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“TRES MISTERIOS”

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“TRES MISTERIOS”

 

APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

JESUCRISTO HOMBRE

 

23 de enero de 2013

 

 

 

Libro de Juan, Juan capítulo 8 verso 53, dice:

 

“¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió?

¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?

 

Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es;

mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.

 

Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco,

y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros;

pero le conozco, y guardo su palabra.

 

Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día;

y lo vio, y se gozó.

 

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años,

¿y has visto a Abraham?

 

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas;

pero Jesús se escondió y salió del templo;

y atravesando por en medio de ellos, se fue.”

 

Eso es un misterio, el Misterio de la Trinidad, lo que llaman el Misterio de la Trinidad.

 

Ahora, ¿por qué él hizo eso?

 

Él hizo eso para que lo crucificaran. Porque si él no hace esto, entonces iban a averiguar que él era Dios. Entonces, él no podía explicarles a ellos que él era Dios. Él tenía que hacer esto, aunque él lo decía, pero ellos decían -oye, nos tienes confundidos, porque tú no tienes 50 años y eres antes de Abraham-.

 

Seguro. ¿Y, quién era antes de Abraham? Dios mismo.

 

Pero, entonces, hay otros versos que él dice: -Mi Padre mayor es que yo, es mayor que yo, más grande y él me envió-.

 

Por eso los Testigos de Jehová, esa religión salió de eso, de que Jehová es más grande que Jesús. Por eso, ellos no son cristianos, ellos son Testigos de Jehová.

 

Pero, ellos no saben que el que está hablando aquí tiene un propósito, y es que él tenía que confundirlos para que pensaran que el Padre tuvo un Hijo.

 

Bueno, yo he escuchado predicadores que decían: -Pronto, Dios envía a su Hijo a la tierra-. Porque ellos están, diga: antes de la cruz.

 

Ahora, ¿cuál era el propósito de él hablar así.

 

Vamos a Primera carta a los Corintios. Ahora Pablo, que es el que aparece a explicar estos misterios, nos dice el por qué, después de la cruz. Se escribió antes, ahora vamos a leer después de la cruz, Primera carta a los Corintios capítulo 2, el verso 6.

 

“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez;

y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.

 

Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio,

 la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos,

antes de los siglos para nuestra gloria,

 

la ninguno de los príncipes de este siglo conoció;

porque si la hubieran conocido…”

 

¿Qué hubiera sucedido?

 

“…nunca habrían crucificado al Señor de gloria.”

 

Entonces, ¿por qué razón él tenía que estar diciendo -mi Padre es mayor que yo-?

 

Porque si él dice -mira, yo soy Dios-, entonces, ¿quién va a crucificar a Dios? Entonces, como él necesitaba que lo crucificaran, entonces él lo que hacía era que se hacía igual que el Padre. Y entonces, ellos tomaban piedras y le tiraban, porque el judío es celoso, y el judío sabe que hay un solo Dios, no dos.

 

Entonces, ahí él se presentaba y decían: -Un momentito, un momentito. O.k. El Padre te envió a ti.

–Sí, me envió a mí.

-¿Y tú conoces al Padre?

–Claro, que lo conozco.

–Y, ¿cuántos años tú tienes? ¿Tú no tienes 50 años?

–No.

–Y entonces, ¿y, por qué tú dices que antes de Abraham, tú eres? ¿Tú te está haciendo pasar por Dios?-,  entonces cogían piedras y le tiraban.

 

Pero, entonces ahora, ¿cuándo se escribió esta carta? ¿Cincuenta ó cuarenta años después? Cincuenta y dos años después de Cristo, después que resucita. Cincuenta y dos años después, ahora Pablo dice: -Mira, la razón que él habló así de la trinidad, o que él era hijo del Padre, era porque si llegan a saberlo no lo crucificaban, y él vino para ser crucificado.

 

¿Me estás siguiendo?

 

Pero, tú no vas a creer en esa tontera de la trinidad. Porque si tú crees en la trinidad, estás metido en la misma tontera que los que cogían piedras. Eso él lo hizo para que no descubrieran quién era él.

 

Por ejemplo, él a veces le decía: -Mira, mi Padre les va a dar el Espíritu Santo en esta semana.

-¿Ah, sí? ¿Y, dónde está él?

–Él está en los cielos.

-O sea, ¿que tú eres hijo de Dios?

–Sí, yo soy hijo de él, pero mi Padre les va a enviar el Espíritu.

 

Entonces, pasaban dos ó tres días y llegaba donde los discípulos y les decía: -¡Fufff! Reciban el Espíritu.

 

Y entonces, ellos le decían: -¿Pero, tú no dijiste que fue tu Padre?

–Bueno, es que el que está en mí es el Padre, y yo en él, y él en mí-, entonces, los confundía.

 

Bueno, fíjate si es así, que Felipe un día le dice: -Oye, Señor, eh, estas cosas nos tienen como confundidos.

 

Vamos a leerlo, ahí mismo en Juan. Mira. Oye, si tú entiendes esto, pasas la prueba y te sales de la trinidad, y sales de todos esos enredos que hay por ahí.

 

Juan 14, verso 8:  

 

“Felipe le dijo:

Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.”

 

Tú sabes, como quien dice: -Sácanos de este enredo que tenemos. Si tú nos muestras al Padre, salimos de esto.

 

Parece que Jesús les dijo: -¿Y, dónde te lo muestro, para que no nos vean por aquí?

-Pues, vamos a dar una vueltita. Nos vamos por ahí por Getsemaní, por donde tú te metes a orar y entonces, tú lo llamas, y entonces, tú nos dices, mira, aquí está mi Papá-.

Eso fue lo que Felipe intentó, porque así salen del enredo.

 

Y entonces, mira lo que le dice:

 

“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?

El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;

¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

 

¿No crees que yo soy… en el Padre, y el Padre en mí?

Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,

sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

 

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;

de otra manera, creedme por la mismas obras.”

 

¡Qué revolú! ¡Qué enredo!

 

Muchacho, Felipe dice: -Me dejaste peor-. ¡Ja!¡Ja!¡Ja!

 

Diga: MISTERIO. El misterio de esto es para que lo crucificaran. Si él llega a dejarse ver, quién va a matar a Dios ¿Te vas a meter tú con Dios, en un viajecito que cogió aquí metido en el cuerpo de Jesús, y lo vas a matar? ¡Tú no te vas a atrever a hacer eso, si tú llegas averiguar quién era él!

 

Entonces, naturalmente, estamos hablando así, porque tú sabes que la Iglesia Católica todavía dice: El Misterio de la Santísima Trinidad.

 

Eso no es ningún misterio, yo te lo acabo de explicar ya. Y, naturalmente, no he leído a Primera carta de Pablo a Timoteo, que si tú quieres leerlo para que te ayudes un poquito más.

 

Bueno, no vamos a hacer una cosa, vamos a avanzar a Colosenses y pasamos a Timoteo, y vamos al segundo misterio. Colosenses, eso queda después de Filipenses, y Filipenses queda después del libro a los Efesios. Y los Efesios después de Gálatas.

 

Colosenses capítulo 2. Esto tú tienes que tomar nota y entenderlo, porque si tú vienes aquí, tú tienes un compromiso muy grande. Porque después te cogen por ahí y te dicen: -¿Mira, tú vas a ese ministerio? Mira, esa gente dicen que Jesús y Dios es lo mismo-, y tú no saber dónde estás.

 

Te dicen: -Esa gente no creen en el Hijo-.

-No, creemos en el Hijo y creemos en el Padre, creemos que son uno.

 

Mira, mira lo que dice aquí. Mira qué excelente está esto. Colosenses capítulo 2 verso 1. Dice:

 

“Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros,

y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;

 

para que sean consolados sus corazones, unidos en amor,

hasta alcanzar todas… las riquezas de pleno entendimiento,

a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

 

en quien…”

 

¿En quiénes?

 

¿Por qué dice: Quién? Porque es uno. ¿Me estás siguiendo?

 

Esos son versículos que están escondiditos ahí y nadie los ve. Y entonces, cuando uno le habla a la gente, la gente, ¡psss!, se les va por encima y no entienden.

 

Entonces, ese misterio es que es uno.

 

Y entonces, pasamos un poquito más adelante a Primera carta a Timoteo capítulo 3, en el verso 16. Toma apuntes de eso. Mira lo que dice el verso 16. Esto no se puede discutir.

 

“E indiscutiblemente,

grande es el misterio de la piedad:

Dios… fue manifestado en, qué, en carne.”

 

Entonces, ¿quién era la carne? Jesús, ¿verdad?

 

Pero, ¿quién en sí era esa carne manifestada?

 

Entonces, no cometas el error de decir -voy a hablar con el Hijo para que el Hijo le diga al Padre-; porque estás en el mismo tren de los católicos -voy a hablar con María para que María hable con el Hijo, porque ellos tienen conexiones, porque tú sabes que ella fue la mamá de él-. María no fue la mamá, sólo una incubadora. María fue un instrumento que, hasta ahora, ella no sabe ni quien era lo que estaba haciendo. Ahora, es que ella está aprendiendo eso…, conmigo. Conmigo es que ella aprende. Oyéndome. Porque esto nadie lo había dicho. (Aplausos)

 

Honestamente, yo creo eso, que ella aprende con nosotros esto, porque nadie le creyó a Pablo. A Pablo lo tiraron a un lado, y entonces pues eso se quedó ahí cogiendo polvo. El fundamento estaba escondido, y entonces ahora es que ella dice –mira, quién era el nene que yo tuve, si yo llego a saber quién era él no lo regaño, le hubiera aguantado todo-.

 

Entonces, diga: JESUCRISTO ES DIOS.

 

Romanos 9:5, rapidito. Oye, el tiempo me está traicionando. ¿Estamos todos?

 

“De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo,

¿el cual es el Hijo, sobre todas las cosas?

el cual es Dios sobre todas las cosas...”

 

¿Usted sabe por qué Roma, los católicos, el Papa, todas las religiones siguen hablando del Misterio de la Santísima Trinidad?

 

Porque ellos nunca aceptaron a Pablo, y no se ocuparon de leer estas cartas, que están escritas hace 2000 años. Si el Papa, Pedro y todos esos obispo y cardenales, simplemente, tomaran el tiempo de leer las epístolas de Pablo jamás te dirían: -El Misterio de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo…-; ah, y no harían así tampoco (persignarse), y salen de todo eso.

 

“El Misterio de la Santísima…” ¿Cuál Santísima Trinidad? Si eso es un periódico viejo. Eso, 2000 años atrás, tan pronto él muere, Pablo nos revela todo el misterio.

 

Algunos de ustedes me miran así: -Ay padre, estaré pecado yo aquí sentado. ¿Será esto falso?

 

Es que tú estás tan acostumbrado a oír tanto enredo religioso que cuando te dicen la verdad, te asustas. Increíble.

 

Bueno, entonces, ese es el primero,  y todo fue para que lo crucificaran.

 

El segundo es la mezcla para justificar la final trompeta.

 

Pablo dice: -Miren, por ahora esto no va a salir a la luz. Ahora, a la final trompeta…

 

Entonces, si Pablo profetiza que es a la final trompeta, entonces, qué Dios tiene que hacer, enredar todo para que aparezca la final. Porque si toca antes, entonces no es la final, seguía tocando.

 

Entonces, tú te preguntas: Pero, ¿por qué ahora es que se viene a saber esto? ¿Por qué Dios en su sabiduría no le explicó a Pedro y a los apóstoles -miren, esto es así y así, y así, y así- para evitar este enredo de 2000 años?

 

Porque Dios hace como le da la gana. Él tiene unos propósitos.

 

Eso es como cuando tú dices: -Pero, si yo llego a saber esto cuando tenía 20 años antes, hubiera hecho esto-. Qué fácil es así. ¿Ah?

-Si yo lo hubiera sabido.

 

Qué muchos problemas te hubieras evitado, si tú lo hubieras sabido. Eso es como dicen en Cuba: -Si mi abuela corriera bicicleta…- Pero no es así.

 

Entonces, qué pasa, que Pablo escribe el fundamento y de momento viene Pedro y Juan y dicen -esconde eso-, y lo esconden –este hombre es falso-. Pero, había propósito de Dios, porque entonces, Dios quería que fuera ahora en estos tiempos.

 

Fíjate todos los adelantos que yo tengo: la pantallita, me ven ahora mismo en todas partes del mundo por esa camarita, mira. Si Pablo llega a saber eso, muchacho, tremenda tribulación que le da. Seis meses para coger un barquito y llegar a un sitio, y yo llego en 3 horas. Él tenía que esperar, comiendo malo. Imagínate.

 

Entonces, Gálatas 2:7 explica por qué sucede esto. Gálatas 2:7 es la justificación de la mezcla, la mezcla dañina, la mezcla del engaño, 2000 años de engaño. ¿Por qué? Mira lo que dice el verso 7.

 

“Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión.”

 

¿Cuántos evangelios usted ve ahí? Dos, el de la circuncisión y el de la incircuncisión.

 

Ahora, mira el capítulo 1, verso 6. 

 

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó

por la gracia de Cristo para seguir un evangelio, qué, diferente.”

 

¿Y, cuál era el evangelio diferente que estaban siguiendo? El que le dieron a Pedro.

 

¿Y, por qué ellos seguían el evangelio de Pedro? Porque Dios aguanta a Pablo, -no, que todavía no se convierta, deja que mezclen a Moisés con Cristo y formen el evangelio de la circuncisión-.

 

Y, entonces, imagínate, yo me imagino que Gabriel, esos ángeles dijeron: -Pero, trae, trae a Pablo.

–No, todavía no, porque yo necesito establecer un falso evangelio para justificar la final trompeta. Porque si yo traigo a Pablo ahora, entonces no hay confusión. Y yo necesito que haya confusión. Yo necesito que los católicos enreden, engañen.

 

–Pero, ¿y, por qué?

–No me preguntes que yo soy el que escribo la película. Yo quiero la película así. Este es mi show, este es mi entretenimiento.

 

¿Ah? ¿Verdad que cada cual tiene sus cosas? Uno es maniático, uno hace sus cosas así. ¡Je!

 

Oye, porque si hubiera traído a Pablo diciendo -miren, a mí se me encomendó el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión-. Pero no fue que Dios le dijo -oye, Pedro, te voy a dar este evangelio-. No. Que es que al no traer a Pablo, ellos mezclaron.

 

Y, dijeron: -Bueno, quiere decir que Cristo guardó el sábado, yo guardo el sábado. Cristo se bautizó, yo me bautizo. Cristo tomó la santa cena, yo la tomo. Cristo lavó pies, yo lavo los pies. Cristo ayunó, yo ayuno. Cristo sufrió, yo sufro. Cristo veía demonios, yo veo demonios. Cristo los echaba fuera, yo los echo fuera-, y siguieron, y mezclaron.

 

Pero, entonces, cuando aparece Pablo, ellos mismo dijeron: -Ese tipo es falso-, porque ya ellos tenía su propio evangelio formado con Moisés.

 

Eso es como yo, a mí no me puede molestar que los pastores aquí digan que yo soy un pájaro raro, que dicen que yo esto. Me pueden llamar “perro muerto”. Dicen: -El apóstata ese, el hereje ese que le cantan y todito, y lo permite, y lo idolatran-, bueno, y se matan hablando. Pero eso es parte del plan. Yo no puedo ponerme ahora a decir: -Mire, paren eso-. Porque si digo: -Paren eso-, para el show que él escribió. (Aplausos)

 

El libreto de la película tiene que ir así, y yo, tengo que leer el libreto para decir, -qué va ahora.

–Esto.

 

Y a veces yo quiero adelantar, como pasar par de paginitas más, y me dice: -Eh, aguanta. Espera el próximo paso-, porque la película no ha terminado. Oye, y han pasado muchos capítulos.

 

¿Tú sabes por qué el libro de los Hechos, que es el libro de la historia de la iglesia, tú sabes que hay algo que yo me he dado cuenta, que no tiene despedida?

 

¿Quieres mirarlo? Mira, mira, mira, mira, porque la historia de la iglesia, imagínate.

 

Mira, Hechos 28, verso 28. Mira, dice:

 

“Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios;

y ellos oirán.”

 

Mira, “a los gentiles”, oye esto, pero, nada, ellos no oyeron para aquel tiempo, ahora es que están oyendo. Porque Pedro se los impidió, el Papa le impidió. El Papa, tremendo monstruo, oíste.

 

Oye, tú sabes que en la película siempre hacen a alguien, el muchacho malo. ¿Ah? Ese es el papel malo. –Necesito un representante que engañe, que engañe bien, que lo idolatren, que digan que es el representante de Cristo en la tierra, que digan que es infalible-.

 

Y ahora mismo Dios se está burlando de él, porque ahora habla así: ¡Bbbb!¡Bbbb!¡Bbbb!¡Bbbb!¡Bbbb! Es Dios mismo burlándose, (Salmo 2:4-5). No se entiende lo que dice.

 

¿Tú te crees que yo me estoy burlando de él? Seguro que sí. (Aplausos)

 

Yo lo hago para molestarte, y para si hay un religioso aquí que tiene duda, ponerlo en furia, que le dé ira. (Aplausos)

 

Yo lo hago con todo el propósito. (Aplausos)

 

“Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.

 

Y cuando hubo dicho esto,

los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí.”

 

Enseguida discutieron: -¿Qué pasa? ¿Cómo que los gentiles? Aquí nosotros somos la gente invitada, qué está hablando, de que los gentiles.

 

Dice:

 

“Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada,

y recibía a todos los que a él venían,

 

predicando el reino de Dios

y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.”

 

Y luego dice: Fin.

 

Es el único libro de la Biblia sin despedida. Sesenta y cinco libros terminan y éste no lo terminaron, porque es la historia de la iglesia.

 

¿Tú sabes quién va a cerrar este libro? Yo le pongo el capítulo. (Aplausos)

 

Le queda un capítulo. (Aplausos)

 

Gálatas 1:6.

 

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado

del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.

 

No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban

y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

 

Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo,

os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado,

está hablando Pablo, sea anatema.

 

Como antes hemos dicho, también ahora lo repito:

Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”

 

¿Y, quién predicaba ese evangelio? Pedro, Juan, los apóstoles de Jesucristo.

 

–No, pero es que eran los apóstoles de Jesucristo.

Pero, si es que, mira, Cristo escoge a cualquiera como apóstol. Mira, me escogió a mí. Él escoge a cualquiera.

 

Mira, escogió a Judas y le dice: -O.k., tú eres apóstol.

-¿Judas? Pero, si eso es un hijo de perdición, hijo del diablo.

-Sí, pero es que necesito en este papel de la historia, necesito a “Badman” (hombre malo), necesito a Judas.

-¿Y, Pedro?

-¿Ése? Muchacho. Ése, ése no es “badman”, ése es “Freddy, the 13th” (Freddy, el trece) ¡Je!

 

Ah, mira, y los escogía ignorantes. Tú sabes que los escogía ignorantes. Pedro era del vulgo. Él lo que sabía era pescar. Pero, ¿por qué él escogió a Pedro? Porque si escoge a uno que conoce Escritura, pues, entonces, decía: -¡Mmm! Aquí yo no voy porque el profeta habló de él-, pero, Pedro lo que sabía era de coger serpientes y cortar orejas a espada. Cobarde. Hipócrita. Tenía de todo, Pedro. Y ese es el primer Papa.

 

Y, los demás son cortaditos por la misma medida así, ¡sssss! Una vez el bizcocho está malo al principio, el bizcocho sigue malo al final. Todos esos Papas que han pasado son gente muy mala, muy traviesa, muy diabólica, todos esos Papas. Todos, porque Dios los necesita así, diablitos malos, para que hagan el propósito que él ha querido. Y tanto que tú amabas al Papa.

 

¿Tú te atreves besarle la mano al Papa?

 

Tú no sabes que cada vez que el Papa va a un sitio y besa la tierra, al mes hay una catástrofe. Tú no ves que él viene completo. Él viene completito con todo tipo de maldición.

 

¿Tú no has visto cómo esa gente son? Esa gente son abusadores de niños, de mujeres. Esa gente son malos. Matan. Esos jesuítas, muchacho, esa gente metían en hogueras -a los que creían como nosotros- para los tiempos de la inquisición. Esa gente son malos, malos, malos. Pero, Dios los necesita.

 

Dios los utiliza, como en el pasado, a Faraón lo escogió para anunciar su nombre por toda la tierra. Le decía: -Moisés, vete ahora que está “ready” (listo)-. Y cuando Moisés iba para allá, dice que Dios endurecía el corazón de Faraón, sin decírselo a Moisés. Y Moisés se jalaba las greñas (pelos), y decía: -Oye, Dios me envía, y ahora está endurecido-.

 

Oye, hay un detalle ahí en Gálatas 1:8. Vamos a ver si tú eres entendido.

 

“Mas si aún nosotros, o qué, un ángel de dónde,  del cielo,

os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado

 sea qué, sea anatema.”

 

O sea, que si viene un ángel bien lindo y se aparece y te dice: -Mira, José Luis está equivocado, con una ofrenda tú no estás perfecto nada.

-¿Y, quién tú eres?

–Yo soy un ángel del cielo-.

Bien lindo, bien precioso así, y va en contra de lo que tú estás leyendo aquí.

 

Fíjate que tú oyes a Walter Mercado y crees en él, imagínate un ángel del cielo. Mira, tú crees en tanta bobería. Tú crees en el signo, que tú eres Tauro, Sagitario. Tú crees esas boberas, te viene un ángel, muchacho, y dices: -Por aquí hay camino, mira, muchacho. (Aplausos)

 

Ah, y si es un ángel mujer y te dice: -Yo soy la virgen María-.

¡Ehhhh! Te tumba la cabeza.

 

Bueno, te aparece una estatua por ahí, una porquería de esas de yeso botando lágrimas, y aparece una fila: -Yo la vi botando lágrimas-. ¡Una porquería así! Imagínate que te aparezca un ángel del cielo.

 

Tú necesita, mira, estar bien firme en esta palabra. Tú necesitas firmeza. (Aplausos)

 

A mí se me apareció una cosa una vez, muchacho, y yo dije… Sí, yo tuve una manifestación bien clara, y dije: -No, es lo que está escrito-, inmediatamente, hizo así, ¡fuap!, se me fue de la presencia. En mi habitación, inmediatamente desapareció de mí. -No, lo que está escrito-.

 

Por eso Pablo dice: Si aún un ángel enseña algo diferente a esto que está aquí, ten cuidado. No te dejes llevar de apariciones-, que el mundo está lleno hoy. Cuanto pelagato por ahí se le aparece una tontera en la casa, inmediatamente hace un altar y empiezan a llegar allí a darle besos a la estatua.

 

Usted no puede ser idólatra. Usted tiene que ser amador de la verdad escrita, el evangelio. (Aplausos)

 

Bote todos esos muñecos que tiene escondidos en la casa. Ten cuidado con esos muñequitos que todavía tú guardas: virgencitas, escapularios. Métale fuego, fósforos con ellos, que eso es basura. Esto, mire, esta es la realidad (muestra la biblia). Aquello es basura. Este es el manjar.

 

¿Tú sabes por qué te digo esto? Porque a Juan lo engañaron.

 

Léete a Apocalipsis. ¿Por qué ese libro confunde tanto? Vete a Apocalipsis capítulo 1, mira lo que dice el verso 1.

 

Ten cuidado con esto. –Ah, pero es que es la Biblia, Apóstol-.

Qué importa que sea la Biblia. Esto está escrito para que te defiendas.

 

Mira lo que dice:

 

“La revelación de Jesucristo…”

 

Ese es Juan hablando.

 

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio,

para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto;

y la declaró enviándola por medio de su ángel…”

 

¿Por medio de quién?

 

Y si un ángel anunciare…

 

Y tú sabes que cuando tú lees Apocalipsis es todo lo contrario a lo que Pablo enseña. Todo. Tú lees a Apocalipsis y dice: “Por cuanto no eres frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

 

Dice: -Voy a borrar el nombre del libro de la vida-.

 

Oye, pero si Pablo dice que nuestros nombres están inscritos, que eso no lo puede mover nadie, que con una sola ofrenda me hizo perfecto para siempre, que me libró del diablo.

 

Eso no es nada, mira, yo tengo los 8 libros de la circuncisión: Primera de Pedro, Segunda de Pedro, Primera de Juan, Segunda de Juan, Tercera de Juan, Santiago, Judas y Apocalipsis; todos esos ocho libros están en contra de Pablo. Todos. En contra del evangelio de la incircuncisión. Están ahí.

 

A nosotros se nos acusa que nosotros no creemos en toda la Biblia. Yo creo más que ellos, porque ellos no la conocen, y yo sí.

 

Ellos dicen: -No, no, de tapa a tapa-.

Pues, de tapa a tapa es que yo la conozco, por eso es que sé dónde está lo que está. Nadie había dicho esto en 2000 años. Nadie. Nadie conocía eso. Porque es que Dios no le convenía revelárselo a nadie. No es que yo sea importante, es que él dijo: -No. Es que necesito un vaso. Necesito un vaso vil-.

 

Dice que lo vil del mundo escogió Dios. “Lo”, no “los”.

 

“Lo vil escogió Dios para avergonzar a los fuertes”. Pues, me vio a mí: -Mira, ese muchachito ahí de Ponce, Puerto Rico, vamos a escogerlo a él-. Y ya, y me escogió, y aquí estoy. Aquí’toy. (Aplausos)

 

Vamos a estar en pie.

 


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