciso es que él reine

hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies…”

 

Y qué más enemigos que la religión.

 

“Y el postrer enemigo que será destruido será la muerte.”

 

¿Con qué? Pues con la transformación, la muerte termina.

 

“Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies.

Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él,

claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.

 

Pero luego que todas las cosas le estén sujetas,

 entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujeto a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.”

 

Entonces, se acaba eso de Jesucristo Hombre, Jesús de Nazaret. Se acaban los velos, y entonces es DIOS EN TODO. Y SE ACABÓ. ESE ES EL FIN.

 

Vamos a estar en pie iglesia. (Ovación).

 

 

 

           

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APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

20 de febrero de 2013

 

 

La ciencia de la gracia entró a tu mente y te quitó un velo. Ese velo no lo quita nadie, sólo Jesucristo. Por eso, tu familia no te entiende, aunque le expliques, aunque se lo muestres escrito, no entienden. Pero tú entiendes porque te quitaron el velo. Eso es una ciencia, no es sólo una doctrina, es una ciencia que estuvo reservada para estos tiempos. Sólo Jesucristo puede explicar esa ciencia.

 

Yo no lo sabía. Me quitaron el velo a mí y comencé a explicar, y de la misma forma que tú vas descubriendo tu identidad, la gracia –que destapa quién tú eres- que descubre tu verdadera identidad, comenzó a descubrir la mía. Y, yo comencé a darme cuenta quién era yo. Y, tan pronto me di cuenta quién era yo, enfoqué mis cañones hacia Roma.

 

Es de la misma manera: Jesucristo de Nazaret nació y fue un niño, iba desarrollándose y no atacaba a nadie, él –simplemente- crecía en gracia. Cuando el Espíritu Santo descubre y dice quién es él, inmediatamente, enfoca los cañones hacia los fariseos, hacia los religiosos de aquel tiempo. Y en un capítulo le llamó 24 veces ‘hipócrita’ a los fariseos.

 

Y, de la misma manera, al yo saber que soy Jesucristo Hombre enfoqué los cañones hacia el Papado. Ese es el Ministerio de Iniquidad y hay que quitarlo del medio. Hay que quitarlo. Y se va a quemar, el Vaticano se va a quemar, va a coger fuego.

 

Si tú tienes familia allí –porque eso es una ciudad grande- escríbele y dile que se muden, que se vayan a otro lugar porque va a explotar. Yo no sé cómo va a ser ó quién lo va a hacer. Puede ser que baje fuego del cielo, un montón de rayos y destruyan aquellos allí, pero se va a quemar. Eso puedes escribirlo.

 

Colosenses 1, verso 16.

 

“Porque en él fueron creadas todas las cosas,

las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;

sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;

todo fue creado por medio de él y para él.”

 

Ahí dice que hubo dos creaciones: las del cielo –diga, el cielo- que para nosotros son invisibles por estar en el cuerpo, porque esta visión no puede penetrar a los lugares celestiales, porque está en un 15% de manifestación, muy bajo. Si amplían toda la potencia de los ojos, entonces tú ves ambas, visibles e invisibles.

 

¿Tienes memoria cuando en el viejo pacto estaba el siervo de Dios y su ayudante, entonces el ayudante tenía miedo? Y como el profeta lo vio con miedo, el profeta oró a Dios, de que tocara los ojos del ayudante y viera lo que había alrededor. Cuando lo tocó vio miles y miles de ángeles, como protección para el profeta. Pero fue que Dios tocó en ese momento, hizo un milagro en los ojos de él para poder ver. Tan pronto se fue esa unción, él no vio más nada.

 

Todo depende si el ángel quiere que tú veas. Por ahora no vemos sino que utilizamos la fe. Cuando veamos así, en todo el porciento, entonces no hace falta la fe, entonces la fe acabará.

 

¿Qué dice la palabra? Que reconcilió cuántas cosas, todas las cosas las unió; unió la tierra, unió el cielo. Uno es el cielo y una es la tierra; unas son visibles y otras son invisibles y ambas las unió. Y nosotros –con este cuerpo- vemos las visibles, las invisibles no las vemos, pero las llamamos, las confesamos. ¿Verdad que sí?

 

Así confesamos. Por la mañana, yo trato –todos los días- de decir -ángel, este es el mejor día, recibo lo mejor para mí-. En la mañana, con un cafecito en la mano, yo le digo a Lisbet –o ella me dice a mí, porque a mí se me olvida, pero a veces se nos olvida a los dos y pasamos el día sin confesar juntos- decimos, hoy es el mejor día, hoy me declaro joven, hoy me declaro sano, yo declaro los ángeles en este día que alcanzo a hacer todo lo que necesito hacer.

 

Declaro mis finanzas, declaro mis finanzas –porque si tú no las ves hay que llamarlas, pero si no las llamas cómo van a venir-.

 

Si tú tienes una mentira en el cuerpo, tú tienes que llamar por sanidad, porque tú lo que ves es la mentira. Entonces, en fe, de lo visible tú llamas lo invisible que se manifieste a lo visible. Así es que vivimos.

 

Yo tengo que vivir así, porque estoy en un cuerpo y es un cuerpo de debilidad. Yo sé quién soy yo, pero estoy muy limitado, porque estoy en carne. Entonces, lo que yo hago –que aprendí del padre Abraham y del apóstol Pablo- es llamando la vida de Jesús. En este caso yo, yo digo: La vida de Jesús que está en mí. Y tú también dices lo mismo, porque nosotros somos lo mismo. Nosotros somos iguales. Así canta Aline, dice que somos dioses. Lo único que yo soy Dios de dioses, pero todos somos dioses y todos tenemos que llamar lo invisible a que se manifieste a lo visible, en lo que viene la transformación.

 

Ahora, eso no es para todo el mundo. Hay un pueblo muy especial. Yo diría que ese pueblo comenzó a manifestarse como en el 1900 para acá, en el último siglo. En ese tiempo es que se manifestó un pueblo.

 

Vamos a verlo en Joel capítulo 2, verso 2.

 

“Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra.

Como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte;

semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá

en los años de muchas generaciones.”

 

¿Usted sabe quién es ese pueblo? Ese pueblo somos nosotros. (Aplausos)

 

Y los cielos y la tierra fueron justificados hace dos mil años, pero nadie lo sabía. Estaba escrito, yo te lo acabé de leer.

 

Pero, ¿por qué nadie lo dijo? Porque hay un velo y el velo no deja que tú veas. Hay cosas que tú no estás viendo ahora y de aquí a un año ó en seis meses, tú dices –pero, cómo es posible que yo no haya visto eso, si yo he leído ese capítulo antes y yo no había visto eso.

 

Yo estoy seguro que hay cientos de teólogos, que han estudiado a colosenses, arriba y abajo y han hecho libros del Libro a Colosenses y cuando llegaron a la parte “reconcilió los cielos y la tierra”, ahí vino el velo y les hizo, trancó, no lo vio.

 

Cuando llegó Colosenses 2:10, “en Él estamos completos y que el cuerpo pecaminoso carnal fue echado fuera”, ahí vino el velo, para que no vean.

 

Por dos mil años, el velo ha estado puesto en todos los pueblos. Pero, para este tiempo, para entender lo visible, lo invisible, el cielo, la tierra, la unidad de ellos, la reconciliación de esos dos mundos, eso era para un pueblo muy especial y ese pueblo especial eres tú. Somos nosotros. (Aplausos)

 

Joel 2:6. Mira qué clase de pueblo es.

 

“Delante de ese pueblo, de Jesucristo Hombre y de ese pueblo, temerán los pueblos;

se pondrán pálidos todos los semblantes.”

 

¿Así dice en portugués, Pedro? ¿Pálidos?

 

“Se pondrán pálidos”, se van a asustar. Por eso, cuando usted testifica de esta palabra, cuando le ven el 666, se hacen la señal de la cruz, se persignan, se asustan.

 

¿Pero, tú y yo nos asustamos con el 666? No, porque ese es el número de mi nombre, y ese es el número de mi nombre y ese es el número de la bestia. Yo soy la hermosa bestia. (Aplausos)

 

En Apocalipsis habla de dos bestias: la bestia, Jesús de Nazaret y la bestia, Jesucristo Hombre, y ambos tienen una función. La bestia Jesucristo Hombre es la que va a poner todos nuestros enemigos bajo nuestros pies. Y va a ser difícil para ellos.

 

Mira lo que dice ahí en Joel capítulo 2 en el verso 11.

 

“Y el Señor dará su orden delante de su ejército…”

 

Eso es futuro. “Vendrá un pueblo”, ese pueblo es un ejército.  

 

“Y el Señor dará su orden delante de su ejército,

porque muy grande es su campamento y fuerte es el que ejecuta su orden;

porque grande es el día del Señor y muy terrible.

¿Quién podrá soportarlo?”

 

Va a ser difícil. Esto es un pueblo muy poderoso y nosotros no comemos cuento. Nosotros no andamos conforme a la carne, conforme a sentimientos, nosotros somos un pueblo fuerte. A mí no me importa si tú estás muerto o vivo, porque yo soy Señor de muertos y de vivos. (Aplausos)

 

Y, a este ejército no le importa carne, aquí la carne para nada aprovecha. Aquí tú no te enamoras de la carne, tú no tienes puesta la vista en la carne. La carne juega un papel importante, porque es el vehículo de tu espíritu, pero tu espíritu siempre es. La carne úpuede desaparecer. Por eso es que tú tienes que ejercitarte en el conocimiento de la palabra. Tienes que ser fuerte, porque tú eres fuerte. “Diga el débil fuerte soy.” Los sentimientos van muriendo. Los sentimientos no juegan un papel grande delante del Señor. Tus ojos están puestos en lo eterno.

 

Yo soy bien cariñoso, me gusta amar, difícil que tú saques mi mal carácter, toman muchas cosas. Yo siempre estoy en paz, relajadito. Así es que este cuerpo está supuesto a funcionar. Si tú siempre estás de mal humor y siempre estás bravo, te envejeces, porque el cuerpo no está llamado a funcionar así. Tú estás supuesto a andar en reposo, a vivir el día de hoy y no preocuparte mucho por el futuro, porque el futuro tuyo lo tienen los ángeles. Son obras de antemano, que Él tiene para ti.

 

Y muchos son los pensamientos que llegan a la mente del hombre, así dijo Salomón. Dice, multitud de pensamientos llegan a la mente del hombre, pero sobre todos esos pensamientos, el pensamiento del Señor es el que se va a ejecutar en ti. Hoy, mañana, o de aquí a un año, pero por donde Él te mete a ti, tú vas a entrar. Tú no vas a poder hacer lo que tú quieres, porque tú eres un escogido y Él te quitó el velo. Él quitó el velo, cogió las pinzas e hizo así, lo quitó, -es mío-. Y lo que es de Él nadie lo arrebata de su mano. ¡Nadie! ¡Nadie!  (Aplausos)

 

Hay que darle ejercicio a los pensamientos, al conocimiento, porque tú eres un pueblo muy especial, un pueblo muy fuerte. Dios está tratando contigo a diario y Él conoce tus pensamientos y Él los ve, el ángel ve tu vida. Él trata contigo a diario, Él no te abandona. Tú sientes que –quizás- tú estás por ti solo. Tú piensas que estás haciendo lo tuyo. Pero, si tú eres un elegido y te alumbraron, tú perdiste tu vida. Tú eres un muerto: muerto al pecado, muerto al diablo, muerto a ti mismo, muerto al mundo. Tú eres muy especial. Tú eres un pueblo muy especial, escogido para la mejor etapa del reino. (Aplausos)

 

Así que, hay un pueblo que está esperando cosas maravillosas, que ya entiende que el cielo y la tierra fueron reconciliados, y que es un pueblo especial, y que es un pueblo fuerte. Es un pueblo inteligente, es un pueblo que hace temblar cuando habla con otro, por el conocimiento que tiene, por la certeza que tiene. La gente se pone pálida.

 

Y es un pueblo que está esperando un gobierno, un gobierno poderoso, donde el Rey de reyes no va a pasar trabajo. Tiene unas oficinas, tiene un reino bien poderoso. Daniel dijo que la ciencia aumentará, los sellos van a estar abiertos. El Rey de reyes ya llegó y vive en Miami, y resolverá… (Aplausos)

 

Y va a resolver todos los problemas del mundo. Un solo gobierno. Se burlará el Señor de ellos. Nos vamos a burlar. Con gozo que nos vamos a burlar. Van a temblar. Va a haber un crujir de dientes. Y esto lo decimos sin coraje, lo decimos con conocimiento.

 

El Salmo 2, verso 1, mira lo que dice:

 

“Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas?

 

Se levantarán los reyes de la tierra,

y príncipes conspirarán contra el Señor y contra su ungido, diciendo:

 

Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas.

 

El que mora en los cielos…”

 

¿Dónde? ¿Dónde? ¿Aquí? El que mora en Miami, que está de visita en Sao Paulo, que está presente, qué dice:

 

“…se reirá…”

 

Vamos a reírnos. ¡Ja,ja,ja,ja!

 

“…se burlará de ellos.”

 

Nos vamos a burlar. Es bíblico.

 

No estamos hablando de jactancia personal, no es que tenemos ira, no es que queremos burlarnos así porque sí. Es que cuando viniera el Señor, el Señor se reirá. Yo siempre me estoy riendo. Es mejor reír que estar serio. ¡Ja,ja,ja,ja!

 

-¿Ah, Pedro?

 

Pero no sólo se reirá, se burlará. Se burlará de la porquería de pacto ese al que le están sirviendo. Se burlará de las sandeces de Roma. Se burlará de las cotonas esas de los sacerdotes, de los símbolos.

 

Tu sabes que si a mí me pidieran una audiencia con el Papa, y a mí me dicen –el Papa quiere hablar con usted.

-¿Conmigo? Con esa porquería de persona.

-Ay, pero apóstol, hablar con el Papa es importante. A los Presidentes les encanta besarle la mano y hacerle reverencia. ¿Los líderes religiosos? Dirían –wow-. ¿Los artistas?

 

¿El Papa? Jesucristo Hombre dice: Hiede. Yo no me atrevo ni tocarle la mano a esa suciedad. Me voy a burlar de ese viejo. Ese viejo hiede. Esa ropa hiede. Eso no sirve. Me voy a burlar de eso. ¡ABBA PADRE! (Aplausos)

 

Conmigo no tiene nada que hablar. ¡Nada!

-No, que él está llamando.

-Pues, que hable con otro, conmigo no.

-Pero, es que él quiere hablar con usted.

-Es que yo no tengo nada que hablar con él. Eso es un sepulcro. No tiene mente para hablar conmigo. No puedo hablar con eso. (Aplausos)

 

¡ABBA PADRE!  

 

 

 

 

CONVENCIÓN USA - Parte A

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CONVENCIÓN USA - Parte A

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS

JESUCRISTO HOMBRE

 

27 de febrero de 2013

 

 

Hay cosas que yo hago y no me doy cuenta, porque es verdad, fíjate, yo nunca había oído a nadie llamarle «amada».

 

Pero, un día yo dije -si esto es lo que Dios más ama, cómo un pastor la va a maltratar y llamarla pecadora-. Después que usted pasa tanto trabajo vistiendo a sus niños, para llegar un domingo y que venga un hombre, llamado y que pastor, a decirle –te vas a ir al infierno-.

 

¿A la amada? ¿Cómo usted va a permitir que la amada llegue al infierno? No puede ser.

 

Oye, y no dice que la llamarán, dice: “Yo la llamaré…” Y, en la historia, yo he sido el único. Ahí lo estaba aprendiendo yo sentado. (Aplausos)

 

Yo sé que los que no están renovados, pues, esto les causa un tropiezo tremendo. Porque el que no está renovado, lo que mira es si yo hago milagros –y yo los hago, yo hago unos milagros, lo que pasa es que yo los hago escondidos-, pero si me pongo a hacer milagros, entonces creen por eso. No.

 

Entonces, el mundo está esperando a Cristo místicamente y por eso no lo han podido ver. Pero, el que estudia y conoce su palabra y busca evidencia de lo que está escrito, si usted no sabe que yo soy Jesucristo Hombre, usted está…, está malito, está gravecito. Sí, porque todas las evidencias lo dicen, todas las evidencias.

 

A mí me han preguntado eso: -¿Usted sabe lo que usted está diciendo?

-Que si yo sé lo que yo estoy diciendo.

-Pero, es bien serio lo que usted está diciendo.

-Es bien serio, sí. Y llevo 37 años nadando en esto, ¿para morirme ahogado en la orillita, donde no hay agua?

 

Tú sabes que la usurpación que Pedro –el primer Papa- hizo, por eso fue que se formó el Vaticano. Usted sabe que en quince días que estuvo Pablo hablando con Pedro, en quince días se habla mucho y más con la situación de aquel tiempo, que no había tantos medios como para uno pasar tiempo en otra cosa. Pero, cuando él fue y estuvo 15 días, Pedro escuchó demasiado, escuchó mucho y me imagino que Pablo –inocentemente-, ya que él perseguía a Pedro, él perseguía a los apóstoles y perseguía a todos los cristianos, pues entonces, cuando se le aparece Jesús y le dice “yo soy a quien tú persigues”, pues él dijo –ay, voy a ir a pedirle perdón a Pedro y a todos ellos, voy a disfrutar con ellos-, sin saber Pablo que ellos eran sus grandes enemigos. Y, entonces, pues habló con Pedro y le contó todo.

 

-¿Y, qué más?

-Pues, mira, va a haber un gobierno que se llama gracia y apostolado y es para la obediencia a la fe en todas la tierra. Y, yo soy el perito arquitecto de ese gobierno que viene.

Y, Pedro decía –dime más-.

 

Y, ahí es que hubo la gran usurpación. Ahí fue que Pedro, sin misericordia, sin pensar en el daño que iban a hacerle a la humanidad, usurparon las ideas de Pablo y procuraron sacarlo del medio y por sus influencias matarlo en Roma y utilizar un evangelio incorrecto para nosotros los gentiles y el daño, ya lo hemos visto.

 

Ahora, de la misma forma que el Vaticano subió, ese gobierno viene para las manos nuestras, pero con más gloria y más poder. (Aplausos)

 

Porque el mismo ángel que confundió a Juan, le dijo –se verá la destrucción de ese sistema-. Pero este gobierno que viene, no va a tener destrucción porque va a ser eterno, va a ser para siempre, aquí en la tierra. Los asuntos son aquí abajo y vamos a ver eso. Tarda un poco por la situación, porque son 2000 años de engaño y hay un trabajo que hacer, primeramente en las mentes, hay que comunicar. Pero, los elegidos ya saben quiénes son y vendrán. Ellos van a comprender, van a comprender muy claro.

 

Pero, vamos a tratar en esta noche, algunas de las cosas que ellos deben entender para que sepan lo que la iglesia, la llamada iglesia cristiana, no está haciendo. Y, al no hacer esto que vamos a hablar esta noche, por eso es que se constituyen en falsos, por eso es que es falsedad.

 

Vamos a buscar a Gálatas capítulo 6, verso 15.

 

“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada,

y ahora el evangelio de Pablo, mira, ni la incircuncisión,

sino una nueva creación.”

 

Fíjate, ahí están los dos evangelios. ¿Correcto? Circuncisión y qué, incircuncisión.

 

¿Cuál es el verdadero evangelio para nosotros los gentiles? Incircuncisión.

 

¿Y, la circuncisión es correcta para nosotros? No. La circuncisión –tome nota-, la circuncisión es para la carne, para el cuerpo, para lo externo; la incircuncisión no se puede aplicar en lo externo. La incircuncisión solo trabaja en lo interno, en lo interior, en el espíritu. ¿Correcto? ¿Estamos hablando correcto?

 

Muy bien, pues, ahora viene Pablo y dice: -Mira, en Cristo, ninguno de los dos sirve. En Cristo Jesús, cuando estamos hablando de Cristo Jesús, eso no vale nada. Ahora, qué es lo que vale.

 

¿Qué decía el verso?  Veámoslo otra vez. ¿Qué dice?

 

“…sino, qué, una nueva creación.”

 

¿Una qué? “Una nueva creación.”

 

Tomemos nota. El apóstol dice: -Mire, el verdadero evangelio para nosotros es la incircuncisión, pero es peligroso porque hay personas que lo pueden aprender.

 

Sí, esto se puede aprender como un catecismo cualquiera, como una doctrina. Esta es una doctrina que está explicada en blanco y negro, sencillito. Esta es una doctrina que cualquiera te la puede aprender. Y, te puede aprender a decir: -Bendecido. Abba Padre-, te la aprendes y se te puede vestir de oveja al lado tuyo, siendo lobo.

 

Y, tú dices: -¿Apóstol, y usted conoce a fulano?

-No, no, no, no lo conozco.

-Está cortadito.

-¿Y, por qué tú lo sabes?

-Pues, por la forma de hablar.

-Aja, ¿y qué más? ¿Cómo está su testimonio?

 

Porque la nueva creación es lo que va a hacer que la palabra de gracia trabaje en ti. Y, ahora, no vamos a entrar en un legalismo de decirle a alguien: -Bueno, tú estás fallando, tú no eres.

 

No. Lo que sucede es, mire, lo que sucede es –y esto lo digo como consuelo, para consolarte-, nosotros los elegidos pasamos por muchas experiencias en la carne, para ser formados, si no Pablo no hubiera escrito “al que ama a Dios todas las cosas le obran para bien.”

 

Mire, el salmista David dijo “por el Señor son ordenado los pasos de los hombres”. Oye, muchos pasos. “Por el Señor son ordenado los pasos de los hombres. Cuando él cayere…”

 

¿Por qué no dice ‘cuando él esté levantado en gloria? Porque si dice que son ordenados por el Señor tiene que estar contento. No, dice “cuando él cayere”.

 

Porque usted necesita consuelo. Usted no ve que las experiencias de todos nosotros son dolorosas. A todo el que Dios escoge… A todo el que Dios escoge…

 

Mire, su autoestima ha sido lastimada. En el vaivén de su vida, su autoestima fue lastimada; por un error, por una situación. ¿Tú sabes para qué? Para que no seas orgulloso y seas humilde. Porque hay gente que tú conoces que son muy buena gente, pero cuando tú le hablas de Dios y de estas cosas, dice – no, eso no sirve-. No creen en Dios, no quieren someterse, porque tienen una alta autoestima de su carne. Parece que nunca han sido lastimados.

 

Pero, nosotros los elegidos, pasamos por situaciones que nuestra autoestima es buena porque tenemos limpia conciencia, pero nosotros sabemos que “para que lo cojo no se salga del camino”, que todos tenemos cojeras. Somos el ministerio de los cojos. Y, un cojo tiene que llevar qué, muletas. La muleta no es ningún problema, después que usted camine bien, la muleta no lo va a humillar a usted. Pero, Pablo dice “para que lo cojo no se salga del camino”.

 

¿Usted piensa en Moisés? Mire, Moisés –en su entusiasmo- fue y mató a un egipcio y avergonzado dijo –qué voy a ser yo llamado-, se escondió por un monte por allá y se casó con la hija de Jetro. Y, allá tuvo hijos y dijo: -Qué me iba a imaginar yo que iba a libertar y que a mi pueblo, una porquería como yo. Imagínate, en el primer rechazo, en el primer tapaboca, en la primera manifestación maté a ese hombre.

 

Mira qué celo tuvo y avergonzado, se escondió en un  monte. Entonces allá, cuando pensó que no calificaba –ah, yo no sirvo para nada-, de momento, se prende aquel arbusto en fuego, sin consumirse.

 

Y, asombrado, oyó la voz: -¡Vete a salvar a mi pueblo!

-Pero, si yo no califico. Y, además, mi esposa no va a ir conmigo para allá.

 

Oye, y se rompió, esa familia se rompió, porque él llego solo allí a libertar a su pueblo.

 

Entonces ahora, ya, el primer mandamiento que da Moisés: “No matarás”; ya mató a uno, ya lo violó.

 

Entonces dice: “No adulterarás”, ya adulteró porque se casó con una mujer cusita.

 

Y, entonces dice: -Pero, ¿qué cara tengo yo para dar estas tablas ahora?

 

Oye, y allí estaba Dios.

 

Ah, y después la hermana se le fue en contra diciendo: -¿Que Moisés predica, si este tipo ha fallado en todas las áreas? ¿No predico yo también?

 

Y, tuvieron que darle una lepra a esa mujer, por meterse en ese problema.

 

Pero, Moisés era el hombre más manso que había en la tierra. Porque eso es lo importante, que tú seas manso y honesto.

 

Mira la honestidad de este hombre que te voy a hablar.

 

David ve una hermosa mujer, le pone el ojo y entra en una de las maquinaciones más malas. Parecía la maquinación de Satanás y David era conforme al corazón de Dios. Y, entonces, un día estaba en su reino y le notificaron –oye, David, anda por ahí un tremendo profeta de Dios.

 

-¿Sí? ¿Quién es?

-Él se llama Natán.

-Hacedle pasar-, porque tenía un mensaje para el Rey.

 

Entonces, qué sucede, que cuando él pone a David a hablar, le dice: -Decidme profeta, qué tienes que decirme hoy.

-Pues, fíjate, señor Rey. Yo tengo conocimiento que en tu tierra hay injusticia-.

Se levantó enseguida esa parte celosa.

 

-¿Hay injusticia? ¿Cerca de mí?

-Sí, en tus alrededores, se está cometiendo una injusticia muy grave.

-Decidme.

 

-Mira, hay un hombre que tiene 300 ovejitas, que vive en la parte sur, colindando con la parte norte de tu reino. Pero, que él al frente tiene un vecino que tiene 1 ovejita. Él tiene 300, como él tiene 300, tiene muchas. El vecino tiene 1 sola ovejita y él la cuida, le limpia las pezuñas, bueno, él es loco con esa ovejita porque es la única. Pero, el vecino quiere la ovejita, quiere quitársela.

 

Y, se le subió el celo de la justicia a David, y dijo: -Mientras yo sea Rey de Israel, eso no puede suceder aquí, así que ese hombre morirá, o yo no soy Rey de Israel.

 

Y, cuando se le levantó el celo, viene el profeta y le dice: -Mi Rey ese hombre eres tú.

 

Ahora, fíjate, David –simplemente- lo que tenía que hacer era llamar la guardia y decir: -Matadle-, y ya, quedaba muerto.

 

Pero, el corazón de los escogidos pueden cometer errores, pero él se humilló, bajó la cabeza y lo aceptó. Y, el profeta cogió honra en Israel. Y, él pagó por la maldad de su situación, de su iniquidad, se le descubrió, porque no hay nada oculto que no sea descubierto.

 

Pero, hay una actitud. ¡Qué bonito cuando hay honestidad en uno! Y alguien te dice algo: -¿Pero, tú hiciste esto?

Y, tú no dices: -No, no, no, fue aquel.

 

No, tú dices: -Fui yo. Yo la dañé, por no  decir otra palabra. Yo la dañé. Fui yo. (Aplausos)

 

Ahora, el que no está en la nueva creación, abusa y no es honesto, y no reconoce que ha fallado. Jamás lo va a reconocer porque no tiene humildad. Porque el único que te da a ti la mansedumbre y la humildad es la nueva creación. Si tú tienes la nueva creación en Cristo Jesús, tu evangelio es la incircuncisión, ese es tu evangelio. Pero, si tú no tienes la nueva creación; ni la circuncisión ni la incircuncisión, nada vale.

 

Y, mira que a ti te han sucedido cosas, pero tú eres honesto. Tú dices: -Padre, yo sé que yo he estado mal-, porque la nueva creación eso es lo que te dice. Te lo dice –eres tú, tú eres el culpable, tú estás fallando, tú estás haciéndolo mal, debes corregir esto-.

 

Porque para eso es que está la gracia. La gracia de la incircuncisión es para tratar con tu carne, con tu carne malcriada, con lo corrupto que hay en ti. Y trata. Y, en ti hay humildad para aceptarlo y decir: -Sí, esto hay que corregirlo. Esto está mal-, cuando hay humildad.

 

Ahora, si no hay humildad para tú dar tu brazo a torcer, tú haces mil cosas, pero el orgullo ese te aguanta y te aguanta –no, yo no, no me voy a humillar-.

 

Oye, tan lindo. Cuando uno ve a uno de estos pastores, que dice: -Oye, mira, yo sé que esta es la verdad. Yo me voy a humillar. Yo he estado mal. Yo he estado predicando un evangelio malo. He estado lastimando a las personas con este evangelio que he estado predicando.

 

Pero, la incircuncisión tiene la ventaja, porque eso trata con tu hombre interior. Cuando tú la entiendes es un tesoro incalculable, es un tesoro que te da vida, que te da sanidad cuando la necesitas, que te da prosperidad cuando la necesitas, que te da amor para aplicarlo cuando tienes que aplicarlo, que te da paciencia para perdonarte y seguir adelante. Esa es la incircuncisión, que nunca se predicó en 2000 años.

 

Aunque se ha predicado, hay gente que ha dicho –no, yo sé de lo que él está hablando, la incircuncisión-, pero la han predicado con pecado. Todavía el pecado sigue en sus mentes. La incircuncisión la han predicado pero con el diablo activo, con miedos del más allá – qué pasará, habrá espíritus malos sin cuerpo que yo no esté viendo y que estén afectando mi vida-.

 

La incircuncisión, en 2000 años, nunca se ha predicado como ha tenido que explicarse. Por eso es que tú eres feliz, porque la palabra de gracia está –científicamente- preparada para tratar con todas las necesidades del ser humano. La gracia tiene un valor, tiene un poder para poder tratar con toda tu persona.

 

Por eso es que Pablo dice “aquí cada uno llevará su propia carga”. Tú no tienes que ayudar a aquel ni a aquel. No, la nueva creación que está en ti, esa nueva creación es la que va trabajando en ti. Esa es la que Pablo dijo “haciendo Él en vosotros

 

Oye, y qué bueno saber que esa nueva creación nadie te la puede quitar. Que cuando esa nueva creación activa los ángeles, los ángeles oyen a esa nueva creación. Te responden. Ah, y esa nueva creación no hace acepción de persona. No oye más a mí que a ti, por yo ser Jesucristo Hombre.

 

Es una nueva creación y cuando tú pones este conocimiento en tu boca y lo confiesas en la fe revelada en el evangelio, eso te trabaja. Eso es una cobertura angelical. Mira, y no hay dos coberturas es una sola cobertura, o no la tenemos nosotros, o la tenemos nosotros. Si no está aquí, está en otro lado.

 

¿Estará en Roma? No hay evidencias bíblicas.

 

¿Estará con los evangélicos? Imposible.

 

Esa cobertura angelical está sólo donde se predica la incircuncisión y la nueva creación. (Aplausos)

 

El engaño de Roma y de todos los evangélicos del mundo fue colocarle a la nueva creación el falso evangelio de la circuncisión. Ahí es que estuvo el engaño.

 

Y, podemos repetirlo, por amor a las visitas; Gálatas capítulo 2, verso 11.

 

Ahí es donde tú encuentras las evidencias más claras de cómo Pedro violó ese pacto poniendo la circuncisión encima de la nueva creación. No corresponde ese evangelio a una nueva creación. Mira lo que dice Gálatas. Dice:

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, Pablo tuvo que resistirle cara a cara,

porque era de condenar.”

 

Oye, si el primer Papa estaba así, ¿cómo serían los demás?

 

¿Estaba de qué? Pedro estaba de condenar.

 

“Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo,

comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba,

porque Pedro tenía miedo de los de la circuncisión.

 

Y en su simulación participaban también los otros judíos,

de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.”

 

Pablo le dice ahora en el verso 14.

 

“Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad, de qué,

 del evangelio…”

 

Dejemos este verso quietecito ahí.

 

Atiéndeme bien. Pablo vio que ellos no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio. El evangelio tiene una verdad y -ciertamente-, Pedro no la tenía.

 

Detente. Piensa.

 

Hasta ahora, la gente piensa que Pedro fue cristiano. Hasta ahora, la gente piensa que los apóstoles eran grandes personas. Los apóstoles –allí- Pablo vio que no andaban rectamente. Mantén eso en mente. Históricamente, ellos no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio.

 

A Pablo, ellos influenciaron en su muerte y lo mataron en Roma. Ahora, si matan a Pablo, ¿quién es el que reprende a los apóstoles? Pablo. ¿Y, si lo matan? ¿Quién va a decirles a los apóstoles que están mal? Por eso, ¿dónde murió Pablo? ¿Dónde murió? Murió en Roma.

 

El que podía señalarlo, el que podía identificar la mentira que salió de la Iglesia Católica Romana, de ahí es que se han cometido los crímenes más grandes en la historia del mundo. Todo ese papado, todos esos cardenales, todas esas monjas; todo eso es un engaño que fabricaron desde el principio y en base a una falsedad, de ahí han engañado al mundo entero con imágenes, con rosarios, con novenarios, con las mentiras más grandes, que no se encuentran en las Sagradas Escrituras. (Aplausos)

 

Y, este ministerio está para denunciar esa mentira. Lo que sucede es que ellos, por llevar tantos años establecidos, ellos han creado una credibilidad falsa. Por eso es que no podemos seguir predicando –aleluya y gloria a Dios- sin dar las explicaciones correctas de las evidencias de lo que Pablo llamó el Misterio de la Iniquidad.

 

¿Qué es iniquidad? Iniquidad significa lo que le pasó por la mente a Pedro, cuando hablaba con Pablo. Iniquidad fue lo que le pasó a David con aquella mujer. Iniquidad es cuando Pedro dice: -Si yo creo a Pablo, yo quedo segundo, yo quedo ignorado, la magia de que yo anduve por encima del agua e hice milagros me la van a quitar. Yo anduve con él, este hombre nos perseguía y ahora está hablando unas cosas que yo no entiendo, y como yo no las entiendo, yo no las voy a permitir y yo voy a hacer lo que yo pienso que se debe hacer.

 

Pero, había… Una vez alguien aquí predicó que cada guaraguao tiene su pitirre. Dice que los guaraguaos vuelan y dan vueltas, pero hay un pajarito chiquitito que no puede con él porque ese pitirre va y le entierra un aguijón. Y, entonces, el pitirre de los apóstoles era Pablo.

 

Y, mira cómo los denunció. Ah, y eso está escrito en la Biblia católica, eso ellos lo tienen. Lo que pasa es que ellos lo disfrazan y simplemente dicen: -Bueno, esas son tonterías que sucedieron en el pasado, pero nos hemos arreglado. Hemos reconocido todos los crímenes que hemos cometido como la famosa Inquisición. Oh, esos fueron errores del pasado, de Papas ignorantes, pero ahora estamos más educados, ahora no vamos a hacer lo mismo.

 

Pero, la llaga sigue igual. Es un falso evangelio. (Aplausos)

 

Vamos a volver al verso bíblico, a Gálatas 2:14.

 

“Pero cuando vi…”

 

Oye, ¿tú tendrás ese ojo? ¿Tú tendrás ese ojo también? ¿Ah?

 

Qué bueno cuando te alumbran los ojos del entendimiento y tú tienes discernimiento para decir: -A mí ya no me engañan.

 

Oye, y cómo engañan estos sacerdotes a la gente. Mira con una cosita así, la señal de la cruz, y una bendicioncita, y –ave maría purísima-. Y, empiezan con esas boberías y cánticos zánganos, estúpidos, que lo que han hecho es dormirle la conciencia a las personas. En vez de enseñarles la palabra tal y como está escrita. (Aplausos)

 

 

YO, JESUCRISTO HOMBRE, LES VOY A TAPAR LA BOCA, LOS VOY A DESENMASCARAR A TODOS. (Aplausos)

 

VAN A VER EL PAPADO CAER, LO VAN A VER, CON LA PALABRA CON LO QUE ESTÁ ESCRITO. NO CON FÁBULAS NI CUENTOS DE VIEJAS. LO VAN A VER. (Aplausos)

 

JESUCRISTO HOMBRE VINO PARA DESTRUIR ESAS OBRAS.

 

TÚ LO VAS A VER. YO TE LO DIJE HACE TIEMPO, QUE VENÍA UNA REFORMA. ¡YA ESTÁ LA PLATAFORMA MONTADA! SE VAN A CERRAR TODAS ESTÁS IGLESIAS, FALSAS.

 

LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS VIENE EN CAMINO. COMO TÚ HAS SIDO LIBERTADO, ASÍ ELLOS TAMBIÉN SERÁN LIBERTADOS. (Ovación)

 

Continuará…

 

 

 

 

 

CONVENCIÓN USA - Parte B

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CONVENCIÓN USA Parte B

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS

JESUCRISTO HOMBRE

 

3 de marzo de 2013

 

 

Continuación…

 

 

El engaño de Roma y de todos los evangélicos del mundo fue colocarle a la nueva creación el falso evangelio de la circuncisión. Ahí es que estuvo el engaño.

 

Y, podemos repetirlo, por amor a las visitas; Gálatas capítulo 2, verso 11.

 

Ahí es donde tú encuentras las evidencias más claras de cómo Pedro violó ese pacto poniendo la circuncisión encima de la nueva creación. No corresponde ese evangelio a una nueva creación.

 

Mira lo que dice Gálatas. Dice:

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, Pablo tuvo que resistirle cara a cara,

porque era de condenar.”

 

Oye, si el primer Papa estaba así, ¿cómo serían los demás?

 

¿Estaba de qué? Pedro estaba de condenar.

 

“Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo,

comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba,

porque Pedro tenía miedo de los de la circuncisión.

 

Y en su simulación participaban también los otros judíos,

de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.”

 

Pablo le dice ahora en el verso 14.

 

“Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad, de qué,

 del evangelio…”

 

Dejemos este verso quietecito ahí.

 

Atiéndeme bien. Pablo vio que ellos no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio. El evangelio tiene una verdad y -ciertamente-, Pedro no la tenía.

 

Detente. Piensa.

 

Hasta ahora, la gente piensa que Pedro fue cristiano. Hasta ahora, la gente piensa que los apóstoles eran grandes personas. Allí Pablo vio que los apóstoles no andaban rectamente. Mantén eso en mente. Históricamente, ellos no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio.

 

A Pablo, ellos influenciaron en su muerte y lo mataron en Roma. Ahora, si matan a Pablo, ¿quién es el que reprende a los apóstoles? Pablo. ¿Y, si lo matan? ¿Quién va a decirles a los apóstoles que están mal? Por eso, ¿dónde murió Pablo? ¿Dónde murió? Murió en Roma.

 

Él era el que podía señalarlo, el que podía identificar la mentira que salió de la Iglesia Católica Romana. De ahí es que se han cometido los crímenes más grandes en la historia del mundo. Todo ese papado, todos esos cardenales, todas esas monjas; todo eso es un engaño que fabricaron desde el principio y en base a una falsedad, de ahí han engañado al mundo entero con imágenes, con rosarios, con novenarios, con las mentiras más grandes, que no se encuentran en las Sagradas Escrituras. (Aplausos)

 

Y, este ministerio está para denunciar esa mentira. Lo que sucede es que ellos, por llevar tantos años establecidos, ellos han creado una credibilidad falsa. Por eso es que no podemos seguir predicando –aleluya y gloria a Dios- sin dar las explicaciones correctas de las evidencias de lo que Pablo llamó el Misterio de la Iniquidad.

 

¿Qué es iniquidad? Iniquidad significa lo que le pasó por la mente a Pedro, cuando hablaba con Pablo. Iniquidad fue lo que le pasó a David con aquella mujer. Iniquidad es cuando Pedro dice: -Si yo creo a Pablo, yo quedo segundo, yo quedo ignorado, la magia de que yo anduve por encima del agua e hice milagros me la van a quitar. Yo anduve con él, este hombre nos perseguía y ahora está hablando unas cosas que yo no entiendo, y como yo no las entiendo, yo no las voy a permitir y yo voy a hacer lo que yo pienso que se debe hacer.

 

Pero, había… Una vez alguien aquí predicó que cada guaraguao tiene su pitirre. Dice que los guaraguaos vuelan y dan vueltas, pero hay un pajarito chiquitito que no puede con él porque ese pitirre va y le entierra un aguijón. Y, entonces, el pitirre de los apóstoles era Pablo.

 

Y, mira cómo los denunció. Ah, y eso está escrito en la Biblia católica, eso ellos lo tienen. Lo que pasa es que ellos lo disfrazan y simplemente dicen: -Bueno, esas son tonterías que sucedieron en el pasado, pero nos hemos arreglado. Hemos reconocido todos los crímenes que hemos cometido como la famosa Inquisición. Oh, esos fueron errores del pasado, de Papas ignorantes, pero ahora estamos más educados, ahora no vamos a hacer lo mismo.

 

Pero, la llaga sigue igual. Es un falso evangelio. (Aplausos)

 

Vamos a volver al verso bíblico, a Gálatas 2:14.

 

“Pero cuando vi…”

 

Oye, ¿tú tendrás ese ojo? ¿Tú tendrás ese ojo también? ¿Ah?

 

Qué bueno cuando te alumbran los ojos del entendimiento y tú tienes discernimiento para decir: -A mí ya no me engañan.

 

Oye, y cómo engañan estos sacerdotes a la gente. Mira con una cosita así, la señal de la cruz, y una bendicioncita, y –ave maría purísima-. Y, empiezan con esas boberías y cánticos zánganos, estúpidos, que lo que han hecho es dormirle la conciencia a las personas. En vez de enseñarles la palabra tal y como está escrita. (Aplausos)

 

 

YO, JESUCRISTO HOMBRE, LES VOY A TAPAR LA BOCA, LOS VOY A DESENMASCARAR A TODOS. (Aplausos)

 

VAN A VER EL PAPADO CAER, LO VAN A VER, CON LA PALABRA CON LO QUE ESTÁ ESCRITO. NO CON FÁBULAS NI CUENTOS DE VIEJAS. LO VAN A VER. (Aplausos)

 

JESUCRISTO HOMBRE VINO PARA DESTRUIR ESAS OBRAS.

 

TÚ LO VAS A VER. YO TE LO DIJE HACE TIEMPO, QUE VENÍA UNA REFORMA. ¡YA ESTÁ LA PLATAFORMA MONTADA! SE VAN A CERRAR TODAS ESTÁS IGLESIAS, FALSAS.

 

LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS VIENE EN CAMINO. COMO TÚ HAS SIDO LIBERTADO, ASÍ ELLOS TAMBIÉN SERÁN LIBERTADOS. (Ovación)

 

¡BASTA YA DE MENTIRAS!

 

Los otros días yo estaba viendo en la televisión que se les formó una imagen de jabón con cloro, entonces le cogió imagen de un hombre y allí están todos metidos en toilette sucio aquel allí.

 

Oye, adoran lo que no conocen. De cualquier estupidez sacan una virgen de esas y ahí la ignorancia. Porque lo que tienen son mentes de mimes de esas, unas mentes dañadas, mentes contaminadas con la religiosidad de Roma, del vino de esa fornicación. Eso es una fornicación, una nueva creación meterle el evangelio de la circuncisión. Eso se forma un adulterio espiritual que los tiene ciegos.

 

Pero, estaba profetizado así. El profeta Isaías lo dijo “por un tiempito te abandoné, pero después te voy a recoger Amada mía con miles de misericordias”. (Aplausos)

 

Isaías profetizó de eso. Isaías lo dijo: “Yo te voy a abandonar por un tiempito, pero es un tiempito nada más, pero cuando y regrese por ti, te voy a recoger con multitudes de misericordias”. Y todavía no lo hemos visto todo, estamos –simplemente- viendo un poquito el tesoro, pero cuando tú recibas esa transformación, que es la promesa del evangelio.

 

“Pero cuando vi, cuando vi…”

 

Oye, cuando yo vi eso. Mira, cuando yo me levanté en contra del sistema, yo vi eso. Y yo dije –por eso es que hay tanta ignorancia-.

 

Fijate:

 

 “…cuando vi que no andaban… oye esa palabra, rectamente

conforme a la verdad, de qué, del evangelio,

dije a…”

 

¿Quién? ¿A Pedro o a Pablo? ¿Dije a quién?

 

“…dije a Pedro…”

 

¿Y, quién no andaba rectamente? Pedro no andaba rectamente conforme a la verdad de qué, del evangelio.

 

¿Y, tú sabes cuándo se escribió esa carta? Esa carta, la historia dice que se escribió 50 años después de Cristo. Y si 50 años después, Pedro todavía no anda rectamente, ¿qué te garantiza a ti que se va a arreglar?

 

Yo no me explico como la Iglesia Católica puede tener un santo, una imagen de Pedro.

 

Yo estuve en Guayaquil y estaba paseando por el Parque que hay las iguanas grandes esas que hay allí y empecé a dar una vueltita y me corazón se apenó cuando yo vi a todas aquellas ancianitas tiradas allí en unos bancos de madera bien duros y un piso percudido, parece que no le habían pasado un mapo en buen tiempo y unas imágenes deterioradas.

 

Entonces, entró así y de momento, me encuentro con los dos famosos de Gálatas 2:11, a un lado, la imagen de Jacobo, Santiago y al otro lado, la imagen de Pedro. Y, yo dije -¿oye, y esta gente no tuvo la decencia, aunque sea para disimular, poner una imagen de Pablo por ahí?

 

A Pablo no lo quieren. Tú no ves que Pablo es el del ojo. Y, como eso es un movimiento de mentira, ahí hay tanto crimen y tanta falsedad y tanta brujería, y tanta mentira y robo, entonces a Pablo no lo pueden poner porque a alguien se le puede ocurrir preguntar -¿y ese quién es? ¿Pablo? ¿Y, quien es Pablo?

 

Lee lo que él dice.

 

Mira lo que dice:

 

“…dije a Pedro delante de…

 

¿Quién? De todos.

 

Oye, ¿y por qué no tuvo la decencia de llamarlo aparte, solito? Porque ya lo había hecho. Quince días estuvo con él hablando. Él ahora ve la maldad de este hombre. Oye, catorce años atrás se reunió con él quince días, pasan 14 años, vuelve y sube y se encuentra con Pedro y ahora lo ve así. Por eso dice –este hombre a mí me está que es malo, porque si yo estuve 15 días explicándole esto y espero 14 años y le advertí que no se metiera con los gentiles y ahora está judaizando al pueblo gentil, le está metiendo un evangelio incorrecto a los gentiles-.

 

Ese es el crimen que yo denuncio –mundialmente-. Yo no estoy diciendo nada nuevo. Yo no tengo problema con las religiones en cuanto a cosas nuevas. Mira, lo más lindo que se ve es una santita de esas, lo lindo que las pintan color oro. Esas vírgenes que lindas las pintan y esas imágenes. Lindísimas.

 

Pero, tienen mano y no palpan, tienen boca y no hablan, oídos y no oyen, ojos y no ven, piernas y no caminan; y el que confía en ellos, así mismo es, está congelado. (Aplausos)

 

Ahora, mira la acusación y es la misma que yo hago hoy.

 

Si ellos se molestan conmigo es porque yo estoy utilizando la misma Biblia que ellos tienen en sus púlpitos. Digo, si esta es la regla de fe.

 

Si tú me das un mapa de Miami y para allá dice norte, yo me imagino que para el norte está West Palm Beach por ahí para arriba, me encuentro con Orlando, porque seguí el mapa que dice norte. Y, si el mapa dice sur, yo me imagino que termino en Los Cayos. ¿No es así? Y, si me voy oeste, puedo terminar en Tampa; y si me voy este, puedo terminar en Miami Beach, porque el mapa dice eso.

 

Y, entonces, yo creo que una persona que no conoce un sitio y quiere llegar a ese sitio, lo primero que hace es que compra un mapa, y ese mapa está hecho para dirigirte para donde tú vas.

 

Pues, entonces, la Biblia es el mapa de tu fe. Entonces, este mapa, de acuerdo a Roma, me dice que voy norte y en verdad voy para el sur, voy a caer en el agua, en el hoyo allá. Cuando terminen Los Cayos, allí termino ahogado. Me están dando malas instrucciones.

 

Entonces, este libro me dice a mí:

 

“…Si tú siendo judío…”

 

Mira la acusación, mira el peligro del judaísmo.

 

 

“…Si tú siendo judío,

vives como los gentiles, y no como judío…”

 

Porque mira lo hipócrita de Pedro. Pedro es judío, pero entonces, le conviene vivir como gentil, porque hay más libertad.

 

Pero, entonces dice:

 

“…¿por qué obligas…”

 

No, por qué sugieres.

 

Él no le decía: -Mira, el judaísmo es bueno.

No, él decía: -Si no haces como yo te digo, al soldado le corté la oreja, a ti te voy a cortar el cuello.

 

“…¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”

 

Ahí es que está el problema, hermanos.

 

Dicen que Pedro fue el primer Papa. La motivación de él es que fueran como judíos, coger a un gentil y hacerlo que cumpliera el judaísmo. Ese es el crimen más grande que cometió Pedro.

 

Entonces, qué sucede, que al colocarlos en judaísmo los saca de la efectividad de la gracia de Dios, porque en el judaísmo la gracia no trabaja. La gracia trabaja con las instrucciones del evangelio que le dieron a Pablo. Entonces, es muy fácil decirte –yo amo a Jesucristo-, como dicen ellos, como dicen los Papas –Jesucristo, Jesucristo-, y te hablan de Jesucristo. Y tú dices: -¿Será posible que sean falsos?

 

Es que –mira-, el lingote, el fallo está en el falso evangelio que han enseñado. Una mezcla de Moisés con Jesús de Nazaret, y no con el Resucitado sino con Jesús de Nazaret.

 

Y, parece mentira que eso haya durado tanto. ¿Tú sabes lo que es que este domingo en una esquina de Miami estén celebrando una misa? Eso es insoportable. Yo no me explico el engaño, la brujería, la efectividad que ha tenido esa falsedad para engañar tanta gente.

 

Naturalmente, eso tiene unas maquinaciones tremendas. Cuando Pedro escuchó que Pablo iba para España, me imagino que Pedro fue y le dijo a Juan: -Oye, ¿tú sabes que Pablo quiere hacer un viaje a España?

-¿Un viaje a España? Si sale de aquí, por ahora lo tenemos enredadito aquí en Asia, en esta área aquí, pero si se mete en un viaje a España, mira, por ahí viene el Nuevo Mundo. Y, si se va para allá y no estamos nosotros, que somos los que le echamos el trabajo a perder-, porque Pablo viajaba y ahí mismo venían los apóstoles –tengan cuidado que eso no es así-.

 

Pablo iba y decía: “El Cordero que quita el pecado”, pues mira, ese Cordero quitó el pecado y padeció una sola vez para siempre y quitó el pecado del medio.

 

Y, Juan decía: “Hijitos míos, si alguno ha pecado, tenga cuidado.”

 

Así hablan los pastores de hoy: -No, no. El pecado está en pie-. Aunque fue quitado, pero ellos dicen –está en pie-.

 

Entonces, ellos dijeron: -Este hombre tenemos que matarlo-.

 

YO ACUSO AL PRIMER PAPA DE SER UN CRIMINAL EN MATAR A PABLO. (Aplausos)

 

Tengo las evidencias. No es que yo deduzco eso, es que en libro de los Hechos, yo tengo las evidencias, cuando ellos dijeron “no conviene que este hombre viva”. El jefe de la circuncisión, Pedro, dijo: “No conviene que este hombre viva”, porque si llega a España, entonces la Reina Isabel lo va a ayudar y va a llegar a todas esas islas y va a llevar el evangelio de la gracia y los va a libertar.

 

Entonces, lo mataron.

 

Entonces, ¿quién llegó donde la Reina Isabel? Los discípulos de Pedro. ¿Y, quién se montó en La Niña, La Pinta y la Santa María? Los discípulos de ellos. Y, ¿quiénes llegaron a Puerto Rico, a Santo Domingo, a Cuba, a todos estos países que llegaron, a todo Centro y Sudamérica?

 

¿Qué ustedes tienen allí? Catedrales en la Plaza Pública.

 

¿Y, qué hay en esas catedrales? La imagen de Pedro y de Santiago.

 

¿Y, qué se predica allí? La falsa información del evangelio de la circuncisión.

 

¿Y, QUÉ NOSOTROS VAMOS A HACER?

 

LOS VAMOS A DENUNCIAR COMO PABLO. PABLO NO TUVO MIEDO. TÚ Y YO NO TENEMOS MIEDO. LO VAMOS A HACER. (Aplausos)

 

¡NO TE QUEDES CALLADO! NO DEJES QUE TE TAPEN LA BOCA. (Aplausos)

 

Oye, yo vengo haciendo esto por muchos años. Yo vengo haciendo esto por muchos años, incansable, un trabajo poquito a poco y a principio, convencía a cinco y perdía a dos y convencía a diez y perdía a cinco. Y cuando tenía un grupo de veinte, decía: -Ahhh, wow, qué bueno, tengo veinte-. Cogía un viaje y cuando regresaba, quedaban diez.

 

Porque de la misma forma que los apóstoles le hacían a Pablo en aquel tiempo, pues en la misma forma, ese mismo espíritu que está hoy metido en todos estos pastores evangélicos, es el mismo.

 

Bueno, fíjate, ellos me odian a mí. ¿Tú crees que ellos tienen amor para mí? Ellos quisieran verme muerto, dicen: -Oye, si se callara. No conviene que viva-, como dicen de Pablo. Igualito.

 

Tú no ves que lo que los alumbra la maldad de ellos es este libro (la Biblia) y este libro, tú y yo lo conocemos bien. Nosotros no somos indoctos. (Aplausos)

 

A mí me decía un periodista: -¿Y, por qué le siguen ciegamente? ¿Y, si usted dice algo?

-Bueno, si está escrito, ellos me obedecen a la orden. Yo digo una palabra y ellos lo hacen, si está escrito.

-Ah, ¿y si usted les dice que se vayan a un monte a tomarse un caldo como Jim Jones, para que se maten?

-Bueno, pues, como ellos son gente pensante y no son ningunos estúpidos, van a decir: Apóstol, eso no está escrito-. (Aplausos)

 

Sencillo.

 

Ellos tratan de compararme a mí con un líder de un culto de estos religioso, falso, como ha tomado lugar en Estados Unidos con Jim Jones, con el otro de Waco, Texas. Con varios locos que han venido por ahí, con falsos profetas, que han venido por ahí hablando m….., basura….

 

Hablando basura, pero yo no hablo basura, yo hablo el evangelio puro de la incircuncisión. (Aplausos)

 

Mire, yo me estoy educando, porque me han dicho que no hable palabras que son un poquito fuera del lenguaje común. O sea, yo no quise decir que toda esa gente lo que hablan es mierda. Yo no quise decirlo. Por eso fue que no lo mencioné. (Ovación)

 

Atienda bien. Atienda bien.

 

Y, YO PUEDO DECIR QUE ESTÁN HABLANDO MIERDA Y NINGÚN ÁNGEL ME HACE DAÑO. PERO, QUE SE ATREVAN DECIR ELLOS QUE YO ESTOY HABLANDO MIERDA, PARA QUE LOS ÁNGELES LE CORTEN LA BOCA. PORQUE ESTA ES LA VERDAD DEL EVANGELIO. ELLOS NO PUEDEN CON ESTO. (Ovación)

 

Hay que tener cuidado como hablan de mí, porque, mira, ya han muerto mucha gente. Aquí en Miami, hay decenas de pastores que han muerto por tirarle a esta palabra. En el exterior, han muerto unos cuantos también.

 

Usted tenga cuidado cómo habla de mí. Tenga mucho cuidado. (Aplausos)

 

No por mí, porque esta carne es peor que David, o que Moisés, o que cualquiera. Pero, el que está dentro de mí, ese es JESUCRISTO HOMBRE. (Ovación)

 

 

CONVENCIÓN EL SALVADOR

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CONVENCIÓN EL SALVADOR

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS

JESUCRISTO HOMBRE

 

6 de marzo de 2013

 

 

Qué bueno sería ver a Gálatas 2:11, verdad que sí.

 

Yo sé que usted lo ha visto muchas veces, pero no nos molesta repetir las mismas cosas, verdad que no.

 

Dice:

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara…”

 

Oye, imagínate, eso puso a Timoteo y a Bernabé y a los discípulos que Pablo tenía a decirles: -¿Pero, Pedro  no es uno de los tuyos? ¿Ustedes no son un grupito de apóstoles?

 

Y, como la revelación iba poco a poco en la mente de Pablo, porque cuando Él envió a Ananías a orar por él, Ananías le dijo a Pablo: “Y en las veces que me apareceré”, o sea que la revelación era gradual. Él no le reveló todo de un ‘sopetón’.

 

No, él recibió primero –Yo soy Jesús a quien tú persigues…

Pablo dijo: -Ay, si yo estoy persiguiendo al mismo que estoy buscando-, pero no sabía que era Jesús de Nazaret. Él perseguía a los cristianos y ahora, de momento dice –no, no, yo no puedo perseguir a los cristianos-, pues cuando se unió a los cristianos, qué hizo inmediatamente, -pues déjame buscar a los discípulos de él-, que son quiénes, los once apóstoles.

 

¿Es lo que tú harías? ¿Verdad que sí?

 

Si tú me persigues a mí y de momento te das cuenta que yo soy correcto, pues tú buscas a mis amistades, a los líderes míos, esperando que estén bien. Pues, eso hizo Pablo. Pablo, inmediatamente, pues cuando pudo ver a los apóstoles -bueno hasta lo bautizaron-, y él se unió y dijo: –¿Y, qué es eso de bautizar?

-Bueno, esto no es un rito judío, pero nosotros acá bautizamos, porque lo vimos que Él se bautizó.

-Ah, bueno.

 

Y, entonces, pues Pablo bautizó a Gayo y a la familia, él comenzó a bautizar también. Pero, parece que en la segunda revelación, el Señor le dice a Pablo: -Pablo, yo no te llamé a ti a bautizar.

 

¿Es así? Primera a los Corintios 1:16 y 17, lo dice. Por causa de las amistades, mira lo que dice. Él bautizó primero, pero qué dice ahí:

 

“…mas no sé si he bautizado algún otro. Pues no me envió, qué, Cristo a bautizar…”

 

¿Por qué dice no sé si he bautizado algún otro? Porque en ese entusiasmo él bautizó a Gayo y quizás a otro más bautizó.

 

Pero después dice:

 

“Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio;

no con sabiduría de palabras…”

 

Como hacen los teólogos estos, que se pasan hablando. Yo he visto un programa de televisión aquí, y habla y habla. No tienen pizarra así como esta, ahí es habla y habla y habla y habla y no hay un verso bíblico. Oye, qué aburrimiento. Debe estar mareado esa gente ahí.

 

Entonces, nosotros no, nosotros usamos esa pizarra para que tú sepas lo que estamos haciendo, con la evidencia.

 

Dice:

 

“…no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.”

 

Así está la cruz de Cristo, el propósito, no la cruz porque la cruz siempre ha estado vana, pero el propósito de su muerte, en la mente de las iglesias hoy es vano, ya están cansados con lo mismo.

 

Y, entonces, pues como bien él mismo dice que dejemos, Pablo mandó a dejar el bautismo en agua, todo lo que son rudimentos (Hebreos 6:1), Pablo dijo –dejad eso, ya no hagan más eso-. Además Cristo se bautizó porque era judío. Cristo no era cristiano. Jesús de Nazaret no era cristiano. Él tuvo que hacerlo porque él vino a cumplir la ley y en la ley sí que había que bautizarse. Pero, tú no tienes que bautizarte, porque él se bautizó. Eso él lo hizo porque antes de la cruz, él estaba en sometimiento a los ritos de la ley.

 

Y, entonces los apóstoles que seguían la misma línea, cuando llegó Pablo dijeron: -Aquí hay que bautizar.

 

Parece que Pablo dijo –bueno, si hay que hacerlo, lo hago-, pero una vez se dio cuenta, inmediatamente dice: “No, Cristo no me envió a mí a bautizar, es a enseñar”. Ese es el bautismo, con conocimiento, un bautismo de conocimiento, no de agua.

 

Pues, esto tenía confundido a los mismos amigos de Pablo. Y, entonces le hacían preguntas.

 

Entonces, repetimos ahora Primera carta a los Corintios 4:5.

 

“Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor,

el cual aclarará lo oculto de las tinieblas y manifestara las intenciones de los corazones;

y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.”

 

¿Oye, yo te he aclarado a ti las cosas? (Aplausos)

 

Seguro, hoy yo te aclaro a ti, que los apóstoles que no eran cristianos, porque al primero que se le llamó ‘cristiano’ fue a Pablo. Ellos no, ellos eran judío – cristianos. Oye, y con el orgullo que hoy los evangélicos y pentecostales dicen –nosotros somos judío – cristianos-. Seguro, porque pertenecen a Jesús de Nazaret que no era cristiano y por eso es que mundo está como está.

 

Mira, ahora mismo estamos hablando de la llave de cómo destapar el Misterio de la Iniquidad, que comenzó en El Vaticano, en Roma. Ahí comenzó.

 

El Misterio de la Iniquidad, de la maldad, comenzó en la mente de Pedro, cuando Pablo se reunió con él quince días y Pablo le demostró lo que venía y entonces ahí procuró el engaño. Y, ese primer Papa, Pedro, no sólo es un desobediente, él maquinó la muerte de Pablo, porque no ve que él conocía la intención de Pablo.

 

¿Y, dónde murió Pablo? ¿En Roma? Oye, ¿y por qué no murió en otro lado? Ese es el Misterio de la Iniquidad, de lo que estamos hablando ahora, que nunca –en dos mil años- se había explicado. Ellos piensan que el Misterio de la Iniquidad eran demonios escondidos por los aires.

 

Entonces, por esa razón, el Apóstol dice “cuando venga el Señor aclarará”. ¿Oye, y para aclarar algo, se aclara viniendo en una nube mística así?

–Vénganse, los recojo y nos vamos.

 

No, para aclarar tú tienes que explicar. Es esto, lo que estamos haciendo ahora, así es que venía el Señor. De la misma manera que vino la primera vez, pues la segunda vez venía igualito, con un cuerpo humano que tenga labios para hablar y que sepa tu idioma. (Aplausos)

 

Romanos capítulo 2, verso 16. Mira lo que dice ahí.

 

A mí me preguntan mucho –en los medio noticiosos- ¿y por qué usted sabe que usted es el Señor? Imagínate, explicarle todo esto a ellos en una entrevista de 10 minutos, se hace tan difícil, pero aquí sí que se lo explicamos.

 

Verso 16.

 

“En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres,

conforme, a qué, a mi evangelio.”

 

¿Conforme a qué?

 

¿Juzgará los secretos de qué?

 

Venía un día, Pablo dijo: -Mire, yo no puedo hacer eso. Ahora, viene un día en que Jesucristo mismo se va a meter en un cuerpo humano, y él va a utilizar mi evangelio. Oreja, orejita: Si alguien usa sólo mi evangelio, ese es Jesucristo. (Aplausos)

 

Oiga, ¿usted ha notado que todos los grupos llamados cristianos usan toda la Biblia? Y que ellos usan todos los apóstoles. Ellos se creen que Pedro, los once y Pablo eran amigos.

 

Así dijo uno en Honduras, que tiene un programa de televisión allá, dijo: -Él está poniendo a Pablo y a los apóstoles a pelear, si eso es una misma cosa. Eso es un grupo santo.

 

¿Santo? Jejeje. Mira cómo lo reprendió, le dijo: -Pedro, tú estás de condenar-, y un grupo que está unido no le dice al otro –tú estás de condenar-. ¿Verdad?

 

Dice: “Cuando vi –así dice- cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos…”

 

Entonces, una de las claves para ti –bendecido-, de que yo soy el Señor es que estoy juzgando. Y, juzgando no es castigando, juzgando es aclarando, dividiendo la verdad de la mentira, dividiendo tu carne de tu espíritu, dividiendo la debilidad de lo que es poder, el tesoro del barro. ¿Y, qué es lo que yo uso para hacer ese trabajo? Las catorce epístolas.

 

Mira el verso:

 

“…conforme, a qué, a mi evangelio.”

 

Él no dijo –conforme a Mateo, Lucas, Marcos y Juan; él no dijo conforme a Apocalipsis, él no dijo conforme a las Escrituras de los profetas. Él dijo –mira, cuando venga Jesucristo, la clave, el código es que va a usar sólo mi evangelio. (Aplausos)

 

Para yo descubrir que yo era Jesucristo Hombre, me causó un trabajo tremendo porque yo sabía lo que me esperaba. Yo dije: -Ay, Padre, ahora sí que esto se va a poner tremendo-.

 

Porque tú sabes, es como el niño, que es niño, después es joven, después se casa. Está casado, no es padre todavía, después tiene un  hijo y es padre, y después tiene un hijo y ese hijo le un nieto y ahora es abuelo y va cambiando. ¿Verdad? Una persona son muchas cosas.

 

Pues, así me pasó a mí. Yo comencé siendo un creyente, después un pastor, después apóstol. Y, yo dije: -Bueno está bien, porque es verdad, soy apóstol. ¡Hum!, pero cuando apretó la cosa. “No, tú eres el apóstol de nuestra profesión, Jesucristo”. Y yo dije: -¡Ay! Qué fuerte estuvo eso. (Aplausos)

 

Mira, vamos a verlo en Hebreos 3. Busquemos a Hebreos 3 para que tú veas. Mira como me dio esto tan duro. Hebreos 3:1.

 

“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial,

considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.

 

Entonces, yo dije -bueno, para ser apóstol hay que tener cuerpo-. En el mundo espíritu no hay apóstoles. Para ser apóstol tiene que tener carne. Y, entonces, para graduarme a mí de padre a abuelo, hay que tener un hijo. El hijo tuyo tiene que tener un hijo para tú ser abuelo. ¿No es así?

 

Pues, cuando yo leí eso: “Considerad al sumo apóstol de nuestra profesión”, o sea de lo que tú confiesas, de lo que tú profesas. Yo dije: ¿Pero, y quién es el único que le ha dado una confesión a la iglesia? Yo. Entonces, dije: Ay, Padre, a mí me está que yo soy Jesucristo Hombre. Qué lío me he buscado. Ahora sí que me va a dar dura la gente y me van a criticar y me van a insultar.

 

Ahí fue donde apretó la cosa. Fue fuerte para mí. Imagínate, yo que perdí mi primera familia por llamarme –apóstol-. ¡Hum! Cuando escuchen esto van a decir: -Papi, se volvió loco. Ahora sí que se le hendió la tapa del bloque.

 

Ah, y yo me imagino los que se han ido del ministerio, y allá, los pastores del sistema diciendo: -Muchacho, tú no sabes en el lío que se ha metido José Luis. Mira, ¿tú sabes que ese tipo estaba loco, verdad?

-Sí, sí, estaba loco de remate.

-Ahora se le hendió la tapa, se le partió en dos, ahora dice que es Jesucristo Hombre.

 

Pero, es que yo no puedo negar lo que soy y no que estoy haciendo, imagínate. (Aplausos)

 

Muchos por ahí dicen –ese, ese es un loco, engañando a la gente-.

 

¿Engañando a la gente? Ustedes son gente inteligente para engañarlos.

 

-Él lo que está es buscando gloria?

-¿Gloria? Si con ser Apóstol nada más yo tenía gloria que se me salía de la cabeza. Es más, con ser pastor, eso era un honor para mí.

 

Cuando ustedes comenzaron a llamarme a mí –apóstol-, yo les decía: -¡Shh! Suave, que voy a pensar que estoy inflado-, y yo lo aguanté muchos años, hasta que… Tú sabes, es como cuando tú tapas una tubería rota, que le aguantas el agua un ratito y de momento explota. Como una olla de presión, tú la puedes tener ahí, pero llega el momento en que la olla explota.

 

“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial…”

 

Si son –hermanos- tienen cuerpo, están congregados en un sitio.

 

“…considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.

 

Si tienen cuerpo, para considerar al apóstol, que tiene cuerpo y es Cristo Jesús, tiene que ser Jesucristo Hombre.

 

No pare más, ¿verdad? No pare más.

 

Entonces, Romanos 2:16 dice, bien importante ese verso. Escriba estos detallitos para cuando le pregunten. Dice que él iba a juzgar. Dice:

 

“En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres…”

 

Y, mira que yo estoy destapando secretos.

 

Bueno, el primer secreto que saqué fue –digo, aparte del libre albedrío, de la predestinación-, pero uno de los secretos que yo he sacado es que ellos no son cristianos y se llaman cristianos. Se destapó eso.

 

Usted sabe que en el mundo, el cristianismo terminó con Pablo cuando a Pablo lo mataron; y comenzó conmigo, cuando se me reveló. El mundo estuvo sin cristianismo por 2000 años. Ahora, ellos se llaman cristianos, pero ellos lo que son es ‘cristinos’, no cristianos.

 

Otra evidencia, Romanos 16:25.

 

“Y al que puede…”

 

No, al que quiere, porque muchos han querido; Martin Lutero quiso, Calvino quiso, grandes teólogos en la historia, que no son grandes nada, pero ellos le llamaban grandes teólogos, reformadores. ¿Reformadores de qué?

 

Lo que fueron fue reformando la misma mentira y la convertían en más mentira.

 

 

 “Y al que puede confirmaros según…”

 

Mira la clave ahí. Oye, que Pablo dice “el mío”. Tú sabes que Pedro tenía el de él y Pablo tenía el de él. Entonces, la clave para saber si estamos en la verdad está codificada, en tu Biblia, en la que tú has leído por tantos años.

 

Mira, cuando tú pasabas por encima de ese verso había un ángel que te daba un tranqué aquí –tápale eso- (los ojos) y tú seguías leyendo. O, cuando llegabas a ese verso te decían –Papi-.

-Qué fue-, contestabas cambiando la vista.

 

Y, de momento seguías en otro verso para que no vieras. Porque eso estaba codificado para mí. Eso estaba guardado. (Aplausos)

 

Oye, esa es la verdadera confirmación. A mí, mami me quería confirmar como católico. Me decía: -Tú no has hecho tu confirmación-, y no podía porque yo desde pequeño fue rebelde a esas cosas.

 

“Y al que puede confirmaros…”

 

Esta es la verdadera confirmación. Aquella es la mentira, la de Roma eso es mentira, pura tradición. Esta es tú confirmación y fácil de llevar.

 

“…al que puede confirmaros según…

mi, mi, mi evangelio y la predicación de Jesucristo.”

 

¿Y, cuando Jesucristo había predicado? Ahora. Si él nunca predicó, él lo que hacía era que enseñaba parábolas para que no entendieran, parábolas; y Pablo trató de predicar, pero le taparon la boca a él porque lo mataron en Roma, pero dejó el fundamento escrito. Dijo: -No, lo voy a dejar escrito porque quien tiene que predicar eso no soy yo. Esperen, no juzguen nada.

-Pablo, pero si tú eres el apóstol.

-No juzguen. Deja que venga el Señor que Él les va a explicar estos….

 

Esto que te estoy explicando. (Aplausos)

 

“…según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos

pero que ha sido manifestado ahora…”

 

¿Tú sabes cuándo es ese ahora? Ahora. Hoy. Ahorita. Ese es ahorita. Porque para allá, para aquel tiempo no se pudo. Lo que pasa es que eso fue escrito para nosotros y se le pone el termino ‘ahora’.

 

“…pero que ha sido manifestado ahora

y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno,

se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.”

 

¿Existía toda la gente? No. Era un puñado de gente para aquel tiempo. Ahora existe mucha gente, más gente que nunca.

 

Ah, “a toda la gente”, los escogidos “para que obedezcan a la fe”

 

¿Y cuándo se ha predicado la fe? Ahora.

 

“Cuando venga el Señor, ¿hallará fe en la tierra?” Pues, mira, cuando vino a mí, yo no hallé fe. Fíjate si no hallé que me aparté de todos ellos porque eso no era fe.

 

Fe es lo que estamos haciendo ahora. Ahora sí que es fe sin obras. Limpiecito. Fe pura, como tiene que ser, como debe ser. “Fe y para fe”.

 

Hebreos capítulo 9 verso 28.

 

“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de, todos, de muchos…”

 

Eso es otro misterio que hemos explicado, que no es por todos, es por muchos. Cristo no murió por todos, Cristo murió por muchos. Y muchos son muchos y todos son todos.

 

Ahora, todos los muchos van a venir, pero no todos los hombres, todos los muchos.

 

“…y aparecerá…”

 

Manifestación pública. Aparecerá. Lo vamos a ver.

 

“…por segunda vez…”

 

El mismo que murió, aparecerá por segunda vez,

 

“…sin relación con el pecado…”

 

La historia nos dice a nosotros que en ningún momento –en dos mil años- se ha presentado un ministerio diciendo: “No hay pecado”. Pero, ninguno.

 

¿Y, por qué ahora podemos entender “sin relación con el pecado”?

 

Oye, cuando el Señor se me apareció a mí, que vino a mí en el ’73, el vino así y se integró y no lo vi más. Pero yo hablaba con él –¿oye, dónde estás?  Y fue que se me metió, se integró en mi carne. Eso es un misterio, que estoy pensando, ojalá Cudriz, que domina tanto ese viejo pacto, eso debe estar escondido en alguno de los profetas, esa integración de que un hombre ya crecido se le meta el que habitaba en luz inaccesible. El que habitaba en luz inaccesible se le meta y se le integre a su persona.

 

Y, entonces, yo miraba y esa voz, que es la voz de los calqueos, la que tú escuchas todos los miércoles, esa voz me decía: “Mira a Romanos capitulo 6”.

 

Lo cómico de esto es que ahora es que yo lo entiendo tan bien y entiendo lo que me pasó, porque los calqueos yo no los estudio. O sea, yo no me voy a un cuarto, yo sí llega el miércoles y como a eso de las 4:00, pues llega un momento en que yo sé que tengo que hablar con ustedes. Entonces, yo me siento en una mesita que yo tengo allí y entonces, yo a veces me duermo, a veces en la mesita esa empiezo a esperar –Padre, qué voy a hablar que no se haya hablado. Qué tú quieres decirle a tu pueblo-, y entonces, a veces me quedo dormido encima de la  misma Biblia. Bueno, cuando estoy así, a veces me llevo hasta un cojincito que yo tengo, porque sé que me va a dar sueñito ahí en lo que llega.

 

Pero, así me llegó a mí la revelación. Cuando se me manifestó así, oí la voz que me dijo: “Búscate Romanos 6”. Y entonces, ahí yo leí que decía: “Porque estás muerto al pecado”.

 

Y entonces, yo le preguntaba a la voz: -¿Qué significa eso, que estoy muerto al pecado?

 

Me decía: “Pues, si estás muerto al pecado, quiere decir que no se te puede hallar en pecado.”

-¿Que no se me puede hallar en pecado?

-Sí, porque tú estabas en pecado, ahora estás muerto al pecado.

 

Y, entonces después comprendí, mira lo que dice Romanos 10:4. Después comprendí esto.

 

“Porque el fin de la ley es Cristo,

para justicia a todo aquel que cree.”

 

¿El fin de qué?

 

¿Y, si no hay ley, qué le pasa al pecado?

 

Mira lo que dice Romanos 7, verso 8. ¡Ay, qué lindo! Míralo ahí.

 

“Mas el pecado tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia;

porque sin la ley, qué le pasa al pecado, el pecado está muerto.”

 

Oye, ¿esto está claro?

 

Tú tienes que ser…. Yo no me atrevo usar esta palabra.

 

Hay que estar bien velado para no entender esto. Digo, aquí dentro tú no puedes estar velado, porque tú estás entendido y alumbrado. Está bien que por allá la gente diga: -¿Cómo que no hay pecado?-,  porque ellos no entienden un bledo como dicen por ahí.

 

Ellos no entienden, dicen: -Mira, él dice que no hay pecado. ¿Y, los crímenes?

Porque ellos no ven lo que Dios dice, ellos lo que ven es las mentiras que hacen los hombres por ahí.

 

Tú y yo vemos lo que dice Papá. Papá dice que el fin de la ley es Cristo”, quiere decir que Cristo le puso fin a la ley. Y el pecado sin la ley, ¿qué le sucede? Está muerto.

 

Míralo ahí. Digo, eso es lo que dice ahí. Yo no sé si tú sabes leer. Ahí dice:

 

“…porque…, mira, porque sin la ley, el pecado está, qué, muerto.”

 

Entonces, ¿yo puedo decir que tú eres un pecador?

 

¿Y qué hacen los católicos llamando al arrepentimiento?

 

¿Y, qué hace un cura con un confesionario: -Cuéntame tus pecados. Cuéntame tus pecados?

-Mire Padre, que es que yo pequé tal día y tal día, y tal día y tal día.

-Ah sí, pues hazte cuatro Padre Nuestros.

 

¿De dónde sacó esa mentira de Cuatro Padre Nuestros?

 

SI CRISTO LE PUSO FIN A LA LEY.  ¡MENTIROSOS! (Ovación)

 

Y después quieren que uno y que los respete.  -Respete las religiones nuestras.

 

¡LA RELIGIÓN NO SE RESPETA. SE DESTAPA LA VERDAD. SE DICE LA VERDAD, PASE LO QUE PASE, COÑO! (Ovación)

 

¡ESTÁ BUENO YA DE ABUSAR DE NOSOTROS! ¡ESTÁ BUENO DE MENTIRAS YA! (Ovación)

 

QUE AMEN LA VERDAD: CRISTO LE PUSO FIN A LA LEY.

 

Porque en la misa del domingo no le dicen a los feligreses: -Miren, nuestro Cristo, el Cristo éste que presentamos aquí. Este Cristo que está aquí. El que él representa, le puso fin a la ley, y al quitar la ley, el pecado quedó muerto.

 

¡NO HAY PECADO! ¡NO HAY PECADO! (Ovación de pie)

 

Oye, qué bien uno se siente cuando dice la verdad. ¡Abba Padre!

 

Pentecostales, mentirosos. Humillando a la gente -pase al frente los que están en pecado

-¿Qué pecado?

 

ENTONCES, ¿QUÉ HIZO CRISTO EN LA CRUZ? ¿QUÉ  HIZO ESA SANGRE DERRAMADA?

 

¡Mentirosos! Abusan, pisotean la sangre de Cristo todos los domingos en sus iglesias. Y, tú  de bobo ahí creyendo en esas mentiras.

 

¡DESPIERTA! (Ovación de pie)

 

¡RECIBE LA VERDAD! (Ovación de pie)

 

¡ABBA PADRE! (Siguen los aplausos) ¡ABBA PADRE!!!!!

 

Oye, y después dicen -respete nuestra creencias…

 

Es como si al diablo lo sacaran de la tumba y me dijera -José Luis, respétame.               -¿Respétame? Por algo te eliminaron y te mataron.

 

Hermano, mira, a mí nadie me va a callar, me tienen que matar es la única forma -si pueden-, pero a mí, nadie. Mire, yo nací para esto. (Aplausos)

 

Si yo nací para esto, nací para esto. Mire, una de las cosas por las que yo felicito al diablo es que él estaba tan bien realizado, que Dios lo hizo para destruir, y cuando lo descubrió, dijo –pues, déjame ser el mejor destruidor-, y jodió a la humanidad. (Ovación)

 

PUES, YO VINE PARA BENDECIR A LA HUMANIDAD Y NADIE ME VA A TAPAR LA BOCA. (Ovación)

 

 Y, si yo no hablo, las piedras hablan. (continúan los aplausos)

 

PERO, NO HAY PECADO, NO HAY DIABLO, NO HAY INFIERNO. LO QUE HAY ES PURO EVANGELIO, EL EVANGELIO DE LA VERDAD, OCULTO POR DOS MIL AÑOS HASTA ESTE DÍA.  (Ovación)

 

No se deje intimidar. Alumbre  a sus vecinos, hable la verdad.

 

Mírelo ahí, cien mil salvadoreños oyendo allí la misma mentira de dos mil años, la mentira que los ha empobrecido, la mentira que los ha enfermado. La religión es el opio de los pueblos. Los tiene idiotizado y no pueden ni leer ni su propia Biblia. Hasta en español la tienen, se consigue en cualquier lugar una Biblia, pero no tienen ojos para ver ni oídos para escuchar. Son ciegos. Están ciegos.

 

LA ALTERNATIVA ES LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO HOMBRE.

YO SOY JESUCRISTO HOMBRE. (Ovación de pie)

EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD - Costa Rica PARTE A

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EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD - Costa Rica PARTE A

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

13 de marzo de 2013

 

 

Hoy vamos a  hablar del Misterio de la Iniquidad.

 

Está el Misterio de la Piedad, que fue que Dios se manifestó en carne, esa es la piedad.

 

Y, entonces, el Misterio de la Iniquidad -que Pablo en aquellos tiempos dijo: “Ya está en acción el misterio de la iniquidad”-. Vamos a hablar un poquito de eso.

 

 

Así que para hablar del Misterio de la Iniquidad -que Pablo dijo que ya estaba en acción-, tenemos que hablar de dónde sale la intención. Es algo que ya ustedes conocen, pero lo veremos con otro ángulo porque aquí se predica siempre lo mismo, lo que está en las catorce epístolas. Una vez de un lado y otra vez de otra forma, de otro ángulo, porque la idea es que Cristo sea formado en ti. Y, para formar a Cristo en ti hay que usar las catorce epístolas de Pablo, porque esa es la mente de Cristo expresada en letras.

 

Y, entonces, esas palabras de Cristo expresada en letra, no se puede entender si no viene de la misma mente de Cristo que me dieron a mí para decodificarla y hacerla espíritu, porque si se queda en letra, aunque sean las catorce epístolas te matan. En letra no se puede, porque la letra mata, el espíritu es el que da vida.

 

Bueno, entonces vamos a comenzar. Yo quiero que usted tome nota, porque si alguien le hace preguntas, no conteste rápido, dígale: –Mira, me gustaría contestarte, pero dame un tiempito. Vamos a buscar el mapa. Si alguien te pregunta cómo llegar a un lugar, tú le dices –mira, lo mejor es coger un mapa, para que no te pierdas. Pues el mapa aquí es la palabra del Señor.

 

Vamos a buscar a Gálatas capítulo 2, verso 7. Dice:

 

“Antes por el contrario, como vieron

que me había sido encomendado el evangelio de la Incircuncisión…

Y esto es clave, tenga cuidado ahora. Que hay gente que piensa que eso es un capítulo más. Ahí hay misterios encerrados.

 

Dice:

 

“…como a Pedro el, de qué, el de la circuncisión…

 

(pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión,

actuó también en mí para con… los gentiles),”

 

Ahí está dividiendo ya pueblos, a Pedro para los judíos. Pedro no tiene que estar haciendo nada como Papa -el primer Papa y que para el mundo gentil-, él no tenía nada que estar metido allí, él se coló, bien colado.

 

Dice:

 

“…actuó también en mí, para con quién, para con los gentiles.

 

 Y reconociendo la gracia que me había sido dada,

Jacobo, que es Santiago, Cefas, que es Pedro y Juan,

que eran considerados como, qué, como columnas,

nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo,

para que nosotros fuésemos a, quiénes, a los gentiles,

y ellos, a quién, a los judíos, a  la circuncisión.

 

 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres;…”

 

Ese era el vocabulario de ellos, el de Pablo era diferente. Pablo dice -que él nos hizo ricos-, pero el vocabulario de ellos era –mira, acuérdense de los pobres. Así trataba Pedro a los demás -acuérdense de los pobres-.

 

Pero nada, él era el que tenía que darles a los pobres porque las propiedades las compraban y le daban el dinero a él. Él lo tenía, pero de lo poquito que le entraba a Pablo, decía -dale a los pobres-, para que te…

 

“…lo cual también procuré hacer con diligencia.”

 

Entonces, atiéndeme, siempre que yo viajo sea donde sea, o que esté en el avión hablando con alguien, yo a veces le digo: -Mira, antes de explicar. ¿Tú entiendes que hay dos evangelios?   

-¿Dos evangelios?

-Sí, el de la Incircuncisión y el de la Circuncisión.

-No, yo nunca había oído eso.

-¿Pero, y cuantos años tú llevas en la iglesia?

Me contestan: –Catorce, veinte-, yo he hablado muchas veces con gente.

 

-¿Y, tú nunca has oído de esa terminología?

- No.

 

¿Sabe por qué? Porque los dos mil años de engaño es –exactamente- mantener alejados a la gente de estas palabras. Porque esas palabras están dividiendo a dos pueblos. Esas palabras están dividiendo a los judíos de los gentiles. Entonces, no conviene que esos temas abunden.

 

¿Usted ha visto una campaña evangelística con mucha gente hablando de estos temas?

 

No. Ellos lo que hablan es de sanidad -y Jesús pasó y la mujer tocó el manto y salió poder del manto y hoy el manto esta aquí y si tú ejerces la fe en este manto, en este pañuelo, en este aceite que yo te voy a dar, en esta agua cuando te la tomes-, siempre la gente está usando simbología, pero no llegan al asunto. Profundizan en la orilla, pero nunca llegan a nada.

 

Esas campañas grandes son para jugar con los sentimientos y con milagritos, pero no se educa a las personas. Y entonces, si uno les dice algo, dicen: -No no es que eso es para la iglesia.

 

Pero es que en la iglesia tampoco la usan. Ni en la campaña ni en la iglesia donde son poquitos. Los estudios de ellos -yo los he visto por televisión-, estos grandes reconocidos y ellos no saben nada. Ellos no saben de lo que están hablando, ni afirman.

 

Entonces, usted y yo no necesitamos hacer un show aquí de emociones. Nosotros necesitamos afirmarnos en la palabra de gracia, pero para afirmarnos en la palabra de gracia tenemos que conocer estas terminologías.

 

Ahí se presenta que Pedro, Santiago y Juan reconocieron a Pablo como el hombre de quién, de los gentiles. Si un evangélico de hoy puede razonar un poquito, se puede dar cuanta que quien tiene que hablarles a ellos es Pablo.

 

Pero, qué pasa, que ellos se pusieron a escribir libros. Cuando mataron a Pablo, aparecieron los demás libros como Santiago; Primera y Segunda de Pedro; Primera, Segunda y Tercera de Juan; Judas; Santiago y Apocalipsis. Esos son libros que tiene un espíritu de la circuncisión.

 

Por eso es que los libros que usted tiene que empaparse es de Romanos a Hebreos. Los demás libros estúdielos también para que vea lo necios que son. Hoy yo se los voy a demostrar, algunos errores de los muchos que hay en esos libros.

 

Entonces, qué sucede, que aunque ellos acordaron eso, que ellos vayan a los gentiles. Pero de un verso bíblico a otro -como en Génesis, que de momento dice: Y dijo Dios sea la luz, y pasan quinientos años y luego dijo Dios sea esto y pasan quinientos-, de un verso a otro pueden haber  muchos años.

 

Pues entonces, aquí pasan yo no sé cuantos meses y llegaron a ese acuerdo. Mira lo que dice ya el verso 11, Gálatas capitulo 2:11.

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía…”

 

¿Qué tiempo habrá pasado?

 

Acordaron que Pedro se quedaba con quién, con la circuncisión. Diga: La circuncisión.

 

Pero, parece que en ese acuerdo hubo malicia, hubo maldad y parece que Juan, Santiago y Pedro dijeron: -Oye ¿y tú le vas a dejar los gentiles a Pablo?

-Bueno, no…, acordamos allí, pero no tenemos que cumplirle. Después de todo yo desconfió un poco de Pablo. Recuerda que él nos perseguía y él fue el que mató a Esteban. ¿Y, si ese hombre es un farsante que está metiendo entre nosotros?

 

La cuestión está en que ya Pedro vino y desobedeció el mandato y se metió con los gentiles. Mira:

 

 “Pero cuando Pedro vino a Antioquía,

le resistí cara a cara, porque era de condenar.

 

Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo,

comía con, quién, con los gentiles…”

 

¿Y, tú sabes lo que es un judío comiendo con los gentiles?

 

Ahí dice –comía-, pero eso significa un compañerismo, una búsqueda de Pedro para lograr unas cosas.

 

Dice:

 

“… pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo…”

 

Fíjate, Pedro es el presidente de la circuncisión, Pedro es el jefe, “como a Pedro el de la circuncisión”, entonces ya Pedro, que su asistente es Jacobo, que es Santiago, el asistente de Pedro y Juan es un colaborador, un consejero de ese gobierno de la circuncisión. Y, entonces parece que Santiago era más honesto que Pedro, Pedro siempre ha sido malo.

 

Y, entonces, Pedro se escondía de su asistente. Porque fíjate, dice ahí:

 

“…se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.”

 

Cuando él era el que dirigía ese grupo, pero a la misma vez le tenía miedo. Porque él tenía una iniquidad, él tenía unos planes que se le estaban manifestando a su cabecita.

 

Y entonces dice:

 

“Y en su simulación…”

 

 Es hipócrita. Ese es el primer Papa.

 

“Y en su simulación participaban también los otros judíos,

de tal manera que aun Bernabé…”

 

Fíjate lo que le sucede al pobre Bernabé, que es amigo, el discípulo de Pablo. Dice que les dieron a Pablo y a Bernabé señal de compañerismo y que se fueran a buscar a los gentiles.

 

Y, ¿qué hizo Pedro para arrastrar al discípulo de Pablo? Algo tiene que haber hecho. Él tiene que haberle dicho: -Mira, ven acá, Bernabé. Yo he visto que tú eres un hombre honesto. Mira –honestamente- nosotros dudamos de Pablo.

-¿Ah, pero y por qué le diste la autoridad para que vaya  a los gentiles?

-Mira, yo te voy a decir la verdad. Yo no confió en Pablo. Y, tú sabes que yo, con la sombra mía se sanaban los enfermos. Y, ten mucho cuidado. 

 

Bueno, lo arrastraron, lo arrastraron. Por eso es que nosotros -a veces- hemos perdido gente. Gente que no está bien empapada, de momento reciben la gracia contentísimos y de momento se aparece un amigo o alguien que tiene influencia sobre esa persona y le dice: -Oye, ¿tú no vas a creer que José Luis es Jesucristo Hombre? ¿Cómo tú te vas a creer eso?

 

Y, empiezan así: – Oye, ten cuidado, chico-, y empiezan y cuando vienen a ver enredan a ciertas personas.

 

Olvidándose de lo que está saliendo de mi boca, que yo soy el resplandor de su venida. Un resplandor es algo que se va acercando, está resplandeciendo hasta que viene la transformación. Si no participas del resplandor, menos vas a participar de la transformación.

 

Entonces, qué sucede, que…

 

“…aun Bernabé fue arrastrado por…”

 

¿La sinceridad de ellos? ¿Ah?

 

“…fue arrastrado por la hipocresía de ellos.”

 

Diga: SON HIPÓCRITAS. FUERON HIPÓCRITAS, SON HIPÓCRITAS Y SIGUEN SIENDO HIPÓCRITAS.

 

Roma es hipócrita. Ha hecho mucho daño, dos mil años de daño.

 

Y, mire como brinca, ahora el monseñor y toda esa gente. Están brincando, porque ellos saben que se les está acercando el tiempo. Ellos saben que pronto Roma viene abajo. Ellos saben que eso viene abajo. (Aplausos)

 

Y entonces donde Pablo dice en Gálatas capitulo 2:14.

 

“Pero cuando vi que no andaban rectamente

conforme  a la verdad del evangelio,…”

 

Conforme a la verdad de qué, del evangelio.

 

O sea, que Pedro no andaba conforme a la verdad del evangelio. Entonces, conforme a qué andaba, a la circuncisión. Y la circuncisión no es evangelio. Eso no es evangelio. Eso es ley. Pablo le llamó ahí el evangelio de la circuncisión, pero si tú lees el capitulo uno, Pablo dice: “No es haya otro evangelio.” No es que haya otro.

 

Sigue diciendo:

“… Si tú, siendo judío…”

 

 Ahí está el misterio de la iniquidad encerrado.

 

…Si tú siendo judío, vives como los gentiles…”

 

Oye, vivía como los gentiles. ¿Por qué? Porque comía con ellos. Quiere decir, que él no le importaba un comino el alimento limpio que los judíos llamaban. El comía limpio, se lavaba las manos, pero si estaba con los gentiles, él se sometía. Él era un camaleón, cambiaba de colores.

 

Mire hace poco, hace como tres meses se me metió un camaleón en mi casa. Y, eso es lo más bello. Yo logré cogerlo. Usamos un canasto de ropa y lo agarramos, y yo cogí y lo metí en una pecera. Pero, qué pasa, que cuando lo metí en la pecera, yo encontré algo verde afuera, pero en la pecera había una caja brown, marrón, entonces -de momento- yo lo metí en esa cajita, en lo que limpiaba la pecera. Lo encerré en el cofrecito marrón y cuando abrí dije –ay, se fue, ¿para dónde cogió?

 

Y era que se hizo marrón. Pero, el rabito salió por un rotito y me di cuenta que estaba ahí todavía.

 

¡Oye, qué increíble cómo te puede cambiar de color! Una cosa lindísima. Después lo solté, porque yo no tengo alimento para él y lo vi un poquito como tristón. Y dije -se va a ahogar aquí-, lo solté de nuevo. Pero lo vi en vivo y  a todo color, lo que es un camaleón.

 

Pues, Pedro, el camaleón, dice que…

 

“…vivía como gentil y no como judío…”

 

Eso era un camuflaje que él usaba para colarse entre los gentiles, porque el hombre era astuto. El hombre no quería que los gentiles encontraran su propia identidad. Él no quería eso.

 

Le dice Pablo:

 

 “¿Por qué obligas a los gentiles a judaizar?”

 

-¿Qué es lo que te pasa Pedro? ¿Cómo tú puedes ser tan desobediente? Cuando Jesús de Nazaret -en los días de la carne- te dijo a ti por camino de gentiles no vayáis. Y, ahora tú estás comiendo con ellos, te estás haciendo pasar como gentil, estás como un hipócrita, no comportándote como judío. Le tienes miedo a tu propia gente, que te encuentre en esta hipocresía.

 

Es como el que viene aquí y dice -eh, bendecido-, y de momento, ve a alguien que lo conoce y le explica: -Yo dije, bendecido, para estar bien, pero es Dios te bendiga. Mira, yo estaba ahí porque estoy investigando unas cosas, no es que yo creo en esa gente.

 

Pues, así es Pedro.

 

Entonces, ¿qué significa esto? ¿Cómo usted puede confiar en unos líderes que están en esta condición, que son los que comenzaron el catolicismo en Roma?

 

Ahí es que está la base de toda esa hipocresía, y al predicarnos esa falsedad, por eso es que hay  pobreza en los pueblos, por eso es que hay crimen. Tú no ves que ese evangelio no deja que tú encuentres tu propia identidad.

 

Le preguntaba a una súper raza: -¿Cuántos años tú llevas en este ministerio?

-Yo llevo trece años.

-Y, ¿cuántos años tú tienes?

-Trece años.

 

Pues esa niña jamás va a terminar en lo que terminan las jovencitas de hoy. No puede, porque cuando tú comienzas con una información así desde pequeño un niño -por eso es que nosotros le llamamos la súper raza a nuestros niños-, porque esos niños no tienen contaminación. Ellos no van a ser criminales ni adictos a drogas ni ladrones. No pueden ser porque la mente, la información que está ahí no les deja. (Aplausos)

 

Entonces, ahí es que está la maldad, si no daban la gracia daban la ley o si la daban mezclada, eso no trae buena conciencia y daña los niños y daña a la familias.

 

Y entonces, ese crimen hay que denunciarlo.

 

Yo quisiera poder explicarlo así –nacionalmente-. Pero yo quisiera dejarles ver que nosotros somos gente amigable, gente realizada, gente que nos amamos mucho, que sabemos amar, que tenemos buen compañerismo. Y, que nos escucharan –detenidamente- qué es lo que nosotros estamos diciendo.

 

Tú sabes cuántas iglesias de estas aquí, si los pastores fueran un poquito más cuerdos y me escucharan detenidamente y cogieran nota. Porque uno debe juzgar conforme a  lo que la persona dice y ellos le están tapando el camino  a otros bendecidos que están ansiosos por esta información, cuando me llaman falso profeta –mira hay uno ahí ten cuidado, no lo escuches, no cooperes, no vayas-. Le están tapando el camino. No comen ni dejan comer.

 

Entonces, la hipocresía de la circuncisión es más seria de lo que nosotros nos imaginamos.

 

Vamos a ver los libros de la circuncisión. Vamos a identificar los ocho libros, después de Hebreos quedan ocho libros. Vamos a buscar errores –sencillitos-, porque no podemos hablar de todos los ocho libros. Pero, sencillamente, podemos sacar ocho errores de los libros de la circuncisión. Me refiero a Santiago, Primera de Pedro, Segunda de Pedro, Primera de Juan, Segunda de Juan, Tercera de Juan, Judas y Apocalipsis.

 

Por qué esos libros usted no puede leerlos con toda confianza. Para eso, usted se tiene que poner unos filtros (en los ojos), -déjame hacer esto que estoy en territorio apache-. Este territorio es de otro espíritu, es otro evangelio, es otro Jesús, por lo tanto usted tiene que tener cuidado con esos ocho libros.

 

Esta mañana yo estaba viendo la televisión aquí, el programa de este Enlace y había un predicador ahí usando a Pedro y a Juan como si nada, está jugando con fuego y no lo sabe. Los utilizaba como si eran gente cristiana. Usted no puede tratar a esa gente como cristianos, no lo son.

 

Entonces vamos a ver a Santiago 2, verso 24,  para que usted vea la blasfemia que hay encerrada ahí.

 

Mire el primer error y lo vamos a comparar con Pablo. Dice:

     

“Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por, qué, por las obras

y no solamente por oír con fe.”

 

Mira el poder que le da a las obras: “el hombre es justificado por las obras”, entonces, por una orillita menciona, “y no solamente por la fe”.

 

¿Por qué Santiago habla así? ¿Qué que había otra persona que estaba diciendo que era sólo por fe?

 

¿Quién lo estaba diciendo? Pablo.

 

Usted tiene que entender la maldad que hay en estos hombres. Mire el sistema religioso quiere justificar a Pablo con Santiago. Por años, yo vengo oyéndolo: - Ser hacedores de la palabra y no sólo oidores.

 

Qué vas a hacer tú, si tú con esa carne no puedes hacer nada, muchacho.

 

-Todo don perfecto proviene del Padre de las luces-, porque Pablo decía: “Dios les envía poder engañoso”.

 

Ellos decían: ¿Cómo Dios va a enviar poder engañoso? El quería pintar a Dios, un Dios de amor lindo, mua, mua, mua. -Dios es amor. No, no pueden hablar fuerte, porque Dios es amor-. Con eso quieren taparle la boca a uno.

 

Pero no, mire la blasfemia.  Santiago 2: 24.

  

“Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras…”

 

Parece que las obras son más importantes que la fe ahí. O sea, la fe cuenta, pero las obras más.

 

Ahora, mira lo que dice Romanos -mantenga eso ahí en mente, lo que dijo Santiago-. Ahora, mire lo que dice el apóstol a los gentiles, en el capítulo tres, el verso 27 en adelante. Mira la diferencia, Romanos 3:27.

 

“¿Donde, pues, esta la jactancia? Queda excluida.

¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras?

Diga: NO, sino por la ley de, qué, de la fe.”

 

Conclusión. Esto es una conclusión, si usted no llega a una conclusión no va para ningún lado. Se le mete otro espíritu, la cubierta lo rechaza enseguida, - cuidado con este tipo, con esta mujer, cuidado con este maestro que está mezclando-, mire como mezcló Santiago y con eso usted no puede jugar. Usted tiene que ser celoso.

 

Ahí no vale familia, mire nosotros perdonamos un adulterio, una borrachera eso es pajitas que le caen a la leche. Pero cuando alguien se mete contra esto, así sea mi papá, lo mando para…. (Aplausos)

 

 Ahí, ahí no se puede comer cuento. Ahí no vale familia, esposa, hijo. Lo que yo trato de decir es -todo está bien, pero esto tú no me lo puedes tocar, esta perla de gran precio, el que me la toque, la paga.

 

Tú has visto esos animales que son bien juguetoncitos, pero tócale un bebecito cuando paren para que tú veas, que son celosos con los hijos, con las criaturas.

 

Y entonces, mira lo  que dice Pablo, Romanos 3:28.

 

“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por…”

 

¿Obra?

 

“…por fe…”

 

¿Cómo?

 

“…por fe…”

 

¿Y, qué hacernos con las obras?

 

“…sin las obras de la ley.”

 

Y después mira cómo dice:    

 

 “¿Es Dios solamente Dios de los judíos?

 

No es.

 

“¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.

 

“Porque Dios es uno, y el justificara por la fe, no hay obras,

por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.”

 

Esa es la verdadera fe.

 

Diga: ¡Esa es mi fe! Dígale al que está a su lado: ¡Esa es mi fe! La fe que salva.

 

Entonces, ¿qué hacemos con Santiago? Fuera.

 

¿Ese libro es confiable? No.

 

¿Lo arrancamos de la Biblia? No se puede, jajaja. Yo quisiera quemarlo, pero hay que dejarlo ahí, porque después nos acusan que le sacamos libros a la Biblia. Y no le estamos sacando libros es identificando dónde está la maldad,  porque si lo llegan a sacar antes no vemos la maldad.

 

Mira, gracias a Papá que lo dejaron ahí. Es más, gracias a Papá que dejaron las catorce epístolas, porque esa gente eran tan malos que eran capaz de destruir las catorce y poner sólo las de ellos. Lo que pasa es que ellos no tenían los códigos que estaban encerrados y ellos dijeron: –No te ocupes que no nos va a hacer daño. Nosotros nos quedamos con todo esto aquí. Olvídate. A Pablo lo vamos a opacar con nuestras cartas.

 

Hasta el día de hoy, jaja. Lo opacaron por dos mil años, pero hasta hoy. Mo más. Diga: ¡No más!

 

Oye, sé celoso. Tú no puedes estar aquí… (hablando entre dientes, bajito, cabizbajo). Esta palabra da celo. Este celo es el que mata a tu carne. Cuando tú tienes celo es que tu carne está muerta. Cuando tú estás así medio, medio es que estás en aguas tibias. Estás en la mitad del medio,… jajaja.

 

Bueno, vamos a ver ahora a Pedro. Ya liquidamos a Santiago. Vamos a liquidar a Pedrito ahora, el bandido.

Muchacho, una vez Jesús le dijo: -¿Pedro, tú me amas?-, cuidado. ¿Pedro tú me amas?-, dos veces, ay Padre.

-¿Pedro, tú me amas?

-Ay, Maestro. Tú sabes que yo te amo.

-No, esto no es cuestión de mua, mua, que te amo. No.  Apacienta mis ovejas. –Mmmm. ¿Apacentar ovejas? Yo lo que puedo hacer es trasquilarlas.  

 

Porque es que ya el Señor se lo sospechaba, que era un bandido. Tú no vez que él conoce lo de adentro del corazón, lo que faltaba era un tiempito para que se manifestara el inicuo. Pero eso estaba ahí ya.

 

Y se lo dijeron: –Mira Pedro, cuando tú eras joven, te ciñes tú mismo, pero cuando eres más viejo, viene y te ciñe otro-. Era Pablo el que venía. Pablo era el que lo estaba chequeando. -Ese es el que te va a ceñir a ti, bandido-.

 

Vamos ahora a Primera carta de Pedrito, libro de la circuncisión, maldición, 5:8. ¿Qué dice?

 

 “Sed  sobrios, y velad; porque vuestro adversario,

el derrotado, el destruido, pero él lo ve todavía como diablo,

 vuestro adversario el diablo, como león rugiente,

anda alrededor buscando  a quien devorar .”

 

Y después te mete la fe.

 

“…al cual resistid firme en la fe…”

 

Y, con eso tú te conformas. Pero no te estás dando cuenta que tiene otra baraja -le estoy diciendo que use la fe, pero le estoy diciendo que está vivo, que está en pie.

 

Y eso es una forma de decir –creo- pero a mitad. Es como los católicos que te dicen: -Oh Jesucristo, que resucitóó-, pero estás perdido, la sangre no hizo nada, estás en pecado todavía.

 

-El Cordero quitó el pecado del mundo-, pero no ha quitado nada.

 

Sí es una forma… Ese es el Misterio de la Iniquidad, que dicen que creen, pero al fondo no hay nada. Por eso es que son nubes sin agua, son huecas sutilezas.

 

Entonces, fíjate lo que dice Hebreos 2:14. Ya usted lo conoce, pero vamos a darle lectura rapidito. Hebreos 2:14  

 

“Así que, por cuanto los hijos…

 

 Eso es predestinación ahí también. Ya eran hijos y no tenían carne. Eran hijos pero participaron de carne.

 

“…participaron de carne y sangre, Dios también participó de lo mismo…”

 

¿En qué persona? En Jesús de Nazaret.

 

“…para… destruir por medio de la muerte…”

 

¿Murió? Entonces, quedó qué, destruido.

 

Si murió, lo destruyo. ¿Y, por qué Pedro dice que anda todavía como león rugiente?

 

“…al que tenía, no tiene nada ya, al que tenía el imperio de la muerte

esto es al diablo.”

 

Ahora, mira lo que dice Juan 12:31. El mismo Juan que es moderador y consejero de la circuncisión, amigo íntimo de Pedro y de Santiago. Mira cómo dice Juan.

 

“Ahora es el juicio de este mundo;

ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”

 

El hablaba así antes, porque ahí él estaba como reportero, pero después que apareció Pablo se convirtió en editor. –Edita. Vamos a escribir en contra de Pablo-.

 

Esa Primera, Segunda y Tercera de Juan, eso fue él –personalmente-. Eso era inspirado por Dios, eso era históricamente bien hecho, pero luego se convirtió en editor, en dueño del periódico y ahí comenzó a dañarlo.

 

Ahora, fíjate. Mira lo que dice Lucas capítulo 10 verso 17 y 18. Mira lo que dice Lucas.

 

“Volvieron los setenta con gozo, diciendo:

Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.”

 

Vinieron contentos porque sacaban demonios. Tú sabes que por eso el sistema, al leer eso, dicen – mira, sacaban demonios-. Seguro, antes de la cruz existía eso.

 

Pero, mira lo que Jesús le anticipó que le iba a pasar en el verso 18.

 

 “Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.”

 

¿Tú sabes lo que eso significa, un rayo? ¡Fuap! En la cruz, cuando murió, ¡raap! quedó destruido.

 

Y le dice:

 

“Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.

 

 “He aquí les doy potestad de hollar serpientes y escorpiones,

mientras tanto, y sobre toda fuerza el enemigo del enemigo,

y nada os dañará.

 

Pero no os regocijéis que los espíritus se os sujetan,

eso es un pellizco de ñoco, eso yo lo voy a resolver ahorita,

sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en el los cielos.”

 

Y con todo y con eso, estos evangelistas dicen –pasa al frente, para escribir tu nombre ahora-, cuando ya dice que eso ya está.

 

Y Pedro dice otros disparates: “Añadid a vuestra fe.”

 

¿Tú añadirle a la fe? Si la fe es un don. A los dones, tú no le añades nada. El don sale, el don se manifiesta.

 

Dice –añadid a vuestra fe-, y un sin número de cosas, de errores, que yo leyendo así veo, lo que pasa es que no hay tiempo en una reunión como esta, imagínate. Eso es para darte apetito para que tú los leas ahora y veas dónde están los errores, y vas a encontrar un montón.

 

Vamos ahora con Juan, con el editor,  que cambió su profesión de periodista a editor. Primera carta de Juan -y esa sí que es de Juan, esa es de él-, capítulo 1 verso 8.

 

Mira el primer error, y esto lo escribió noventa años después que Cristo murió y todavía Juan pensaba así. Dice:

 

“Si decimos que no tenemos pecado,…”

 

-Pero si el Cordero los quitó, con una sola ofrenda te hizo perfecto.

-No, no, no, eso es Pablo. Ese es el hereje de Pablo, que estamos tratando de limpiar de en medio.

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos,

y la verdad no está en nosotros.

 

“Si confesamos nuestros pecados…”

 

-Pero chico, si él ya te los perdonó. ¿Cómo vas a seguir confesando?

 

Fíjate que cuando Jesucristo se me apareció a mí, lo primero -fíjate qué importante-, lo primero que me dijo fue Romanos 6:3.  Me dijo, -tú estás muerto al pecado, ya tú no pecas, no se te puede hallar en pecado-. Eso fue lo primero que me dijo, y me lo repitió como por cuarenta y cinco minutos, esa partecita nada más.

 

Mira, yo no sufro de dolores de cabeza -yo no sé lo que es eso- y en la revelación, yo decía –ay, que termine, que termine, que termine, ya yo lo sé, ya yo lo sé, ya yo lo sé, me lo memoricé, me lo memoricé. ¿Por qué repetírmelo tanto si ya yo me lo sé?

 

Y es porque él me estaba advirtiendo -esto hay que repetirlo, y repetirlo, y repetirlo. Olvídate si lo dijiste el mes pasado, tienes que volver a repetirlo-, porque es que hay que repetir, en lo que te vas sacando toda esa cerilla religiosa que te han metido desde pequeño. Hay que sacártela bien y la repetición es lo mejor.

 

Yo sé que tú sabes esto, pero lo estás oyendo hoy como si nunca lo hubiera oído, lo estás asimilando. Porque tú amas a los demás y aunque tú digas –no, yo estoy bien claro en eso, pero ¿y el de al lado, y la visita? Necesita escuchar eso, así que lo soporto.

 

¿Qué dice Hebreos 10:14?

 

Hermanos, estas son las bases de la última reforma. Con esto es que vamos a cambiar al mundo, no es tirando tiros, ni insultando gente. El mundo lo vamos a cambiar con la evidencia escrita. (Aplausos)

 

¿Sabe por qué? Porque esto es como un imán; la otra parte del imán la tienen ellos en su Biblia. Lo que yo estoy diciendo está en las Biblias de ellos, lo que pasa es que no se han acercado. Cuando se acerquen, los que aman la verdad, hacen clack. Se van a encontrar, porque la verdad es por la verdad y el amador de verdad, tarde o temprano, cae. Van a verlo escrito.

 

Esa es la labor mía, ese es el ministerio mío. Por eso yo me atrevo a llamarme Jesucristo Hombre sin ningún problema, pero es por ese propósito. Pero, si yo no tuviera ese propósito yo fuera un charlatán, como dicen ellos.

Por eso, eso es lo que le da validez a Jesucristo Hombre. Lo que yo estoy diciendo, eso es Jesucristo Hombre. A mí me pueden quitar, eso es Jesucristo Hombre, el contenido. (Aplausos)

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD - Costa Rica PARTE B

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EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD - Costa Rica PARTE B

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

17 de marzo de 2013

 

 

 

Continuación…

 

Cuando Jesucristo se me apareció a mí, lo primero -fíjate qué importante-, lo primero que me dijo fue Romanos 6:3.  Me dijo, -tú estás muerto al pecado, ya tú no pecas, no se te puede hallar en pecado-. Eso fue lo primero que me dijo, y me lo repitió como por cuarenta y cinco minutos, esa partecita nada más.

 

Mira, yo no sufro de dolores de cabeza -yo no sé lo que es eso- y en la revelación, yo decía –ay, que termine, que termine, que termine, ya yo lo sé, ya yo lo sé, ya yo lo sé, me lo memoricé, me lo memoricé. ¿Por qué repetírmelo tanto si ya yo me lo sé?

 

Y es porque él me estaba advirtiendo -esto hay que repetirlo, y repetirlo, y repetirlo. Olvídate si lo dijiste el mes pasado, tienes que volver a repetirlo-, porque es que hay que repetir, en lo que te vas sacando toda esa cerilla religiosa que te han metido desde pequeño. Hay que sacártela bien y la repetición es lo mejor.

 

Yo sé que tú sabes esto, pero lo estás oyendo hoy como si nunca lo hubiera oído, lo estás asimilando. Porque tú amas a los demás y aunque tú digas –no, yo estoy bien claro en eso, pero ¿y el de al lado, y la visita? Necesita escuchar eso, así que lo soporto.

 

¿Qué dice Hebreos 10:14?

 

Hermanos, estas son las bases de la última reforma. Con esto es que vamos a cambiar al mundo, no es tirando tiros, ni insultando gente. El mundo lo vamos a cambiar con la evidencia escrita. (Aplausos)

 

¿Sabe por qué? Porque esto es como un imán; la otra parte del imán la tienen ellos en su Biblia. Lo que yo estoy diciendo está en las Biblias de ellos, lo que pasa es que no se han acercado. Cuando se acerquen, los que aman la verdad, hacen clack. Se van a encontrar, porque la verdad es por la verdad y el amador de verdad, tarde o temprano, cae. Van a verlo escrito.

 

Esa es la labor mía, ese es el ministerio mío. Por eso yo me atrevo a llamarme Jesucristo Hombre sin ningún problema, pero es por ese propósito. Pero, si yo no tuviera ese propósito yo fuera un charlatán, como dicen ellos.

 

Por eso, eso es lo que le da validez a Jesucristo Hombre. Lo que yo estoy diciendo, eso es Jesucristo Hombre. A mí me pueden hasta quitar, eso es Jesucristo Hombre, el contenido. (Aplausos)

 

Mira lo que dice Hebreos 10: 14.

 

“Porque con una sola ofrenda hizo perfectos, por un tiempo a los santificados, para siempre a los santificados.”

 

Pues, Juan dice –por un tiempo-, porque dice:“Si alguno ha pecado todavía tenemos un abogado.”

-Ah, o sea, ¿que el trabajo no está hecho?

-No, no, no, porque es que en el diario vivir tú vuelves a pecar.

-Ah, ¿entonces no es una sola ofrenda?

-No, no, no, él tiene que estar muriendo todos los días por ti. Él sólo se llevó una parte. Te puso un enganche ahí, pero tú tienes que hacer los pagos de la camioneta. Cuando termines los pagos te entregamos entonces, el título de propiedad, pero tú no estás salvo. Tú estás salvo en esperanza.

 

-Ah, o sea, ¿que tengo que confesarme?

-Ehh, ¿que si tienes que confesarte, muchacho? Si el pecado está hasta en la sopa, muchacho y hasta en el café, por la mañana, comienzas a pecar.

-¡Anda pa’l cará…! O sea, que esto no ha terminado. Yo no puedo decir -soy salvo-, ¿verdad?

 

Por eso es que le tienen miedo a estas tres eses (SSS), muchacho. Eso es como las películas de Hollywood, cuando Drácula ve una cruz, hace así -¡ahhh!-, pues, mira, ellos son Drácula y ésta (SSS) es la cruz de ellos. (Aplausos)

 

 

Y son tan frescos que hablan: –No, pero es que la carne es débil-.

 

Sabemos que la carne es débil. Pero, qué dice Colosenses capítulo 2, versos 10 y 11. Sabemos que tenemos debilidades, que estamos perfecto es espíritu, pero que la carne todavía tiene debilidades. Pero aún ese cuerpo, que era el que manejaba el pecado -el cuerpo carnal-, mira lo que Dios hizo.

 

Colosenses 2:10.

 

“Y vosotros estáis completos en el, que es la cabeza de todo principado y potestad.

 

En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano,

al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal en la circuncisión de Cristo.”

 

Si yo me sigo confesando, yo estoy diciendo -que él no circuncido nada, el cuerpo pecaminoso carnal y que lo que él hizo allí fue un show de sangre.

 

Si yo digo que soy un pecador, yo estoy blasfemando contra el pacto, si yo digo que todavía yo peco.

 

No, yo no peco. Yo soy impecable, no por mis meritos, por los meritos que él hizo. (Aplausos)

 

Yo soy impecable. Tú eres impecable. (Aplausos)

 

-¿Apóstol, y las maldades que yo he visto aun aquí? 

-Pues esas son debilidades de la carne.

-¿Ah, y eso nada más? ¿Y, Dios no nos ve en pecado?

-No puede verte en pecado, porque para verte en pecado, entonces tiene que levantar la ley.

 

Mira lo que dice Romanos 7:8, si todavía tú pecaras. Mira todo lo que hay que hacer.

 

El fin de la ley es quién, Cristo. Pues, mira lo que dice. Por qué Cristo le puso fin a la ley. Mira: 

 

 “Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mi toda codicia; porque sin la ley… el pecado está, qué, muerto.”

 

 

¿Cuándo se murió el pecado? Hace dos mil años. Para tú ser hallado pecador tiene que estar la ley en pie.

 

Y mira lo que dice Romanos 10:4.

 

Estos pastores, yo no sé qué es lo que tienen en la cabeza; musarañas, o yo no sé qué carajo tienen en la mente, coño.

 

Mira, dice:

 

Porque el fin de la ley es, quién, Cristo…”

 

Y, si no hay ley, el pecado está qué, muerto.

 

Entonces, de qué pecado están hablando ellos. ¡Mentirosos! (Aplausos)

 

Dígale: ¡Mentirosos! ¡Mienten! (Aplausos)

 

Oye… ¡ABBA PADRE! ¡ABBA PADREEE! (Ovación)

 

Ellos se creen que los pueden mover a ustedes. Dicen: -No, si él les lavo el cerebro con unas doctrinitas.

 

¿Doctrinitas? La firmeza de ustedes, muchacho. Esto es un reino indestructible.

 

¿Tú sabes lo que es indestructible? Esto no hay quien lo toque.

 

NO HAY DIABLOS QUE INVENTEN.

NO HAY PAPADO ROMANO.

NO HAY CONCILIO.

 

NO HAY NADIE QUE PUEDA MOVER ESTE FUNDAMENTO. NADIE PODRÁ, NADIE. NO PUEDEN.

ESTO ES PARA SIEMPRE, LA VERDAD DEL EVANGELIO, EL EVANGELIO ETERNO. (Ovación)

 

¡Wow! (Siguen los aplausos)

 

¡ABBA PADRE! ¡Wow!

 

Oye, esto es tan poderoso, es tan poderoso, que yo llego a mi casa a un clase de reposo y hay gente que no me entiende y dice -¿pero cómo tú puedes estar ahí sentado, con tantas cosas y revolúes que están pasando?  Y  yo les digo: ¿Y, qué tú crees, que yo llevo esto? Esto lo llevan  los ángeles hace tiempo.

 

Son los ángeles los que llevan esto. Usted se pone a empujar la iglesia se viene abajo. Usted –mire- tranquilito. Y, cuando usted vea un defecto por ahí, diga –ángeles, se lo dejo a ustedes-. No se ponga a criticar. Porque hay cosas malas, a mí también se me han manifestados cosas que a veces no me gustan y viene alguien, con sabiduría –Apóstol, se le chipoteo aquí.

-Anda. ¡Uff! tengo que recordarme, que el que esté firme, mire que no caiga. Jaja…

 

Sí, pero déjaselo a los ángeles, muchacho, en confianza. Si yo no tuviera confianza en los ángeles, no pudiera seguir con el ministerio, porque a veces la demanda es demasiada. Yo ni sé cómo llegué –ay, Padre, esto es tremendo.

 

Pero…♪♪ ya que has puesto la mano en el arado, no tornes tu mirada hacia atrás…♪♪ Ahí es que se aplica esa parábola, aquí no se puede echar para atrás. Una vez arrancaste –jaja- este carro no tiene reversa, ni neutro, tienes que estar en función. (Aplausos)

 

Oye. Ya JH arrancó y no puede parar.

 

Yo le digo a cierta gente: -¿Bueno, y si no fuera yo y fuera otro que viene, qué va a hacer él?

–Bueno no, no, él viene.

-¿A qué? ¿A qué viene?

–Bueno, él viene por su iglesia.

-¿Pero, a qué? A buscar ese manojo de creyentes turbados. ¿Él va a llamar a eso iglesia? Gente que le están negando la sangre, pisotean la sangre del pacto todos los domingos en sus iglesias, tienen al diablo vivo, cosa que él vino a destruir en la cruz.

 

Yo te voy a decir una cosa, si se aparece otro perdió el tiempo, porque aquí el único que está edificando la iglesia con el verdadero evangelio es Jesucristo Hombre. (Ovación)

 

ESTA ES LA REFORMA DE LA IGLESIA.

NO HAY OTRO. NO LO ESPERES, PORQUE YA NO HAY MÁS NADA. (Ovación)

 

¡Abba Padre!

 

Bueno, vamos con el próximo engaño. Ahí lo cogimos en la primera carta mintiendo, dice -si decimos que no tenemos pecado-.

-¿Cómo?

 

Ahora, ¿por qué usted cree que él dijo -si decimos que no tenemos pecado? ¿Porque había alguien que estaba diciendo –no, si ya no hay pecado?

 

Pues, seguro, Pablo. Pablo era el que estaba diciendo -no, no, si el pecado es un periódico de ayer, eso es una teja vieja. (Aplausos)

 

Segunda de Juan capítulo 1, verso 9. Toma nota, bendecido.

 

Mira cómo se atrevió a hablar Juan. Mira la falsedad de esto aquí.

 

 “Cualquiera que se extravía…”

 

¿Qué, que había gente que él pensaba que se estaba extraviando?

 

Seguro. Él decía -los discípulos de Pablo están todos extraviados, pero déjame alisar esto, el asunto es desde cualquiera, si se sienten aludidos los de Pablo, pues...

 

Dice:

 

“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios,

el que persevera en la doctrina de Cristo ése sí tiene…”

 

A los dos; al de la barba y al niñito…

 

“…al Padre y al Hijo.

   

Si alguno viene a vosotros…”

 

Debió haber dicho -si los de Pablo vienen a ustedes-, jaja.

 

“Si alguno viene a vosotros, y no trae ésta, la de la circuncisión, esta doctrina,

no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!

   

Porque el que le dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras.”

¿Viste? Así están los católicos –no los escuchen, tengan cuidado con esa gente-.

 

Usted no puede tener miedo.

 

Yo les digo a ustedes -si alguno viene a su casa, siéntelo y deje que abra la boca, y que hable todo lo que va a hablar y después dígale: -¿Eso es lo que tú me vas a decir? Fuera.

 

Eso no sirve, hermano. Esa es una medicina, un antibiótico expirado. Eso no hace nada. Bote esas medicinas viejas.

 

¿Tú sabes la medicina vieja que tú tienes metida en tu casa, que tú no te atreves  botarla porque costó cara? Y cuando le miras la expiración dice: 1998.

-¡Anda pa’l cará…

 

A veces tú vas al supermercado y haces compra y ves un artículo barato y cuando lo miras, está casi expirado. Por eso es que te lo dan barato, porque está pronto a podrirse. Y si no lo ves podrido ahí, se te pudre en el consumo, cuando llega al estómago ahí explota.

 

-¿Pero, si estaba bueno todavía?

-¿Bueno?

 

Al llegar y tocar los jugos gástricos tuyos hizo así ¡buum! Medicina expirada.

 

Entonces, Juan dice que hay que tener la doctrina de Cristo. ¿Verdad?

 

¿Y, qué dice Pablo en Hebreos 6:1?

 

Juan dice que hay que tener la doctrina de Jesús, entonces Pablo dice:

 

“Por tanto dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo,

vamos adelante, a dónde, a la perfección…”

 

¿Y, cuál es la perfección? La gracia.

 

¿Y, por qué hay que dejar la doctrina de Cristo?

 

Número uno: Porque él no fue cristiano.

Número dos: Porque las doctrinas que él practicaba eran de Moisés, era para cumplirle a la ley.

Entonces, ¿por qué usted tiene que amar la doctrina de Cristo?

 

Eso expiró. Eso es condenación. Eso fue un pacto de muerte, que él vino a cumplirlo para que tú no caigas en esa trampa.

 

¿Y, qué tienen los católicos y el sistema protestante? La doctrina de Juan, la de Cristo, que expiró, que no te hace nada, que lo que te da es brujería y hechicería. Los santeros viven de esa doctrina.

 

Mira el Papa con la misma cosa todas las Semanas Santa cargando el muñequito -♪♪ Santa, santa María, madre de Dios, ruega por nosotros♪♪… 

 

¿Con esa bobada? ¿Tú vas a seguir con eso?

 

-¡Ayy, tenga cuidado, apóstol! Tenga cuidado. Eso es una blasfemia.

 

¿Blasfemia? ¿Qué blasfemia?

 

Con la procesión. Con las palmitas. Con la muerte y pasión. Con la película. Con la sangre, -que si la sangre-.

 

Eso es un periódico viejo, expirado, hermano. Usted tiene que salir de eso. Pablo te dice: -Dejando ya eso. Déjelo. Abandone todo eso.

 

Mateo, Marco, Lucas y Juan, eso es historia, historia vieja. La verdadera historia está de Romanos a Hebreos, el evangelio de la Incircuncisión.

 

Al Papa le debe de dar vergüenza y ponerse unos pantalones como hombre y decir la verdad.

 

Todos estos sacerdotes mentirosos. Homosexuales disfrazados, abusando de los niños. Pónganse una falda y váyanse por ahí a prostituirse, pero no lo haga en la llamada ‘iglesia’.

 

Que salgan del closet. Así yo no los amo, escondidos debajo de una sotana. Que se vistan bien, y yo los amo. Vengan acá, les doy el evangelio y los sanamos.

 

Y las monjas esas lesbianas, tráiganlas para acá y le damos el evangelio para que vivan. Y si quiere seguir siendo lesbiana, que lo sean, pero no lo haga escondido por allá detrás de algo llamado como la iglesia del Señor.

Oye vamos a ver ahora a Tercera carta de Juan 1:7.

 

 Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles.”

 

Y ¿qué tiene de malo ser gentil?

No, muchacho, si esa gente no aceptaban nada de los gentiles.

-Nosotros somos judíos.

 

“Nosotros, pues, debemos de acoger a tales personas,

para que cooperemos con la verdad.”

 

¿Con qué verdad?

 

No quieren a los gentiles. Eso es un judío envenenado todavía, prejuicio contra los gentiles.

 

Y, después, mira lo que dice el otro verso y te voy a decir por qué. Verso 9, la oposición de Diótrefes.

 

“Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes,

al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, que es mentira, no nos recibe.”

 

Seguro que no te va a recibir.

 

 “Por esta causa, si yo fuere,

recordaré las obras que hace parloteando, proyecto tapa boca,

con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas

 no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se los prohíbe

y los expulsa de la iglesia.”

 

Esa es una acusación. ¿Tú sabes por qué? Porque Diótrefes era discípulo de Pablo,  y como era de Pablo, pues habla mal de Diótrefes.

 

Ahora, de Demetrio habla bien. Mira sigue, buen testimonio acerca de Demetrio. ¿Viste? Que ellos bautizan a quien les da la gana. 

 

 “Amado, no imitéis lo malo, sino lo bueno.

El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.

 

Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma;

y también nosotros damos testimonio,

y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero.”

 

¿Vosotros sabéis? Yo sé que no es verdadero. ¿Y tú?

 

El Demetrio ese es un bandido. El bueno ahí era Diótrefes.

 

Por eso es que ellos hablan de nosotros. Cuando ellos hablan de nosotros dicen: -Mire, esa gente están sacando a nuestra gente de nuestras iglesias. Y, si vamos allá a compartir, no nos reciben.

 

¿Y, quién va traer una sabandija de esas a predicar aquí? Tenemos que sacarlo de en medio nuestro, hasta que no aprenda; si no saben ni hablar, son huérfanos, tartamudos, mudos. No saben ni hablar, no saben ni lo que dicen, ni lo que afirman.

 

Judas 1:4. Ese es Judas, el hermano de Jesús.

   

“Porque algunos han entrado en cubiertamente,

los que desde antes habían sido destinados para esta condenación,

hombres impíos que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios

y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.”

 

Esto es hablando de Pablo. Dicen que coge la gracia como libertinaje.

 

Claro, en Roma, ellos pensaban que Pablo era un libertino, de tal forma, que mire Romanos capítulo 3, lo que dice Pablo que decían de él. Romanos 3:8.

 

“¿Y por qué no decir (como se nos calumnia,

y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros,

los de la gracia, decimos): Hagamos males para que vengan vienes?

 

En Roma, cuando hablaban de Pablo, decían: -Ese, ese lo que quiere es que ustedes hagan mal, para que le venga bendición-. Lo acusaban así.

 

Y, en Romanos 6, verso 1.

 

 “¿Qué pues diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?”

 

Él tenía que hablar así, porque es que los romanos decían -este hombre, lo que quiere es que perseveremos haciendo mal.

Por eso, cuando usted le dice a alguien -salvo siempre salvo-, te dicen: -Muchacho, ¿entonces tú puedes vivir como te dé la gana?

 

Oye, qué manía. Qué habito de pensar mal; pues a Pablo lo trataban así.

 

Dice:

 

En ninguna manera.

Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”

 

Y eso tiene A, B y cuidado si un C.

 

Número uno, si hacíamos mal, la gracia te da una limpia conciencia. ¿Y, cómo tú vas a seguir en el mismo estilo de vida? Tú no puedes seguir robando y mintiendo y lastimando, porque es que eso no te nace ya.

 

Pero, número dos, el paso B: Aunque hagas lo malo, no se te puede hallar en pecado, porque estás muerto al pecado. Entonces, ¿cómo vas a decir que yo vivo en pecado? ¿Cómo perseveraremos en el pecado?

 

Es imposible, porque los que hemos muerto al pecado, no sólo hemos muerto al pecado, mira lo que dice.  Romanos 6:3.

 

“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizado en Cristo Jesús,

y esto no es agua,

hemos sido bautizados en su muerte?

 

 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo,

a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre,

así también nosotros andemos en vida nueva.”

 

Me queda una que no puede faltar, Gálatas 1:8, vamos a invertirlo. Le dimos gabela a la circuncisión, ahora lo viramos y comenzamos por la Incircuncisión.

 

Pablo dice:

 

“Más si aun nosotros, y mantén esta palabra en mente, o un ángel del cielo…”

 

 Del infierno no, porque ya eso está destruido y no existe. Pero, entonces, lo que quedan son ángeles del cielo.

 

Entonces, Pablo dice: “si aún un ángel del cielo”…

 

“… os anunciare otro evangelio diferente, que el que yo, Pablo,

predico, sea anatema.

 

 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito:

si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

 

El que predica otro evangelio es anatema. Todos esos evangélicos, católicos, todos, pentecostal, esos son anatemas. Esa gente, hay que mantenerlos hasta de lejos. Esos pastores hieden. Son malditos.

 

Yo fui un maldito por un tiempo. Tener en la mente semejante basura, en esta mente, es estar maldito.

 

Ahora, si un ángel de qué, del cielo. ¿Y, quién le reveló a Juan el libro de Apocalipsis?

 

Vamos a verlo, Apocalipsis 1:1, por si quieres seguir leyendo el librito ese donde te vomitan y te borran y te quitan y te patean y te traen cuerno y caballos y símbolos. 

 

 “La revelación de Jesucristo,

que Dios le dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto;

y la declaro enviándola por medio de su… ángel…”

 

“Si aún un ángel del cielo, les predica algo diferente a lo que yo enseño, sea anatema”, decía Pablo.

 

Y, ahora, el ángel le aparece a su siervo Juan, que está metido en ayuno allá en la Isla de Patmos. Y, ya Pablo le ha advertido las verdades de este evangelio y él sigue con la misma cantaleta.

 

Y entonces, pues se fue en ayuno y oración allá.

-Pues, pues vamos a darle revelación al muchacho. Ángel…

 

Tú sabes que Dios tiene muchos ángeles. ¿Te recuerdas  que él enviaba ángeles en la boca de los profetas para que le mintiera a los reyes?

 

Dios dice: -¿Cuál es el más mentiroso del viejo pacto?

-Pues, mira ¿éste fue el que engañó al rey quién? 

-Ven acá. Necesito que me hagas un favor. Este muchachito, Juan, por más que yo le he advertido y le envié a Pablo y le he dado pruebas y pruebas; y entonces, me lo matan también a Pablo y pasan treinta años y ahora se aparece con este cuento de Apocalipsis. Vamos a enviarle al ángel que le hable, -háblale-, y empezó a decirle disparates.

 

Bueno, ya.

 

Jesucristo vino a hablar con ustedes. Jesucristo les declaró -de la mente de Él-, les declaro los parámetros, el consejo. Ya ustedes están advertidos qué es lo que está funcionando allá fuera, que tiene a la gente ciega. Ya ustedes saben dónde está el meollo del asunto. Usted está equipado, usted está preparado, usted esta advertido.

 

Usted lo que tiene que hacer es unirse a mí, al obispo, para darle candela a esa mentira, con celo, con testimonio, con buen proceder a tiempo y fuera de tiempo.

 

¡Prepárate para lo que viene! ¡Prepárate! Déjate usar. Déjate usar. Confiesa el pacto, confiesa el pacto. No niegues nada de lo que te dice Pablo.

 

Pablo dice que tú eres un Dios.

Pablo dice que tú eres un tesoro.

Pablo dice que tú eres rico.

Pablo dice que tú eres dueño de todo.

 

Mantenlo, mantenlo, porque en un abrir y cerrar de ojos, cuando te transformen ese cuerpo, entonces vas a ver.

 

Bendecidos, los amo.

 

Vamos a estar en pie, los músicos por aquí.

     

 

 


CONVENCIÓN BOLIVIA

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CONVENCIÓN BOLIVIA

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

20 de marzo de 2013

 

 

Yo quisiera compartir con ustedes cómo fue que yo –en el rol que yo juego como Jesucristo Hombre- cómo yo comencé a darme cuenta del misterio de la iniquidad. Dónde estaba la maldad, hablando en medio de las religiones, no hablando de la política -aunque está envuelta la política- ni de la vida social de los pueblos -aunque está envuelta también-, pero cómo fue que yo comencé a darme cuenta.

 

Porque a principio yo lo que hacía era disfrutando que fui un predestinado, Efesios 1:5; un escogido, Efesios 1:4; un bendecido, Efesios 1:3; que el diablo fue destruido, Hebreos 2:14. Y, yo veía tanta maravilla que yo –imagínate- yo lo estaba solo porque no estaban ustedes.

 

Ah, y a principio –en mi desconocimiento-, pues yo pensaba que era para mí, porque yo se lo decía a los demás y nadie creía. Al hermano mío, yo se lo compartí y me dijo –Mmm-. Bueno, una vez vino con el pastor de él a sacarme demonios, porque yo estaba hablando y que medio raro.

 

Entonces, pues yo lo estaba disfrutando yo y después de ese alumbramiento que tuve, tenía que estar leyendo la Biblia de nuevo, porque lo que había leído antes era la letra, no el espíritu de eso que yo leía. Entonces, cuando lo leía no podía leer más de dos versos, porque le veía la vida de cada verso.

 

Pero una vez comencé a leer a Gálatas capítulo 1, verso 18. Ahí yo aprendí muchas cosas. Vamos a leerlo. Dice:

 

“Después, pasados tres años…”

 

Ya, usted se tiene que detener y decir –qué importa, qué significa tres años-.

 

Pues, tres años de conversión. O sea, después que él entiende lo que le sucede, que usted sabe que él, Pablo, perseguía a los cristianos y los obligaba a blasfemar y si era posible matarlos, él fue el culpable de la muerte de Esteban-. Pero, al tener esa conversión, él no subió a Jerusalén tampoco, él se quedó con su conversión experimentándola.

 

Pero pasan tres años y después de tres años de lo que él ha experimentado y que está seguro que es así y que el Señor se le aparecía y le hablaba y le daba instrucciones, entonces pasan tres años y entonces, él sube a dónde…

 

“… subí a Jerusalén…”

 

¿A dónde subió?

 

Quiere decir que él no había estado en Jerusalén por tres años, pero él ahora sube porque él ha oído ya de los apóstoles.

 

Y, mire a quién fue a ver.

 

“… para ver a, quién, a Pedro…”

 

Y, ya Pedro estaba montado ya, con los demás apóstoles, quitándole las propiedades a la gente, las vendían, ponían todas las ganancias a sus pies, Hechos 4:34-35. Pedro siempre decía –acuérdense de los pobres- y por eso le daban mucho dinero. Pero, que él no se acordaba nada, nunca hay una evidencia revelada que él ayudó a los pobres, pero él siempre utilizaba esto.

 

Es como las organizaciones de hoy que dicen –Acuerdense de los niños, envíe su contribución- y han descubierto en Estados Unidos, que reciben millones y millones, y entonces los niños lo que reciben es una porción pequeña que no llega ni a un porciento para los niños. Pero se usa ese método para sacar fondos.

 

Entonces, dice:

 

“…y permanecí con él quince días.”

 

Ahí fue que la cabeza mía comenzó a dar vueltas… -¿Quince días? ¿Con Pedro? Sin radio, sin televisión, sin el ruido que hay hoy para entretenerte en tantas cosas, no había fútbol, balompié, no había deportes desarrollados como ahora hay, no había boxeo, no había pelota…. Y quince días viendo a Pedro.

 

Y, Pedro era un individuo que se había ganado cierta fama porque él sanaba a los enfermos- con la sombra de él se sanaban los enfermos- y él utilizaba eso para influenciar a las vidas.

 

Pero, el que sube a verlo ahora es Pablo, y dice:

 

“…pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.”

 

Quiere decir que el Señor Jesús tuvo un hermano, hijo de María también.

 

Usted sabe que la Iglesia Católica dice que ella no tuvo ningún otro hijo, pero él identifica ahí a Jacobo –“el hermano del Señor”-. Y no “hermano” como a veces tú y yo nos hablamos –oye, hermano, cómo estás-. No, él fue categórico: “el hermano del Señor”, pariente de él.

 

Y yo no sé por qué él tiene que poner ahí…

 

“En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.”

 

Ahora, yo me imagino que en esos quince días, Pablo llevaba un mensaje para Pedro. Y, me imagino que Pedro también quería escuchar –qué te ha pasado, qué tú has experimentado.

 

Y, me imagino que Pablo le dijo: -Bueno, mira, yo entiendo, Pedro, que Satanás fue destruido, Hebreos 2:14; que el diablo ya no existe. Eso me lo dijo, el Resucitado, que se me apareció. Ya él no existe.

 

-Pero, ¿cómo así, que el diablo fue destruido?

-Sí, Satanás no existe. Él existió, pero cuando Cristo murió perdió toda la existencia de ese mundo espiritual, esos demonios que se aparecían.

 

Que, de hecho, los evangélicos hoy creen tanto en los libros históricos como Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y de ahí es que ellos sacan todas sus doctrinas para sacar demonios en las iglesias, con un atraso de 2000 años. Pero, como la carne es tan engañosa, a veces hay evidencias de ciertas manifestaciones carnales cuando oran por uno, otro vomita, otro comienza a sudar, otro comienza a gritar, y entonces, pues parece que Satanás está vivo, parece que hay demonios todavía por los aires.

 

Pero, aquello terminó allí en la cruz. Yo estoy seguro que Pablo le hizo énfasis en estas verdades. También, quizás le dijo: -Mira, Pedro, hay otra cosa que debe entender, porque si yo subí a verte aquí es porque el Señor me indicó que venga a verte. Mira, hay dos evangelios, (Gálatas 2:7). El de la circuncisión, el tuyo, el que tú predicas es judío mezclado con la experiencia que tú has tenido con Jesús de Nazaret. Ahora, ese evangelio, Pedro, yo quiero decirte que caducó. Ya tú no estás supuesto a hablar ese evangelio. Ahora comienza uno nuevo (Gálatas 1:12) y Él me lo reveló a mí.

 

Oye, es como tú ser el jefe de una compañía y viene alguien y te dice: -La compañía cambió de jefe.

 

Y, ahí, si la persona es humilde, si es una persona de una buena medida dice: -Bueno, si cambió de jefe, pues mira, te felicito y espero que hagas un buen trabajo tú también-, pero, si no, vienen unos celos porque te quedaste sin trabajo.

 

Y, entonces, ahí Pablo comenzó a explicarle: -Mira, Pedro, yo sé que esto es difícil, pero después de la cruz (Gálatas 1:8), el evangelio que ustedes predican no tiene sentido porque el pacto cambió. Ahora, el que se une al Señor, un espíritu es con Él. Ya no hay que estar orando como ustedes oraban –Espíritu ven. Ya está-, y eso comenzó a dejar a Pedro sin trabajo.

 

En su mente, dijo: -Bueno, ¿y qué yo voy a predicar ahora?

 

Por eso, cuando estos pastores me escuchan a mí, aunque les caiga bien, aunque puedan aprender de mí un poquito en el internet, pero ellos dicen –si acepto lo que él dice me tengo que sentar a escuchar, pierdo… el dinero-. Hay vientre envuelto.

 

O sea, que para entrar aquí hay que amar la verdad. Yo felicito a cualquiera de ustedes que fue pastor del sistema. ¿Hubo alguien aquí que fue pastor del sistema, antes de llegar aquí? Tres, cuatros, cuántos más. Pues, hay que felicitar a estos hombres porque venir a este ministerio es como venir a un cementerio, donde tu carne queda despojada totalmente. Y ahora, tú dices –bueno, lo que vivo ahora, lo vivo en la fe del Hijo del Hombre. (Aplausos)

 

Yo me imagino que le dijo también: -Oye, Pedro, yo los escucho a ustedes, cuando están reunidos, he visto en estos quince días que tú le dices: Dios te bendiga, a Jacobo. Eso tú no puedes hacerlo, (Efesios 1:3).

 

Y, yo me imagino que Pedro le dijo: -¿Tú me vienes a corregir a mí? Yo fui el que anduve con Él. Yo anduve, yo vi los milagros, es más, yo caminé por encima del agua.

 

-No estamos hablando de caminar por encima del agua ni de señales, estamos hablando del nuevo pacto, (Romanos 16:25-26) predicado por la ley, predicado por los profetas; por Jeremías, por Isaías. O sea, esto no es nada nuevo, Pedro. Aparentemente, Pedro, tú tienes poco conocimiento de la Escritura.

 

Que es el mismo caso que nos sucede a nosotros con la prensa, los líderes políticos. ¿Qué saben ellos de Biblia? Ellos lo que saben son cuentos del hijo pródigo, de que Moisés abrió el Mar Rojo, cuando le puso el cayado. Nosotros estamos bregando con una sociedad abusada, lastimada, ignorada, empobrecida. Fuera de aquí, da pena nuestros hermanos porque han sido engañados.

 

Mire, ellos todavía piensan que Pedro fue el primer Papa. Y, todavía viene el Papa aquí y lo veneran, cuando el lo que viene con maldición; y los gastos quien los paga es Bolivia.

 

¿En Brasil, cuánto gastaron? Veinte millones. ¿Quién gastó veinte millones? Los brasileños. Eso no lo puso el romanismo católico. Él viene y se espera que el Presidente -sin tener dinero, que a veces están endeudados con otras naciones-, pero viene el Papa y hay sacar veinte millones, y hay que gastarlos y protegerlo. Y, lo que él dice hay que hacerlo.

 

Yo vengo de Santo Domingo y me dijo uno de los bendecidos allá que llegó un hombre del Vaticano a exigir de los impuestos del pueblo dominicano, a exigir un dinero. Y, cuando lo confrontaron dijo: -Yo no vine aquí a preguntar si sí ó no. Yo vine aquí a un sí. Es el Gobierno del Vaticano.

 

¿Y, tú sabes de dónde salió ese gobierno falso? De esta reunión que estamos hablando, porque en esos quince días, allí se hablaron cosas de la verdad del evangelio. Lo que podía suceder era que si Pedro era un escogido, que entendemos ahora que Pedro no es un escogido, que él es un hijo de perdición. Bueno, el único que Cristo le dijo: -“Apártate de mí, Satanás” (Marcos 8:33), porque eso es lo que tú eres. Tú eres un residuo de esa simiente.

 

Sí, porque Satanás fue vencido en la cruz, pero Pedro estaba vivo, son residuos del hijo de perdición. De hecho, casi todos esos apóstoles eran gente mala. ¿Y, por qué eran malos? Porque Papá los escogió malos, los escogió para que desobedecieran. Él es el que tiene todo controlado, la película va como él quiere. Ah, no tiene consejero. No se reúne así con una junta para decir: -¿Qué tú piensas de esto? Vamos a hacer este plan.

No, el plan ya está trazado.

 

Entonces, en esa reunión sucedieron cosas. Yo me imagino que en un día pasaron muchas cosas. ¿Tú sabes todo lo que se puede hablar en un día? Yo llevo  aquí como 20 minutos y  he hablado bastante. Ahora, imagínate el primer día, quizás se fue en saludos, en recordar cosas. Quizás  le dijo: -Oye, Pedro, yo amaba tanto esto que yo maté a Esteban, contemporáneo mío. Yo amaba tanto esto, y ahora lo tengo por basura-, y quizás ese fue el primer día.

 

El segundo día quizás hablaron de doctrina. El tercer día, quizás Pablo le dijo: -Tú sabes que la gracia es un gobierno, y es un gobierno para regir a las naciones, y el presidente de ese gobierno –Pedro- soy yo. Y ese gobierno va a tener todas las cosas en común; para pensar lo mismo, para hablar lo mismo-.

 

Y, yo me imagino que Pedro iba tomando nota. Y, pensó –oye, pero esto lo puedo hacer yo. Todo lo que yo tengo que hacer –me imagino que Pedro dijo-, todo lo que yo tengo que hacer es cómo quitar a este hombre del medio para yo darle validez a los treinta y tres años, para forjar ahí una religión bonita, y poner a María como la santa madre de Dios, del niñito tenemos que hacer un misticismo de él. Hay que poner que María no tuvo más sexo, así que hay que esconder eso en la historia, que María no tuvo más hijos (Lucas 8:20)-, que entendemos que tuvo porque José siguió siendo el esposo de ella y ella no era estéril.

 

Entonces, yo creo que Pedro, Jacobo y Juan se reunieron –porque tuvieron muchos años para hacerlo-, y lo planificaron. Ellos vieron el efecto de la vida de Pablo en aquellos días y finalmente dijeron –este hombre tiene que morir (Hechos 23:12), hay que sacarlo, hay que callarlo.

 

Y, aquí es que está la maldad. Usted que me está escuchando hoy, o por las cámaras de Telegracia –mundialmente hablando-, usted tiene que salir del letargo de la monotonía de su mente. Usted tiene que activar, tiene que darle ejercicio a sus sentidos para entender que hubo un engaño y que ese engaño lo registra la Biblia, y que ese engaño quien lo comenzó fue Pedro, jefe del grupo de la circuncisión, de los ancianos, que una vez decidieron darle muerte a Pablo. Y, no pudieron –en aquel tiempo-, aunque luego después, lo lograron en Roma, lograron matarlo.

 

Y, Pablo, que expresa en Romanos 15, “pronto iré a España a buscar un fruto de ustedes” (Romanos 15:24). Dijo –pronto iré-, ese pronto no se le dio, lo mataron en Roma y Pablo no llegó a España.

 

Pero, entonces, hubo ocupación de ese grupo que ya se estaba formando, de que quien fuera a España, fueran discípulos de la circuncisión. Y, entonces, llegaron y presentaron su historia en España, la Reina Isabel –una mujer muy pudiente para aquellos tiempos-, le encantó la historia, porque eso es una historia que embruja a uno. Por eso Jesucristo dijo, “el que ponga los ojos en mí lo voy a quebrantar, no pongan los ojos en esto, pongan los ojos en el propósito de la cruz, pero no en mí” (Mateo 21:44).

 

Porque Jesús de Nazaret era una persona que por su vida y por su sufrimiento embruja la mente. Por eso Juan cuando hablo de él, dijo: “Es necesario, como la serpiente en el desierto fue levantada, así también Jesús de Nazaret sea levantado”.

 

Entonces, de ahí surge que llegan los discípulos de Pedro a España e Isabel decide ayudarlos, pone el dinero para que Cristóbal Colón -otro asesino más de la historia, que tanto yo le cantaba en la escuela, cuando yo era jovencito, me enseñaban a cantarle a él, porque fue el gran descubridor- y es verdad descubrió, pero los crímenes que cometieron fueron tremendos.

 

Y, entonces, establecieron la falsedad del catolicismo romano. Eso es una falsedad en grandes proporciones. Eso ha destruido el mundo. Y yo he venido a desmantelar ese negocio. (Aplausos)

 

Y no es que he venido a tratar, sino que he venido a lograr, porque ya el tiempo pasó, ya los dos mil años de engaño tomaron lugar y el daño es muy notable en todas las naciones. La razón de la pobreza es esa.

 

¿Por qué todo el mundo emigra a Estados Unidos? Todos buscan llegar allá. Y es verdad, allá hay prosperidad, en Estados Unidos hay mucha prosperidad. Hay muchos sufrimientos también y hay muchas situaciones que sólo la persona que llega allá comienza a descubrir dónde se metió. Pero la mayoría de los pueblos, su moneda ha devaluado. Tú preguntas: ¿Cuántos bolivianos es un dólar? Ocho. Y así las diferentes monedas. ¿Por qué un boliviano no es un dólar?

 

Entonces, quiere decir que hay mucho trabajo que hacer, y eso es responsabilidad tuya y mía. Ah, perdóname, y fácil de lograr. Nadie aquí va a trabajar mucho, incluyéndome a mí, yo no voy a trabajar mucho en esto. Yo lo que tengo que hacer es hacer lo que tengo que hacer: hablar, enseñar. Y, tú lo que tienes que hacer es recibir y pasarlo, como dicen los americanos –pass it on-, pásalo. Y lo pasas allá, y lo pasas allá, y la misma palabra, no tú  ni yo, porque es “haciendo Él en nosotros”. Ahora, tenemos que ser fiel en eso: pasar la palabra, sin miedo a la persecución.

 

Mira, y la persecución ha apretado. La persecución es fuerte, imagínate, de un familiar tuyo, la madre, tú sabes que ya son lazos fuertes. Pero, que cuando está la verdad por el medio, uno lo hace con cariño, pero sea madre, padre –mira, lo siento, por ahora pero Papá Dios es primero y él se encargara de hacer hasta que tú despiertes-. (Aplausos)

 

Entonces, qué muchas cosas discutieron en esos quince días. Oye, yo creo que en un congreso de quince días uno puede aprender mucho, ¿verdad? ¡Quince días! Tremendo, yo creo que ahí Pedro sufrió, se puso rojo, se enfureció, se puso bravo, Qué mucho habrá pasado.

 

Ahora, hay algo que yo creo que le dolió más y es Colosenses 1: 20. Vamos a buscarlo.

 

“Y por medio de él (vamos a actuar ahora), Pedro, yo Pablo te digo que,

por medio de él  reconcilió consigo todas las cosas,

así las que están en la tierra, donde tú estás ahora, Pedro, como las que están, dónde, en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.”

 

¿Tú sabes lo que le dijo ahí?

 

-Pedro, ¿por qué cuando tú hablas del cielo miras hacia arriba? Si ya Él reconcilió el cielo y la tierra. ¿Tú sabes por qué? Si se reconcilió es porque antes era una unidad, el cielo y la tierra. El pecado trajo una des unidad, pero al Cristo morir, reconcilió, unió.

 

-¿Y, qué es lo que tú estás tratando de decir, Pablo?

-Bueno, pues que el asunto, la fiesta es aquí en la tierra.

-¿O sea, que el infierno no está por allí cerquita del cielo, en la parte sur y el cielo en la parte norte?

-El infierno es un periódico de ayer, Pedro. El infierno era el crematorio, donde botan la basura los pueblos, donde el gusano muere porque botan animales que están descompuestos y botan gusanitos, y donde el fuego nunca se apaga.

 

(Infierno = Gehena: Crematorio municipal, donde el fuego y el gusano no se acaban nunca.)

 

-Sí, pero ese es el infierno.

-Pues, el infierno que está fuera de la ciudad.

-¿Ah, entonces, no existe el infierno, tampoco?

-Pedro, por eso te digo que te tienes que someter. Tenemos que renovar tu mente.

 

¿Oye, tendremos que decirle eso al sistema protestante de hoy? Tenemos que renovar tu mente, porque tú estás enviando la gente al infierno. ¿A qué infierno?

 

¿Qué muchas cosas sucedieron ahí en esa reunión? Y, nosotros tenemos que tenerlas claras, porque esas son las evidencias nuestras. Lo que sucede es que la prensa a mí no me da tiempo para explicarlo así, con este detalle, pero si la prensa o las personas se meten a las páginas del internet van a ver esto claro.

 

Bueno, y entonces, si el cielo y la tierra fueron reconciliados, lo que falta es algo, que nosotros que estamos en los cielos sentados juntamente con él y que estamos en la tierra necesitamos un cambio.

 

Ese cambio está en Primera carta a los Corintios capitulo 15, verso 54. Vamos a ver ese cambio que hace falta.

 

“Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción,

y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,

entonces se cumplirá la palabra que está escrita:

sorbida es la muerte en victoria.”

 

Quiere decir que ya el cielo y la tierra se reconciliaron, está todo reconciliado. En la tierra no hay nada malo, los peces están bien lindos, los animales están preciosos, el agua, los paisajes. Aquí todo está bien. Hemos inventado de todo; aviones, la ciencia ha aumentado, la tecnología. Pablo no tenía eso. Pobrecito, él debe estar allá, me imagino que la medida de él es buena, y dice –oye, esta partecita mía fue la más difícil que enseñé, dejé escrito y nadie creyó en mí.

 

Pero, lo que falta aquí es un cambio, y es el cambio de cuerpo mortal a cuerpo inmortal. (Aplausos)

 

Esa es la recompensa. Y eso viene. ¿Y, tú sabes de dónde viene? ¿Ah? De ti, de adentro, mientras te vas renovando eso va ser absorbido por la vida. La misma vida va a hacer eso.

 

Tú no tienes que decir: -¿Papá, por qué tú no me lo haces?

-No. Ya te lo hice. Te lo hice al poner mi Espíritu en ti, pero tienes que renovar la mente porque eso va a venir de ti.

 

Va a llegar en mí primero. Un día yo voy a estar en Miami, de esos días allí lluviosos con una tormenta de truenos –de esos que dañan televisores y dañan todo-, pues en un dia de esos, de momento ¡psss! Ahí sucedió. (Aplausos)

 

Y de momento, oye, de momento, en un abrir y cerrar de ojos se mete por Bolivia, por Colombia y empieza el pueblo de Dios, la manada pequeña, que habló Jesucristo. ¡ABBA PADRE! ¡ABBA PADRE! (Ovación)

 

Y eso nos lo va a dar Papá Dios.

 

Vamos a leer el último verso. Primera a los Corintios 15:58.

 

“Así que, hermanos míos, estad firmes y constantes,

creciendo en la obra del Señor siempre,

sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

 

Los amo mucho. Los quiero mucho. Sigamos creciendo. Sigamos hablando la palabra. Gracias. (Aplausos)

 

LA LEY DE LA FE - Seminario McAllen

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LA LEY DE LA FE 

Seminario McAllen

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS

JESUCRISTO HOMBRE

 

27 de marzo de 2013

 

 

Bueno, hoy tenemos un tema interesantísimo, muy bello. Me estaba edificando yo solito en la habitación aquí, mientras tomaba las notas. Se llama “La Ley de la Fe”.

 

Para eso, vamos a comenzar  en Romanos capítulo 3, verso 21. Dice:

 

“Pero ahora…”

 

Estamos hablando de dos mil años atrás, cuando Pablo expone.

 

“Pero ahora, aparte de la ley…”

 

Diga: APARTE DE LA LEY.

 

No puede ser con la ley de Moisés. Si metes la ley de Moisés, si metes el viejo pacto, entonces la otra ley que vamos a hablar no te va a trabajar. No puedes mezclarla con nada.

 

Dice:

 

“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,

que fue testificada por la ley misma y por los profetas.”

 

Es una ley que se llama la ‘ley de la fe’, no es la ley de Moisés.

 

Diga: NO ES LA LEY DE MOISÉS. ES LA LEY DE LA FE.

 

Pero, la misma ley de Moisés da testimonio de esa era una ley mejor, la que venía, la de la fe.

 

Vamos a ver ahora, de qué ley está hablando, vamos a ver el verso 27 al 31. Detenidamente, léalo con calma, estúdielo, tome sus apuntes, escriba. Dice el verso 27:

 

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda, qué, excluida.

¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras?”

 

Dando a entender, la de Moisés, por el comportamiento, buen comportamiento, duro trato del cuerpo.

 

“¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras?

No, sino por la ley de la fe.”

 

Diga: LA LEY DE LA FE. Esa es una ley poderosa.

 

Mire, hay una ley, si yo suelto mi pañuelo, ¿hacia dónde va, hacia arriba o hacia abajo? Hacia abajo por la ley de gravedad. Eso trabaja.

 

Pues, usted tiene que respetar todas las leyes; hasta la cruz, se respetó a Moisés y esa ley trabajó y el hombre vivía por lo que hacía. Pero, un día Dios se manifestó en un cuerpo llamado Jesús de Nazaret y dijo: -Basta ya con esa ley, nadie la puede cumplir. Yo mismo voy a dar mi vida para cambiar esa ley y traerles otra, la ley de la fe.

 

Oye, y eso es una ley que cuando tú la entiendes y te sometes a ella y le eres fiel, hace por ti lo que sea; desde la sanidad de un cáncer, desde lo imposible, desde mover una montaña de un lugar a otro.

 

Esa es una ley muy poderosa. Y esa ley trabaja contigo. No trabaja conforme a lo que aquel dijo, depende cómo tú le sirvas pues ella te sirve a ti, porque es una ley, la ley de la fe.

 

Vamos a seguir leyendo, el próximo verso, dice:

 

CONCLUIMOS, pues, que el hombre es justificado por fe

sin las obras, de qué, sin las obras de la ley.”

 

Sí, porque las obras de la ley ya pasaron. Dios le puso fin a la ley. Romanos 10:4 dice que “el fin de la ley es, qué, Cristo”.

 

Entonces, es una conclusión.

 

“…que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.”

 

Tú sabes que eso molestó mucho a Santiago. Cuando Santiago oyó eso, él decía: -No, “la fe tiene que ir acompañada por obras”.

 

Mezcla. Cuando tú mezclas esas dos leyes te sales de la ley de la fe. Que eso fue lo que sucedió con los apóstoles. Porque Santiago dijo: -¿Cómo va a ser que esto es sólo por la fe? No, no, también las obras cuentan.

 

No, eso es una conclusión y tienes que serle fiel. Para que te trabaje tienes que serle fiel.

 

Dice: CONCLUSIÓN.

 

CONCLUIMOS, pues, que el hombre es justificado por fe

sin las obras de la ley.”

 

Y después, mira lo que dice, que no es sólo para gentiles.

 

“¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.

 

Porque Dios…”

 

¿Son tres? Eso es otra cosa que molestó a Juan. Juan creía en la trinidad y Pablo decía: “Dios es uno”.

 

Diga: DIOS ES UNO.

 

“…Dios es uno,

y él justificará por la fe a los de la circuncisión,

y por medio de la fe a, quiénes, a los de la incircuncisión.

 

Quiere decir que el judío para participar del reino tiene que venir por fe, tiene que abandonar la ley. Dios no va a justificar a nadie que venga por sus méritos, que diga -yo me lo merezco.

 

No, no te lo mereces. La jactancia queda excluida. Por eso, usted y yo nos podemos amar todos con amor verdadero. ¿Sabe por qué? Porque aquí ninguno calificamos. ¿Po nuestras obras? Aquí nadie es bueno. ¿Habrá alguno bueno aquí? ¿Quién se atreverá a levantar la mano aquí y decir –yo soy mejor que tú?

 

¿Por qué? Porque la ley de la fe excluyó la jactancia, para que nadie se jacte –yo sí voy para el cielo, tú no.

 

No, aquí si el don de la fe está en ti quedas justificado. ¿Tú sabes lo que es justificado? Justificado es como una virgen. Una virgen es una jovencita que no la ha tocado varón, quiere decir que ella está ‘virgen’. Pues, en cuanto a tu espíritu, cuando Dios te justifica es como si tú nunca hubieras hecho nada malo en tu vida. Te limpian la cuenta, la cuenta queda salda totalmente. (Aplausos)

 

¿Tú sabes lo mal que yo me porté en un tiempo? Y saber que… “¿quién acusará a los hijos de Dios?” Nadie. Dios es el que qué, el que justifica. Dios te justificó.

 

Bendecido. Bendecida. Tú estás limpio delante de Él, pero tienes que ir por la fe. Si tú honras esa ley, esa ley no se puede violar, si tú la honras, ella te honrará a ti y quedas justificado. Y, entras en un nuevo estilo de vida. Pablo dice que eres una nueva creación.

 

¿Tú sabes lo que es una nueva creación? Tú eres una creación humana. Pues, tú sales del humanismo y entras en la ley de la fe, a una nueva creación, donde Dios trata contigo si tú honras su palabra de gracia.

 

Esa es la fe que me sostiene a mí tranquilo, reposado, con todas esas naciones que tenemos, que hay tantos viajes, tantas situaciones. Tan pronto llega ese ‘load’, tan pronto llega esa carga –mira, hay que hacer esto, aquello, aquello.

-Un momentito, de eso se encarga la ley de la fe-, e inmediatamente, tranquilo. Y puedo reposar y puedo dormir.

 

Cuando a ti te caen las preocupaciones -que si tus hijos, que si la situación tal, que si mi familia, que si mi mamá está en problemas-. Ese eres tú con cuatro problemitas y te me ahogas en un vaso de agua.

 

No, mientras más tú vayas aprendiendo a vencer esos obstáculos, la ley de la fe sigue creciendo en ti. Pablo dice -conforme a tu fe se va engrandeciendo, te va arropando, te va matando, va desapareciendo tu humanidad y queda la nueva creación clarita, ahí en pie-. ¡ABBA PADRE! (Aplausos)

 

Entonces, esto es una ciencia, no una religión. Cuando a ti te dicen: -¿De qué religión tú eres?

-Yo no pertenezco a ninguna religión. Yo pertenezco a la ley de la fe. Yo lo que conozco es la verdadera ciencia, no la falsa ciencia de la ley.

 

Esto es una ciencia que entra a tu mente y cuando entra, y tú la dejas que te gobierne. Tú comienzas a experimentar cambios, tú comienzas a sentirte diferente, y tú comienzas a decir: -yo no sé qué me pasa, ¿será que las emociones se me murieron? Pero, estoy como diferente?

 

¿A cuántos les ha pasado eso? ¿Verdad que sí?

 

Es como yo, tengo una prima que quedó alumbrada, entonces ella me decía los otros días: -Oye, primo, yo no sé qué tú me has hecho a mí, pero mira, a mí me está que tú vives aquí conmigo, porque yo escucho tu palabra y veo cambios y cambios y cambios y cambios. Tú no paras de trabajar conmigo.

 

Y, entonces yo le dije: -Esa es la ciencia de la palabra que actúa en nuestras vidas.

 

Esto no es una religión donde tú escuchas mandamientos y te da sueño, como una misa de esas –ta, ta, ta-, la misma cantaleta. No, esto es una ciencia que te mantiene activo, te mantiene pensando. Aquí no hay ídolos, ni oracioncitas. Esta es una ley.

 

Diga: UNA LEY. Es una ciencia que viene a cambiar tu vida.

 

Ahora, fíjate, eso Pablo lo predicó en aquellos tiempos, porque esta ciencia fue interrumpida hace 2000 años, la dañaron. ¿Y tú sabes quiénes la dañaron? Once personas que caminaron con Jesús. ¿Es increíble, verdad? Absurdo, casi.

 

Tú dices: -¿Pero, cómo es posible que los 11 apóstoles sean los que dañaron esto?

 

Ellos son los culpables de haber dañado al mundo por estorbar esta ley. Porque sucede que cuando Cristo muere, termina la ley de Moisés y entra la ley de la fe.

 

Entonces, qué sucede, que las personas se quedaron mirando a Jesús antes de la cruz y al mirar a Jesús antes de la cruz, pues pensaban en obras, porque él vino a cumplir la ley. Él fue judío, él vivía por obras. Por eso fue que no fue hallado pecado en él. En ti sí que se puede hallar pecado. Lo que pasa es que él al fabricar la ley de la fe, la creó para que no se te halle en pecado a ti. Pero, entonces, como él la creó, al tú poner los ojos en él, inmediatamente violas la ley de la fe. Y, eso fue lo que sucedió.

 

Entonces, Pablo –que es el último que llega- Dios le da la revelación, y Dios comienza a explicarle a Pablo. El mismo resucitado, comienza a enseñarle a Pablo esta ciencia, y por eso Pablo escribe en Romanos 7:4, qué hay que hacer para no violar esa ley. Tú no vas a querer violar la ley de la fe, porque te vas a perjudicar.

 

¿Sabe por qué? Si tú violas la ley de la fe, los ángeles no te van a ayudar. Estás solito en este mundo, has descuidado toda tu salvación eres un cero a la izquierda, estás como están los demás sin esperanza, sin Dios en este mundo. Porque ya la ley de Moisés la quitaron, si te pones a  vivir por ley pierdes el tiempo. Lo único que te queda es vivir por la fe, pero esto puede crear un gran estorbo.

 

Romanos 7:4, mira lo que dice, que es la misión de Jesucristo Hombre. Esa es mi misión mundial. Todo lo que yo busco es lograr, Romanos 7:4. Ese es el puente para cruzar de la ley de Moisés para que llegues a la ley de la fe.

 

Mira lo que dice:

 

“Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a, qué, a la ley…”

 

¿A cuál ley? A la de Moisés.

 

Pero, qué usó Dios para colocarte muerto a la ley de Moisés y colocarte vivo a la ley de la fe. ¿Qué usó?

 

 “… mediante el cuerpo de Cristo…”

 

Usó el cuerpo de Cristo.

 

¿Por qué? Porque él vivió por ley. Él fue un velo que vivió en la ley. Él tuvo que sufrir los desprecios. Él tuvo que vivir sin pecado. ¿Tú sabes lo que es vivir sin pecado, estando la ley en pie ahí? Eso es como si te dijeran a ti –mira, la ley está en pie-. Ay, Padre, me meto un tiro, porque no quedo justificado, no hay salvación.

 

Entonces, Dios usó es cuerpo, Dios se vistió de ese cuerpo para quitar esa ley y si tú lo sigues mirando vuelves a la ley.

 

Entonces, él dice:

 

“Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley de Moisés

mediante el cuerpo de Cristo,

para que seáis de, qué de otro, cuál otro, del que resucitó de los muertos…”

 

¿Con qué propósito?

 

“…a fin de que llevemos fruto para Dios.”

 

Que puedas llevar fruto para Dios.

 

Entonces, la pregunta mía que yo siempre hago, en el avión, donde quiera que estoy, donde quiera que tengo la oportunidad, porque yo vivo hambriento de eso, esa es la gasolina mía. Cuando yo puedo quitarle a alguien los ojos de Jesús de Nazaret y colocarlo en el resucitado, yo digo –ya, lo pasé, lo pasé de allá, acá, ya hice mi trabajo. (Aplausos)

 

Oye, pero se hace un poco difícil, porque ya la gente está hipnotizada. Por eso Pablo decía: “¿Quién os embrujó? ¿Quién os embrujó?” Porque ya la gente, si tú le tocas al niñito Dios, como allá en Colombia, menciónale algo en contra del niñito.

-¡Cuidado, no me toques eso!

 

Tú le tocas la Semana Santa, tú le tocas la cruz, tú le tocas la misa, tú le tocas cualquier cosa que tenga que ver con Jesús de Nazaret y ahí mismo echan hacia atrás porque eso representa la Virgen de esto, la Virgen del Cobre, la Virgen de Guadalupe, la patrona de esto. Entonces, cuando tú le tocas eso, ellos no quieren, porque ellos quieren seguir enredados porque están embrujados.

 

¡Eso es un embrujo que ha fastidiado al mundo entero. La labor de Jesucristo Hombre es quitar eso del medio! (Aplausos)

 

Y, ese trabajo te toca a ti y a mí, con paciencia, con paciencia –“para que seáis de otro”.

 

¿Por qué del que resucitó? ¿Y, no es el mismo?

 

No. El que murió y vivió fue judío. El que resucitó fue un cuerpo glorificado, que dejó de ser judío; no era ni gentil ni judío.

 

¡Qué clase de misión!

 

Y, tú dirás –pero, si eso es sencillo.

Sencillo para ti que lo entiendes. Para ti es sencillo, pero vete y dile eso a un religioso. Ah, y que tú lo que estás buscando es el bien, hacerle el bien.

 

De hecho, eso era un problema para Pablo tan grande, que le tocó el juguetito de los apóstoles. Oye, porque, ¿tú sabes lo que es vivir con un hombre que hacia los milagros que hacia Jesús? Que de momento venía un enfermo y escupía y hacia un poquito de lodo, saliva con tierra, hacía un poquito de lodo así y le decía –toma úntatelo ahí.

Y, el enfermo decía: -¡Veo!

 

¿Quién no se enamora de un hombre así?

 

O, que haya ahí cinco o diez mil personas sin comida y entonces diga: -Denme una semilla.

-Pues, mira, allí hay un niño que tiene….- “un combo”, una hamburguesa, un combo con papitas, jajajja.

 

Y, de momento, él coge ese combo y hace así, -traigan canastas…-, y de momento come todo el mundo y sobran canastas allí.

 

¿Quién no quiere un aparato así al lado de uno? Se enamora uno de una persona así. De una persona que dice a Pedro -¡camina!- por encima del agua, y lo normal es que hundas. Una persona que sanaba al leproso, que le decía –sé limpio- y de momento la piel comenzaba a restaurarse.

 

Entonces, la gente, imagínate esos once apóstoles miraban y decían –ese es el tesoro nuestro-.

 

Y, de momento, viene Pablo y dice: -No, eso ahora no va.

 

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

 

Entonces ahí Juan dice: -Este es el anticristo-. Ahí fue que comenzó el titulo del anticristo. Entonces, a Pablo lo llamaban anticristo, porque tú no ves que Pablo les decía las cosas.

 

Es más, fíjate lo atrevido que es Pablo. Mira lo atrevido que es Pablo, búscate Primera carta a los Corintios capítulo 11 verso 1, para que tú veas lo atrevido que era Pablo.

 

Tomando nota, a ver si estas cosas son así.

 

Fíjate lo que dijo Pablo:

 

“Sed imitadores…”

 

¿De Cristo?

 

¿De quién? ¿Sed imitadores de quién?

 

 “Sed imitadores de mí…”

 

Pero, tú no crees que es más fácil decir –imiten a Cristo, para qué a mí, si yo soy un ser humano con debilidades. Pero, él dijo: -No, no, a Cristo no lo imiten.

 

¿Saben por qué, verdad? Porque si lo imitaban, iban a imitar al de antes de la cruz y caían en maldición y se salían de la ley de la fe.

 

Entonces, Pablo amaba tanto a la iglesia que decía: –No, no. No imiten a Cristo, imítenme a mí-, porque cuando Cristo, el resucitado, se le apareció a él, le dio las instrucciones.

 

Dijo:

 

“Sean imitadores de mí,  así como yo de Cristo”.

 

Pero, ¿de qué Cristo estaba hablando? El que resucitó. Porque ese es el que él representaba.

 

¡Qué ciencia! Tú sabes que ese es el eslabón perdido.

 

El día que el mundo –y va a tomar lugar-, el día que eso tome lugar todas las naciones entrarán en una gloria tan grande y todos los millones de ángeles se van a manifestar en esta tierra. Mira, van a quitar la iniquidad, la ignorancia. La enfermedad va a desaparecer. La pobreza va a desparecer. (Aplausos)

 

Porque lo que sucede es que Dios pagó un precio muy grande. Dios se humanó para este propósito. Y, entonces, al violar esa ley -él te expuso a una ley que es una ciencia que trabaja, que te hace feliz, que te sana, que hace cualquier cosa por ti; pero, entonces, al mirar al que la fabricó con su cuerpo-, pues invalidas todo lo que sucedió.

 

Ay gente que me ha dicho: -¿Usted odia a Jesús de Nazaret?

-No, yo no odio a nadie. Ni al diablo odio yo, imagínate. Si estuviera vivo, yo hablara con él para aprender de él. ¡Jajaja!

 

Oye, una cita con Satanás sería maravillosa. ¿Tú no crees que eso sería interesante? Yo le haría una entrevista. Le diría: -Oye, Satanás, ven acá, ¿qué fue lo que te pasó? ¿Por qué tú eres así, asá?

 

Porque él fue una creación de Dios y todo lo que Dios crea es bueno. O sea, que él fue un buen diablo, un buen Satanás, hizo su labor, un hombre digno de admirar en el aspecto de obediencia.

 

Pero, esto es una tremenda labor. Yo tengo dos mil años en contra mío, dos mil años, que está establecido ya.

 

De hecho, yo le he dicho a las personas que me entrevistan por todas partes del mundo, cuando me preguntan: -¿Y, los demás cristianos, qué dicen de usted?

Y, yo les digo: -Es que ellos no son cristianos.

 

Cristiano es uno que está después de la cruz y todas las religiones, pero todas, no una, tooodas están con Jesús de Nazaret. Bautizan en el nombre de Jesús de Nazaret, oran en el nombre de Jesús de Nazaret. Es un trabajo fuerte.

 

Yo no sé cómo tú entendiste esto, la verdad es que tú tienes que ser bien especial para tú entender esto. Date un aplauso a ti mismo. (Aplausos)

 

Yo lo entendí porque la mente de Cristo en mí me lo explicó, pero yo estaba cerrado también. Mira, yo con Jesús de Nazaret –imagínate-, yo hubiera querido tener una sandalias y una cotona blanca, y barba y todito para parecerme a él, jajja. Imagínate. Cuántas veces yo me hincaba –Jesús pasa por aquí-. Quién no quiere ver a Jesús, imagínate.

 

Ah, y tú sabes que todos los evangélicos, católicos, de todas las religiones están esperando que él regrese. Ellos lo están esperando. Ah y él dijo: “Me voy al Padre y no me veréis más”. Pero ellos dicen: -No, no, lo vamos a ver.

-No, no, no, pero es que yo dije que no me van a ver más.

 

Porque ese cuerpo jamás usted lo va a ver. Pero ese es el enredo que hay en las naciones.

 

Vamos a ver ahora a Primera carta a los Corintios capítulo 15, verso 19.

 

Ya estamos concluyendo. Estos temitas son cortitos porque es demasiada información y si te doy más empieza a botarte humo el pelito y se te puede dañar. Las mujeres que se lo dañan con los tintes, imagínate, entonces le metemos esta ciencia, pueden perder el pelo. Jajajaj ¡Ay, Padre!

 

“Si en esta vida solamente esperamos en Jesús de Nazaret,

somos los más dignos de qué, de conmiseración… de todos los hombres.”

 

¿Tú sabes cómo dice en inglés? Miserables. “Somos los más miserables.”

 

Entonces, no lo dije yo, lo dijo Pablo –ellos son unos miserables.

 

¿Qué tiene que darme a mí la religión? Miseria. Tú no ves que ahí los ángeles no trabajan. Ahí quien trabaja eres tú y la buena suerte. Por eso ellos dicen: ¡Que te vaya bien! ¡Buena suerte, que te vaya bien!

 

Tú no trabajas con buena suerte ni con que te vaya bien. A ti, te tiene que ir bien. Si estás en la ley de la fe, si tú honras la ley de la fe, Dios tiene que honrarte a ti.

 

Mire, no hay enfermedad que a mí me haya llegado, que yo con todo el respeto posible, le digo –yo no he violado un punto de estos, débil soy yo, pero en cuanto a la doctrina de la ley de la fe yo no la he violado. Así que, por favor, ven y llévate esta mentira pasajera-. Y hasta el día de hoy se las ha llevado todas. (Aplausos)

 

Filipenses capítulo 4, verso 9. Mira cómo habla el apóstol Pablo.

 

“Lo que aprendisteis…”

 

Fíjate, que esto comienza aprendiendo. Esto no comienza orando por ti, que temblaste, que sentiste un temblor, que los pelos se te pararon. No, no, estoy no comienza así. Esto comienza, mira, tranquilo. Por eso nuestras reuniones tienen que ser así, no puede haber ni fanatismo ni bullicio ni gritos, porque entonces no aprendes. La idea es aprendiendo, lo primero.

 

Fíjate cómo dice Pablo, en el orden que lo lleva.

 

“Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis…”

¿En Cristo?

 

“…en mí…”

 

Él no podía utilizar el ejemplo ‘Jesús de Nazaret’, porque se iban detrás de él. Todo era él, Pablo. Por eso es que los apóstoles decían: -Éste, este es un anticristo, éste es malo-. Ellos no se llevaban con Pablo para nada. Tú no ves que parecía un ego centrista -lo que aprendisteis de mí, lo que visteis en mí-, pero Pablo no lo hacía por cuestión personal. Pablo por evitar que pusieran los ojos antes de la cruz.

 

¿Me estás siguiendo? ¿Me hago entender?

 

Ahora, mira lo que dice.

 

“…esto haced;

y el Dios de paz estará con vosotros.

 

¿Y, la paz de Dios estará con vosotros?

 

No la paz, el Dios que produce la paz, estará contigo. ¡ABBA PADRE! (Aplausos)

 

Oye, siento mucha lástima por Pablo. Él no tenía micrófono, no tenia internet. Para un viajecito así tardaba tres meses y yo lo hice en un día en avión. Ah, tardaba tres meses y cuando se iba, venían los apóstoles y decían: -Ten cuidado con Pablo que está loco- y los arrastraba. Así les hizo a los gálatas. Por eso Pablo los tuvo que reprender y decirles: “¿Quién os embrujó para desobedecer a la verdad?”

 

Vamos a ver ahora a Primera carta a los Corintios capítulo 2, verso 1 y 2.

 

“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios,

no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.

 

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo,

y a éste crucificado.”

 

¿Qué te está dando a entender ahí? Después de la cruz. “Me propuse presentarte el testimonio de Dios, de Jesucristo, pero después de la cruz, no antes de la cruz.”

 

¿Cuál es el problema que yo tengo mundialmente con todos los líderes? Que ellos están antes de la cruz, y tú y yo dimos el saltito y estamos después de la cruz. Ya tú perteneces al “otro”.

 

Tú tienes que estar bien loco para estar en una reunión y decir: No, yo sigo con Jesús de Nazaret. Tú tienes que estar bien malito de la cabeza. Tú tienes que estar bien dañado. Tú tienes que estar bien contaminado, que después de una explicación así, tu decirme: -Usted está mal, yo sigo con el Cristo de Galilea. Tú tienes que estar malito, pero bien malo, o sea tú estás grave. A ti hay que darte consejería, jejje.

 

Pues eso es lo que nosotros hacemos –mundialmente-.

-Apóstol, entonces, ¿si usted logra eso cambia al mundo?

 

Dime una cosa. ¿Tú has cambiado? Entonces, ¿qué te hace pensar que los demás no pueden cambiar?

 

¿Qué te ha pasado a ti? ¿Qué tú has experimentado? ¿Has experimentado tú una paz? ¿Se te fue el miedo? ¿Se te fue el temor? ¿Duermes tranquilo? ¿Tienes limpia conciencia para con Dios?

 

Pues, hacerle eso a un individuo es salvarlo de la muerte. Es salvarlo de la muerte. Porque una persona puede tener todo el dinero que tenga, todas las comodidades que tenga y de momento, le tiene miedo al infierno y tiene un sueño con una serpiente de esas y ahí se le fue el dinero. O lo botó en drogas, o lo botó…, en algo lo bota.

 

Así que no es el dinero el factor, es el conocimiento, la mente renovada, esto que está aquí (señalándose la mente). Si esto está dañado, tú estás dañado. Aunque seas buena gente, de apellido bueno, aunque tengas la educación que tengas. Si a ti no se te arregla esto (la cabeza), tú no sirves.

 

Por eso, cuando viene una catástrofe mundial, cuando viene un terremoto o suceden estas cosas y se mueren quince, veinte mil, treinta mil personas, la gente dice: ¡Dónde está Papá Dios!

 

Y, Papá Dios está diciendo: -Dónde están esas mentes podridas, que no veo oportunidad de salvarlas. Mejor me los llevo y trato con ustedes acá en espíritu. Me los llevo para la nube y José Luis le predica desde allá abajo y aunque sea acá los obligo a escuchar. (Aplausos)

 

Bueno, por ese trabajo a Pablo se le llamó ‘el anticristo’, por ese trabajo. La iglesia piensa que el anticristo es algo futuro. Juan dijo, dos mil años atrás: -Ya está entre vosotros el anticristo-, y era hablando de Pablo, porque Pablo les dividía a Jesús de Nazaret del Resucitado.

 

Y, entonces como yo estoy siguiendo el patrón del evangelio de Pablo, ese título me ce encima a mí también. Y entonces, me llaman ‘el anticristo’. Y con mucho orgullo lo llevo: -No, yo soy Jesucristo Hombre, anticristo, hasta...

 

¿Hasta qué?

-Hasta la tabla.

 

Hasta lo último.

 

¿Y, tú? ¿Te atreves decir: Yo estoy orgulloso de ser anticristo?

 

Seguro. ¿Sabe por qué? Porque eso es lo que te coloca a ti en la ley de la fe y nada va a tocar la ley de la fe en tu vida. Y, con la ley de la fe –bendecido- qué hay en esta tierra que tú no logres si la ley de la fe está siendo honrada por tu espíritu.

 

Tú estás completo, bendecido. Tú no eres digno de lástima, por eso yo no oro por ti. ¡Yo orar por ti! Ora tú. ¿Para qué orar por ti? Si tú estás completo y bendecido. Tú tienes ángeles que te sirven.

 

Ya tú no necesitas estar orando: -¡Papá, ayúdame!

Porque Papá te va a decir: -Ayúdese usted, que ya yo le di la ley de la fe, le di el conocimiento. Vaya a pescar usted.

 

Ya no hay que pescar por ti. Ya tú coges tus propios peces.

 

Bendecido, ponte en pie conmigo y dile al que está a tu lado: HONRO LA LEY DE LA FE. ME DECLARO SANO. ME DECLARO PRÓSPERO. ME DECLARO BENDECIDO CON TODA BENDICIÓN. (Aplausos)

SEMINARIO CARTAGENA

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SEMINARIO CARTAGENA

 

APÓSTOL JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

3 de abril de 2013

 

 

Bueno, vamos a comenzar, vamos a usar nuestras Biblias un buen rato.

 

Vamos a buscar Juan 10:16.

 

“También tengo otras ovejas que no son de este redil…”

 

Jesús de Nazaret hablado de nosotros, de los gentiles.

 

“…aquellas también debo, qué, traer…”

 

¿Usted, llega o lo traen?

 

¿Hay libre albedrío?

 

Es un deber de Él traerte. El que no ha llegado es porque Él no lo ha traído. Pero si usted llegó no piense que llegó usted, a usted lo trajeron. Es más, ¿tú sabes cómo dice una versión? “A estas debo arrastrar”, porque a veces tú no quieres venir. Mira así, te llevan por la mano –vente-.

 

A estas debo arrastrar, porque no quieren venir.

 

 “…y oirán mi voz…”

 

Oye, esa vocecita. ¿Te acuerdas? ¿Esa vocecita?

 

Ah, y esa voz siempre estaba contigo, porque te advertía –no hagas esto que te vas a caer, si haces eso te va a pasar esto-, y exactamente te pasaba.

 

“…oirán mi voz;

y habrá, muuuuchos rebaños, un rebaño,  

 y muuuuuchos pastores, y un pastor.”

 

Eso nunca se había cumplido. ¿Tú sabes cuándo se cumplió eso? Cuando hace poco yo dije: -El término «pastor» desaparece-, porque me di cuenta que es un solo pastor.

 

Porque –imagínate- si hay  muchos pastores, hay diversidad de enseñanzas. Tú no estás supuesto a enseñar nada.

 

Tú sabes que a veces yo recibo correos diciendo: -Después que usted termina, mi pastor vuelve a repetir lo mismo que dijo usted como si nosotros no lo hubiésemos entendido  usted.

 

Es más, me han dicho de algunos, que yo tomo 30 minutos y ellos toman 30 minutos. Diciendo: -Mire, lo que él dijo fue esto…

-Qué. ¿Acaso yo soy bruto que no entendí? ¿Por qué usted tiene que estar repitiéndome?

 

Esa es la voz del Señor. Usted entiende. Mire, si usted es un elegido, tan pronto se dice algo así, usted lo agarra ahí mismo. ¿Verdad que sí?

 

“Habrá un rebaño”. Tú sabes que Creciendo en Gracia es un solo rebaño.

 

¿Por qué? Porque tiene un solo pastor. Ah, y todos hablan lo mismo, cantan lo mismo, se expresan iguales, sienten lo mismo. Un sentir, un mismo parecer, un mismo proceder, una misma enseñanza.

 

-Esta gente hablan todos iguales. Todos dicen: Bendecido. Todos dicen: Abba Padre. Todos dicen: Lo recibo. Todos dicen: Estoy completo.

 

¡No hay diversidad! (Ovación)

 

¡Nunca había sucedido eso en la faz de la tierra!

 

Por eso fue que Joel dio claves, códigos secretos, dijo: -Mira, para que se sepan cuáles son los días del Hijo del Hombre, va a haber un pueblo como jamás hubo sobre la faz de la tierra.

 

Y, alguien dijo: -¿Por qué? ¿Traen dos cabezas, cuatro orejas y diez dedos en cada mano?

 

No. Porque es un pueblo que habla lo mismo.

 

Métete en ese sistema podrido, religioso, evangélico, pentecostal, católico. Métete allí para que tú veas cómo habla esa gente. Esa gente no sabe hablar, son mudos, están huérfanos, no tienen padre y todos difieren. La iglesia de la esquina habla una cosa, el otro pastor otra cosa. Ellos se creen que son y que pastores, mira… Y, usted los ve con su Biblia, se ponen a estudiar el sábado, y escriben un sermonete así de grande. Y, ese sermonete es diferente al sermonete del pastor de la esquina.

 

¿Tú lo has notado? Pon la televisión y ponte a escucharlos, y en media hora vas a ver –oye, pero este dijo esto, y este dijo esto otro-, porque están en diversidad. La unidad del Espíritu no les ha llegado.

 

¿Y, por qué aquí se entiende eso? Porque esas son las evidencias de que Jesucristo ya llegó. Por eso es que hablamos lo mismo. (Aplausos)

 

-Sí, pero él está endemoniado, porque él les hace algo a esa gente que son insoportables. No resisten un aleluya, no resisten un Dios te bendiga. Ahí hay algo. Esa gente de momento cambia y se marcan esos tres seises (666). Eso es diabólico ahí, mira. Y no me diga –Bendecida-, porque yo no vendo SIDA.

 

Mira, qué brutos son. Así dijo una allá: -Yo no vendo SIDA.

 

Juan 10:21. ¿Qué dice, que estamos endemoniados? Mira lo que dice.

 

“Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado.

¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

 

¿A cuántos se le abrieron los ojos aquí? (Ovación)

 

Los ojos del entendimiento, Efesios 1:18. Esos son los que hay que abrir, porque estos están abiertos (los físicos) para ver lo que a veces no se tiene que ver. Pero cuando los ojos de tu entendimiento se abren, hay cambios.

 

La prensa me decía: -¿Y, usted hace milagros como Jesús de Nazaret?

Y yo le decía: -No, no como Él. Él hizo muy pocos hizo muy pocos. Yo hago más que Él. (Aplausos)

 

-¿Cómo cuáles?

-Pues, yo torno la ignorancia en sabiduría-, porque mira, tú aprendiste a hablar.

 

Por primera vez –después de grande- aprendiste a hablar. Se te alumbraron los ojos y dijiste: -Soy un bendecido. Y cuando viene algo negativo, dices: -No lo recibo. Pues, se te abrieron los ojos.

 

¡Qué rica es esta palabra! ¿Verdad que sí?

 

¿Tú sabes a quién tú tienes que echarle la culpa por las necesidades económicas que –temporeramente- tú estás pasando? Que son mentiritas que a veces nos perjudican y traen sufrimiento que tú no puedas comprarle la última marca de los tenis a tu niño, que no puedas tener el último equipo electrónico, que tu niña no tenga un laptop en tu casa y pasamos necesidades. Pero, ¿tú sabes quién es el culpable de esto? La Gran Ramera, naturalmente, pero fíjate que es que nunca llegó información de cristianismo a Colombia. Nunca llegó información.

 

Yo le dije al de la prensa: -Lo que sucede es que ustedes nunca han oído el evangelio- y se sorprendió. Le dije: -Ustedes no son cristianos.

 

En Colombia no hay cristianos. Bueno, ustedes, Creciendo en Gracia. (Aplausos)

 

Los primeros cristianos llegaron a Colombia cuando yo vine de visita. El 13 de noviembre de 1993 llegó a Colombia el primer cristiano. (Aplausos)

 

-Apóstol, pero aquí estaba la Iglesia Católica de la esquina.

Eso no es cristianismo.

 

-Están los pentecostales.

Eso no es cristianismo.

 

-Están los mormones.

Eso no es cristianismo.

 

Eso no es cristianismo. Vuelvo y repito: COLOMBIA NUNCA HABÍA OÍDO EL EVANGELIO. YO DESCUBRÍ A COLOMBIA. (Ovación)

 

Ahora, si el Papa me dice que quiere hablar conmigo, yo no puedo infectar mis oídos con un basurero religioso como él. Con él yo no tengo que reunirme para nada. (Ovación)

 

-Ah, pero, Apóstol es un privilegio que el Papa le dé audiencia a usted.

 

¿Un qué? Eso es una maldición, yo no tengo nada que hablar con esa gente. Ellos tienen que escuchar la verdad del evangelio. (Ovación)

 

-Apóstol, el monseñor de la ciudad de Cartagena le hizo una invitación para hablar con usted.

 

¿Y, qué tiene que hablar ese brujo conmigo? Eso es mucho honor para él. ¿Yo…, Jesucristo  Hombre llegar y que hablar con eso? (Aplausos)

 

Imagínate.

 

Vamos a ver a Romanos 15:21.

 

“Sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca…”

 

Los gentiles, naturalmente, hablando de ellos.

 

“…Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán…”

 

Pero, ¿cómo lo van a ver?

 

Sí, porque dice:

 

“…Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán…”

 

Para ‘ver’ es que tienen que ver a alguien. No puede ser en el cielo por allá –lo vi-.

 

“…y los que nunca han oído de él, qué, entenderán.”

 

Pero, si ya Jesús de Nazaret había muerto para ese tiempo. Ahora está ya Pablo que vino, convertido ya, cincuenta años después. Entonces, les está hablando a los romanos y les dice: -Mira, él un día va a venir, y cuando él venga lo van a ver, lo verán y los que nunca han oído de Él entenderán.

 

Entonces, la pregunta es: ¿Por qué sucede eso? Esa necesidad.

 

Entonces, el verso 22 lo explica:

 

“Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.”

 

Hablando de España. Mira cómo dice el verso 24.

 

“Cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar,

y ser encaminados allá por vosotros…”

 

¿Llegó a España, Pablo? No llegó a España.

 

¿Y, quién evangelizó nuestros países? ¿No fueron los españoles? Fueron los españoles.

 

Entonces, si Pablo no llegó a España, y los españoles vinieron a nuestras tierras a  predicarnos y que cristianismo. ¿Qué tipo de cristianismo nos predicaron? Si Pablo nunca llegó a España.

 

Porque, fíjate cómo dice el verso 29.

 

Y sé que cuando vaya a vosotros…”

 

 Si hubiera llegado a España…

 

“…llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.”

 

¿El evangelio de quién? El que Cristo nunca predicó. Cristo más bien dijo: “Yo tengo muchas cosas que decirles a ustedes, pero yo no las voy a decir. Yo le voy a rogar a mi Padre para que envíe a otro, al Consolador. Ah, y cuando Él venga, ese otro…” Lo que pasa es que era en dos días. Sí, él dijo que al tercer día les daré vida, Oseas 6:2. Eran dos milenios. Dice “que cuando Él venga, Él les va a enseñar”.

-No, es la paloma, apóstol.

 

Las palomas no enseñan, no es una paloma. Cuando Él venga, él va a hacer papel de maestro. Él no los va a poner a gritar. Él les va a explicar, les va a enseñar.

 

Pero, qué sucede, que él no pudo llevar esa información.

 

Ahora, fíjate que dice que esos gentiles, que en este caso los representas tú hoy, cuando ellos vean, ellos van a creer.

 

Pero él no pudo llegar a España, porque si él llega a España, entonces a nosotros nos hubiera llegado el verdadero evangelio. Pero eso es una causa, eso es un acto predestinado que Dios no quiso que llegara.

 

¿Y, a quién utilizó Dios para que no llegara? A los de Judea.

 

Mira cómo dice ahí en el verso 31 ¿Por qué fue impedido?

 

“Para que sea librado de los rebeldes que están en Judea,

y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta.”

 

¿Los rebeldes quiénes? ¿Quiénes estaban en Judea? Los qué, los judíos.

 

¿Y, qué era Pedro? ¿Judío?

 

Fíjate que ahí está el misterio de la iniquidad. Aquellos que les gusta estudiar y les gusta palabrear y les gusta filosofar, pues filosofen con eso. Porque la razón que el mundo está en pobreza, la razón de los abusos a los niños, la razón de la criminalidad, la razón del mal uso de las drogas, la razón de la delincuencia, la razón de la pobreza mundial la tiene el papado romano. Por eso, el Vaticano debe quemarse, debe desaparecer, porque ellos han fastidiado al mundo por dos mil años. (Aplausos)

 

Tú sabes que aquí en Colombia ustedes tienen un montón de catedrales católicas aquí. Aquí en Cartagena yo vi un montón ahí. ¿Tú sabes los crímenes y abusos sexuales que hubo ahí? Cuando yo venía para acá, ¿tú sabes las blasfemias y las suciedades que se cometieron detrás de esos edificios?

 

Toda persona que profesa el celibato tiene potenciales en su carne para abusar de un niño. Tan pronto usted dice –no me voy a casar por amor y que a Cristo-, tan pronto usted jura celibato, ahí mismo usted está ardiendo al género diablo en su carne y se le va a manifestar los deseos sexuales con niños, con monjas, con otro varón o con quien sea se te va a manifestar.

 

Por lo tanto, si el Papa es representante del celibato, él también es un homosexual disfrazado, pedófilo, que pone una lista de nuevos pecados, pero no incluyeron ese. (Aplausos)

 

Esos son los enemigos que hay que poner bajo los pies de la iglesia. Contra eso es que estamos luchando, contra la mentira de Roma, contra la mentira de los religiosos evangélicos mentirosos que imitaron a Roma con un falso evangelio. TENGO EVIDENCIA. HABLO CON AUTORIDAD. YO SÉ LO QUE ESTOY HABLANDO. (Ovación)

 

Y, si hay una visita, mire Gálatas 2:7, para que usted entienda qué es lo que está pasando, cuál es el asunto, dónde usted fue engañado.

 

“Antes por el contrario, habló Pablo, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro, cuál, el de la circuncisión.”

 

Ahí hay dos evangelios.

 

La pregunta es: ¿Cuál te predicaron a ti?

 

El de la circuncisión apesta, tiene dos mil años de vencimiento.

 

¿Usted ha visto en su casa un producto que los potecitos tienen una fecha? Y si a usted le regalan un potecito de esos de camarones en lata, con un poquito de caviar por dentro incrustado, y dice –fecha de vencimiento año 2002-. ¿Usted se come esos camarones?

 

O, un potecito de frijoles enlatados de esos. Y, tú preguntas: -¿Cuál es la fecha de vencimiento?

-Bueno, ese potecito me lo dejó mi abuela ahí. Antes de morirse dejó unas pocas latas en la alacena.

 

Cuando usted abre ese pote y pone la nariz ahí…

 

Ahora, cuando a usted le venden una información que caducó cuando Cristo murió, dos mil años de vencimiento y a usted le abren ese pote de basura religiosa y usted lo huele.

 

Oye, qué buen olfato tú tienes. Te diste cuenta que lo que tú tenías era basura. Lo que te vendieron fue basura en esos templos protestantes, pentecostales. En esos templos católicos que eso apesta a una humedad. Esas sotanas viejas, sucias. Esos pisos polvorientos, esas bancas. Toda esa inmundicia que hay ahí.

 

¿Tú sabes lo que es eso? Que tú trabajar para enviar tus hijos al mejor colegio de la ciudad.

-¿Y, dónde estudian tus hijos?

-En el Colegio Sagrado Corazón.

-Ay, ahí sí que es bueno.

-¿Y, los tuyos?

-No, los míos estudian en una escuelita por ahí, pública.

 

Esa es mejor.

 

-Es una Escuela de Gobierno.

 

Pues, mucho mejor que un Colegio Católico de esos, que ahí está el pedófilo enseñándole, chequeando al niñito, ya. ¿Entonces, tú trabajas para meter tus hijos para que te los violen allí?

 

¡Peligroso! Tú no puedes creer más en eso. Y, tienes que hablar, porque es tiempo de hablar. Este es el tiempo de la Reforma, antes no, otros hablaron pero ni los escucharon. Pero, hoy, hoy es el momento de la Gran Reforma. Y, a mí no me van a poder callar porque a mí me pusieron unos pantalones tremendos para esto. A mí no me van a callar. (Ovación)

 

A mí lo que pueden hacer es tratar de matarme, si pueden. Pero, cómo van a matar a Jesucristo. Al otro lo mataron porque tenía que morir, pero yo no.

 

¡“MIS AÑOS NO ACABARÁN”!

VIENE LA TRANSFORMACIÓN, CARTAGENA. VIENE LA RECOMPENSA DEL EVANGELIO DE LA INCIRCUNCISIÓN.

 

TIEMPO DE REFORMA. TIEMPO DE HEREDAR. TIEMPO DE TRANSFORMACIÓN. ESTE MUNDO PRONTO VA A SUFRIR UN CAMBIO DEL SISTEMA. (Ovación)

 

Tú sabes que cuando Jesús de Nazaret murió, el cielo y la tierra fueron qué, fueron qué, reconciliados. ¿Y, entonces, dónde está el cielo? Aquí. ¿Y dónde tú estás? Sentado con quién, con Cristo. En dónde, en los lugares celestiales, Efesios 2:6. Estamos sentados ya.

 

-¿Ah, entonces, este mundo no va a explotar?

No. Este mundo Papá lo ama. Este mundo es bello. Papá lo hizo para que se queden para siempre. Hasta los pajaritos van a ser eternos, imagínate. Hasta los perros van a ser bendecidos. Va a ser un mundo perfecto. (Aplausos)

 

Yo he tenido revelaciones ya con eso.

 

Vamos a buscar a Colosenses capítulo 1, verso 15, que tiene algo ahí bien lindo de lo visible y lo invisible. Dice:

 

“Él es la imagen del Dios invisible…” (Ovación)

 

Oye, y el primero de esa creación.

 

“…el primogénito de toda creación.

 

Porque en él fueron creadas todas las cosas…”

 

¿Cuántas cosas?

 

“…todas las cosas…”

 

¿Las que están dónde?

 

“…las que hay en los cielos y, dónde,  y las que hay en la tierra…”

 

Uno es la tierra y otro es qué, el cielo.

 

“…visibles e invisibles...”

 

Unas son visibles y otras qué, invisibles. Y, tú llamas las invisibles como si fueran qué, visibles. Tienes que comenzar desde ahora.

 

“…las que hay en los cielos y las que hay, dónde, en la tierra…”

 

Oye, quiere decir que hay creaciones en ambos lugares. Pero, ¿y por qué yo estoy sometido a las que se ven nada más? Porque tú estás en un cuerpo corrupto, donde tienes un 15% de visión.

 

Yo, a veces me dan ampliado y veo cosas que no vi antes. Por ejemplo, en el momento cuando llegó la mente de Cristo a mí, pues me la ampliaron y yo vi esos dos ángeles, robustos así, bien robustos, repugnantes como ellos solo –muchacho-. Yo pensé que eran amiguitos así como nosotros somos acá –hello-. No, eran así firmes, con un propósito.

 

Siempre que se manifiesta un propósito que le da cambio a la creación aparecen esos dos ángeles. Así dice en los libros históricos, que aparecieron dos ángeles en la tumba para anunciar, siempre hay dos ángeles. Y, en Sodoma y Gomorra, ¿cuántos habían? Dos. Siempre que vienen cambios, vienen acompañados. Y, entonces, tenemos que tener en cuenta, que estamos hablando de dos creaciones.

 

-Ah, pero yo no las veo y yo lo que no veo no lo creo. Yo soy como Tomás que tengo que ver para creer.

 

Pero, fíjate, que así hubo el caso aquel en el viejo pacto, que estaba el siervo de Eliseo, que le ampliaron para que viera. Y, entonces, Eliseo estaba tranquilo, tranquilo. Y entonces, el siervo le decía: -Pero, ¿cómo tú puedes estar tan tranquilo con tanto enemigo?

 

Fíjate lo que es tener revelación. Cuando tú estás con una persona al lado que no tiene revelación, eso es un tormento. Por eso es que Jesús dijo: “Yo he venido a dividir una familia, tres contra dos y dos contra tres.”

Y que te diga: -No, pero es que Cristo viene a unir, no a dividir.

 

Cuando tú tienes a alguien al lado que te bota agua amarga por la boca, y tú botando agua dulce, eso es un problema tremendo.

 

Y, entonces, Eliseo para no botarlo de al lado, para no salir de él, dijo: -Señor, dale una ampliación a la vista de mi siervo, porque si no voy a tener que salir de él-, y entonces, el ángel le tocó la vista, y le hizo –zummm-. Y, cuando vio jinetes así, pero miles y miles, un ejército que acampaba, entonces el siervo dijo -¡wau! ¡qué tremendo está esto!

 

-¿Ah, entonces, porque ves dices que está tremendo? Pues, mira, tú lo viste ahora, pero yo lo estoy viendo hace tiempo. Esto, está todo bien, el que se queja eres tú que siempre estás viendo las cosas mal. Tú siempre estás llamando las cosas mal. Tú tienes que aprender a llamar las cosas que no son como si fuesen, porque te están probando la confesión. (Aplausos)

 

Enseguida, todo estaba bien.

 

Mira, yo a veces paso por unas situaciones en Miami, que nadie se entera. Yo no estoy supuesto a hablar de eso. Yo estoy supuesto a hablar del evangelio. Imagínate que yo vaya al pulpito: -Hermanos, mires, a mí me está que esto…

 

Por eso, el que sube aquí, sea para dirigir una canción, sea para cantar, sea para dar un anuncio, el que sube ahí, si está contaminado, jode la congregación. O te daña el ambiente y cuando viene el otro, ya está todo negativo porque esto es materia de espíritu, de contaminación de espíritu.

 

Mire, cuando yo subo, ya yo tengo mis anuncios –digo esto o no lo digo-. Eso de subirse así porque usted se cree que usted es un general. Usted está jugando con cosas muy importantes, porque usted está jugando con la amada y con la amada hay que respetar, no importa quién sea usted. Usted no le puede hablar a la amada lo que le dé la gana, porque es colaborador o porque le dieron una posición.

 

Mire lo que le pasó, por estar jugando con palabrerías y con inventos y con sueños. Aquí esto no come cuento, que si fulano, que si mengano. Aquí, usted no es indispensable. Aquí, usted está sometido y si no está sometido, ni yo soy indispensable si no me someto a esta palabra. (Aplausos)

 

Ahí es que está la humildad, que usted no tiene más algo concepto de sí que el que debe tener. Usted piensa de sí con cordura. Sea humilde. Manifiéstelo. Cuando trata con la amada, usted tiene que saber hablar. Porque, mire, la amada es la supervisora del reino.

 

Y cuando un colaborador, obispo o quien sea, se sale, usted sabe que la amada grita. Enseguida llega todo a mí, me llega un correíto, me llega un avisito. Y, yo no opero así porque sí, rápido. No. Yo digo –oye, qué raro está esto-, pero después aparece otra cosita por allá. Y, yo le doy tiempo, factor tiempo.

 

Entonces, todos nosotros tenemos que tener cuidado con lo que hablamos, lo que pensamos, lo que compartimos, lo que le decimos al que está al lado, porque usted está jugando con una vida. Usted puede dar mala información a alguien y lo destruye. Tiene que tener cuidado cuán rápido habla, cuán lento habla, si es el momento adecuado, esperar el momento del Señor para hablar de esto con el hermano, para decirle esto. Porque después cometes el error y te arrepientes –por qué yo tuve que hablar de esto, Dios mío-. Los peces mueren por la boca, ¿verdad que sí?

 

Romanos 15:29   

Yo sé que cuando llegue a España, llegaré con la abundancia…”

 

¿Con qué?

 

“…con la abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.

Abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.

 

Entonces, si España, cuando envió a La niña, La Pinta y La Santa María con la información que traía era abundancia de bendición, ¿por qué  los pueblos están como están? ¿Por qué  los pueblos están como están?

 

No trajeron el evangelio de Cristo. No llegó a España, no llegó a Cartagena, no llegó al Caribe, no llegó a nuestros pueblos. A nuestros pueblos lo que llegaron fueron unos sacerdotes con una medicina que había expirado hacía dos mil años. Que cuando Jesús de Nazaret habló de esa medicina, le dijo a los discípulos: “Por camino de gentiles no vayáis”. No lleven esto a los gentiles, que para ellos yo tengo algo mucho mejor.

 

Pero, llegó el evangelio de los apóstoles. ¿Y, tú sabes quiénes son los apóstoles? Los apóstoles Pablo los identifica así. En Segunda carta a los Corintios, él los identifica en el capítulo 11, verso 13 al 15. Yo quiero que ustedes sepan; quién fue el primer papa, quiénes son todo este enredo que hay en Roma, quiénes son los líderes que gobiernan a los presidentes.

 

2 Corintios 11:13-15. Dice: 

 

“Porque estos son falsos, qué, apóstoles…”

 

Más de uno. Ah, y no habían otros apóstoles para ese tiempo. Los únicos que había eran los once, porque Pablo es el que está acusando a los once. Pablo no se está incluyendo.

 

Pablo dice:

 

“…estos son falsos apóstoles,

obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.”

 

Usan caretas, usan cruces, aparentan piedad. Aparentan piedad.

 

¿Usted ha visto al papa hablando? ¡Bla,bla!!!!

 

Verso 14.

 

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.”

 

Ese es Pedro. A ese fue a el que le dijo: “Apártate de mí, Satanás.”  

 

“Así que, no es extraño

si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia;

cuyo fin será conforme a sus obras.” 

 

Entonces, estamos en la etapa final, en la vuelta final. Se está acercando el día. El día está llegando y lo anhelamos, lo anhelamos.

 

¿Usted sabe por qué los evangélicos y los pentecostales no hablan de la transformación? 

 

Porque la transformación viene después que Cristo llegue. Pero, cómo ellos lo están esperando, cómo te van a hablar de transformación.

 

Dicen: –No, no, de eso no podemos hablar, primero Cristo tiene que venir a buscar su iglesia. Y venir e irse y llevársela por allá por las nubes.

 

O sea, que no le da tiempo de consolar, de enseñar  -porque Jesús dijo que vendría otro Consolador y que  cuando él viniere nos dirá toda la verdad y nos enseñará toda la verdad-. No, no hay tiempo eso es arrebatamiento.

 

-¿Pero, no nos va a educar? ¿Nos va a dejar así, hablando –aleluya-. Nos va a dejar todavía con -Dios te bendiga, Dios te guarde-. ¿Con ese vocabulario?

 

Imagínate, entonces ellos no pueden hablar.

 

Yo acuso hoy a todos esos falsos, fraudulentos. Todos. No son cristianos. Los únicos cristianos se llaman Creciendo en Gracia. Los únicos en todo el mundo. (Ovación)

 

Vamos a estar en pie y dile al que está a tu lado: Bienvenido, señor cristiano o señora cristiana. Usted es cristiano. Estoy con un cristiano al lado.

 

Diga: ¡Abba Padre! Bendecido con toda bendición. Completos en Cristo, más que vencedores, siempre en triunfo, reinando en vida sobre toda circunstancia. (Aplausos)

 

 

FALSA PIEDAD, CONVENCIÓN CANADÁ

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FALSA PIEDAD

Convención Canadá

 

APÓSTOL JOSÉ LUIS DE JESÚS

JESUCRISTO HOMBRE

 

10 de abril de 2013

 

 

Vamos a buscar todos Segunda carta a Timoteo capítulo 3 verso 5.

 

Qué buena reunión, verdad. Qué lindo ver a los hermanos reconociéndose el uno al otro. Qué lindo. No debemos ser tan profesionales o tan recios y no mostrar emociones tan lindas, como las que yo he visto aquí.

 

Oye, mira lo que dice ese verso.

 

“Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella;

a estos…

a estos predicadores, a estos representantes religiosos,

 a estos evita.”

 

“Tendrán apariencia”, lo peor del mundo es una apariencia, aparentar algo que no eres.

 

A veces yo voy por los aeropuertos y veo estos sacerdotes con sus clericales y cómo los tratan. Posiblemente, lo pasen primero que a mí al avión –aunque él esté viajando en turista y yo en primera-, pero como él tiene eso, a esos les dan preferencia. Así es que se han engañado a los pueblos.

 

El tema de hoy es Falsa Piedad.

 

Hay personas que se ven muy piadosos, por su forma de ser, por su conducta pero es una falsa piedad. ¿Sabe por qué? Porque niegan la eficacia de esa piedad. Hay que ser piadosos, pero eficaces también.

 

Ahora, yo quisiera hablar cómo ser eficaz con unos ejemplos que yo he aprendido y he visto en la amada. Que he visto que mi velo, el velo que yo tengo puesto llamado José Luis, que tiene que someterse a eso para poder llegar a donde tenemos que llegar todos.

 

Ahí mismito en Segunda carta a Timoteo capítulo 2, en el verso 20. Mira el consejo que da Pablo.

 

“Pero en una casa grande…”

 

Diga: UNA CASA GRANDE. Diga: LA IGLESIA DE DIOS.

 

Esa es la casa más grande. ¿Sabe por qué? Porque, no son ‘las iglesias’ es una sola iglesia. Cristo murió por la iglesia, no por las iglesias.

 

Entonces, es una sola iglesia que está dispersa por todas partes del mundo. Hay un grupo acá, un grupo allá porque tenemos que habitar la tierra y entonces, se manifestó en diferentes lugares; colombianos, puertorriqueños, cubanos, bueno de todas clases. Entonces de ahí están las ovejas regadas. Hay que ir a buscarlas. Y esas ovejas vendrán, porque ellas saben oír la voz de su pastor. No todos van a ser, pero hay unas primicias, y hay ovejas que no van a oír la voz porque están contaminados y luego, en la segunda cosecha serán transformados.

 

Pero, hay una primera cosecha. El agricultor siempre recoge los primeros frutos y los más bonitos se los reparte a la familia –mira, te guardé esto-. Siempre es así. Pues, hay una primera cosecha.

 

Ahora, en esa casa grande, que son de bendecidos. No estamos hablando ahora de los lobos, estamos hablando de las ovejas.

 

“…en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata,

sino también de madera y de barro…”

 

¿Te recuerdas cuando Pablo dice: “Si alguno edificare con oro, plata, piedras preciosas, heno, hojarasca, madera”? Hay dos materiales con los cuales tú puedes edificar. Si edifica con oro y plata, entonces tú no tienes falsa piedad.

 

Ahora, esos utensilios, dice:

 

“… unos son para usos honrosos y otros para usos viles.”

 

Hay bendecidos que a veces se prestan para cosas… y siguen siendo vasos.

 

Ahora, es que viene la aplicación: Cómo limpiarnos de eso.

 

Esto se puede prestar para un mensaje legalista, donde te voy a lastimar y nos lastimamos todos. Y ese no es el propósito.

 

Dice:

 

“Así que, si alguno se limpia de estas cosas…”

 

¿Cuáles cosas? Él no mencionó cuáles fueron. Un montón de cosas.

 

¿Las cosas tuyas, cuáles son? ¿Quieres decirlas cuáles son? ¿Quieres que se metan en las intenciones de tu corazón y descubran quién tú eres?

 

Nadie quiere eso. A veces, tú tienes cosas por dentro, maquinaciones y cosas que a ti no te agradan, son malas y tú vives avergonzado de ellas. Pero con apariencia, tú las escondes, -nadie sabe lo que yo estoy pasando, qué bueno que nadie me ha visto-.

¿Ah?

 

 Y, Papá no va a dejar que te vean porque esas son mentiras. Esa no es tu verdadera identidad. Esas tonteras y suciedades y deseos engañosos te las puso este sistema corrupto con la falsa religión. La religión es quien daña las mentes nuestras.

 

Este es el templo de Dios (señalando la mente), y este templo ha sido contaminado por la Iglesia Católica, por los protestantes, por toda esa gente que tiene falsa piedad. Han dañado tu vida, te han lastimado y entonces, tú sufres un sinnúmero de cosas ahí, tú avergonzado, que nadie te vea, a veces andas así, mira, (cubriéndote) –ay, Dios mío.

 

Pero, esa no es tu identidad. Tú eres un ángel bello. Pablo dice que tú eres un tesoro en un vaso de barro, 2Corintios 4:7. Nosotros somos tesoros, somos ángeles preciosos. (Aplausos)

 

No importa lo que tú hayas sufrido. Quizás tú has pasado cosas bien vergonzosas. Si estuviera la mujer aquella que tenía seis maridos y el que tiene no es su marido; qué vergüenza, verdad, hubiera sentido.

 

Dice: -Mira, mira qué tipo de mujer yo soy. El primer matrimonio no me trabajó, esa fue la culpa de él.

 

Pero, el segundo dijo: -Esa era culpa mía.

En el tercero dijo: -Yo no sirvo para nada.

En cuarto matrimonio dijo: -Algo malo hay aquí.

Y, ya en el quinto, perdió la vergüenza.

 

En el sexto ya, olvídate, dijo: -Yo soy la escoria. Yo soy la escoria de esta sociedad. Es más, yo me mudé lejos de mis padres, para no ver ni a mi tío ni al primo, porque yo ando con una vergüenza encima.

 

Sin embargo, esa ovejita estaba –oye- estaba Jesús de Nazaret, el que vive aquí ahora (señalándose) en este vaso, que estaba allá, entonces. Estaba con una multitud, y abandonó la multitud y les dijo a los discípulos:

 

-Pedro, tengo que irme de aquí.

-Pero, cómo te vas a ir. Mira la multitud que tenemos, hasta el alcalde de la ciudad vino.

 

Le dijo: Sí, pero hay algo más importante. Tengo que ir a Samaria.

-Pero, eso es lejos.

-Pedro, ¿me vas a dar instrucciones tú a mí, ahora? Tengo que ir a Samaria.

 

Entonces, allí encontró una mujer, la mujer samaritana.

 

Porque esa era una bendecida que había sufrido mucho. Tú no, a ti no te ha pasado nada, que lo que le pasó a aquella mujer.

 

Pero, es que Papá es así. Por eso es que el dijo: -Miren, los ladrones y las prostitutas son los que encabezan la procesión hacia el reino de los cielos.

 

Sí, porque esas son vidas sufridas y son ángeles preciosos, que están en vasos de barro. Y por estar en el vaso de barro es que tú sufres y has pasado todo lo que has pasado. A veces estás herido con la familia, no le hablas a tu papá, ó tu mamá no te quiere, ó has pasado tantas cosas en tu vida. Y es por el barro, no es por ti, tú eres un tesoro.

 

Diga: YO SOY UN TESORO.

 

Y, hoy vamos a tratar con el tesoro. Hay que sacar, como cuando las cosas están revueltas, que uno dice –hay que organizar la casa.

 

Mira, yo me acabé de mudar y hay un reguero ahí en la casa y uno está –Dios mío, tengo que regresar a poner cajas y maletas-. ¿Usted se ha mudado alguna vez? Pues usted sabe. Ah, y no encuentro donde puse las cosas. Qué bueno cuando ya tú estás organizadito y ya tú sabes dónde están las cosas. Te sientes mejor porque tienes tu casa organizadita.

 

Pues, así tienes que organizar tu templo. Acomodar las cosas bien aquí, para que los pensamientos, los dardos sepas como separarlos: -Esto es un dardo. Este pensamiento es mío, lo recibo. Este paquete, cómo dice, mi nombre, este paquete es mío. No tiene mi nombre, eso no es mío-.

 

Como cuando llega el cartero a tu casa y te traen un paquete y tú lo vas a abrir y te das cuenta: -No, si esto no es para mí. Señor, llévese esto.

 

Pues, hay paquetes que tú no tienes que estar recibiendo. Hay mensajes que no tienes que estar recibiendo.

 

2 Timoteo 2:21.

 

“Así que, si alguno se limpia de estas cosas…”

 

¡Hum! ¿Quién puede limpiarse?

 

¿No dice Él, “haciendo él en vosotros”? ¿Sí? ¿O, como para pensar algo como de nosotros mismos, como si fuera por nuestra competencia? ¿Podré yo limpiarme?

 

“…si alguno se limpia de estas cosas será instrumento para honra,

santificado, apartado, útil al Señor y dispuesto para toda buena obra.”

 

Y, después acomoda unas cosas por ahí. Dice:

 

“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”

 

Bueno, entonces “si alguno se limpia de estas cosas” y debemos limpiarnos de todo lo que nos afecta. ¿Verdad que sí?

 

Ahora, ¿podremos nosotros? Difícil, porque la carne que tenemos puesta se opone. Dice “que estos luchan: la carne se opone al espíritu”. Yo me imagino que el espíritu también se opone a la carne. Pero, a veces la carne tiene la habilidad de llevarte ventaja.

 

¿Por qué? Por causa de unos ejercicios que debemos tener nosotros, que vamos a compartir algunos de ellos.

 

Vamos a buscar a Filipenses capítulo 4, en el verso 8.

 

Yo estoy hablando aquí, yo no estoy predicando, yo estoy hablando aquí lo que yo vivo y lo que yo hago para defenderme del monstruo que llevo puesto. Porque a mí me pusieron un cuerpito que no me agrada mucho, me ha molestado mucho.

 

¿Por qué? Porque sí, como dicen los nenes. Como le contestas tú al hijo tuyo.

-Mami, por qué.

-Porque sí-, y el niño se te queda ahí molesto.

 

–¿Cómo porque sí? Dame una explicación.

-Pues no, es porque sí. No vas porque yo dijo que no vas.

 

Pues, esto es un ejercicio que podemos hacer. Dice:

 

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es  verdadero…”

 

¿Qué es verdadero? Que tú estás bendecido. Que tú todo lo puedes en Cristo que te fortalece, que te dio ya la fuerza. Bueno, y por ahí, una lista lindísima, todo lo verdadero.

 

“… todo lo honesto…”

 

Eso tenemos que buscarlo. Ser honesto es ‘number one on the list’ (número uno en la lista).

 

 “…todo lo justo…”

 

Debes ser justo en tus juicios.

 

 “…todo lo puro…, todo lo amable,…”

 

¿Qué bueno es ser amable, verdad que sí? Qué bueno es cubrir y no lastimar a nadie. Hay bendecidos que a veces tienen un carácter tan fuerte. ¿Verdad que sí?

 

-Oye, ¿por qué me contestó así? ¿Por qué él lo dice en esta forma? Pudo haberlo hecho de esta forma. Pudo haberlo cubierto aquí y alla, para que no se sienta mal. Todo lo amable.

 

“…todo lo que es de buen nombre…”

 

El nombre que es sobre todo nombre.

 

“…si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto, qué, pensad.”

 

Eso es todo lo que podemos hacer, pensarlo.

 

“En esto pensad”, porque tú no te puedes limpiar. Tú no puedes cambiar, tú no puedes hacer nada, pero sí, tú puedes pensar. Debes meter todo lo bueno en tu cabeza. Buscar la forma de pensar en esas cosas así. Porque es lo único que el Espíritu puede llevar a cabo en tu vida confesándolo.

 

Porque ya que tú no tienes la fuerza, yo no la tengo. Yo me conozco ya, en el tiempo que yo llevo, escogieron el peor ejemplo para Jesucristo Hombre. Yo hubiera querido que hubieran escogido a un muchachito más bueno. Que escogieran un muchacho de esos que los crían en ciertos colegios, que el papá es pudiente, que el papá tuvo uno ó dos hijos, no como yo que vengo de cinco. Cinco es mucho y hay otros que vienen de diez, siete, ocho, nueve, que a los papás no les dio tiempo ni para darte cariño a ti porque estaba muy ocupado con los otros.

 

Pero, qué voy yo a hacer. ¿A rehuir? Yo tengo que aceptarme, yo tengo que buscar la forma cómo tratar con esta imagen que me dieron para representar y cumplir lo que a mí me pusieron. Es un reto grandísimo.

 

Y tú tienes otro reto, a ti te llamaron a ser buen imitador, a  cumplir tu ministerio, a llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Jesucristo. En lo que te hayan pedido, tú tienes un llamado y tú quieres cumplirlo. Y, de dónde tela, como dicen. Material no tienes para cumplirlo, porque tienes un cuerpo que se opone. Se opone a lo que Dios te mandó a hacer.

 

Y, tú dirás -¿bueno, pero si Dios me mandó a hacer algo por qué me da este cuerpo tan malo?

 

¿Ah, entonces le vas a preguntar ahora al alfarero, por qué me has hecho así? ¿O, no tiene potestad el alfarero sobre el barro para darle la forma que quiere?

 

Es un llamado, ah. Un llamado y tenemos que enfrentarnos a ello con limpia conciencia. Porque va a luchar contra ti para acusarte. Es especialista en acusar.

 

Así le llamó Juan en Apocalipsis, “el que acusaba a los hermanos de día y de noche”, que ya lo destruyeron, pero nos dejó los gérmenes puestos ahí en tu sangre. Que de hecho, eso es lo que hay que cambiar, tu sangre, en la transformación, porque va a haber un cambio. Porque carne y sangre no heredan, entonces hay que darle un cambio a esa sangre tuya. Hay que meterle oxigeno, hay que darle algo.

 

Es como, yo tengo este brazo que no siento nada en todo el brazo. Entonces pregunté y me dijeron: Pues, mira, eso –en términos científicos- es un derrame cerebral que te dio.

 

Y yo le dije: -¿Derrame cerebral? No, lo yo tengo derramado en mi cerebro es palabra.

 

Honestamente, no lo siento. Este brazo lo tengo dormido, pero dormido totalmente. A veces me golpeo y ni me di cuenta que me golpeé, y lo llevo así hace un tiempecito. Entonces, me dijeron: -Bueno, pues entonces, eso es una extraña obra que tú estás pasando y quizás por ahí está comenzando la transformación.

Ahora sí. Lo recibo. (Aplausos)

 

Porque me dice: -¿Cómo puede tener el brazo muerto, como lo tienes, y tienes movimiento y haces todo normal? Y la cabeza le dice al dedo –aprieta, agarra- y lo haces.

 

Y entonces, cosas que a veces pasan. Eso es pensando en voz alta.

 

Entonces, Pablo dice en Filipenses 4:9.

 

“Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí…”

 

En un hombre. No en Cristo, porque a Cristo no puedes imitarlo en la carne, porque terminas siendo un judío. Es en Pablo. Fíjate cómo él decía: -Es en mí. Olvídate de Jesucristo, que ahí no te puedes meter con el judío. Es en mí. En este vaso débil que tú ves aquí, donde en la debilidad se perfecciona el poder.

 

Tú tienes que llegar a una limpia conciencia, a una aceptación total. Si tú no estás contento contigo estás errando al blanco. Y, yo sé que muchos de ustedes no lo están, porque yo no he estado contento conmigo, por años, por años. Con todo lo que yo he pasado es para odiarme, aún desde jovencito, desde pequeño, todo lo que yo he vivido. Sin embargo, ese es el ejemplo que yo tengo para poder consolar con la consolación que yo he sido consolado. (Aplausos)

 

Pero, si tú no estás haciendo senda derecha para tus pies, para que lo cojo no se salga del camino, porque cojo estas, esto es una caravana de cojos, un cementerio de cojos. Todos tenemos cogedera, de hecho en el reino de los cielos sólo caben los cojos, esos son los que él llama, las ovejitas que siempre están tropezando. Y, las llama ovejas, no hay ovejo es oveja; hombres y mujeres. (Aplausos)

Y te llamó a ti. Algo lindo tú tienes que tener, iglesia. Por eso yo he aprendido a amar. Fíjate, yo he aprendido a amar en el aspecto de que a mí me puede llegar cualquiera con el arete aquí, con el pelo así, con  una cosa metida así en el ojo, puede llegar como llegue y yo sé que ese no es él.

 

Tú sabes que hay personas que caen pesado, su forma de vestir y todo, porque es que ellos están bravos con ellos mismos y quieren imponer, y se tatúan todos y se hacen cosas en la cara, porque llevan un coraje, ó se pintan el pelo de amarillo en la mitad de la cabeza y naranja la otra mitad. Y tú vez toda la juventud de hoy, todo eso que tú ves,  eso no son ellos. Esos son juegos, mentiras, cosas que nos pasan, que pasan de moda, que cambian como cambian las modas.

 

Aquí lo importante eres tú. Cómo tú llegar a realizarte, como iglesia, como un santo que eres, como un ángel bello, como un tesoro que tú eres.

 

Fíjate, que en una casa grande, hay muchos utensilios y tú puedes ser útil, para que seas instrumento útil al Señor. Que Dios pueda usar esa porquería. Cuando no eres una porquería, eres un tesoro, pero andas con un vaso de barro, que si le cae agua manchas todo. Es un barro que se puede quebrar en cualquier momento, y si te cuidas del agua hay hermanos que tienen vasos de agua y te los tiran encima para ver si te manchas. Aunque vayas con una sombrilla, te lo tira por debajo. (Aplausos)

 

Vamos a buscar a Colosenses capítulo 3 en el verso 4. Luego 1-4.

 

 “Cuando Cristo, vuestra vida se manifieste, que ya se manifestó,

entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

 

 Haced morir, púes, lo terrenal en vosotros…”

 

No vayas a fiestas, no bebas vino, no bailes, no disfrutes.

 

No. 

 

“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros, fornicación, impurezas, pasiones desordenadas, malos deseos, avaricia, que es idolatría.”

 

Oye nos adelantamos, vamos al verso 2.

 

“Poned la mira en la en las cosas de arriba, no en la de la tierra.”

 

Las cosas aquí (en la mente), porque si miras para arriba te puedes mojar. Arriba no hay nada.

 

Sí, porque hay gente que dice: –No, eso es en el cielo por allá, donde está el hombre de la barba blanca.

 

Allá no hay nada. Es en las cosas de arriba, de tu mente, aquí arriba. Poned la mira en eso. Ahora, depende, si la vas a poner ahí, es porque ya tú has pensado en todo lo amable, todo lo puro, todo lo honesto, todo lo que es digno de alabanza.

 

Es lo único que podemos hacer, iglesia. Tú no puedes cambiar tú mismo. Eso ya tú lo sabes, lo has experimentado. Tú no puedes entrar tampoco en falsa piedad, comenzar a mentir de ti y decir que tú eres lo más perfecto que hay, porque no lo eres.

 

Entonces, lo que puedes ser es todo lo honesto, ser honesto y reconocer el poder del evangelio, el poder de Dios que es el evangelio. Tú no te avergüenzas del evangelio, porque es el único poder que existe. Y existe, cuando tú lo escuchas y te pones a pensar cosas bien lindas en lo que se van manifestando en ti. Y, qué bello es cuando alguien te felicita, cuando te dan un reconocimiento, que tú sepas -si he logrado algo es por la gracia de Dios-.

 

Pero, yo entiendo que en tu vida, tú pasas muchas situaciones y tú lo que quieres es mejorar.

 

¿Cuántos tienen cosas que mejorar? Pues, lo único que puede hacer es pensar en esas cosas. Esas cosas que tú quieres mejorar, piénsalas. Entonces, después que las pienses, pásalas a tu boca y confiésalas, comienza a confesar.

 

Bueno, vamos a confesar.  Vamos a estar en pie. Abba Padre.

 

Tú vas a decir:

 

Yo recibo que éste es el mejor día de mi vida. Que voy a tener un resto del día maravilloso. Que llevo cautivo todo pensamiento a Cristo,

a las cosas que él dice de mí.

 

En este momento, yo me declaro sano de pies a cabeza.

Toda insuficiencia, todo nervio, todo hueso, todo desgaste físico, yo recibo que me renuevo. Yo llamo las cosas que nos son como que ya son.

 

Me declaro victorioso. Digo que tengo todo el amor derramado en mi corazón para ponerlo en práctica, para poder amar a mi hermano, no conocerlo según la carne. Lo conozco en su tesoro, porque eso es lo que es mi hermano un tesoro y no tengo falsa piedad. Soy honesto, tengo buena piedad que me da el Señor.

 

Me declaro más que vencedor.

 

¡ABBA PADRE! (Aplausos) 

SEMINARIO CEG No.10 – 1989 Parte A

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SEMINARIO CEG No.10 – 1989

Parte A

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS

JESUCRISTO HOMBRE

 

17 de abril de 2013

 

 

¿Estamos todos? ¿Todos tienen el estudio de hoy que se llama ‘Seminario de Capacitación Número 10’? ¿Lo tienen todos? Este es décimo seminario que hemos celebrado.

 

Bien, Efesios capítulo 4, versos 13 al 16.

 

Todos sentaditos ahí, cómodos, con la palabra enfrente. Dice:

 

“Hasta que…”

 

¿Algunos  lleguemos a la unidad de la fe?

 

 “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe

y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,

a la medida de la estatura de la  plenitud de Cristo;

 

 para que ya no seamos niños fluctuantes,

llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

 

sino que siguiendo la verdad en amor,

crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,

 

 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí

por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

 

Atiende bien.

 

Lo que dice la Cabeza, el cuerpo lo tiene que recibir. Cristo es la cabeza, nosotros somos su cuerpo, la iglesia. Si la Cabeza habla, el cuerpo debe recibir.

 

¿Imagínate que la Cabeza vaya hacia allá y el cuerpo quiere coger para acá?

 

Lo que la cabeza dice, el cuerpo debe de recibirlo. ¿Amén? Si Cristo es nuestra cabeza y tenemos la mente de Cristo, entonces debemos -con toda diligencia- buscar el consejo de la palabra de Dios e ir a esa dirección. ¿Amen?

 

Y, eso es lo que Dios quiere que tú hagas hoy, que escuches las directrices de la Cabeza, para que el cuerpo lleve un buen rumbo y camines en paz.

 

Hay una advertencia que necesitamos ver detenidamente, Cristo se la hizo a los discípulos. Les hizo unas advertencias bien claras a los discípulos.

 

Vamos a comenzar con Mateo capítulo 16, verso 5 en adelante.

 

El tema es cómo subir a la estatura. Pero para subir a la estatura, primero hay que tener cuidado con las cosas que evitan que tú llegues a esa estatura.

 

¿Ahí estamos todos? Dice:

 

 “Llegando  sus discípulos al otro lado, se había olvidado de traer pan.

 

Y Jesús les dijo:

Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.

 

 “Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.”

 

Mira para allá, donde estaba cuerpo. La Cabeza hablando y el cuerpo diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.

 

Jesús viene y les dice: Guardaos de la levadura de estos hombres, y entonces están los discípulos acá pensando en pan. Y no entendían nada. Bueno, por eso fue que Pedro cogió una espada enseguida y comenzó y cortó una oreja enseguida, porque es que estaba en carne. La persona cuando no tiene las directrices del Espíritu, lo hace todo en carne.

 

Y entonces, dice: Estos pensaban que lo dice por el pan.

 

Ahora, mira lo que Jesús les dice:

 

 “Ellos pensaban dentro de sí, diciendo…”

 

¿Tú sabes que tú puedes pensar y hablar por dentro? Fíjate, ellos pensaban, diciendo dentro.

 

Qué cuidado tienes que tener con eso; cuando tú piensas y hablas dentro. Cuando tú piensas dentro de ti: –Muchacho, esta vez Dios no me va a ayudar-, y tú lo hablas.

 

Jesús tenía la habilidad de oír la gente hablando por dentro. Él oía a la gente hablando por dentro. Bueno, Él sabía quiénes eran los que creían en él y los que no creían en él. Por eso, Él tenía el arte y la habilidad de predestinar: -Mira tú, hijo de Abraham, ven acá. Recibe…

 

Pero, Él era el que sabía. Bueno, Él también, a unos, les dijo: ¿Ustedes saben por qué ustedes no creen en mí? Porque ustedes no son de mis ovejas. Ustedes son hijos de su padre, el diablo.

 

Él tenía la habilidad de hacer eso. Yo no tengo esa habilidad. La puedo recibir, si subo a la estatura del varón perfecto, a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Oye, llegará el momento en que uno puede entender con qué personas está tratando, un discernimiento con quién tú estás tratando.

 

Bueno, eso es lo que Cristo quiere darle a esta poderosa iglesia que Él está levantando en esta última hora. Él necesita una iglesia que cuando Él hable la palabra, hay sonido de trompeta claro en tu mente: –Yo sé de qué Él está hablando-, porque ya tú sabes quién tú eres. Tú necesitas saberlo desde ahora.

 

Por eso es que se tiene que tocar sonido de trompeta claro. Porque cómo tú te preparas para la batalla, si el sonido de la trompeta no es claro.

 

Muchacho, hay gente que te predica por la radio: -No, porque tú estás salvo. Bueno, pero no estás salvo, pero sí puedes estar salvo. Aunque él sí te salvó eternamente, pero no te salvó eternamente-, y eso es en un sonido, que de momento, tú no sabes si está en DO-RE- MI- FA- SOL-LA –SI- DO  ♪♪♪  Y, tú no sabes si es FA, si es SI, si es DO.

 

Tú necesitas un sonido: Sí, yo tengo vida eterna. Un sonido claro: SÍ, SÍ y en Él, amén.

 

Pero, eso de -sí, sí, sí- y luego -no, no, no-. Eso no puede trabajar así. Hay que estar claro, en quién tú eres en Cristo Jesús. ¿Amén?

 

Vamos de nuevo, Mateo 16:7.   

 

“Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.

 

Y entendiéndolo Jesús, les dijo:

¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?

 

¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis?

  

¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?

 

¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije

que os guardaseis de la levadura  de los fariseos y de los saduceos?

 

Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.”

 

¿Tú sabes cuántos fariseos hay hoy?

 

Gente que no entienden, que están en la letra, viendo esto (la Biblia) en la letra, muchacho te conviertes en un perfecto fariseo, sin darte cuenta. Si tú no entiendes esto en el espíritu, te conviertes en un fariseo, que no tienes misericordia de ti mismo.

 

Entonces, fíjate, vamos a ver -brevemente porque hay que brincar a otros temas- Número 1: La Doctrina de los Fariseos y Saduceos.

 

1.    Hipocresía

2.    Juicios e ira, falta de misericordia.

 

Esa es una de las características que acompaña a una iglesia donde está el fariseísmo, donde está el legalismo: hipocresía. El pastor le mete tres meses de disciplina al hermano que falló, luego el pastor comete algo peor que eso y a él no hay quién lo discipline, porque se quedan sin iglesia, quién predica el domingo.

 

Hay muchas cosas que no están en línea con la palabra del Señor. Tú ves muchas cosas, lo que pasa es que tú eres humilde y tú callas -porque hay que amar al pastor y hay que amar a la iglesia-. Y es verdad, pero dentro de ese amor, de ese ‘misguided love’, yo le llamo un amor mal guiado, un amor sin ciencia, el error sigue caminando en la iglesia.

 

Y tú dices: -Ay pastor, es que hay que tener misericordia.

Sí, hay que tener misericordia, pero con la verdad también.

 

Porque en el nombre de ‘misericordia’, yo he oído gente que cuando yo hablo de la disciplina de Dios y de cómo Dios quiere que se viva esta gracia, aparecen entonces – oh, el amor de Dios, primero es el amor, de qué vale que tú tengas conocimiento y no tienes amor.

 

Pero, es bueno tener amor y también tener conocimiento, de lo que Dios quiere. ¿Tú no crees?

 

Así que, hipocresía es una de las cosas que tú vas a ver manifestándose en una iglesia así.

 

Entonces, el segundo es juicios e ira. El pastor airado en el nombre de Jesús.

 

¿Usted ha visto pastores airados en el nombre de Jesús?

 

-¡Que aquí se respeta!

Muchacho, y de momento tú sientes que hay un tono de ira en el pastor.

 

-¡Que aquí somos…!

Entonces, eso es en el nombre de Jesús. Entonces, las personas que no tienen ciencia, no saben identificar que eso es una ira, esa es la carne airada. Bueno, “la ley produce ira”. Un pastor airado es un pastor en ley. La ley produce ira.

 

Una de las cosas es que tú nunca me has visto airado. Nunca. Porque es que yo no estoy en ley, yo estoy en gracia, y la gracia, lo que me da es paz para predicar con amor y con tranquilidad; pero ira no. Cuando hay ira, hay ley, indiscutiblemente, hay ley.

 

Encasillado B: Sepulcros blanqueados, observaciones externas.

 

Una de las características del que está en ley es que juzga mucho por lo que se ve. Digo, y lo que se ve es importante, pero que le da mucha validez al estado de cómo viste la persona.

 

Pablo una vez -hablando de los corintios- dijo: “Muy pronto voy a visitarlos para ver a esos que se glorían en las apariencias y no en el corazón en el espíritu.” Eso no quiere decir ahora, que a ti no te importa nada la apariencia externa y vas a abusar de tu cuerpo.

 

Tú sabes, a mí no me gusta ni discutir eso, hablar de las modas en la iglesia. ¿Tú sabes por qué?  Porque el que está en gracia es tan prudente y es tan sabio que  cuando abusa de una moda, él mismo lo sabe. Y, cuando viste que está fuera de un decoro, él mismo se da cuenta, nadie tiene que estar criticando y perdiendo tiempo en eso.

 

¿Tú no te has dado cuenta? Que una mujer, que ama al Señor y que verdaderamente está Creciendo en Gracia y que ama las cosas espirituales, no abusa de su cuerpo con unas modas extravagantes, tentando a todo el mundo.

 

Y, si lo está haciendo, ¿quién  eres tú para juzgarla? Deja que lo esté haciendo en lo que está creciendo y se da cuenta de lo que está haciendo.

 

Sí, porque la gracia enseña. La gracia no condena. La gracia es un espíritu de enseñanza y tú debes tener la paciencia, en lo que la persona aprende.

 

A mí no me molesta una hermana que vista como vista. Yo sé que está vistiendo en una forma que quizás es muy fuerte, pero si al esposo no le molesta, quién soy yo para molestarme. ¿Por qué tengo que meterme en la vida privada? Yo no tengo apuros con nadie. Los cambios tuyos, carnales, no me interesa si llegan ahora o llegan después. Yo sé que llegan. Así que, eso lo sacamos del medio y no le damos importancia.

 

Para los fariseos era muy importante la apariencia externa, lucir bien, aunque por dentro eran sepulcros blanqueados. Eso es peligroso, muy peligroso.

 

Encasillado C: Autosuficiencia.

 

Yo ayuno. Yo observo. Yo cumplo. Yo, yo, yo, yo. Autosuficiencia. Justicia propia.

 

Muchacho, cuando Pablo habló de esto, dijo: “Y, ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, la cual es por la ley, sino la justicia que es por la fe de Jesucristo”, Filipenses 3:9.

 

Entonces, la autosuficiencia es peligrosa, peligrosa. Porque autosuficiencia es yo, yo, según yo, según mis fuerzas; no según el designio de su voluntad, sino según el designio de mi voluntad. Peligroso. Hay peligro cuando la carne está en el medio dirigiendo.

 

Ellos observan toda la tradición judía.

-Eso es tuyo, el viejo testamento es de Dios. ¿Verdad?-, decían los judíos.

 

Jesús pasaba ese trabajo con ellos:

 

–Sí, es de Dios, pero tienen que tener cuidado.

-Bueno, pero es la ley. ¿Cómo que no?

-La ley es de Dios, es santa, Pedro.

-¿Pero por qué tú nos dices que nos cuidemos de ella? Si mira cómo oran, mira cómo ayunan.

-Tienen que cuidarse de esa doctrina.

 

Ellos no entendían mucho, porque Jesús iba a traer unos cambios tremendos. Cuando Jesús iba a la Cruz del Calvario, Jesús cambiaba de identidad completamente. Jesús -de momento- mira, era un cambio de un Jesús histórico a un Jesús, Dios con nosotros. Mira, era un cambio de Jesús, el Mesías, a Emanuel. Le estaba despertando los ojos al pueblo, qué al pueblo, a sus discípulos aunque sea, a ver si ellos entendían. Porque iba a haber un corre y corre, cuando él estuviera en la cruz, iba a haber un corre y corre, que no se encontraron. El único que estaba ahí firme fue el ladrón –acuérdate de mí-.

 

¿Qué es lo que le pasa a esta iglesia actual que estamos tratando de alcanzar con gracia? Que no se han apercibido. Se han metido en el viejo testamento a leer toda esa Escritura, y de momento, han hecho una mezcla de viejo pacto con nuevo pacto. Y hay mezcla, y eso no se puede mezclar. Por eso les dijo: “Cuídense de la doctrina de esta gente”.

 

¿Por qué el dijo “de la doctrina de los fariseos”? Pues, porque los fariseos eran celosos de la palabra de Dios.

 

¿No fue Pablo el que dijo: “Yo -en cuanto a la ley- fariseo, circuncidado al octavo día, de la tribu de Benjamín”? Estaba hablando con autoridad.

 

¿Y, después qué dijo? “Pero todas estas cosas las tengo por basura para ganarme a Cristo.”

 

O sea, que tú tienes que tener cuidado con la doctrina que esa gente te presentaba. Tú no ves que esa gente eran unos fenómenos orando. “Largas oraciones”. Un fariseo de esos orando: -Se abrió el Mar Rojo-, bueno y empezaba un recuento de eso, de vuestros padres, de la tradición de vuestros padres, que lo que Cristo iba a traer era demasiado grande. Y si te turbas ahí, pierdes la secuencia del espíritu.

 

Por eso tú vez que esta iglesia enferma se pasa haciendo viajecitos para allá, para Jerusalén. ¿Tú no has visto como están los ministros por ahí?  -Vamos para Jerusalén, para andar por donde Él anduvo.

 

¡Gran cosa! Andar por donde él anduvo. ¿Quién? ¿El Cristo histórico? ¿Por donde él anduvo? Por ahí han andado muchos, por encima de eso y han dañado la tierra.

 

No, hay gente que son bien tradicionales y dicen: -Hermano, el bautismo mío yo lo quiero allá, en el Jordán, donde mi Cristo se bautizó…

 

Atiende bien, ¿tú sabes lo que Pablo dijo hablando de ese Cristo histórico, hablando del Cristo antes de morir? ¿Tú sabes lo que él dijo?

 

Hermanos, “de aquí en adelante  a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo lo conocimos según la carne, ya no le conocemos así”, 2 Corintios 5:16.

 

Yo estuve doce años, que yo conocía al Cristo carne y al Cristo Espíritu y los tenía mezclado ahí. Muchacho, y no se llevaban, estaban como Ismael e Isaac.

 

Sí, porque en un descuido, esto es tan importante, tenemos que partir el alma del Espíritu, el viejo pacto del nuevo pacto, alma, espíritu. Porque en el viejo testamento, el hombre estaba en capacidad de alma. Por eso David decía: “Mi alma tiene sed del Dios vivo. Mi alma tiene sed de Dios”.

 

Pero, en el nuevo testamento estamos bregando con espíritu. Por eso, cuando tú lees Primera a los Corintios capítulo 15, dice: “El primer hombre es terrenal, de la tierra, alma viviente; el segundo hombre, que es del cielo, Espíritu vivificante”.

 

Eso se tiene que partir claro en tu vida. Naturalmente, en el proceso de partir esto, pues te van a perseguir.

–No, que tú no crees en el viejo testamento, es lo que te pasa a ti y eso es palabra de Dios,

 

Se te meten por ahí, entonces tú tienes que dividir, porque tú tienes la revelación del Espíritu. Entonces, tú tienes que explicarle con mucho amor:

–No, mira, no es que yo no crea en el viejo testamento, es que eso fue un pacto con defectos y Dios procuró lugar para un mejor pacto.

 

Pero en medio de eso, la persona ya esta turbada y dice: -No, no, no, no, hay que tener cuidado, que no cree en el viejo testamento.

 

Lo ves. Está turbado. Pero, tú que ya tienes revelación, tú quieres creer todo lo que Dios tiene para ti. Mira, si Dios hubiera puesto cinco testamentos, yo los creo, los cinco. Lo que pasa es que me dio un último y mejor pacto y yo me conformo con ese, porque ese es el que él dice.

 

Ahora, atiende bien. Y tengo que hablar así, tengo que hablar como te voy a hablar ahora, sin modificaciones. No me digas más nada, porque te lo voy a decir:

 

Todas las iglesias actuales en el planeta Tierra están contaminadas con la mezcla de los dos pactos. Y cuando tú las mezclas, hay unos cortos circuitos.

 

Y, ¿tú sabes dónde se ve? En la boca de los creyentes. Hay mezcla.

 

Y, hay unas directrices para ti del apóstol Pablo en cuanto a esa mezcla, que no va. En esta tarde hay directrices específicas para tu espíritu. Para que seas un creyente nuevo testamentario agradando al espíritu de gracia. Cuando te atreves a hacerlo, viene un acompañamiento angelical a tu cuidado y unos beneficios departe de Dios, que nunca los has tenido. Sí, porque si te tiras por aquí lo vas a ver.

 

Imagínate que un bebé, tú lo trepes así a la nevera y que tú le digas -tírate, tírate-. ¿Y, tú has visto lo que el bebé hace?

 

Tú le dices: -Tírate, tírate-, y de momento, cuando él se tira, tú te le salgas así, (te quitas del lugar). 

 

¿Tú te atreves hacerle eso a un bebé?

 

Oye, cómo sentiste el golpe ahí. ¿Verdad que sí? ¿Tú sabes lo que es que un bebe se tire así y tú defraudarlo?

 

Pues, cuando tú saques toda tradición y te tires así a la gracia completa –tú te tiras y te vienen preguntas: -Padre, ¿y si no trabaja esto?

-Tírate.

 

Y tú confías y te tiras, ah, y ahí está el Señor que te va a bendecir.

 

Pero, eso de mezclitas, no. Cuando tú estés con un pie en Creciendo En Gracia y -por si acaso-, un pie allá, no funciona. Mira, tú estás en dos aguas. Estás como  las olas de la  mar, para aquí y para allá. No, no, tú tienes que hacer una decisión firme: -Me entro a la gracia.

El Señor te va a respaldar.

 

Cuesta, eso cuesta, cuesta un poco de negarse a sí mismo. Bueno, para mí fue fuerte hacerlo, por el amor que yo le tenía a los ministros amigos míos. Tú no ves -que ahora mismo- yo constituyo un problema para este evangelio que está establecido. Yo soy un problema terrible. Cuando yo llego a un sitio a partir, a dividir, a romper, se forman dieciséis mil problemas. La iglesia que me invite  a predicar a mí, se hiende en pedazos esa misma tarde. Se parte en pedazos.

 

Bueno, por eso usted ve a mí nadie me invita a predicar. ¿Tú sabes dónde yo predico?  Aquí. Porque en otro lado no me invitan.

 

Pero, ¿qué pastor ahora mismo de la radio se atreve llamarme y decirme –pastor, usted no puede tener una campañita, aunque sea de media hora? ¿Por qué? Porque tan pronto termina el mensaje van a venir –pastor, esto hay que cambiarlo aquí, hay que cambiarlo.

 

-No, no pero que esto está establecido ya.-¿Establecido por quién, por la Biblia?

-No, por la Biblia no, pero por nuestra denominación.

-Ah, ¿por la denominación? No, no, yo quiero que esté respaldado por esto (la Biblia).

 

Entonces, Jesús le dice a los discípulos –bueno, que ya los tiene preparaditos para enviarlos solitos-, le advierte:

 

-Miren, yo pronto me voy, pero tienen que cuidarse de esto. No me arrastren esto para acá, para la iglesia. No me arrastren esas actitudes de ayuno y de castigo corporal y de apariencias de afuera, que ahora esto es un pacto interno en el corazón, en el espíritu. Lo que yo traigo ahora es en el espíritu. Esto es mucho más poderoso. Esto no brega con lo de afuera, esto se mete por dentro y lo de afuera automático cambia. Y tienes que tener cuidado, porque la gente está muy apegado con lo de afuera y me pueden poner prioridad en lo de afuera y no en lo de adentro-, que es lo que ha pasado actualmente.

 

-Cuídense. Cuídense de esa levadura, porque es levadura. Eso se pega.

 

¿Tú sabes a quién se le pega eso? A los recién convertidos.

 

Cuando una persona, encuentra ahí esas aguas, Jesucristo viene a su vida, lo primero que escucha es lo que recibe. Por eso es que el sistema tiene que romperse, para que venga iglesias como esta, que cuando llegan así recién convertiditos, recibe para el interior para el espíritu. Allá no, allá hay una mezcla y Cristo tuvo que decirle a los discípulos: -Cuídense de esto. Si no se cuidan de esto, van a pagar las consecuencias.

 

Qué terrible, ah.

 

Vamos a ver entonces, las consecuencias. Vamos el Número 2: Resultados de esa Advertencia en la vida de Pedro.

 

Vamos a Gálatas, capítulo 1. Cristo se lo advirtió, pero Pedro no entendió, estaba pensando que era pan. Vamos a Gálatas rapidito, para brincar a otra advertencia, porque esta ya ustedes ya la conocen. Pero, me es necesario repetiros, como dijo Pablo. “Aunque ustedes estén confirmados en la verdad presente, no me es molesto repetirles de nuevo estas cosas”, así dijo Pablo.

 

Vamos a ver el proceso paulino para reprender a uno que está mezclado. El proceso paulino, que es el proceso que nosotros vamos a usar para reprender a los pedrinos. Hay muchos Pedros. El pastoreado está en Pedro, no ha llegado  Pablo. Entonces, tú y yo estamos haciendo el puente para llevarlos a Pablo y que salgan de la imagen del Cristo histórico que tenía Pedro, el Cristo de la historia, el Cristo de la ley. Y, no es que hay dos Cristo, estoy hablando de uno. El buen entendedor, entiende. Tú me entiendes. ¿Cuántos dicen amén? ¿Tú no me estás mal entendiendo, verdad?

 

Diciendo: –Esta gente dice que hay dos Cristos. Este hombre está turbado, como eso que hay dos Cristos.

 

No estoy diciendo eso. Lo que estoy diciendo es que Cristo primero vino en una etapa de cumplirle a la a ley. Pero, una vez le cumplió a la ley, la quitó del medio y te libró a ti de la ley, entonces viene Dios con nosotros. Por eso, cuando María vino a tocarlo le dijo: –No me toques todavía, muchacha, que ya yo no soy el Cristo que tú conociste en tu barriga. Ahora yo he vuelto de donde salí. Cálmate, muchacha, que esto ha cambiado completo. Tú no sabes ni quién soy yo. Yo soy el creador del cielo y de la tierra.

 

Lo que sucede es que como Satanás se metió en este mundo a través del  vientre de Eva, Satanás se metió en este mundo a través del vientre de una mujer, de Eva. Cuando Eva comió, la concupiscencia entró y nos dañó a todos. Pues, él vino y se metió en el vientre de María y ahora tú comes el pan de vida y se te arreglan las cosas.

 

 ¿Tú le agarraste? ¿Ah?

 

Mira, el diablo vino y se metió por el vientre de una mujer y  Dios dijo -vamos a usar el mismo caminito para vencerlo en todo sus niveles-. Se metió por el vientre de otra mujer, María.

 

Y, entonces, Eva dañó la parte carnal nuestra -porque hemos heredado esa concupiscencia, cuando ella desobedeció-, pues entonces, vino el Cristo glorificado y arregló la parte espiritual nuestra y dejó la carnal dañada, en lo que un día retorna y nos transforma completamente. (Aplausos) 

Los Días Del Hijo Del Hombre

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JESUCRISTO HOMBRE

habla en vivo a su amada mundial

 

21 de abril de 2013

 

 

Un abrazo, un beso a todos los alumbrados del Ministerio Internacional Creciendo en Gracia. Es un gozo poder dirigirme a todos ustedes.

 

Conmigo está también Devinn y Lisss, que les va a enviar un saludito en este momento.

 

Lisss: “Muy bendecidos. Qué privilegio saludarles otra vez. Hace tanto tiempo que no nos vemos. Qué rico que nos reunimos otra vez en esta fiesta tan hermosa para el cumpleaños de nuestro Padre, nuestro Dios.

 

–Qué privilegio, Papi. Gracias, por darnos tanta fiesta para celebrar. Gracias, por todo tu amor. Te amamos mucho-.

 

Me siento privilegiada y honrada de tener una familia de la fe -¡mua!- tan hermosa, tan sometida, tan fiel. Les amamos tanto y recibimos que pronto, pronto, pronto, bien prontito nos vamos a ver otra vez y vamos a estar en la mejor fiesta, todos juntos. ¡ABBA PADRE!”

 

Y, tenemos a Devinn -que está más alta que la misma mamá-, ha crecido muchísimo.   -Devinn, un saludito.

 

Devinn: “Hola, bendecidos. ¿Cómo están?”

 

Eso…

 

Pues quería -en este momento-, mandar un saludo muy especial a mi colaborador Martín y Angelita Guío y sus niños. Su dedicación para Telegracia es tremenda, no hay palabras. Su dedicación, los grandes esfuerzos en pequeños y grandes detalles que él tiene para con todos ustedes, es increíble cómo él logra hacer tantas cosas.

 

Es incalculable, estoy buscando palabras para descifrar y definir lo que Martín Guío significa para mi persona. Él es uno de mis hijos, verdaderos hijos y que cuenta conmigo para todo.

 

Cuando él dice -hablé con Papá hoy- eso no es rutinario, eso es verdad.

 

-Mi Papá les envía un saludo- eso es tal y lo que nosotros hablamos cada calqueo, él no falla en darme una llamadita.

 

Bueno, pero no es para Martín este tiempo, es para mí, verdad. ¡Ja, ja, ja! Pero, yo no puedo evitar diezmar con un poquito de un porciento más para hablar de mis colaboradores, que los quiero tanto. No sólo él, pero todos los que me ayudan a que la amada guarde la unidad del Espíritu.

 

Y, alguno que no lo ha hecho o no lo hacen bien, tienen tiempo, por favor, antes que venga la transformación, adornen su iglesia. Sírvanle. El obispado es un servicio maravilloso que ustedes hacen.

 

Así que, gracias por celebrar el cumple número 67 y por los regalos y siembras que ustedes hoy me brindan.

 

Me siento tan bien, saludablemente. Me siento tan bien. He rebajado bastantes libritas por el cuidado de Lisss y por unos detallitos que a la salud no le convienen. Un día les voy a hablar un poquito de eso, pero me siento perfectamente bien. Es maravilloso cómo Papá me cuida tan bien.

 

Así que, bendecidos. Los quiero mucho. Tengan un resto de actividad maravilloso como ya ustedes lo han trabajado así.

 

Bendecidos con toda bendición.

 

-Un saludito, Lisss.

 

¡Bendecidos!

¡Gracias!

 

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EL CONSOLADOR Y MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO

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“EL CONSOLADOR Y MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO”

 

APÓSTOL JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

28 de abril de 2013

 

 

(Aplausos)

 

Dale la mano a un bendecido, y dile: -¡ABBA PADRE! Todo está bien.

 

Bueno, hoy voy a decir que no soy Jesucristo Hombre, ni soy el Anticristo, ni soy el 666. Hoy voy a cambiar de título. Es como cuando el padre de familia llega con regalos, ¿verdad? Entonces, -hoy llegó Papá con regalos-, o llega vestido de un deporte –hoy mi Papá está haciendo un papel diferente-.

 

Pues, hoy yo vengo como El CONSOLADOR. Yo vengo a consolar. (Ovación)

 

Naturalmente, después de que te consuele, si me preguntan quién te consoló,  yo digo, te consoló Jesucristo Hombre. 

 

Vamos a buscar en Juan capítulo 14, verso 16 al 18. Jesús de Nazaret hablando, dice:

 

“Y yo rogaré al Padre,…”

 

Y, fíjate, que le acaba de decir a Felipe: “¿Felipe, tanto tiempo que estoy contigo y no has visto al Padre? El que me has visto a mí ha visto al Padre”.

 

Entonces, después que le dice esto, Felipe responde: -¿Pero, en qué quedamos, tú eres el Hijo o eres el Padre?

-¿Tú no crees que el Padre está en este cuerpo y este cuerpo está en el Padre?

 

Pero entonces, ahora dice que le va a rogar al Padre, a él mismo. Dice:

 

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,…” 

 

¿Qué dice? ¿Otro?

 

O sea, el que viene a consolar no es el mismo que está aquí para morir. Es otro. Otro.

 

“…para que esté con vosotros… para siempre:…”

 

Porque una vez él consolaba, se iba a quedar e iba a ser transformado y nos quedábamos aquí en la tierra para siempre. Ya no hay más -me voy-. (Aplausos)

 

Esta es la consumación de la película. Ya esa es “para siempre”.  Así que, nos tenemos por largo rato. Es mejor que nos amemos mucho, porque esto no se va.

 

Dice:

 

“…el Espíritu…”

 

Ya no es actitud, porque está con “E” mayúscula.

 

“…el Espíritu de verdad,

al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;…”

 

No pueden ver. Ellos no me pueden ver a mí. Tú les dices, que yo soy Jesucristo Hombre. Y dicen, -estás loco-. No ven. Dice:

 

“…el mundo no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará…”

 

Fíjate: MORA Y ESTARÁ, futuro.

 

“…y estará en vosotros”.

 

Dice el verso 18:

 

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros…”

 

Pero es “otro” el que viene. Fíjate que dice: “Yo rogaré por otro”; y después dice: “Yo no los voy a dejar huérfanos…VENDRÉ a VOSOTROS”. Esa es la promesa de que venía como “consolador”.

 

Pero consolador no es pasarte la mano; es hablar contigo, explicarte, guiarte, educarte, disciplinarte; para poder consolarte, porque si no, no hay consuelo.

 

Ahora vamos al verso 25 y 26.

 

“Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,

él, es una persona, él os enseñará…”

 

¿Cuántas cosas?

 

“…todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

 

El tema de esta noche  es: EL CONSOLADOR Y EL MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO 

 

Primera carta a Timoteo capítulo 2, verso 5.

 

“Porque hay un Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,…”

 

¿La virgen María? ¿El Papa? ¿Los pastores?

 

“JESUCRISTO HOMBRE.”

 

O sea, que para venir el Consolador y poder mediar; que es lo que yo estoy haciendo ahora, estoy mediando, ya yo comencé a mediar, a explicar. Para poder lograr eso, tenía que ser Jesucristo, pero en cuerpo de hombre, para poder mediar.

 

Naturalmente, hay gente que se confunde y me dice: -Sí, pero mira lo que dice el otro. Verso 6:

 

“…el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.”

 

Claro, porque el Espíritu que se entregó allá es el mismo Espíritu con otro cuerpo acá; pero, es el mismo Espíritu, porque Dios es uno.

 

Ahora, ¿cómo consolar?

 

Yo a veces leo versos de la Biblia, los he estudiado y los he explicado, pero pasa un año o seis meses y vuelvo y lo miro y yo digo: ¡Qué crimen se cometió con la humanidad!

 

¿Qué sucede cuando en nuestros países se muere un familiar? ¿Qué hacen los religiosos? ¿Hacen misas? ¿Cuántas misas? ¿Misa de gallo? ¿Misa de qué?

 

–Novenario- ah, y el rosario. Y por si acaso, ese espíritu tenía alguna mancha, pues se va al “purgatorio” para que lo expurguen. Digo, para que le limpien las manchas que tiene.

 

Sin embargo, Hebreos 10: 14 dice que “Cristo, cuando murió, nos hizo perfectos para siempre”. ¿Cómo un espíritu puede ir manchado para allá? 

 

Entonces está la enseñanza del purgatorio. Y está también, la enseñanza del más allá, cuando se muere un familiar. ¿Tú sabes el dolor que da eso? Cuando se le muere un papá querido; una madre; un hijo, en un accidente. Ustedes han participado de eso, y se sufre mucho, cuando no hay la correcta información.

 

Ahora, fíjate, cuando yo leo Hebreos 12 verso 1, me da tanto alivio. Y, yo estoy seguro que si esto se hubiera hecho antes, dos mil años atrás, el mundo fuera diferente.

 

Fíjate lo que dice Hebreos 12: 1, para que tú estés al tanto cómo consuela el conocimiento del verdadero evangelio. Dice:

 

“Por tanto, nosotros también, teniendo…”

 

Bien lejos de nosotros. ¿Por las nubes, por allá arriba?

 

“…teniendo en derredor nuestro, tan grande nube, de qué,

grande nube de testigos,…”

 

¿Y de dónde él saca eso?

 

El capítulo 11, en el último verso, dice el verso 39:

 

“Y todos éstos, o sea que ya pasaron y murieron,

aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros,

para que no fuesen ellos perfeccionados aparte, de qué, aparte de nosotros.”

 

Y entonces, entra el verso 1, del capítulo 12:

 

“Por tanto, ese “por tanto”, le sigue a ese verso, por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,…”

 

Diga: Nube de testigos. Está cerca de nosotros.

 

Quiere decir, que esos santos del pasado, ellos nos ven, son testigos, y cuando se muere un familiar tuyo, mire, -y que el infierno-, si el infierno cesó hace tiempo. Además, el infierno, era el vertedero municipal donde botaban la basura. Eso nunca fue un lugar espiritual porque había gusano y había candela.

 

Quiere decir, que el “infierno de Dante” y de todas estas mentiras que nos han vendido por dos mil años, eso nunca existió. Cuando Jesús hablaba del infierno, estaba hablando de que te tiraran fuera de la ciudad a podrir tu cuerpo, donde el gusano nunca se muere. ¡Seguro! Donde hay cuerpos tirados, hay gusanos.

 

Pero, la mentalidad de ellos es que tú te mueres y el espíritu tuyo va a quemarse. ¡Imagínate! Y que el espíritu tuyo va a botar gusanos, por allá, arriba en el cielo, por allá en algún sitio. Que está el cielo y a la parte derecha está el infierno, dicen ellos. ¡Con mucha candela! Con el horno bien prendido.

 

Sin embargo, ni el paraíso y el “acaso infierno”, eso no está por allá. El paraíso está en derredor nuestro. Quiere decir, que cuando un familiar tuyo pasa y sale de este cuerpo va inmediatamente allí. Es más, él te está observando. Él tiene la habilidad, espiritualmente, él puede ver. Y yo creo que él, si te ve llorando desconsoladamente, él puede decir: -Qué pena que esté así. Yo estoy mejor que él. Estoy en mi verdadera identidad, no en mi segunda identidad.

 

Por eso es que dice: “Que por cuanto los hijos participaron de carne”, -Heb.2:14-, que antes de participar de carne, tú tienes existencia como hijo.

 

Y entonces, un familiar tuyo que te ve y que rezando dice: -¿Qué es eso?

 

Y, qué purgatorio, ni purgatorio, que el niño y que murió en el limbo. ¿Tú sabes el abuso emocional que ha cometido la Iglesia Católica y toda Roma completo? Esa ciudad debe de explotar, debe desaparecer.

 

Es mucho el daño, y dicen que nosotros somos malos. Nosotros lo que hacemos es enriquecer a la gente. Mira, esta información que acabamos de leer, qué alivio que si uno sale del cuerpo va a la nube de testigos, que son testigos que están viendo lo que está pasando y que tu familiar está ahí. Que él no es ningún huérfano, ahí sí que está bien acompañadito, con todos los líderes y héroes de la fe.

 

Eso es un consuelo, que cuando se muere un familiar: -Ayyyy, ¿qué pasó?

Y, la familia empieza a llorar, quieren tirarse en la tumba: -Yo, yo me voy con él-.

¿Para qué? ¿Cómo vas a ir vivo para allá,  ¡muchacho? Si ahí no te dan entrada, -usted está respirando. Su espíritu está con usted, todavía-.

 

¡QUÉ MUCHA MENTIRA POR AÑOS!

 

¿Tú sabes el consuelo que le trae esto a un anciano?

 

Aquí una vez vino una señora, que el pastor parece que un día se bebió un par de cervezas de más y fue manejando y le metió a un poste y se mató. Y toda la denominación: -Está en el infierno. Y esta señora, que vino aquí, que ella amaba tanto a ese pastor, porque, bueno le ayudó muchísimo a traer la familia, pasos con el gobierno, trabajo, le ayudó tanto que ella era locura con ese hombre, con ese pastor, -y, ahora, está en el infierno-. Y ella sufría, siempre.

 

Hasta que un día me escuchó por la radio aquí, decir que él no está en ningún infierno, que eso es una noticia muy antigua, que él lo que está es en la nube de testigos y entonces fue disciplinado. O sea, partió del cuerpo antes de tiempo, pero no es que pierde la salvación, sino que parte del cuerpo por desobediente, por descuido.

 

Usted sabe que usted anda con un enemigo. Este aparatito que tenemos puesto, oye, esto tú tienes que conocerlo, porque esto es una bestia. Bueno, en el viejo testamento dice “el hombre es como bestia”, Eclesiastés 3: 18. Salmo 49: 12. Y Pablo lo dice también, lo que pasa es que Pablo lo parafrasea, dice: “El hombre bestia, el hombre animal, no percibe las cosas que son del espíritu”, 1 Cor. 2: 14. Entonces, esta bestia si nos pudiera matar, nos mataba.

 

Yo he tenido que cuidarme mucho, porque yo como Jesucristo Hombre vengo de un trasfondo bien, bien malo. Hay cosas que yo aprendí, cuando pequeño, que me ayudan a amar, me ayudan a consolar, me ayudan a entender al pobrecito. Yo a veces no tenía nada, pero nada. Yo sufrí, pobrecito. Y, entonces, también sufrí la delincuencia por tener un padre alcohólico, y entonces, terminar en drogas, terminar preso. Todo eso es un bagaje que yo tengo, una educación, oye, que para conseguirla cuesta bien cara. Te puede costar la vida. Eso es un bachillerato, una universidad que yo tengo, digo, que salí vivo de ahí, eso es otra cosa. Tú puedes tratar también, si sales. A veces no se sale con vida de ahí.

 

Y, entonces, ese cuerpo que a mí me dieron, dice “que lo más vil del mundo utiliza Dios para avergonzar a lo fuerte”, 1 Cor.1: 27, 28; pues escogió lo vil, no los viles, lo vil. Así dice, “lo vil”. Escogió un barro como el mío para llevarse él al mundo.

 

Pero, yo tengo que velar este cuerpo, porque este cuerpito es malo. Y se levanta por la mañana “virao” (virado). Olvídate, que es Jesucristo Hombre, eso a mí se me olvida. Yo amanezco “virao” y de momento como con desconsuelo o me siento mal, o esos días que viene la nube -y no de testigos- esas nubes, esas nubes gris que te cae encima. Oye, y son días bien tristones.

 

Pero, ahí tú tienes que saber bregar con ellos, porque si no te matan. Te dan un dolor de cabeza, te da un ataque al corazón, un ataque de nervios, te puede dar cualquier cosa, porque este cuerpo es tremendo. Bueno, Jesús de Nazaret lo dijo: “En el mundo tendréis aflicción; más confiad, yo he vencido”, Juan 16:33. Ustedes también pueden vencer, porque él sí que tuvo aflicciones. (Aplausos).

 

La gente se cree que nosotros estamos haciendo un “show” de bueno. Él no llamó a los buenos, él llamó a los enfermos. ¿A quién llamo él? A los más malos. Fíjate que dice “en la debilidad se perfecciona el poder de Dios”, 2 Cor.12:9; pues llamó a gente débil. Si tú eres débil, “congratulation, welcome to the club”  (felicitaciones, bienvenidos al club). Llegaste al lugar correcto. (Aplausos).

 

Fíjate si el mundo está mal enfocado, que a veces dicen: -¿Cómo puede ser él Jesucristo Hombre, si de él dicen que estuvo hasta en la cárcel?

 

Porque es que el mundo religioso dice que en ese departamento hay que ser bueno todo el mundo. Pero es que no hay ni uno bueno, la Biblia dice que “no hay ni uno bueno”, Rom. 3:12. El hombre no es bueno. La carne para nada aprovecha. Lo que sucede es que hay unos que nos portamos mejorcito que otros y que tenemos carnecitas más tranquilas que otras, pero sigue siendo carne.

 

Entonces, los mejorcitos qué hacen, soportan a los más malitos. ¿Qué vas hacer? ¿Rechazarlos? No puedes. Porque, entonces, la bondad que se te dio, no la supiste utilizar. Si tú crees que tú eres bueno, pues mira, ponlo en práctica con el malo, con el que no es tan bueno como tú.

 

Entonces, tenemos grande consuelo con la verdad bíblica y entendemos que hay gente que nos están oyendo en el mundo espíritu. Tenemos en derredor nuestro tan grande nube de testigos.

 

Quizás por eso es que a veces yo he tenido revelaciones, que las puedo ver de esta área de la tierra donde estamos -en este primer cielo-, a veces yo puedo ver unas carrozas, que pasan así, pero son enormes, y como un ejército que yo lo veo así en los cielos, así. Entonces, he soñado tantas veces con eso, que he dicho, -yo recibo que mañana me acuerdo de este sueño-, y me levanto, me pregunto: -¿Qué era lo que yo estaba soñando?

 

Entonces, cuando me tocó la segunda vez dije: -Yo recibo que me acuerdo, esta vez me voy a acordar-, y me levantaba al otro día y no recordaba. Como al tercer año fue que un día dije: -Oye, si yo vengo soñando con esa gran nube de testigos que está alrededor nuestro-.

 

Esa es la cubierta de ángeles que tú tienes. Tú no estás solo, iglesia. Nosotros tenemos una protección tremenda. (Aplausos).

 

Primera carta a los Corintios capítulo 1, verso 17.

 

 “Pues no me envió Cristo a bautizar…”

 

Oye, ¿tú sabes lo que es eso? Que le dicen: -Pablo, tú estás escogido para el pueblo gentil. El primero eres tú. Tú eres el único que vas a llevar este evangelio a los gentiles, ahora, no puedes bautizar.

-Pero, si yo bauticé a Gayo y a Estéfanas, la semana pasada con los apóstoles.

-Bueno, porque no te había llegado esta revelación-, porque él iba de revelación en revelación.

-¿O sea, que a los gentiles no hay que bautizarlos?

 

Y entonces el Señor le dijo:-¡Pero, cómo los vas a bautizar, no seas “bobo” Pablo!. ¿Qué te pasa “brother” (hermano)?   

 

En Puerto Rico hubieran dicho: -Oye, “mano”, ¿cómo tú vas a bautizar esa gente, si esa gente están muertos al pecado? Y el agua es símbolo de perdón, y aquí el símbolo desapareció, porque cuando Cristo murió, tú quedaste muerto también juntamente con él.

-¡Ufffff! ¡Qué alivio!

 

¿Eso no es consuelo para ti? Tú sabes que te estén dando unas clasecitas, y te digan: -Miren, el martes una clase aquí para bautismo.

-¿Y qué es lo que hacen?

-Lo primero que tiene que hacer es asegurarte que estás diezmando-.

 

Mira, y que quitarle a la gente los diezmos así. Aquí que la gente es loca dándolos. Es más, aquí hay gente que han dicho: -Si el Apóstol tuviera millones y millones, eso no me priva a mí de seguir sembrando y sembrando-. 

¿No es así? (Aplausos).

 

Porque la siembra te coloca a ti como bienaventurado. Dice: “Más bienaventurado es dar que recibir”.

 

¿Tú sabes lo malo que es que te estén dando a ti? Tú tienes que estar: -Oye, gracias, chico. Yo recibo que un día…

-No, no, pero cógelo, tranquilo. Yo tengo provisión.

-Oye, chico, gracias… 

 

Ahora, tú sabes lo lindo que sería que digas: -Oye. Toma.

Es mejor dar. Qué es eso, que te estén dando, y dando y dando y dando, siempre "san dame" y nunca “san toma”.

 

Entonces, Pablo, el primer líder. Oye, ¡qué consuelo!

 

¿Qué, que tu nene no se bautizó? ¿No hizo la primera comunión? Maldita “primera comunión”. Tanta porquería que le enseñan a uno. Yo que, por eso fue que yo salí tan malo, porque yo no me encontraba cómo hacer la “primera comunión” esa, porque había que aprenderse un montón de cosas. Entonces, yo dije: -Bueno, yo soy la “oveja negra”. Ya que no estoy bautizado, ni he tomado la comunión, ni me han dado, yo no sé qué, unas cuantas cosas más que daba allí, pues mejor me voy y soy un bandidito. Innecesariamente.

 

¿Tú sabes que hay jóvenes presos así? Que les están diciendo: -Mira, hijo, que tú no estás bautizado, que tú no has hecho la primera comunión.

 

Entonces, eso te cae como una culpa a ti. -Ay padre, yo soy malo.

Cuando eso no es necesario, bendecido. Dañando a esos niños.

 

-No, que si no te bautizas el “pecado original” se te queda encima.

 

¿Ah, entonces el bautismo quita el pecado original? No hubiera cárceles. Entonces, no hubiera cárceles porque les quitaban el pecado y la gente salía buena. Oye, con un poquito de mente ahí, se entiende fácil.

 

-¿Que no hay que bautizarse?

No hay que perder tiempo.

 

¿Tú sabes que hay iglesias aquí en Estados Unidos, que tienen un bautisterio aquí, (en la tarima)? Entonces, viene el diácono y levanta una tapa así y hay una piscina ahí debajo; o la mueven con un botón. Entonces, viene el pastor con una “cotona” y entra a las aguas bautismales; y entonces tú entras ahí: -En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo-, y te mojan, y tú comienzas con misticismos, ¡ughghh!

-Para que camines en una vida nueva.

 

(hace seña con el pulgar hacia abajo) ¡Aguaaaaaaaaaaaa! Lo que hicieron fue que te mojaron.

 

Nuestro Apóstol, el gran Apóstol Pablo, el Apóstol a los gentiles dice: “Cristo no me envió a mí a bautizar”, 1Cor.1:17. El bautismo no va en el nuevo pacto. (Aplausos).

.

 

Hebreos capítulo 6, verso 1 y 2.

 

Estamos hablando con propiedad. Por eso es que nosotros tenemos temblando a mucha gente. Dicen: -Es que éste es diferente, éste usa los versos bíblicos.

 

“Por tanto…”

 

Ya que Cristo me dijo que no hay que bautizar, pues llega a conclusiones.

 

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, que uno de esos era el bautismo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez  el fundamento del arrepentimiento de obras muertas…”,

 

Porque ya “tú estás perfecto con una sola ofrenda”. ¿Qué haces arrepintiéndote?

 

“…de la fe en Dios, de la doctrina de, qué, de bautismos…”

 

¿Qué hay que hacer? ¿Dejarlo?

 

“…de la imposición de manos,…”

 

¿Hay que seguir imponiéndole manos aquí a la gente?

 

-Pasa aquí, al frente. Mira, yo tengo una unción hoy muy fuerte encima. Alguien, que se atreva a pasar, que le voy a imponer las manos.

 

Si tú tienes lo mismo que tengo yo. Jesús de Nazaret dijo: Si la semilla cae en tierra y muere…” ¿Qué le sucede a un grano cuando cae en tierra y muere si la tierra es fértil? “Produce y da frutos”. ¿Y, verdad que se parecen unos con otros? Del aguacate salen aguacatitos y después, tú no sabes cuál fue el original. 

 

Pues así tú y yo, y tú, y tú, estamos completitos. Yo no tengo que imponerte las manos. Nadie tiene que estar orando por ti, usted no es ningún huérfano, para que estén: -Ayuda al pobrecito. Ayúdale, ayúdale. 

 

¿Para qué tú quieres esa zanganería? Que te estén estrujando el pelo, después que tú pasaste tanto trabajo peinándote. (Aplausos).

 

¿Te das cuenta por qué esos pastores están molestos conmigo? Yo estoy en mi redil. Yo puedo hablar. Ellos no me pagan a mí esto aquí. Esto lo pagamos nosotros, hablamos como queramos. (Aplausos)

 

Y todas esas cámaras de televisión, eso vale miles de dólares, que nosotros invertimos en eso, mensual. ¡Muchacho! Están los miles de dólares ahí, así que, quien los manda a estar mirando. ¡Averiguados! Tienes que soportar lo que nosotros hablamos aquí, y considerarlo, y si eres sabio, recibirlo para que te salves.  (Aplausos)

 

Oye, yo estaba oyendo que en esta Semana Santa en Guate (Guatemala) cogen un ídolo de esos, católicos, y los hombres lo cargan así por toda la ciudad. ¿Cómo cuántos hombres van? ¿Cómo veinte? Ciento cincuenta. No, pero primero ponen como treinta, entonces les dan como 200 pies y cada uno paga cien dólares por tocarlo. Entonces, a los doscientos (200) pies dicen: -El otro turno.

 

Y entonces, esos otros tienen que pagar, yo no sé cuántos quetzales son, pero como $100.00 dólares, escuché, que son como ochocientos (800,00) quetzales, para cargar un muñeco. Y, entonces, después le toca al otro grupo, y al otro grupo, hasta que cogen tres millas. ¿Tú sabes cuantos billetes bajaron allí? Y, esos no son diezmos ni ofrendas, eso el cura le hace así (se lo echa a la bolsa), misa suelta.

 

Lo que nos preguntamos es el hechizo que le han hecho por dos mil años a las naciones. ¡Oye, hay que ser bien bruto. Uno tiene que estar en una condición de embrujo! Bueno, Pablo dijo: “¿Quién os hechizó?” Gál.3:1); porque eso es como un hechizo. Un hechizo religioso, que tú te sometes ahí veinte (20), treinta (30) años.

 

Y, tú dices: -¿Y qué yo he aprendido aquí?

-Nada.

-¿Y qué yo estoy haciendo aquí?

-Nada

-¿A quién le estoy rezando?

-A la misma virgen, a la misma que tiene ojos y no ve; tiene nariz y no tiene olfato; piernas y no camina, patas, o yo no sé qué.

 

Y tú en esa bobera, adormecido, en lo que llega Jesucristo Hombre y te alumbra. (Aplausos).

 

Entonces, la palabra consuela. Hoy, yo te estaba consolando con cierta información para que te relajes y sepas que tus niños están bendecidos, que tu familia está bendecida; sin bautismo y sin nada de eso. Que la iglesia está perfecta con una sola ofrenda, que todo está bien. Que tú tienes una cubierta de ángeles que tú tienes derecho, derecho de reclamar sanidad. Y, que esos ángeles que están pendientes de ti, se manifiestan a favor tuyo.

 

No lo hagas tú, deja que los ángeles traten. No te ocupes tú. Mira esa es la receta que yo llevo para poder mantenerme allí, tú sabes, porque si no, envejezco. Con un ministerio así tan grande es para estar envejecido.

 

¿Tú has visto un presidente? Que coge la presidencia y al año está canoso, se baña de canas.

 

Pues aquí, la diferencia es que José Luis aquí no está haciendo nada. La  gracia es un estilo de vida. ¿Tú sabes lo que es tú levantarte diferente, pensando diferente? Las tensiones que tú le quitas a la mente, que el de al lado, tú sabes que el de al lado está quejándose día y noche: -No que esto. Muchacho, que las cosas están malas. ¿Supiste lo que dijo el periódico? Mira, esto. Mira, que la luz, que el agua, que aquello, que ahora subió esto, que el café es venenoso, que aquello…

 

Entonces, toda esa serie de cosas van entrando allí, y entrando allí. -Mira, y no se sabe qué va a pasar ahora con los sellos, que van a aumentar; y en estas navidades y vienen doce (12) huracanes, -aunque no llegue ninguno-, vienen doce, los científicos dijeron-, y entonces está la gente agitada poniéndole los "shutters" (cubre ventanas) sobres a las casas.

 

-Ay, muchacho, y hay que ponerle seguro al gato y al perro y a las matas-.

 

Mira, si te conformas a esta sociedad, mira, no importa el dinero que te ganes, se te va en saco roto. Se te va el dinero, porque te dejas llevar por los demás.

 

Camina. Usa lo que Dios te dice que debes hacer y la vida se te va a hacer más fácil. Y te vas a mantener más tranquilo. Y las enfermedades te van a odiar. Con esta actitud, las enfermedades no se acercan. Tú no ves que lo que atrae la enfermedad es el “negativismo” de la carne endiablada que tú tienes. Eso trae eso.

 

Así que, iglesia, seguimos reinando. Seguimos reinando. (Aplausos).

 

Ponte en pie y dile al que está a tu lado: -Estoy reinando. Estoy reinando. REINANDO en VIDA. Reinando aquí, no por allá.

 


LAS CONSECUENCIAS DEL MIEDO - Parte A

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“LAS CONSECUENCIAS DEL MIEDO Parte A”

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

5 de mayo de 2013

 

 

 

Bueno, hoy tenemos un tema maravilloso: “Las Consecuencias del Miedo”.

 

Si tú tienes miedo, eso te va a afectar a ti en muchas formas en tu vida. El miedo trae timidez. El miedo trae sospecha. El miedo encierra tu personalidad y eres introvertido, no te atreves manifestarte, porque el miedo afecta todas las áreas de tu vida. El miedo te envejece. Y, otras cuantas cosas más que vamos a hablar aquí sobre el miedo.

 

Bien, vamos a buscar a Romanos 8:15. Dónde comienza el miedo.

 

Dice:

 

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor…”

 

Temor y miedo son sinónimos, verdad.

 

“…para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción…”

 

Ya no eres huérfano, te adoptaron.

 

Tú sabes que tu mente estaba huérfana y cuando llegaste a este ministerio, tu mente fue rescatada. Entonces, en tu mente, fuiste engendrado a un conocimiento, a un espíritu. Este mundo está lleno de actitudes. Actitudes significa espíritus; espíritu de odio, espíritu de celo, espíritu de envidia. Todos son espíritus. Entonces, hay espíritu de temor es un espíritu de miedo.

 

Entonces, aquí el apóstol dice:

 

“Ustedes no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,

sino que habéis recibido el espíritu de adopción

por el cual clamamos…”

 

¿Aleluya?

 

 “¡ABBA PADRE!”

 

Oye, una señora hoy me dijo: -Apostol, ¿y ‘aleluya’ es malo?

-Seguro, si ‘aleluya’ viene de temor.

 

Cuando tú oyes a alguien decir –aleluya-, tiene miedo. Regálele un perro.

 

Antes de la cruz es Aleluya; después de la cruz es Abba Padre. Nos explicamos de nuevo por causa de las visitas y las miles de personas que nos están viendo por el Internet, que son nuevecitos, que no entienden y hay que estar repitiendo.

 

Ahora, fíjate, ahí hay una clave, ¡HELLO!, palabra inefable. Mira lo que dice:

 

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez…”

 

¿Qué, que hubo una vez que estuvieron esclavos? O sea, fueron libertados, pero él dice: -¿Van a caer otra vez?

 

Entonces, ¿qué es lo que produce ese ‘otra vez’? La ley de Moisés. Los mandamientos de la ley de Dios. Porque eso te produce un temor de que tú no le estás cumpliendo a Dios. Entonces, te da miedo.

 

Si alguna vez tú has estado encerrado en tu casa y tú presientes que Dios te va a dar un latigazo, que Dios te va a castigar, que tú has estado caminando mal.

 

Dios no funciona así. Él no trabaja así.

 

Dios, cuando tú estás mal, mal, que tú piensas que estás mal es cuando más te cubre, porque a Él le da lástima, porque Él fue quien te hizo ese mal. Él fue el que te colocó a ti en un cuerpo sujeto a la ley del pecado. Entonces, más bien, Dios sufre cuando tú estás caminando mal. Pero a ti, la religión te dijo –muchacho, Dios te está velando, viene juicio contra ti, prepárate que tu casa va a ser visitada por el diablo-. Eso lo dicen los curas, los sacerdotes, los pastores. Todas las religiones tratan con ese espíritu de temor, están en el ‘otra vez’.

 

Pero, tú y yo ya fuimos libertados. Tú no tienes que tener temor. Aún cuando estás haciendo cosas que no son debidas, no debes estar en temor, más bien, el profeta dijo –venid y estemos a cuenta, vamos a dialogar aquí-.

 

Cuando un hijo tuyo está fallando –si tú lo amas- tú no le vas a caer a golpes. Tú lo llamas: –Ven acá, papito. Ven acá, vamos a hablar. Mira, vamos a comernos un hamberguito juntos. ¿Dónde tú quieres ir?

 

Y, entonces tú le dices: -¿Qué es lo que te pasa?

-No, Papi, es que me estoy buscando mucho problema.

-Chico, pero mira, aguántate, contrólate. Me tienes de tu parte.

 

Así es Papá.

 

Bueno, la Biblia dice: “Si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dadivas a sus hijos, cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a ustedes”. (Aplausos)

 

Eso es así.

 

En Roma es donde más Pablo habló de esto. Porque Roma, usted sabe que los tentáculos de Roma iban a llegar a nuestros países a través del catolicismo, del romanismo. Por lo tanto, Pablo advierte para que tú no vayas a vivir en temor. Porque el temor traer unas consecuencias increíbles en tu vida. Te pone sospechoso, tienes miedo, te trae inseguridad, te afecta emocionalmente, te da taquicardia, tú sabes, el miedo. No te deja funcionar bien, no te deja prosperar porque eso es un espíritu.

 

Por ejemplo, en esta semana, yo estuve hablando con una persona que es tan preciosa, que yo le hablé de esto, y yo le dije: -Mira, por ejemplo, hay personas que no pueden dormir con la luz apagada.

 

Pero, fíjate que honesto, me dijo: -Ese soy yo. ¡Hum!

Y, yo le dije: -Ahora, ¿por qué? ¿Por qué existe que tú tengas que dejar la luz prendida? Cuando ya tú has cerrado la puerta, está todo seguro.

 

Ahora, ahí no va a entrar nadie, pero tú tienes miedo. Ya tú sabes que ahí no hay nadie, porque  el miedo es si entra alguien, ahí sí que te puede dar miedo. Si estás en un lugar peligroso y la puerta está media floja, ahí puede entrar alguien. Pero, cuando hay miedo es porque tú piensas que hay espíritus volátiles que penetran a través de la orillita de la puerta.

 

Yo, yo vivía con miedo. Mira, en mi casa cuando yo era pequeño, yo oía como unas chancletas –psss, sss, sss-. Muchacho, y me daba un sudor que yo me tapaba de pies a cabeza así, sudando así, y yo decía –ahhhh-, un miedo tremendo. Entonces, poco a poco iba sacando la frisa así y miraba y parece que yo dejé algo guindando… Ahhhh, que susto, porque coge forma, es como las nubes, que las nubes, tú siempre ves un oso, un animal. Pero, de noche, a las 3 de la mañana, ahí es que se pone buena la cosa. Ahí es que el miedo aprieta.

 

Pero, si tú sabes que Satanás fue destruido y que los demonios fueron destruidos, que no hay espíritus volátiles velándote. Entonces, tú puedes decir: -No, yo estoy aquí encerrado, aquí no puede entrar nada. Si hay un ruido en la cocina fue que la cacerola o la olla se quedó mojada y a veces eso va resbalándose poco a poco y se cayó-. Y, tú –simplemente- vas la recoges y la pones en su sitio y dices: -Aquí no hay nada.

 

El miedo es tremendo.

 

Ahora, ¿tú sabes a quién le debe dar miedo? Al hijo de perdición. A los lobos.

 

Usted sabes que en esta tierra hay dos simientes. Eva tuvo dos hijos: tuvo a Caín y tuvo a Abel. Y, entonces, Caín inmediatamente –como era malo- mató a Abel. Que Dios tuvo que buscarle un sustituto por Abel, porque por ahí es que viene la descendencia de los predestinados y de los elegidos.

 

Pero también, Caín se quedó en pie, por eso es el término, ‘más malo que Caín’. Eso lo dicen en todos los países. En todos los países, Dios permitió que eso saliera para darte una idea. Entonces, qué sucede. Hay gente que viene de la simiente de Caín. Esos nunca van a creer. Es más, aunque vayan a la iglesia, no van a ser salvos, porque son de simiente animal.

 

-¿Apóstol, y cuando se mueren,  qué sucede? ¿Ellos se van al infierno?

 

Eso no existe, esa es otra mentira más que nos metió Roma. Cuando los que vienen de Caín mueren, ellos se mueres como los perros. Los perros no van al infierno. ¿Verdad que no? Pues, ellos tampoco. Los perros dejan de existir.

 

Entonces, cuando un hombre o una mujer que viene de la simiente de Caín muere, dice la palabra, “no hay más memoria de él”. Se murió, se pudrió y desapareció. Ahí no hay más nada.

 

Ahora, cuando muere uno de los que vienen de la línea de Abel, aunque se haya portado mal, aunque haya pasado lo que haya pasado, esos inmediatamente, como vienen del cielo, tienen que regresar al cielo. Su ciudadanía está en los cielos.

 

Entonces, vamos a verlo ahí mismo en Romanos, estábamos en el capítulo 8, vamos al capítulo 9 para darle veracidad a lo que estábamos hablando. Mira el verso 21, Romanos 9:21.

 

Y, cuando dice masa, está hablando del vientre de Eva. Cuando dice vaso, está hablando de hombres.

 

Mira lo que dice. Léelo con detenimiento, con una mente alumbrada, sin temor. Y, cuando vayas a leer, tú vas a decir: Yo recibo que entiendo.

 

Diga conmigo: YO RECIBO INTELIGENCIA Y ENTIENDO LO QUE LEO.

 

Tú no te vas a ir de aquí ahora. La mente no se te va a ir. Tú vas a estar leyendo conmigo; las visitas, los nuevos, los que llevan mucho tiempo. Todos, vamos a leerlo y vamos a creer lo que dice la palabra.

 

Dice:

 

“¿O no tiene potestad, Dios, el alfarero sobre el barro, la carne,

para hacer de la misma masa, vientre de Eva,

un vaso para honra, un hombre para honra y otro para deshonra?

 

¿Y qué, si Dios, el alfarero, Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia, los hombres, los vasos de ira preparados para perderse,  para destrucción…”

 

¿Qué es destrucción?

 

Cuando Cristo murió, qué le pasó al diablo, quedó destruido. Pues cuando un vaso que viene de Caín muere, queda destruido, no hay más recuerdo de él.

 

Pero, mira lo que dice ahí:

 

“Y para hacer notorias…”

 

Diga: NOTORIAS. Para que se noten.

 “Y para hacer notorias las riquezas de su gloria,

las mostró para con los vasos de qué, de misericordia

que él preparó de antemano para gloria,

 

a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no solo de los judíos,

sino también de los gentiles?”

 

En otras palabras, judíos y gentiles que son vasos de misericordia. Esos vasos de misericordia no pueden andar en temor.

 

Ahora, los vasos de ira, los vasos de ira pueden andar como les dé la gana porque ellos se vistan como se vistan no van.

 

Los vasos de ira, atiéndeme bien, los vasos de ira andan siempre con miedo, y el que tiene miedo es hipócrita. Te lo voy a mostrar pronto. El miedo produce hipocresía, produce falsedad, produce una imagen que no es. Estas personas aquí no caben. En las iglesias están llenitas de ellos, pero aquí no caben porque como yo explico esto, ellos dicen –yo soy uno-, y por aquí hay camino. Aquí no caben. Los lobos aquí no caben porque no les gusta.

 

Ahora, allá sí les gusta porque allá prohíben –no fumes, no bebas, no vayas a la playa, pórtese bien, Dios lo está velando, el diablo te va a… Entonces, bajo temor, funcionan. Pero, ellos –mira- se pueden hacer miembro de la iglesia más linda de Miami, se pueden vestir de blanco y Papá Dios dice: -No te vistas que no vas.

 

¿Quieres que te lo pruebe bíblicamente?

 

Romanos 9:11. Vamos ver esto.

 

Yo recibo que tú eres entendido. Te estoy dando una clase gratis, esta clase vale como 2,000 dólares por minuto. Esto nunca se ha dicho en la historia.

 

Mira lo que dice el 9:11. 9:11, cuidado. Jajjaja. Esto es consuelo para los del 9/11. Míralo. Que allí –mira- en el 9/11 se fueron de los dos, lobos y ovejas.

 

Mira lo que dice:

 

“(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la predestinación, a la elección permaneciese,

no por las obras sino por el que llama).”

 

Es que cuando Dios llama, mira, aunque te portes como te portes, si tú eres un vaso de salvación vas para el cielo. Puede llegar cojo, manco, tuerto, sin un centavo en los bolsillos, quemado, en un choque de accidente –por estar bebiendo mucho aguardiente y no viste bien y tuviste un choque-, o los pulmones, por estar fumando cigarro.

 

Perdóname, el religioso oye esto y dice: -Mira, ahí ofrecen licencia para pecar-, porque no ve que él anda en medio. Y el que anda en espíritu de miedo no entiende la verdad, se tranca. Tú sabes, él es un cuadrado así que todo es –cuidado- y ve al diablo y ve condenación, porque es que no está libre.

 

El que está libre como yo –mira- se relaja. Si el infierno existiera coge hasta unas vacaciones allí, porque está libre. Se relaja.

 

Si existiera, porque eso es una estupidez, creer en el infierno. Tú tienes que tener demasiado miedo para creer en el infierno. Porque fíjate, dice que en el infierno hay fuego y gusanos. Cuando Jesús hablaba del infierno, que Pablo nunca habló del infierno, Pablo habla de destrucción cuando tú te mueres. Pero, Pablo nunca mencionó la palabra ‘infierno’, la mencionó Jesús de Nazaret por causa que la ciencia no había aumentado, y entonces, en el crematorio de la ciudad tiraban los cuerpos muertos allí. Y, entonces, él decía: -Mira, tienes que tener cuidado que no vayan a echar tu cuerpo en el infierno, en el crematorio, que allí hay fuego y gusanos-. Seguro, allí tiraban chuletas, tiraban animales y llegaban los gusanos.

 

Pero, ¿cómo van a haber gusanos en el cielo? ¿En el área espíritu?

 

Tú tienes que vivir bien en temor. Tú tienes que estar bien –mira- tú eres una víctima malita. Tú necesitas mucha ayuda. Una lavada de cerebro tremenda, que necesitas, si tú crees en esa tontería, en esa zanganería. Eso es una estupidez.

 

¿Ah, y qué hace un infierno si al diablo lo destruyeron? Un infierno vacío. Dicen: -Pues, al jefe me lo mataron.

 

Imagínate, es como una alcaldía sin alcalde.

-Allí está la alcaldía.

-¿Y, dónde está el alcalde?

-No, si se murió.

 

O sea, cuando a ti se te va el espíritu de temor, quedas libre, libre totalmente. Y puede estar oscuro así, y tú buscas –que no me vaya a dar un tropezón con algo-, pero pensar que te van a agarrar por detrás, no. Muchacho, cuando está oscuro, tú sientes como un agua fría en la espalda. El que tiene miedo y creen en espíritus y cosas de esas, le da un miedo terrible.

 

Ahora, si tú eres uno de esos escogidos, tú no tienes que tener temor por nada. El miedo es una cosa terrible, te hace mucho daño.

 

Vamos a ver Primera carta a los Corintios capítulo 2, verso 12. Pásate al próximo libro, después de Romanos.

 

Dice:

 

“Y nosotros…,”

 

Hablando de los que vienen de Abel, de los elegidos, de los escogidos, los vasos preparados para honra.

 

Dice:

 

“Y nosotros… no hemos recibido el espíritu del mundo…”

 

¿Cuál es el espíritu del mundo? El espíritu de miedo que poseen los vasos de ira. Tú no eres un vaso de ira. ¿Habrá un vaso de ira aquí? Y, si lo hay, no hay como saberlo, porque tú no llevas aquí un trademark, una marquita que diga –soy vaso de ira, no soy elegido-. Tú tienes que tratar a todo el mundo como vaso de misericordia, aún portándose mal, aún portándose mal.

 

Hay cosas que a mí me duele decir, pero mira, hay gente en la historia que se han portado mal y puede ser un vaso de misericordia, gobernadores que han matado gente. Pero es que por causa de la falta de información del evangelio viven en temor y matan. Mira, habían elegidos que mataban a los cristianos, pensando que le hacían un favor a Dios, porque no conocían, andaban en temor.

 

Hay gente que abusa de los demás por vivir en temor. Hay hombres que golpean a las esposas, son miedosos, tienen miedo. Porque una persona segura no le da a una mujer.

 

O, coger un niño y darle de patadas. Miedo. El miedo les hace ser así.

 

El miedo es terrible. Tú tienes que salir de eso para que te portes bien, porque el miedo afecta.

 

El espíritu del mundo es un espíritu de temor y de miedo. Por eso creen tanto en el diablo y creen en el infierno.

 

¿Y, tú sabes las cosas que producen miedo? Yo escribí unas pocas aquí:

1.    El diablo, el pecado, el infierno

2.    –Si no estoy bautizado o no he hecho la primera comunión y me muero.

 

Algunos dicen: -Mira, ese niño va a terminar en el limbo si no lo bautizas.

 

¿Qué es eso del limbo?

-El limbo

-Pero, si eso no existe, eso de limbo.

 

3.    –Si Cristo viene, ¿estaré preparado?

 

Pero, ¿cómo no vas a estar preparado? Si tú vienes preparado desde que estás en el vientre de tu mamá. No hay nada que tú puedas hacer para prepararte para la venida de Dios a la tierra. Eso ya viene integrado. Eso es un ‘chip’ que tú tienes ahí inyectado, mira aquí (señala la mente), que los ángeles lo ven.

 

Hay gente que le da miedo esas cosas.

 

Hay gente que le da miedo la muerte o las enfermedades. Viven con un clase de miedo que se vayan a enfermar y le tienen terror a la muerte.

 

¿Tú sabes los mejores que la pasan? Los locos. Esa gente no les preocupa nada, esa gente están tranquilo. Por eso usted ve que los locos siempre están vivos, no se mueren. Mira, a ellos, a los locos no les da nada. (Aplausos)

 

Esa gente no se muere. Por eso es que la locura de la predicación es para volverte loco, para que no tengas miedo. (Aplausos)

 

Continuará….

 

LAS CONSECUENCIAS DEL MIEDO - Parte B

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“LAS CONSECUENCIAS DEL MIEDO Parte B”

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

9 de mayo de 2013

 

 

 

Continuación…. “Las Consecuencias del Miedo Parte A”.

 

 

Vamos a ver Primera carta a los Corintios capítulo 2, verso 12. Pásate al próximo libro, después de Romanos.

 

Dice:

 

“Y nosotros…,”

 

Hablando de los que vienen de Abel, de los elegidos, de los escogidos, los vasos preparados para honra.

 

Dice:

 

“Y nosotros… no hemos recibido el espíritu del mundo…”

 

¿Cuál es el espíritu del mundo? El espíritu de miedo que poseen los vasos de ira.

 

Tú no eres un vaso de ira. ¿Habrá un vaso de ira aquí? Y, si lo hay, no hay como saberlo, porque tú no llevas aquí un trademark, una marquita que diga –soy vaso de ira, no soy elegido-. Tú tienes que tratar a todo el mundo como vaso de misericordia, aún portándose mal, aún portándose mal.

 

Hay cosas que a mí me duele decir, pero mira, hay gente en la historia que se han portado mal y puede ser un vaso de misericordia, gobernadores que han matado gente. Pero es que por causa de la falta de información del evangelio viven en temor y matan. Mira, habían elegidos que mataban a los cristianos, pensando que le hacían un favor a Dios, porque no conocían, andaban en temor.

 

Hay gente que abusa de los demás por vivir en temor. Hay hombres que golpean a las esposas, son miedosos, tienen miedo. Porque una persona segura, no le da a una mujer.

 

O, coger un niño y darle de patadas. Miedo. El miedo les hace ser así.

 

El miedo es terrible. Tú tienes que salir de eso para que te portes bien, porque el miedo afecta.

 

El espíritu del mundo es un espíritu de temor y de miedo. Por eso creen tanto en el diablo y creen en el infierno.

 

¿Y, tú sabes las cosas que producen miedo? Yo escribí unas pocas aquí:

1.    El diablo, el pecado, el infierno

2.    –Si no estoy bautizado o no he hecho la primera comunión y me muero.

 

Algunos dicen: -Mira, ese niño va a terminar en el limbo, si no lo bautizas.

 

¿Qué es eso del limbo?

-El limbo

-Pero, si eso no existe, eso de limbo.

 

3.    –Si Cristo viene, ¿estaré preparado?

 

Pero, ¿cómo no vas a estar preparado? Si tú vienes preparado desde que estás en el vientre de tu mamá. No hay nada que tú puedas hacer para prepararte para la venida de Dios a la tierra. Eso ya viene integrado. Eso es un ‘chip’ que tú tienes ahí inyectado, mira aquí (señala la mente), que los ángeles lo ven.

 

Hay gente que le da miedo esas cosas.

 

Hay gente que le da miedo la muerte o las enfermedades. Viven con un clase de miedo que se vayan a enfermar y le tienen terror a la muerte.

 

¿Tú sabes los mejores que la pasan? Los locos. Esa gente no les preocupa nada, esa gente están tranquilo. Por eso usted ve que los locos siempre están vivos, no se mueren. Mira, a ellos, a los locos no les da nada. (Aplausos)

 

Esa gente no se muere. Por eso es que la locura de la predicación es para volverte loco, para que no tengas miedo. (Aplausos)

 

En el mismo medio de la Biblia, si tú le metes del dedito así, en el medio salen los Salmos. Antes de los Salmos está Job, J-O-B.

 

Vamos a buscar a Job capítulo 3, verso 25 y 26. ¿Cuántos lo tienen?  Dice:

 

“Porque el temor que  me espantaba me ha venido…”

 

¿El temor qué?

-Que me espantaba.

 

¿Qué sucede?

-Me ha venido.

 

“…y me ha acontecido, qué, lo que yo temía.

 

No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación.”

 

Mira, el miedo y el temor es como un imán que anda buscando problema. Una persona que siempre está asustada y –me están velando y ten cuidado, cuidado con la comida, cuidado con  lo que comes, mira, mira, cuidado-, entonces cuando tú tienes temor eso atrae. Mira, mira lo que dice…

 

“Porque el temor que  me espantaba me ha venido…”

 

Tú no ves que el temor, -diga: es un espíritu-, “espíritu de temor”. Entonces, como es un espíritu, fíjate si tú tienes espíritu positivo, qué tú atraes, buenas amistades, prosperidad, disfrutas el día, andas en paz.

 

Pero, si tienes un espíritu negativo y te unes en el tren ese de la gente de aquí de Miami –muchacho, esto está malo-, y todo el mundo prosperando al lado de él y él es el único que está –muchacho, esto está malo-. Porque con esa confesión es que los pueblos se destruyen.

 

Entonces, el miedo atrae problemas, atrae malas amistades, se te pega cuanta chusma hay. Te buscan: -Mira, que tipo buena gente éste-, y se te acerca enseguida. Se te mete gente mala.

 

El que está en miedo, no le gusta el que está positivo. Dice: -No, ese tipo no me gusta porque siempre está sonriendo, siempre está tranquilo, siempre está positivo. Yo necesito alguien que se queje al lado mío para… (hace gesto con las manos como diciendo, para conectar)

 

Ahora, lo peor del miedo es –oye esto, esto sí que a mí me dolió muchísimo-, lo peor del miedo es que te puede, siendo tú una persona buena, te puede hacer un hipócrita y ofender y engañar y lastimar. Y después, tú dices –yo no quería vivir así, yo no quise mentir, yo no quise robar, yo no quise maquinar.

 

Vamos a Gálatas capítulo 2, para que tú veas un sujeto que andaba con miedo. Ese personaje yo no lo quiero al lado mío, porque ese hombre era malo como él sólo. Fue el primer Papa de la Iglesia Católica, imagínate. El primer Papa, y hay evidencia de que era malo.

 

Pablo identifica que Pedro era un miedoso. Y mira lo que dice Gálatas capítulo 2, verso 11.

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.

 

Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles;

pero después que vinieron, se retraía y se apartaba,

porque tenía miedo…”

 

 

¿Tenía qué?

-Miedo.

 

“…de los de la circuncisión.

 

Y en su simulación… uhhh, simulaba,

en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipo…, la hipocresía...”

 

Pedro era un miedoso, y era hipócrita.

 

Y, entonces, la persona que anda en miedo –fíjate, puede ser una persona buena-, pero el miedo le hace traicionarte. Y, en un momento de miedo, tú le confías X cantidad de dinero, le confías un negocio y en el miedo dice –ahorita me va a botar de aquí, déjame comenzar a robarle-, y empieza a robarte de tu negocio porque él tiene miedo de que tú lo vas a botar. Porque anda con miedo, entonces no te es fiel. Entonces te destruye el negocio a ti, se destruye el trabajo para él y se destruye todo. Porque una persona con miedo es un problema en un trabajo.

 

En una casa, una persona con miedo es capaz de traicionar a un hermano.

 

Mira, Pedro, tenía miedo a la misma organización de él. Él era el jefe de la circuncisión, pero como tenía miedo, pues entonces, decía -tengo miedo, así que tengo que engañar, tengo que hacer algo aquí, tengo que seguir con lo mío-.

 

Por eso es que hay personas que a veces tú confías en ellos -y tú le has dado casas, le has dado yo no sé qué, le firmaste un crédito ó le hiciste el favor que tú no le hacías ni a un familiar tuyo- y de momento, se convirtió en tu peor enemigo y te traicionó. Y tú dices: -Yo no me explico, tan bien que yo me he portado con esta persona y tan mal que habla de mí, si yo no le he hecho nada-.

 

Y cuando tú vienes a ver, en verdad, no te ha hecho nada, pero como te trae inseguridad, de momento tú –en temor- empiezas a formar una iniquidad.

 

¿Tú sabes lo que es iniquidad? Iniquidad es pensar mal. Pecado –en el pasado- era pensar mal y cometerlo.

 

Por eso tú ves que en un juicio, a veces una persona mata y le dan dos años de probatoria, porque dicen –vamos a darle una oportunidad. Y, el otro mató también y le dan 100 años de cárcel, porque éste lo hizo con iniquidad. El otro lo hizo en defensa propia, en descuido, no lo planificó, no hubo maldad. En el miedo que tenía, mató.

 

Entonces, recuerda que tu mente está llena de espíritus, de actitudes.

 

¿Y, tú sabes para qué el Señor te trae a estos consejos y a esta gracia? Para que te vayas conociendo. Para que te vayas investigando –oye, en verdad que en los últimos años yo he estado, oye, yo he estado fallando, yo estoy mal, qué me pasa-. Y tú tienes que arreglar ciertas cosas, porque es que no hay necesidad de que tú estés pasando por eso.

 

¿Tú sabes cómo Dios le llama a una congregación así? El horno. Un horno donde Él te mete y saca medida; oro, plata, piedras preciosas. Hay gente que no soportan. Hay gente que dicen –no, yo no voy más ahí-. Muchacho y no vienen más, porque no soportan un alumbramiento más, porque se ven desnudos.

 

Dicen: -No, ese pastor está hablando de mí. El apóstol ese, le hablaron de mí, porque él está diciendo todo lo que yo estoy pasando.

 

Pero, si es que la Palabra está para tratar con el ser humano, tú crees que uno lo está diciendo por ti. Yo no permito que nadie me hable de nadie.

 

Muchacho, yo he hablado que hay gente que me dicen: -Mire, yo le voy a decir una cosa, apóstol. Aquí hay un montón de bochinchosos.

-Pero, qué te pasa.

-Lo que usted dijo, lo dijo por mí.

 

Y, yo les he dicho: -Lo dije por mí, lo dije por el otro, por aquel. Qué sé yo lo que tú estás pasando.

 

Pero, es que el ser humano es el mismo. Todos nosotros, los escogidos, todos somos iguales. Todos pasamos por la misma cosa. Todos nos montamos en el mismo bote. Unos llegan al otro lado y otros se hunden en el medio, otros llegan secos y otros mojados, tú sabes.

 

Oye, ojalá tú renuncies al miedo.

 

Tú sabes que en esta noche, tú puedes decir: -Mira, en verdad, yo vivo bajo miedo. Yo vivo en miedo de que pierda el trabajo. Tengo miedo de que me muera. Tengo miedo de que se me vaya a pegar una enfermedad. Tengo miedo de que no saque los papeles. Tengo miedo de que esto…. Tengo miedo… Tengo miedo de que mi matrimonio se rompa. Tengo miedo.

 

Y, ese miedo atrae, atrae exactamente eso. Eso que tú tienes miedo lo atrae. Porque el miedo no es un buen espíritu. Ese es el espíritu del mundo, el espíritu de Caín y tú te llamas Abel.

 

Así es que yo vivo la vida cristiana, yo me investigo y me pregunto –oye, por qué yo estoy reaccionando así-. Y, cuando una persona me ayuda: –¿Apóstol, qué pasó aquí?

-Ay, Padre. ¿De verdad que yo estaba diciendo eso?

-Sí, el ‘body language’, el lenguaje del cuerpo dice que usted estaba atribulado.

 

Y, yo le dije: -¿De verdad? Pues, yo no estaba atribulado.

-Sí, pero el cuerpo reflejaba.

 

Oye, porque es que a veces uno tiene una de cargas encima que las refleja y todo el mundo se da cuenta menos tú. Ahora, cuando estás bien también todo el mundo se da cuenta –oye, qué  te pasa, chico, qué contento tú estás-.

 

Y, tú dices: -Ah, es que estoy pasando, chico, por unos momentos tremendos en mi vida.

 

El que crece no, el que crece le puede pasar lo que le pase y sigue del mismo sentir.

-¿Cómo estás?

-Reinando.

-Eh, pero me dijeron que el carro te lo chocaron ayer.

-Departamento de choque, estoy reinando. (Aplausos)

 

-Me dijeron que fuiste al hospital.

-Departamento pasajero. (Aplausos)

 

Es como la prosperidad. ¿Tú sabes cómo yo comencé la prosperidad? Cuando veía una casa bonita, yo la recortaba del periódico y la pegaba en la nevera –y como a la nevera uno siempre va-, decía: -Recibo esa casa.

Un carrito que me gustaba, igual.

 

Porque la prosperidad va en A, B, C. El carro que te gusta, lo pones así. Entonces, de vez en cuando iba a buscar agua a la nevera, decía –recibo… mío- (gesto de tomarse el vaso de agua).

 

Sí, mira, yo todo lo que he confesado, me ha llegado. Todo lo que yo he dicho me ha llegado. (Aplausos)

 

Pero, ahora, no tengo que ponerlo en nevera, porque ya me he graduado. Tú sabes, tengo unos ‘up grades’, entonces ahora, ya sin meterlo en la nevera, lo meto aquí (en la mente) y lo llevo y no me olvido, hello, –el mundo es mío, recibo, lo recibo-.

 

Entonces, cuando los ángeles te ven en el paso B, te dan mejor audiencia, dicen -está seguro, el hombre lo que habla, lo tiene seteado, lo tiene ahí acomodadito. Pero, tú tienes que comenzar en alguna parte.

 

¿Qué es lo que tú quieres, bendecido?

 

Me imagino que una mujer que está sola dice: -Yo quiero un hombre asssí.

O, un hombre que está solo, -la quiero así-, pues, tienes que confesarlo. Búscate a alguien en un magazín y ponla en la nevera, parecida a esto. (Aplausos)

 

Bueno, dice “que los de la fe llaman las cosas que no son como si fuesen”. Pero, ¿si no las llamas?

 

Mira, si tú me llamas a mí, y yo voy caminando lejos: -¡José Luis!

Y, yo te escucho, te respondo: -¡Hey!

-¡Ven acá!

Yo voy.

 

Pero, en este caso, no está hablando de José Luis, estamos hablando de lo que tú necesitas. Pues, tienes que llamarlo para que llegue. Tienes que llamarlo –ah, y sé específico-. ¿Qué es lo que tú quieres?

 

Tú sabes –cógelo suave-, si tú has pedido un BMW y te llega un Toyota buena gente, pues tú dices –bueno, déjame ser fiel en lo poco en lo que llega….-,¡Hello! pero llegó. (Aplausos)

 

Mira, Jesús era específico. Él fue a un cementerio y había un montón de muertos, si él llega a decir: -Levántate-, y no especifica nombre, se levantan todos los muertos. Pero, él fue especifico, -¡Lázaro. A ti te digo, levántate!-, entonces ya los demás se quedaron durmiendo–, espérate que llamó. ¡HELLO! (Aplausos)

 

¿Cuántos quieren mucho dinero? ¿Cuántos quieren tener mucho dinero?

 

¿Para qué? ¿Cuánto vas a poner para el evangelio? ¿Cuánto vas a poner para que la palabra corra? (Aplausos)

 

Sí, porque si Dios te da, tú dices: -No, Señor. Yo quiero para ti primero. Las primicias para el Señor.

 

Una vez la LOTO estaba como en 90 millones y una de las hijas mías, me dijo: -Papi, recibo que yo recibo eso.

 

Y, yo le dije: -Vamos a hacer un trato.

Y me dijo: -¿Qué?

Le dije: -Mira, si tú te sacas 90 millones, tú me das 80 a mí y te quedas con 10.

Y, me dijo: -Ay, qué listo.

Y, yo le dije: -O.k. ¿Pero, y 10 no son muchos? Diez millones son muchos-, pero, yo le puse un bloqueíto ahí, tú sabes, -la quiero confesando-.

 

-¿Pero, lo recibes?

-No, no, no, yo te doy una buena parte. Pero, -contra- ¿ochenta y yo diez?

 

Y, yo le dije: -Ok. ¿Y, cuando te levantes mañana, si no te los ganas, tú no crees que 10 hubieran sido mucho?

-Ah…-, ejercicio, ¿viste?

 

Le dije: -Dame 80 a mí, y tú, quédate con 10 millones.

 

Al otro día no se ganó nada y le pregunté: -¿Cuánto tienes?

Diez millones hubieran sido buenos. ¿Tú no crees?

 

Pues, cuando la LOTO sube así, tú vienes y te buscas cinco pesitos, y tú dices –ok, aquí hay 50 millones, prometo que le doy al apóstol 45 millones-, pero, recuerda, que 5 son buenos.

 

Oye, si tú haces eso, los ángeles son capaces de dártelos. Y, al otro día te arrepientes –no, no, no, no, no, ahora no-. ¡Jejejeje!

 

-Apóstol, ¿y usted está promoviendo la LOTO?

 

 

Yo no promuevo nada, para mí todo me es lícito. No todo conviene. Digo un pesito que tires, depende de lo que te ganes, lo ves. Pero, si vas a echarlo todo ahí y después no tienes para comer, no tienes para pagar, entonces… Es que todo en extremo está mal. Todo en extremo está mal.

 

Así que, bendecido, yo recibo que tú eres inteligente y pones en práctica estos consejos y no te olvides de la nevera, en lo que vas creciendo y no tienes que escribirlo en la nevera, lo escribes aquí (en la mente).

 

Así que, dile al que está a tu lado: TE DECLARO EN ESPÍRITU DE PODER.

 

Diga: ECHAMOS FUERA EL ESPÍRITU DE MIEDO. DUERMO CON LA LUZ APAGADA.

 

Bendecido con toda bendición. (Aplausos) 

 

LA FE QUE DA FIRMEZA

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“LA FE QUE DA FIRMEZA”

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

12 de mayo de 2013

 

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Gálatas 3:23 dice “antes que viniese la fe”, no había llegado. Habían pasado miles de años; Moisés, David, los profetas -que ellos por fe conquistaron reinos, por fe hicieron maravillas-, por fe, Moisés tocó el agua y abrió el Mar Rojo. Pero luego, el apóstol Pablo -sólo el apóstol Pablo-, los once apóstoles no entendían esto, sólo el apóstol Pablo cuando es arrebatado al paraíso, y oye palabras inefables, él especifica en su carta a los hermanos gálatas, dice “antes que viniese la fe”.

 

Y entonces, nos preguntamos; pero si se viene hablando que por fe David, que por fe Sansón, que por fe…

 

Pero, esa era una fe práctica -como hemos ya dicho-, la fe de hacer milagros, pero esa fe era la fe práctica, la fe de hacer milagros, la fe que tuvo Pedro para caminar por encima del agua.

 

Y entonces, aparece Pablo ahora diciendo: “Antes que viniese la fe”. La fe no había llegado. Porque Pablo estaba estableciendo una fe definida, una fe doctrinal, la fe del evangelio, la fe que habla de tu espíritu, la fe que sirve para que tú le sirvas a Dios con la mente.

 

Romanos 7:25, dice que ahora, después de la cruz, porque toda la ciencia de esto está antes de la cruz y después de la cruz. Y entonces, después de la cruz, Pablo dice: -Ahora no es con el cuerpo, ahora es con la mente.

 

Fíjate que antes era el cuerpo, postura religiosa, ceremonias, abstinencias, lavamientos, aceites, unciones. Pero entonces, luego, cuando Cristo resucita, ahora el cuerpo no juega ningún papel. Por eso Pablo dice: -Mira, carne ni sangre hereda el reino de los cielos.

 

Por lo tanto, el cuerpo ahora juega otro papel, y entonces, como ahora le íbamos a servir a Dios en espíritu, con la mente. Para la mente, entonces vino una fe establecida en un conocimiento: La fe doctrinal.

 

Y por eso, si usted quiere comparar la diferencia, yo le voy a mostrar rapidito. Mira lo que le pasó a Pedro, libro de los Hechos. Lea conmigo en Hechos capítulo 5, verso 12.

 

“Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.”

 

¿Qué hacían por la mano de los apóstoles? Prodigios y señales.

 

Ahora, esos mismos apóstoles que hacen prodigios y señales, ellos no tienen la fe doctrina. Ellos lo que tienen es la fe de hacer milagros y maravillas entre el pueblo. E imponían las manos, porque ellos vieron a Jesús de Nazaret imponiendo manos. Yo me imagino que Pedro iba y ponía las manos. Por eso usted ve muchos evangelistas hoy por televisión que les encanta poner las manos.

 

Hasta que aparece Pablo y dice: -Poner las manos es un rudimento. Ahora no es imponiendo las manos, ahora es educando y tú mismo te sanas.

 

Por eso aquí, usted nunca me va a ver que usted pase al frente para yo ponerle las manos.

 

Ahora, usted va a una iglesia evangélica, miles de iglesias por ahí, y usted va los domingos y el pastor dice: -Pasen al frente que vamos a orar por usted-, e inmediatamente aparecen los diáconos y un grupo de personas y empiezan (hace el gesto de imponer manos), buscando que usted sienta algo.

 

Pero, es que esto ya no es por sentir, esto es ahora por conocimiento.

 

Es como le dijo una señora hoy a un amigo mío. –Mira, ¿en la iglesia de ustedes no oran? ¿En la iglesia de ustedes no visitan a los enfermos en el hospital?

 

Y entonces, el amigo que estoy hablando le dijo: -Bueno, es que mira, es que el Apóstol nos educa a nosotros en una forma que cuando a nosotros nos viene una enfermedad, nosotros mismos activamos el pacto y nos sanamos nosotros mismo.

 

Entonces, yo le dije al amigo mío, que hubo una vez una hermana aquí que tuvo unas quemaduras de tercer grado en el cuerpo y entonces, yo lo vine a saber, yo estaba de viaje, imagínate, lo vine a saber como a los 10 días después de la quemadura. Y entonces, en esos 10 días a la iglesia que ella iba antes, un día el pastor estaba por allí por el hospital haciendo visitas y la vio.

 

Y le dijo: -Hey, cómo está. Qué tal.

Y entonces, ella usó el pacto: -Aquí, pasando una leve tribulación momentánea. Y entonces, dice: -¿Y, José Luis?-, porque él me llama a mí José Luis, por no llamarme Apóstol. -¿Y, José Luis te vino a ver?

 

Ella se quedó callada. -¿Por qué me pregunta eso?

–Porque él no te va a venir a ver, a él no le importa. A él no le importas tú.

 

Y entonces, ella le dice: -Pues fíjese, usted ha venido a verme, pero usted no me da nada. Usted lo que me coje es lástima, ora. Sin embargo, José Luis está aquí conmigo aquí todos los días, porque él me ha dado una educación donde yo… (Aplausos)

 

Y le dijo: -¿Usted ve todos estos enfermos aquí quemados?-, es un departamento del hospital donde llevan a las personas que se queman. Y ella dice: -Mire, todos están quejándose, y maldiciendo. Yo estoy aquí tranquila, llevando cautivo todo, no he pasado dolor, ya esto pronto se va y me dan de alta mañana-.

 

Esa es la diferencia de tú ir a una iglesia donde se te educa tu posición, y no que breguen sólo con tus emociones. Porque entonces, vas a estar dependiendo del hombre siempre. Pero, si tú eres educado, y tú sabes que lo que tú tienes es lo mismo que yo tengo.

 

Dios no da su espíritu por medidas. Así que, ¿cuál es la idea que yo ore por ti? Ora tú. Si tú tienes un plato de comida y yo tengo otro, ¿por qué tú quieres comerme la mía? Cómete la tuya y déjame la mía.

 

Pues, si tú tienes el mismo espíritu que yo tengo. ¿No es lo mismo? Dios no hace acepción de personas, él no da su espíritu por medida. Así que lo que tú tienes yo tengo, pues no me pidas oración a mí. Yo no voy a orar por ti, ora tú por ti. ¿Tú no crees? Eso es más práctico.

 

Por eso, tú ves esos enclenques cristianos en la radio, aquí en Miami: -Pastor, ore por mí. Pastor, ore por mí-, y entonces, pasa el programa de media hora, entonces vuelven y llaman, porque ellos creen que por las cantidades es que Dios va a operar. Y llaman: -Mire, que yo llamé al programa anterior y estoy llamando para que usted me ponga en “la lista” que usted pone allá-. Sí, en una tómbola que ellos tienen, que ponen.

 

Y yo estoy seguro que el pastor no ora nada por eso, él las pone ahí y se va para la casa. Esos son jueguitos religiosos. 

 

Entonces, aquí dice que por la mano de los apóstoles se hacía qué.

 

Ahora, esos apóstoles por no tener la fe doctrinal, tenían la fe para hacer milagros, sin embargo, mire Gálatas 2 como habla de los apóstoles, especialmente del jefe de ellos, Pedro.

 

Mira lo que dice Gálatas 2. Estamos hablando aquí con evidencia, y estamos hablando años después que Pedro ya ha hecho miles de milagros, que Pedro tiene fama por todo Jerusalén, que es conocido, que era un espectáculo para aquel mundo, para aquel tipo de gente. Pedro ya era un bien conocido. Sin embargo, cuando Pedro lo cogen, mira cómo dice el Gálatas 2, verso 11.

 

Cuando Pablo coge a Pedro en Galacia, qué le dice. ¿Estamos todos con Biblia? No llegue aquí sin la espada, que esto es un campo de batalla aquí.

 

Dice:

 

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara,

porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía, diga: MIEDO…”

 

No, medio; miedo. Pedro tenía qué, miedo

 

¿Y de qué le valió aquel montón de milagros que hizo allí? -¡Huh!¡Huh! Parece estos evangelistas hoy en día, que tú los ves en la televisión. -¡Wow! Qué mucho poder. Mira, y luego 15, 16 años más tarde -que está supuesto a ser un hombre maduro-, mira, miedo, con hipocresía.

 

Pablo dijo: -Mira Pedro, tú, tú eres un niño en la fe. Tú estás de condenar. No te quiero condenar todavía, pero mira, tú actúas como uno que no es creyente-.

 

Tú que querías ser como Pedro. Tú que hablabas tanto: -Oh, cuando Pedro caminó por encima del agua-.

 

¡So, what! (¡Y qué!) Caminó por encima del agua y se hundió.

 

Pedro fue un hipócrita. ¿Por qué?

 

 

-Oh, porque él hacía milagros. Hermano, no hable así de Pedro. Pedro hacía milagros.

Sí, tenía el primer aspecto de la fe, tenía la fe práctica, pero esa no es la idea. La idea es que tú tengas la fe que se basa en tu posición, en el evangelio.

 

¿Tú sabes dónde está esa fe? En Romanos 5, vamos a verla. Romanos 5:1.

 

“Justificados, pues, por qué, por la fe…”

 

¿Y tú te crees que esta fe que justifica, es la fe que usaba Pedro para sanar enfermos?

 

Diga: LA FE TIENE DOS MANIFESTACIONES; UNA PARA MILAGROS Y OTRA QUE ME JUSTIFICA.

 

Dice:

 

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz, mira, para… ¡HELLO!, para con Dios.

 

Por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

 

Y hay un también. Mira lo que hace la fe doctrinal.

 

“Por quien también tenemos entrada por la fe

a esta gracia en la cual estamos firmes.”

 

¿Tú sabes por qué Pedro ni los apóstoles pudieron conocer la gracia de Dios?

 

Porque ellos no tenían la fe doctrinal, porque la fe doctrinal quién la enseñaba era, exclusivamente, el Apóstol Pablo, y ellos no se llevaban con Pablo.

 

Por lo tanto, cuando Pablo hablaba y exponía todo el conocimiento, allá estaba Pedro atribulado con Juan, con unos celos. Estoy hablando Biblia. Todo lo que yo digo lo pruebo. O sea, ellos le hicieron la vida imposible a Pablo. Por lo tanto, no le creyeron a Pablo, al no creerle a Pablo, pues ellos no podían estar firmes.

 

Dice: “Por quien también tenemos…” No sólo que ya tú estás justificado con Dios, que está la paz hecha, sino que también tienes entrada a otro aspecto de la fe que es firmeza. Donde vienen tormentas a tu vida, bueno, mira, más adelante, mira los tipos de tormentas que pueden venir.

 

El verso 3, qué dice:

 

“Y no sólo esto…”

 

O sea, no sólo que estamos firmes. Oye esto.

 

“…sino que también nos gloriamos en las tribulaciones…”

 

¡HELLO!

 

–Oye hermano, ¿qué es lo que hay?

–Estoy atribulado, muchacho, pero me estoy gloriando. Estoy tranquilo.

–¿Cómo? ¿Pero no dices que estás atribulado?

–Sí, pero es que a mí, como yo soy un justificado y sé usar la fe doctrinal, a mí la tribulación no me hace lo que te hace a ti.

–Ah, ¿entonces, tú eres especial?

 

Tiene que ser especial, porque si tú estás gritando y huyendo, y diciendo -esto es el diablo, esto es el diablo. Mira, que el diablo-, entonces, acá éste está diciendo -qué diablo, muchacho, a mí me produce gloria-.

 

Eso sólo lo entiende Pablo. Una persona atribulada dice: -Y no sólo esto, no es sólo que estoy firme, sino que las pruebas y tribulaciones, mira lo que me hacen, dice:

 

“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones sabiendo…”

 

Eso hay que saberlo, si no lo sabes, muchacho, te echas a buscar oración, a llamar al pastor: -Pastor, ore por mí que estoy atribulada. Estoy atribulado-.

 

Aquí no pierdas el tiempo en llamar, porque si yo sé que tú estás atribulado, yo digo: Gloria a Dios que está creciendo.

 

A mí me vienen tribulaciones. A mí me vienen tribulaciones. Yo lloro. A mí se me salen lágrimas. A veces me suceden cosas. Pero, ¿qué voy a hacer? ¿Me las voy a traer para acá, para el púlpito?

 

-Hoy no puedo dar el calqueo.

–Apóstol, ¿qué te pasó?

–Que estoy atribulado. Estoy muy atribulado, y yo no puedo predicar atribulado.

 

Imagínese, y si tú vives conmigo, vamos a ponerle que tú estés conmigo siempre, entonces me ves atribulado, me ves llorando o me ves pasando por una situación, o algún mal entendido, o familiar, esto, aquello, todas las situaciones que nos vienen. Entonces, de momento me ves aquí como si nada, vas a decir: -Mira, mira, pero, si ahorita estaba allí, mira. ¿Qué esto es una hipocresía? ¿Qué?

 

¡No! Es que yo tengo derecho a gloriarme también y no dejar llevarme por esta carne. Tengo que llevarla cautiva, y tengo que decir lo que es. (Aplausos)

 

O, si yo sé que tú estás pasando por una prueba y lloré contigo, y entonces, de momento acá me ves contento, disfrutando este manjar como en esta noche, y dices: -Contra, el Apóstol no tiene sentimientos. Sabiendo la prueba que yo estoy pasando, mira lo contento que está y lo más tranquilo.

 

Y qué tú quieres que yo haga, que me someta a la mentira temporera tuya o a la mía, o a la de quien sea. Tú tienes que llevar cautivo y del limón sacar una limonada. ¿Tú no crees? (Aplausos)

 

Entonces, dice ahí.

 

“Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce, qué, paciencia.”

 

Y tú que dices: -Apóstol, ore por mí para que Dios me dé paciencia-.

 

Ah bueno, ¿pues hay que orar que te vengan tribulaciones?

 

Digo, si la tribulación es lo que produce paciencia, pues gloríate en todas esas cosas que te están pasando a ti.

 

¿Ah? ¿O, tú quieres que te cojan pena? ¿O, quieres echarte a luchar para ver quién es el más que sufre?

 

Posiblemente, tú eres uno de los más paciencia que tienes aquí, si has sido muy atribulado. La paciencia es un fruto tremendo, porque la paciencia lo que hace es que cuando surge una situación como que tú te calmas, y tú dices: -Espérate. No voy a hablar rápido ni voy a contestar ahora. Me voy a aguantar, porque esto puede traer gloria. Y si me quejo antes de tiempo, después voy a quedar mal.

 

“Produce paciencia”.

 

“Y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestras mentes

por el Espíritu Santo que nos fue dado.”

 

Entonces, quiere decir. Atiéndeme bien, si tú no entiendes las dos manifestaciones de la palabra fe, entonces tú jamás estarás en firmeza.

 

Mira, yo estuve en ese sistema. Yo fui pentecostal, fui bautista, y yo miraba, y esa gente no crece, incluyéndome a mí que estaba allí. Ya yo me preguntaba. Yo decía: -Oye, llevo muchos años aquí y no… No-. ¿A ti tampoco te dio nada? Sí, entonces todo es, -pasen al frente, vamos a orar, y reprende. –Te reprendo, diablo. Reprendo toda tentación. Reprendo esto, reprendo aquello. Y entonces, -Dios mío, ayúdame. Dios mío, ayúdame. Dios mío.

–Pastor, ayúdeme.

 

Entonces, es una situación donde tú no creces. ¿Y sabe por qué?

 

Porque para tú crecer, tú necesitas firmeza, y para tú tener firmeza, tú tienes que entender la fe doctrinal, que es la que te da entrada a esta gracia.

 

¿Y, cómo trabaja eso? Pues, fíjate, eso trabaja en una forma, es una ciencia. Diga: CIENCIA. Pablo dijo: -Esta es la verdadera ciencia. Pablo dijo: -Esta es la verdadera ciencia.

 

Por ejemplo, si el evangelio dice que con una ofrenda él hizo tu espíritu perfecto para siempre, quiere decir que tú eres igualito que Jesucristo.

 

Y en carne, tú dices: -¿Yo, igual que Jesucristo? Oh, no. Yo soy un pobre miserable, desnudo, desventurado; pero yo, ser igual que Jesucristo-. Bueno, eso es lo que él dijo: Que con una sola ofrenda, él a tu espíritu, no a tu carne, tu carne es el vehículo que pasa tribulaciones, situaciones para perfeccionar lo que está adentro, para que lo de adentro domine lo que está afuera.

 

Pero, eso es una ciencia, que cuando tú te comes esa píldora de que yo estoy perfecto, no lo veo, no lo siento, pero él dice que con una sola ofrenda, cuando murió y resucitó, me hizo perfecto para siempre. Yo lo creo, lo confieso y desde ahora en adelante lo hablo. Cuando tú haces eso, eso tiene unos efectos en tu mente.

 

Naturalmente, esos efectos traen muchas manifestaciones. Porque si tú estás perfecto para siempre quiere decir que tú estás salvo para siempre. Entonces, al tú sentirte que ya estás salvo para siempre te sientes más libre; al sentirte libre, entonces lo coges más suave; al cogerlo más suave entras en la libertad gloriosa de los hijos de Dios; al entrar en libertad, la libertad tiene un costo, un precio muy grande; y es saberse conducir dentro del terreno de la libertad. Y para eso, tú necesitas paciencia, porque los hermanos nuevos que llegan, entran a esa libertad y de momento tú los ves muy libertinos.

 

-Oye, tú sabes que fulano, yo lo vi así, yo lo vi asa’o-.

Lo viste. ¿Ah? ¿Tienes ojos para ver?

–Sí, lo vi.

¿Qué vas a hacer?

-Lo voy a criticar.

 

Ah, te metiste con su ángel, que su ángel le está dando entrenamiento. Él está en “trainning” (entrenamiento), él está siendo formado dentro de una libertad bien grande.

 

 

Ahora, esa fe que habla el apóstol Pablo no es cualquier fe. Eso es una fe que confirma la iglesia. Sin esa fe no tiene derecho a llamarse iglesia.

 

Romanos 16:25. Mira lo que dice.

 

“Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo…”

 

¿La predicación de quién? ¿Y cuándo usted ha visto a Jesucristo predicando?

 

Él nunca predicó él habló por parábolas cuando estuvo vivo, pero le predicó al apóstol Pablo en el paraíso.

 

“Y la predicación de Jesucristo,

según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto…”

 

O sea, que esa fe doctrina estuvo oculta por años. Dice:

 

“…desde tiempos eternos,

 

pero que ha sido manifestado ahora,

en la vivencia de él, 2000 años atrás, después de la cruz dice,

que ha sido manifestado ahora, en mi tiempo, está hablando Pablo,

y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a, qué, a la fe…”

 

¿A qué fe? A la fe doctrinal, a la fe de la revelación. No está hablando de la fe de esa, de estar haciendo milagritos.

 

Por eso es que este pueblo está engañado.

 

Mire, usted ve esas campañas de este evangelista que sopla. Usted lo ha visto. Bueno, ahora hay muchos soplando, porque el viento de doctrina es, son vientos de doctrina, son vientos doctrinales. Antes era el viento de la lengua: Rabatacatacasamara. Eso es un viento. Entonces, el que no hablaba así, pues estaba… (señal del pulgar abajo).

 

Pero entonces, ahora es, bueno la risa, la risa loca esta, y entonces, también el viento.

 

Entonces, la gente a esto le huye, a este tipo de enseñanza, esto es un ministerio sufrido, un ministerio que sufre en ese aspecto, cumpliendo lo que le faltó a Jesucristo sufrir por su iglesia. Porque esto es para estar repleto, esto es para que la gente estuviera haciendo fila para entrar aquí. Pero como aquí formamos la mente, la gente no quiere ser formada, la gente lo que está buscando es el brinquito, el milagrito, la cosita, lo ve.

 

Y entonces, pues, usted ve esas campañas de Benny Hinn llenas, pero repletas, y entonces, la gente buscando. Usted los ve con los ojos abiertos buscando el milagro, buscando qué se siente.

 

-¡Uy! Se me paran los pelos, mira.

-¿Se te paró la mente?

–No, no, los pelos.

–¿Pero, la mente?

–La mente la tengo dormida.

 

Y entonces, se basan en milagros. Y esa gente, escuche esto, esa gente va a esa campaña, entonces el otro año, el mismo que se cayó y se reventó, que él le dijo que está sano, vuelve otra vez, y vuelven a lo mismo.

 

Bueno, han cogido estudios, investigaciones sobre esa gente que él dice que está sana. Los otros días yo vi un documental, es un abuso. Abusando de la gente. Y no que yo no crea en milagros. Seguro, yo soy un milagro. Yo recibo todavía milagros, aquí suceden milagros, es más que tú estés aquí sentado es un milagro. (Aplausos)

 

Eso sí que es un milagro.

 

Entonces, esa fe te entra a la gracia, te da firmeza, te confirma y te hace otra cosa más. Efesios capítulo 1, verso 13. Dice:

 

“En él también vosotros, habiendo hablado en otras lenguas, habiendo oído…”

 

¿Tú tienes oído, bendecido?

 

¿Tú sabes que los que oyen son las ovejas? Él lo dijo: “Mis ovejas oyen mi voz.” Pero tienes que tener, no sólo orejas, oído. “Habiendo oído”; y entendido, creído.

 

“Habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación,

y habiendo, qué, creído…”

 

Ya has oído, y ahora, vas a creer.

 

Oye, ¿cuántos son creyentes aquí? Oye, si tú creyeras. No sólo que escuches y oigas, sino que creas: –Esto es así. Yo lo recibo. Lo voy a confesar audiblemente.

 

Dice:

 

“Y habiendo creído en él,

fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.”

 

¿Tú sabes lo que enseñan los pentecostales? Que la promesa del Espíritu Santo es cuando hablas en lenguas.

 

Pero aquí dice que es “habiendo oído y creído fuiste sellado con la promesa del Espíritu Santo.”

 

Oye, eso no es cualquier cosa. ¿Tú sabes lo que es estar sellado? O sea, sello de autenticidad. ¡Pap! Este hombre es un hijo de Dios en autoridad, porque he creído al evangelio. Eso es tremendo.

 

Entonces, la fe doctrinal es la que hace este trabajo. Pero hay que dividirla: Está la fe práctica, está la fe doctrina. Porque si no la divides, no vas a entender bien. Por eso es que el sistema no nos comprende a nosotros, porque ellos creen que fe es una misma cosa. Ellos ven la palabra FE, y por aquí hay camino, y se tiran por ahí. Y le meten emoción a todo lo que dice: Fe.

 

Entonces, fíjate, de la misma forma que hay dos manifestaciones de la fe, hay dos evangelios para cada una de esas fe.

 

Para la fe práctica está el evangelio de la circuncisión; para la fe doctrina está otro evangelio, el de la incircuncisión.

 

Entonces, ¿qué pasa? Que cuando tú estás en la doctrina el evangelio que tú te colocas aquí, mira (señala su mente), es el de la incircuncisión.

 

Pero, cuando tú hablas con un hermano que tiene el otro evangelio no te entiende. ¿Cómo te va a entender? Si esos son dos polos opuestos, y tú trata de explicarle. Le dices: -Mira, bendecido.

–No, no, no. Yo sé lo que tú tratas de decir.

–Oye, pero…

 

Se cumple lo que dijo Salomón: “El hombre es lo que él piensa en su corazón.” Dependiendo que tú tengas aquí, lo ves. Porque conforme a lo que tú tienes ahí es que tú miras. Y si no tienes la verdad aquí (señala su mente)no vas a ver nada. Perdóname, Dios te pasa por al lado, muchacho, y se te va de “skin”, o sea, se te fue, y no vas a ver a Dios.

 

Puestos en pie.

 

Diga conmigo:

 

YO HE ENTRADO A ESTA GRACIA, Y EN ESTA GRACIA,

EN ESE PABELLÓN, EN ESE REINO AHÍ NO HAY DIABLO, AHÍ NO HAY PECADO, AHÍ NO HAY CONDENACIÓN, AHÍ NO HAY PERDICIÓN.

AHÍ HAY VIDA ETERNA Y FIRMEZA.

 

Bendecidos con toda bendición. (Aplausos)

LA FE QUE DA FIRMEZA (Revisado)

EL ANCLA DE LA PALABRA

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“EL ANCLA DE LA PALABRA

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

19 de mayo de 2013

 

 

 

Oye, tenemos un tema interesantísimo. ¿Y, cuándo no?

 

Bueno, vamos a ver a Hebreos capítulo 6, verso 19.

 

Diga: ANCLA DE MI ALMA.

 

No de tu espíritu. Ancla del alma. El apóstol Pablo, cuando se trata de alma, él no usa mucho ese término, porque después de la cruz, sólo se trata con espíritu vivificante, pero a veces, el alma, es tu carne. El alma, es la que manifiesta tu vida mortal aquí en la tierra.

 

Entonces, qué pasa, tu espíritu no, tu espíritu ha estado salvo siempre, el salmista lo dijo -y tu cuidado guardó mi espíritu. O sea, lo que sucede es que al alma colocarse en estado pecaminoso, ciega el espíritu, entonces, tú no sabías quién tú eras. Pero el espíritu siempre es salvo.

 

De la misma manera”, Adán, hasta la cruz, colocó a muchos bendecidos en pecado y de la misma manera, después que Cristo murió, los bendecidos nacen salvos, pero no lo saben, porque el alma la tienen en deterioro, la tienen en desconocimiento.

 

Antes de la cruz  después de la cruz
Los muchos, los Escogidos,
nacían bajo pecado
Los muchos, los eSCOGIDOS,
Nacen Salvos

Entonces, qué pasa, que el evangelio no es para salvar tu espíritu.

El evangelio es para salvar tu alma.

 

Por eso es que dice -que ahora permanece la fe, la esperanza y el amor, pero el más grande es el amor, porque un día la fe deja de ser-. ¿Por qué? Porque al tu cuerpo ser transformado, para qué usar fe.

 

La fe es un don, un don para tu alma, para que tú camines bien en esta tierra y dures más y seas más efectivo en todas tus cosas, porque si no, te mueres antes de tiempo.

 

A veces, Pablo, entregaba la gente a Satanás, no al espíritu. Una vez entregó a uno y dijo -mira, vamos a entregárselo a Satanás para la destrucción del cuerpo, del alma, a fin de que su espíritu sea salvo-, porque el espíritu siempre está salvo. Pero como no conocía la gracia, el evangelio de la incircuncisión, Pablo dice –pues, déjame entregárselo a Satanás, porque es lo mismo-.

 

Una persona que no conoce lo que tú y yo conocemos, es como vivir para Satanás, porque vive para su carne. Y la carne es lo que representa a Satanás aquí en la tierra.

 

El término «Satanás», no es un personaje con tarros. No, el término Satanás significa: Ángel caído. Ángel de desobediencia. Eso es un género. Género carne.

 

Entonces, dice el verso bíblico.

 

“La cual tenemos como segura y firme ancla del alma,

y que penetra hasta dentro del velo,…”

 

Entonces, cuando nosotros vemos a un creyente que pasa situaciones, cuestiones difíciles, -yo he visto a gente en este ministerio pasar situaciones que otros se van-, pero estas personas están tan anclados. Que a veces  alguien dice: -Apóstol, está anclado.

 

¿Dónde se usan las anclas? ¿En dónde? En los barcos. Porque la Biblia nos compara a nosotros con un barco. Siempre nos ha comparado con esto, de hecho los himnólogos escriben, -salva mi barca de no naufragar en alta mar-. Muchos himnos se han escrito así y es porque nuestras vidas son como un barco, una embarcación que va a través de la vida. Y entonces, qué sucede, que ese barco, lo mismo va buscando una persona que la ame, o va buscando un negocio de donde es que va a vivir.

 

Bueno, de nuestros países, Centro, Sur América salen muchas barcas, verdad, que le dan residencia, aquí en inmigración. Barcas que están buscando dónde anclarse.

 

Entonces, qué pasa, que una vida, como este personaje que yo estaba hablando hace poco, con él. Él era un hombre millonario y tenía cuanta cosa.

 

Es más, él me dijo: -Cuando yo supe que te regalaron ese Rolex (reloj), yo hubiera querido llevarte un aparato que yo tenía, que valía ochenta mil  dólares y dártelo, lleno de diamantes, para que sigan hablando. Pero yo tuve todo eso y lo perdí. Pero, qué sucede, que cuando te escuché, -por Telemundo, fíjate cuando teníamos aquel programa de Telemundo, dice- o sea, mi barca, parece que yo iba en mi barco desesperado al ver las olas de alta mar, que me estaba hundiendo en el mundo, y cuando te vi, tiré el ancla, y quedé anclado y dije ah, esto era lo que yo estaba buscando. (Aplausos)

 

Sí, entonces me dijo: -De aquí no hay quien me mueva. ¡Ah!, y el dinero que venga, lo primero es para ti, te lo doy todo. Porque yo quiero que esta palabra corra y que alguien sepa lo que tú me enseñaste a mí.

 

¡Tremendo!  ¡Unas convicciones, tremendas! 

 

Me dijo: -Mira, yo quiero lo mejor para ti-, hace poco hablé con ese hombre, un testimonio tremendo. Y lo que yo vi, fue un hombre sin vientre, no tiene vientre. Lo que busca es esto, esto es lo de él. Lo que él quiere es esto.

 

¿Por qué hay vidas así? Que Dios las va preparando, y viven para que la palabra corra. Él, en específico, él es un muerto, yo hablé con él, lo que hedía era olor a muerte, muchacho, -este hombre está “quemao” (quemado)-. Tenía ganas de echarle agua.

 

Entonces, ¿qué sucede? Todos nosotros un día fuimos anclados; familias ancladas, jóvenes anclados, ancianos, caballeros, damas. Que oímos esta palabra, y hasta muchos hemos dicho: -Yo vine a Miami, a conocer esto, si me regreso a mi país, o lo que sea, ya yo conocí lo que quería y tengo paz-, y es porque las personas sienten una sed de descubrir la verdad, que cuando descubren esto, sus vidas quedan ancladas.

 

Entonces, el apóstol aquí dice que esta palabra es tan segura, que es como una firme ancla del alma.

 

Y, entonces, yo a veces me pregunto personas que a veces tienen problemas, o les sucede algo en su vida amorosa, o les sucede algo en sus problemas de  finanzas, y como que el barco sigue caminando. Es como si tuvieran un ancla suelta, y de momento hacen así ¡buuurr!, y siguen.

 

¿Y el ancla, dónde se quedó?

 

Sí, porque en nosotros hay diferentes experiencias. Hemos visto personas que han venido aquí y de momento usted no las ve aquí, por el problema de otro; o por el problema de ellos.

 

Y se preguntan: -¿Cómo es posible si yo estoy viniendo a la iglesia y estoy teniendo este problema?

-¿Y qué?

 

Ahí es donde se prueba, si verdaderamente tú encontraste el agua de la vida. Cuando tú te anclas, tú te anclas pase lo que pase; llueve, truene o relampaguee. -Aunque me muera aquí, explote por donde explote, yo estoy anclado-.  (Aplausos)

 

No hay opciones.

 

Fíjate, por eso Pablo habla así, en Primera carta a los Corintios capítulo 15, veamos el verso 1 y 2. Que esto lo usa el sistema para pensar que la salvación se pierde, porque como ellos no saben que nunca han estado perdidos. Ellos creen que cuando vinieron a la iglesia, se salvaron. Pero, mira lo que dice: 

 

“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado,

el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;…”

 

¿Qué fue lo que recibieron? ¿El evangelio? ¿Qué evangelio? El de la incircuncisión, el de Pablo, el que nosotros predicamos.

 

Entonces, él dice:

 

“…por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado,

sois salvos, si no creísteis en vano.”

 

Fíjate, dice: “Si retienes”, parece condicional, -ah mira lo ves, que la salvación se pierde-. Sí, la que se pierde es la que tú le das a tu carne, pero la de tu espíritu no se pierde.

 

Porque número uno, nunca estuvo perdida; número dos, tú no pagaste por eso y número tres, tú recibes el evangelio, si primeramente eres salvo en espíritu, porque no es de todos la fe. Si tú eres de fe, tú tienes la opción de recibir este evangelio o quedarte donde están nuestros falsos hermanos.

 

Por ejemplo, los evangélicos, los bautistas, son nuestros hermanos en Cristo, lo único que son falsos hermano. ¿Por qué? Porque andan en un evangelio falso. 

 

Ahora, Pablo dice: -Si tú retienes el evangelio que yo enseño, entonces tú no has creído en vano; porque el evangelio que Pablo enseña, es para salvar tu alma, es para tu diario vivir. Es para que no digas, -aleluya-, y digas: ¡Abba Padre! Es para que no digas -Dios te bendiga-, y entiendas por qué tú dices –bendecido-. Para eso es el evangelio, para darte un conocimiento, para que no perezcas como los demás perecen.

 

¿Tú no has visto la forma de hablar de las personas que no son de este ministerio? Hablan fatal. De hecho, no saben ni hablar. Algunos cuando llegan aquí enmudecen, dicen: -No, porque ahora no sé ni cómo hablar. No me atrevo a contestar porque me cogen. Porque cuando hable ya saben-.

 

Aquí, con tú hablar un ratito, el que lleva tiempo aquí te ubica y dice, -éste está comenzando-, porque es que se les zafan unas expresiones, que muchacho, tú lo identificas inmediatamente.   

 

Pablo, no dice ahí -que si tuviste una debilidad, creíste en vano-. Aquí no está hablando de las debilidades de la carne. Aquí es si recibiste el evangelio. Hay personas aquí que han tenido tropiezos fuertes en la carne. Yo mismo he tenido tropiezos fuertes en la carne, pero eso no quiere decir que yo no retengo el evangelio. Ni aquella persona u otra persona que tenga, lo que llamamos, caídas en la carne. Al contrario, eso es para el que se ve perfecto, pero no retiene. Quizás una persona que tú no le conoces una debilidad, pero no cree, entonces, ése creyó en vano.

 

Y fíjate, que cuando Pablo dice -que él viene por segunda, dice que aparecerá, venía, aparición pública, el Señor, para salvar a los que le esperan-. ¿Salvarlos de qué, si ya están salvos? Salvarlos con el verdadero evangelio.

 

Cuando tú conoces este evangelio, tú te salvas. No hay situación que te venga, que tú no te salves. Porque, lo mismo tú dices -esto me obra para bien, yo voy a esperar en él, alguna cosa viene en este paquete, yo lo recibo-, y de momento, oye, ustedes me han dado unos testimonios a mí -mire, Apóstol, yo estaba en una situación…

 

Y la prensa dice: -¿Y qué milagros hace usted?

 

Si es que no los hago yo, los hace la palabra que es la que salva, el evangelio  que les he predicado, que es el que salva. Yo predico a Jesucristo Hombre, que es lo que se te mete aquí (señalando la mente). Jesucristo Hombre es una doctrina, no un pedazo de carne llamado José Luis. Jesucristo Hombre es una enseñanza, que tú has creído. Esto tan fácil que es y hay gente por ahí dudando: -No, que él dice que es Jesucristo.

 

Si eso se cae de la mata que yo lo soy. Si yo cuando te hablo, te hablo el evangelio que no se había predicado en dos mil años.  (Aplausos).

 

Sí tú no lo recibes es porque tú eres un negociante malo, o mala negociante.  Tú no sabes hacer negocios. Si el mejor negocio te lo ofrezco yo, gratuito. Esto es un negocio redondo, tú inviertes tu mente y tu mente, -dice que el escriba sabio, mete la mano en el tesoro (la mente) y saca cosas buenas de él, no las malas, porque esto (la mente) está lleno también de las malas-; pero usted se mete allí y dice, -esto no, yo quiero esto (lo bueno).

 

Sí, hay que tener esa sabiduría que sólo la palabra la da. (Aplausos)

 

Y, si nos ponemos a preguntar por ahí, tú sabes cuántos testimonios hay aquí. (Aplausos)

 

¡Abba Padre!

 

Entonces, si tú no recibes esta palabra, tú crees en vano.

 

Por ejemplo, veamos Primera a los Corintios 5: 5, lo que dice.

 

La gente no entiende qué es eso de entregar a Satanás, si Satanás está destruido. Sí, Satanás está destruido, pero queda su representante que es tu cuerpo, tu carne.

 

Mira este personaje, por lo que estaba haciendo, dice:

 

“…el tal sea entregado a Satanás para destrucción, de qué, de la carne…”

 

Del alma, destrucción de la carne.

 

Léelo ahí, míralo:

 

“…a fin de, qué, que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”

 

-¿Pero, cómo es posible que le entreguen la carne a Satanás y que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús?

 

¿Tú sabes lo que eso significa? Esas son personas que… Yo he tenido personas aquí, que yo no he tenido que decir -las entrego a Satanás-. Tan pronto ellos se van de aquí, blasfeman, dicen -esto no es verdad-. Se van y empiezan de mal en peor, y de mal en peor, y como que nada se les arregla.

 

Yo he tenido aquí gente que se han repartido la congregación, -te vamos a dejar con tres.

-¡Tranquilo! Si tú tienes la habilidad de quedarte con todos, oye, es una buena prueba para saber quién soy yo-, y se han ido a abrir congregaciones, se las han repartido por años y ninguno ha triunfado.

 

El que se va de aquí, imagínate, es irte delante de la presencia del Señor, y que abrirle una iglesia al Señor, cuando el Señor es el que está aquí.  (Ovación).

 

Mira el caso de Primera carta a Timoteo 1:19 y 20, para que veas a dos individuos que les pasó lo mismo.

 

De aquí tú no te puedes ir, sabes. A menos que tú seas un masoquista y quieras sufrir, ¡vete!, para que sufras. Pero si tú amas la vida y amas los días buenos, usted es muy sabio para irse de aquí por cualquier bobería de la carne.

 

Mira de estos individuos, dice:   

 

“manteniendo la fe y buena conciencia,

desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos,

de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.”

 

Bueno, ellos rechazaron la fe y en qué cayeron, en mala conciencia. o:p>

 

¿Y cómo tú caes en mala conciencia? Cuando tú dices: -No, hay pecado.  Todavía se puede pecar-, pues, eso es mala conciencia, porque ya estás diciendo que Cristo no te limpió, ni te perfeccionó y que tú puedes ser hallado en pecado.

 

EEntonces, te vas a misa, allá en la misa vas a encontrar recordatorio de pecado. O, te vas a donde el pastor de la esquina, allí en el Palmetto, en el South West, en Kendall, por allí está el pastor por montones. Mira, esa es la asociación de los Himeneos y los Alejandros.

 

Todos ellos. Y no me lo pueden negar, porque yo les hablo con evidencia y con respeto, porque el mejor amigo de ellos, soy yo. o:p>

 

¿Por qué yo soy el mejor amigo de todos esos pastores? Porque los puedo sacar de la apostasía donde están.

 

“Entregados a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.” Todos los que se han ido de aquí, -yo los amo, los amo, cómo no los voy a amar-, pero me duele verlos perderse en las ondas turbulentas de altamar.    

 

Oye, tú ves un barco bien bonito, un tesoro, y lo ves en una tormenta y está anclado, tú dices: -No, ese barco está bien ahí. Mira, no lo mueve y las olas le dan- y el barco ahí, porque está bien cimentado. Pero, si tú ves que se rompe el ancla, y empiezas enseguida: -Ay, le va a dar a aquellas piedras, a aquellas rocas, ahorita se estrella.

 

Entonces, cuando alguien se va de aquí, a mí no me molesta en el aspecto personal, a mí lo que me duele es porque yo sé lo que les va a venir.

 

Tú no ves que pierde la confesión, entra en mala conciencia, sale de fe -ahora, tengo que cuidarme-, y empieza a maquinar y hacer sus inventos. Cuando viene a ver se estrella, pierde la cubierta. ¡Ay, ay, ay! Si pierde la cubierta angelical, imagínate. ¿Tú sabes lo que es tú por ahí sin ángeles? Dice: “¿Cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande.” (Aplausos).

 

Si pierdes la cubierta, muchacho, es peligroso, eso de la cubierta. Hay gente que hasta se burla. Uno le habla de los ángeles: -Qué, eso es un invento de ellos.

 

¿Invento?  ¡Ay padre!  ¡Muchacho!

 

Fíjate, que Bernabé, dice que fue arrastrado por la hipocresía de Pedro, Bernabé, discípulo de Pablo.

 

La gente dice: -No, si Pablo y los apóstoles eran iguales.

-¿Y por qué Pedro arrastró a Bernabé? ¿De dónde lo arrastró?

 

Porque Pedro se puso a hablarle mal a Bernabé de Pablo: --Ten cuidado, que Pablo está medio loco. Dice que hay ángeles, dice que esto, que no hay pecado, que estamos perfectos, que estamos completos, que no nos falta nada, que somos ricos. ¡Ese tipo está loco!

 

Y entonces, finalmente, Bernabé, parece que empezó a decir: -Sí es verdad, Pedro anduvo con Jesús, y anduvo por encima del agua, y hacía milagros. Y yo veo a Pablo medio flaco, lo veo que está preso-.

¡Muchacho! Al ratito, Bernabé, estaba temblando y lo arrastró. De algo fue que lo arrastraron. Porque por ahí dicen que Pedro y Pablo y que eran amigos.  ¿Amigos? Pedro era un hipócrita. Dice “que fue arrastrado por la hipocresía de los apóstoles”. Entonces, no eran tan buenos amigos, nada.

 

Fíjate, a veces hay personas que uno les dice: -Circuncisión e incircuncisión.

Y dicen: -Ah, yo no sé de que él está hablando. Eso de circuncisión e incircuncisión, si nosotros predicamos eso aquí en nuestra iglesia. Esa clase me la dio el pastor mío el año pasado. Eso yo lo estudié en la escuela dominical.

 

Es más, hubo un loco por ahí que dijo: -Sí, él está hablando de lo que le hacen físicamente al bebé-, mira dónde lo llevó. Que eso es un acto de cirugía médico.

 

Seguro, en el aspecto salud, sí, y en el aspecto del judaísmo, pero Pablo estaba hablando de la doctrina.

 

Y entonces, una vez, Pablo  tuvo que hablar así por causa de esto, mira, Gálatas 6: 15.

 

Mira lo que dice. Pablo tuvo que escribir esto, por esos que tienen el ancla suelta, que no están bien agarrados.

 

“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión,

sino una nueva creación.”

 

¿Por qué Pablo tuvo que decir esto?

 

Pues, porque puede venir uno que está entre nosotros, y habla igualito que tú:

-¡Hermano, lo recibo! ¡De aquí para el cielo! ¡Mira, ese es Dios para mí! ¡José Luis es Dios!

 

Y, tú lo ves bien tranquilito, hasta que le tocas el área sentimental, o le tocas una cosita ahí de la carne, de la relación. Y, cuando lo tocas ahí, hasta ahí estuvo ancla, lo que tenía era un nudito de esos, suavecito ahí. Y entonces, el nudito hace así y ¡pac! 

-No voy más a la iglesia, no quiero saber de esto.

 

Ahora, si la persona está anclada, puede pasarle por encima lo que le pase…

 

O, el dinero. Cuando es el dinero, que la persona ve.

 

U, oispos, creyentes, que de momento están bien firmes, y de momento una decisión apostólica, o una situación que sucede, un cambio, y de momento la persona dice: -No, pero voy a perder los miembros que diezman mucho, y aquella congregación allá tiene miembros que diezman poco-, y de momento hace así, y el ancla se le disuelve, como una alka-zeltser ja, ja, ja, ja…

 

Es cuestión de tiempo. Tú los ves así: -Apóstol estoy contigo, mira, de aquí hasta la muerte-, pero de momento le cae agua al ancla y empieza, ¡shshshsh!

 

Usted no se deje mover de nada. Mire, anclado aquí.

 

Mire es como yo, yo a veces digo: -Pues, si yo he pasado tantas cosas en mi vida. ¿Yo cogerle miedo a qué? ¿A estos incircuncisos, perros de la religión? ¿Que me van a matar? Esa gente no mata nada, hasta mala puntería tienen. Le pegan un tiro al que los trajo.

 

No tenga temor, sea valiente. Declárese anclado. Diga, -de aquí nada me mueve-.

 

Yo te digo, yo tengo profundo dolor por los que se van de aquí. Sí, porque a mí no me importa si me dicen: -mira, hace tiempo que no viene, está bravo por algo que le pasó-, pero está oyendo allá. Tú sabes, está firme. Lo importante es que esté firme. Si viene o no viene, a veces envía hasta los diezmos por correo, para mantenerse ahí en la siembra.

 

Y hay lugar para eso, a veces uno pasa situaciones que uno no quiero ver más a este hermano por una situación, dice -pues me voy a otra iglesia por allá, pero sigo en la palabra-. Son situaciones que vienen, es que esta carne tiene, Dios mío, ummmm… Esta carne está completa. 

 

Bueno, cuando Pablo dice que hay que salvar vuestras almas, con la locura de la predicación, algo hay que salvar. Y salvarte a ti  toma. Mira, que tú eres difícil. Ja, ja, ja…. (Aplausos).

 

Bueno, somos difíciles, ja, ja, ja, ja…, dijo la lora. Como dicen ahí en Colombia: Dijo la lora, -somos…- Ja, ja, ja….

 

Entonces, el ancla de la palabra viene a salvar, el evangelio de la incircuncisión viene a salvar tu alma, tu cuerpo. La fe no es para tu espíritu, es para tu carne.

 

-En fe declaro que no me voy a operar, en fe declaro que estoy sano.

 

 

Mire, yo no espero ni que llegue la enfermedad. Yo digo: -Gracias-, mira hasta por lo mínimo. Los otros días me hice un tatuaje, y dije: -La vida de Jesús está en el tatuaje.

 

Me puse tres 666, para identificar la bestia bien identificada. (Aplausos)

 

Y, para darle un descanso a la prensa con mi cara, cosa que ahora no van a poner mi cara, ahora lo que van a poner es el brazo (izquierdo): 666, cuidado. Ah, y se lo puse ahí con los colores de la bandera: un seis, amarillo; un seis, platino y un seis azul. El color de la bandera, los tres colores. Ah, y acá le metí tres SSS.

Usted declárese sano, completo, anclado. Crea, sea creyente, no se quede atrás. No se quede con una confesión de esas. Crea, confiese, hable, escúchese usted hablando. Yo me escucho hablando.

 

Me dijo este bendecido que le hicieron un secuestro, -a este bendecido que yo estaba hablando- y entonces, estaba en secuestro y les dijo: -Tengo que ir al baño.

 

Entonces, comenzó a hablar: -Digo, ángel, que estoy bien. Digo que tengo ángeles- y comenzó a confesar, y vinieron los secuestradores enseguida que salió del baño y lo agarraron así, lo registraron de arriba abajo, -dónde está el celular, con quién tú estabas hablando.

 

Y dijo: -No, yo no tengo ningún celular, yo estaba hablando con mis ángeles.

 

Creían que tenía un celular. Imagínate, tú oyes hablando a alguien así, tú dices: -Este tiene que estar hablando con alguien allí.

 

Imagínate, tú vas al médico y dices: -No lo recibo-, la enfermera te va a mirar raro.

-¡No lo recibo!   ¡Digo que estoy sano!

Y de momento la enfermera dice: -¿Con quién está hablando éste? ¿Estará loco?

 

Bueno, pero es mejor estar loco que enfermo.  (Aplausos)

 

Porque hay gente cuerda, pero están fastidiados. Para qué quiero un fastidiado. Fastidiados hay montones por todo el mundo. El mundo está lleno de gente fastidiada.  ¡Mejor es estar bien!  Aunque digan que estamos locos.

 

Ahora, con fundamento: -Mi locura viene de aquí (muestra la Biblia). Mi locura viene, porque está escrito. Si por eso estoy loco, estoy loco, pero está escrito aunque sea.

 

Oye, por este libro, este libro es famoso, bueno “Biblia”, biblioteca. Imagínate, de ahí viene el término biblioteca de Biblio. Quiere decir que las bibliotecas son importantes en el mundo. Hay bibliotecas que tienen libros, millones de libros y el edificio que hacen para meter la biblioteca.

 

Pues si este libro es tan famoso, que tú lo crees y te da resultados. Que esta palabra se convierta en vida, no en letra, porque la religión es letra. Lo nuestro es vida, y vida en abundancia.

 

TE DECLARO: BENDECIDO CON TODA BENDICIÓN.

 

Vamos a cantar. ¡Abba Padre!...  (Aplausos).

 

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